Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

3.11.2019

¿Por qué prevalece la ignorancia en la política?




¿Por qué prevalecen en las elecciones políticas los espejitos que suelen ofrecer los políticos cuando se encuentran en campaña? ¿Por qué es diferente la manera en la cual la mayoría de personas actúan cuando se trata de tomar decisiones que afectan directamente, de forma clara y explícita, su esfera personal? Al fin, tarde o temprano, pagaremos las consecuencias de las malas decisiones políticas que tomemos, en las cuales, lamentablemente, se impone la emoción por encima de la razón.

A pocos de días de que empiece formalmente la campaña electoral, aún no tenemos claro qué va a suceder. Al menos ya sabemos cómo interpretó el TSE las modificaciones de 2016 a la LEPP. No obstante, la mayoría de los candidatos a los diferentes cargos de elección, desde ya muestran su incapacidad ¿o su descaro? en el cómo pretenden arreglar lo que consideran nuestros problemas principales. Proliferan los almuerzos gratis (o, más precisamente, los almuerzos robados) que ofrecen a los que voten por ellos, y no las verdaderas propuestas que promueven la prosperidad.

Pero, ¿por qué los almuerzos gratis que ofrecen los candidatos prevalecen electoralmente? ¿Por qué tantos deciden en contra de su bienestar real en el largo plazo y se dejan embaucar, una y otra vez? Brillan por su ausencia los discursos que abordan la realidad, los costos de oportunidad, las ventajas comparativas, la explicación de que los ingresos dentro de un verdadero mercado se obtienen beneficiando a otros, el rol que juega en el progreso el respeto al derecho de propiedad y a las utilidades legítimamente ganadas, la importancia del capital para la transformación de recursos en riqueza y la creación de fuentes de trabajo productivo… En fin, todo aquello necesario para que mejoremos nuestra calidad de vida y, de paso, acabemos con la corrupción, es ajeno a la discusión política.

A menos que los votantes comprendan los mecanismos involucrados en el desarrollo, no podrán evaluar con precisión por cuál político votar. Más aún, prevalecerá la ignorancia económica y la falsa idea de que el gobernante les va a resolver sus problemas y a satisfacer sus necesidades casi que por arte de magia o exprimiendo a los ricos. La ironía es que al final los que salen más perjudicados son precisamente los más pobres que encuentran más obstáculos para superar esa pobreza, y quienes habían logrado superarla pero que al esperar mejorar a partir de la intervención del abstracto Estado, terminan retrocediendo en su calidad de vida en lugar de mejorarla.

Pretender avanzar apoyando la violación de los derechos de otros, no solo es una injusta mentira, sino que termina afectándonos a todos. Aquellos que se benefician de la vasta red de intercambios voluntarios dentro del mercado sin comprenderlos, pueden ser atraídos por los cantos de sirena que, de hecho, socavan los acuerdos que les permitieron superarse. Dentro del sistema Benefactor/Mercantilista, la competencia política promueve falsas esperanzas que solo sirven para que los populistas lleguen al ejercicio del poder.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 11 de marzo de 2019.

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1.08.2018

2018



Para muchos, el año comenzó hoy. Al menos el año productivo. Lo vemos en el tránsito que recuperó su pesadez. Lo sabemos por las bocinas que nos recuerdan que vivimos en un mundo de urgencias en el que debemos llegar pronto a algún lugar: un objetivo que probablemente no alcancemos. ¿Porque salimos tarde? ¿Porque no planificamos bien nuestro tiempo? ¿O será porque realmente no deseamos llegar a un lugar en el cual no queremos estar?

En fin, espero que la mayoría mantenga el entusiasmo que nos embarga a principios de año, aceptando que terminaron las vacaciones y a pesar de las complicaciones que implica el hecho de que casi todos retomamos nuestra rutina diaria, con todo e inicio de clases. ¿Por qué? Porque los retos que nos depara este 2018 son importantes para el presente y el futuro propios y de nuestros seres queridos.

Uno de los desafíos más importantes de este año a nivel político es la elección del próximo fiscal general, no solo por la batalla contra la corrupción, sino para todo el sistema de justicia en nuestro país. Ese sistema que en lugar de enfocarse en velar para que cada quien reciba lo que merece, es utilizado como un arma para satisfacer las demandas de los grupos de presión más poderosos del país. Un sistema que contribuye a preservar las injusticias que prevalecen en nuestra sociedad.

Sin embargo, el objetivo más trascendente para el año 2018 es hacer una verdadera reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. De lo contrario, se ponen en riesgo las elecciones generales de 2019. Entre los cambios urgentes a la actual legislación, el más relevante es el de la elección de diputados. Será una victoria significativa para los ciudadanos si por lo menos se logra aprobar el voto preferencial. Por supuesto, el ideal sería que pasara el voto nominal y hacer pleno el derecho de todo ciudadano a ser electo, aprobando que cualquiera que lo desee, aunque no esté respaldo por alguna organización política, pueda postularse para un cargo público. No obstante, en las actuales circunstancias, veo poco probable que estos cambios se den.

En lo que respecta a los retos ciudadanos, el principal será la defensa de la libertad de expresión, que significa la libertad de defender los propios puntos de vista y asumir las posibles consecuencias, incluido el desacuerdo con los demás, la oposición, la impopularidad y la falta de apoyo. La libertad de no estar de acuerdo, no escuchar y no apoyar a nuestros antagonistas.

No debemos permitir la censura bajo ningún punto de vista. La censura sólo la puede ejercer el gobierno. Ninguna persona, no importa cuán influyente sea o la profesión que ejerza, puede usar la fuerza física o la coacción gubernamental para censurar ni suprimir las opiniones o las publicaciones de otros. Todos somos libres de expresarnos en nuestros espacios y todos somos libres de escuchar a quien nosotros queramos. La función política del derecho a la libertad de expresión es proteger a los disidentes y es la principal defensa contra la imposición de una dictadura.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 8 de enero de 2018.

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10.05.2015

Los diputados a rascarse la panza



Nos va a salir menos caro pagarles a los diputados porque se vayan de vacaciones a rascarse la panza a donde quieran, a que sigan aprobando leyes desastrosas en el Congreso: más legislación arbitraria y más cargas para los tributarios, incluyendo préstamos y la obligación de que les financiemos sus campañas publicitarias y mantengamos a más diputados.

Los cambios a la Legislación electorera y de pandillas politiqueras (LEPP) que pasaron ya en tres lecturas son NEFASTOS. Sin embargo, poco les importó aprobarlos, ni siquiera a aquellos que saben que estos cambios son contrarios a las reformas de fondo que necesitamos hacer urgentemente a nuestro sistema político. Prefirieron no hacer nada bajo la arriesgada premisa de que los magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) los van a rechazar. A menos que paren en la CC esta aberración, serán 160 diputados a quienes vamos a tener que mantener, de los cuales alrededor del noventa por ciento son unos parásitos corruptos. Lo anterior, claro, entre muchas otras barbaridades.
                                                                                
Como he escrito hasta el cansancio, los cambios que aprobaron los diputados son más de lo mismo: puro estatismo, intervencionismo y colectivismo. Además, fortalecen a las bandas actuales y otorgan privilegios a grupos de interés que sólo van a facilitar el clientelismo y el nepotismo dentro de las organizaciones criminales legales mencionadas, o sea, dentro de los partidos políticos.

Los cambios aprobados no sólo van a continuar atrayendo a embusteros, a saqueadores y a gorrones, sino también a oportunistas todavía más flojos que los anteriores. Tipos a los que les da igual llegar o no al ejercicio del poder, ya que se conforman con vivir cómodamente de ser los eternos candidatos: vivirán de las campañas pagadas por nosotros.

Repito por enésima vez: los cambios aprobados a la LEPP (no merecen ser llamados reformas) sólo les facilitan a los politiqueros llegar al ejercicio del poder utilizando NUESTRO dinero (los impuestos que nos son expoliados) pero NO cambian los motivos por los cuales los corruptos quieren llegar al ejercicio del poder. El problema es que continúa vigente, y ahora fortalecido, el sistema de incentivos perversos prevaleciente (injusto e inmoral) que atrae a los peores representantes de nuestra sociedad.

Y lo más delicado es que no termina ahí el daño que pretenden hacer antes de que concluya la actual legislatura: hace unos días, según se rumora por la presión que ejerce Sandra Torres en el Congreso, sacaron del cajón de las pesadillas la mal llamada Ley de Desarrollo Rural Integral (iniciativa 4084), la cual ya pasaron en primera lectura. Una ley perversa que si llega a aprobarse logrará hacernos a la mayoría más pobres, particularmente a los que hoy ya lo son. Contrario a su nombre, lo que va a promover será más miseria. Los únicos beneficiados con esta normativa serán aquellos que ejerzan el poder, sus familiares y los chaqueteros que se hagan pasar por sus amigos. Mejor mandemos a los diputados de vacaciones.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 2 de octubre de 2015.

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9.28.2015

Los cambios nefastos a la LEPP



Los cambios a la Legislación electorera y de pandillas politiqueras (LEPP) que pasaron ya en dos lecturas (porque no hubo debate) son NEFASTOS: son más de los mismo (estatismo, intervencionismo y colectivismo), además de que fortalecen a las bandas actuales y otorgan privilegios a grupos de interés que sólo van a facilitar el clientelismo dentro de las organizaciones criminales legales mencionadas, o sea, dentro de los partidos políticos. Repito lo que escribí hace unas semanas:
                                                            
“Lo aprobado por la comisión del Congreso a cargo de conocer las reformas a la LEPP dice lo siguiente en el Artículo 65 que reforma el artículo 220 del Decreto número 1-85 de la Asamblea Nacional Constituyente, la Ley Electoral y de Partidos Políticos: …“f) El Tribunal Supremo Electoral, deberá destinar de su ¿propio? presupuesto [que sale de nuestros bolsillos], en el año electoral, una cantidad como parte del financiamiento público [el dinero que nos fue exprimido bajo amenaza de ir a la cárcel] que promueva un acceso igualitario a los espacios y los tiempos en los medios de comunicación social. El cálculo del monto a asignar será el equivalente a NO MENOS del cero punto veinticinco por ciento (0.25%) [¡Q.150 millones!] de los ingresos ordinarios del Estado [la ficción a partir de la cual los parásitos quieren vivir a costa de los creadores de riqueza: los que se esfuerzan mental y físicamente por ganarse el pan diario de cada día]”.

“Los cambios propuestos no sólo van a seguir atrayendo a embusteros, a saqueadores y a gorrones, sino también a más oportunistas que les da igual llegar o no al ejercicio del poder, ya que se conforman con vivir cómodamente de ser los eternos candidatos: vivirán de las campañas pagadas por nosotros. Las reformas propuestas… sólo les facilitan a los politiqueros llegar al ejercicio del poder utilizando NUESTRO dinero (los impuestos que nos son expoliados) pero NO cambian los motivos por los cuáles quieren llegar al ejercicio del poder. El sistema de incentivos perversos (intervencionista, colectivista) que atrae a los peores representantes de nuestra sociedad continúa vigente y fortalecido”.

“Además de recetarse por lo menos Q150 millones de nuestros impuestos sólo para pagar su publicidad durante las elecciones, aumentan el número de diputados a 160, permiten el transfuguismo en el año electoral, mantienen la elección de diputados por listados, proponen cuotas de poder para mujeres e indígenas que solo van a fomentar el nepotismo y el clientelismo y consolidan el cartel de las pandillas politiqueras que sin duda se van a multiplicar por medio de la creación de comités cívicos”.

El cambio RADICAL es urgente, pero lo que pretenden en el Congreso es aprobar más de lo mismo. En lugar de mejorar la situación la van a empeorar. Las modificaciones que están discutiendo otorgan más poder a los gobernantes, no impulsan el Estado de Derecho, facilitan el robo de nuestros impuestos y promueven el clientelismo y el nepotismo. No a ESTAS reformas a la LEPP.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 28 de septiembre de 2015.

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8.17.2015

Sin representación no hay reforma



Desde hace un par de meses vengo señalando el oportunismo de ciertos grupos de presión que intentan arrogarse una representación que NO tienen: la representación de los ciudadanos, la representación de los mandantes. La representación de quienes libre y espontáneamente nos reunimos en la Plaza de la Constitución durante varios sábados desde el pasado 25 de abril hasta hace algunas semanas, hartos de los excesos nunca antes imaginados, del abuso de poder y la corrupción a la que ha llegado el actual gobierno de Otto Pérez Molina.

A la fecha, estos aprovechados consiguieron acabar con las manifestaciones multitudinarias de los sábados y estuvieron a punto de lograr que los diputados, ilegalmente, aprobaran cambios a la Legislación Electorera y de Pandillas Politiqueras (LEPP). Celebro que en esta ocasión los magistrados de la Corte de Constitucional (CC) hayan hecho respetar el proceso y decidieran por mayoría declarar inconstitucionales las primeras dos lecturas de los mencionados cambios y ordenar que se repita el proceso. Si la CC no hubiera parado esta violación, el Congreso hubiera continuado hasta las últimas consecuencias, lo cual hubiera sido nefasto para el futuro de Guatemala. Necesitamos una verdadera reforma, no más de lo mismo. Y la mayoría de cambios que aprobaron los diputados lamentablemente sólo profundizaban y fortalecían el sistema de incentivos perversos que hoy impera en nuestro país.

Pierre-Joseph Proudhon se equivocó en lo que trata al tema de la propiedad privada y el origen de la riqueza, pero en lo que respecta a su análisis del gobierno acertó en muchos puntos. De sus ensayos, el que me encantaría discutir próximamente en algún seminario es “Idea General de la Revolución en el siglo XIX” escrito en 1851. En el segundo estudio del ensayo dice lo siguiente: He ahí el fin ulterior de esta centralización que, bajo la máscara del interés general, explota y conculca los intereses locales y privados, vendiendo al mejor postor, y en pública subasta, la justicia que reclaman. La corrupción es el alma de la centralización. Ya esté al frente de una monarquía, ya al frente de una democracia, el gobierno es inmutable en su espíritu y su esencia”.

El poder arbitrario, discrecional y casi ilimitado que otorgan a los gobernantes quienes promueven el estatismo con la excusa de atender las necesidades de los más pobres y corregir supuestas inequidades es la fuente de toda corrupción. El abuso del poder es lo que podemos esperar que suceda tarde o temprano cuando se pervierten las funciones del gobierno y se traicionan los principios republicanos.


Mientras no cambiemos de raíz el sistema estatista actual, colectivista e intervencionista, injusto e inmoral, la situación va a continuar empeorando. No debemos permitir, bajo ningún punto de vista, que los mismos de siempre, con las recetas de siempre, se hagan cargo de las reformas. Para evitarlo, es necesario que se sienta por todos los medios pacíficos posibles la presencia atenta del mandante.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 17 de agosto de 2015.

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8.10.2015

Plataforma de intereses particulares



Un grupo de individuos que llevan décadas de estar pululando alrededor del poder político en Guatemala, se autonombraron representantes de los mandantes y dispusieron, dictatorialmente, hacerse cargo de las reformas a la Legislación electorera y de pandillas politiqueras. Pero, ¿cuándo fueron electos para llevar acabo tal tarea? A mí NO me representan y NO me van a utilizar de excusa para avanzar sus intereses y afianzar sus ideas que, al fin, son las que hoy prevalecen en nuestro sistema.

Varios de los miembros de la pomposa “Plataforma Nacional para la Reforma del Estado” son responsables del caos, no sólo porque llevan años impulsando el Estado Benefactor/Mercantilista, sino porque han formado parte de gobiernos anteriores. Hablan de cambios, cuando lo que proponen es más de lo mismo: más estatismo, más intervencionismo y más violación a los derechos individuales. Más apoyo al injusto e inmoral sistema actual.

Venden la idea de que equidad es otorgar cuotas de poder a colectivos que ellos arbitrariamente consideran que no han sido tomados en cuenta, lo que es falso. La Constitución es clara al reconocer en el artículo 4 (Libertad e igualdad) que “en Guatemala todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos... Ninguna persona puede ser sometida a servidumbre ni a otra condición que menoscabe su dignidad”. Otorgar prerrogativas a cualquiera es inconstitucional. En lugar de promover más privilegios, hay que eliminar los que ilegal e ilegítimamente se han dado.

Pretenden obligarnos a trabajar a los tributarios para que financiemos a los politiqueros organizados en partidos y les paguemos sus campañas publicitarias contra nuestra voluntad, lo que en cualquier época de la historia sería considerada una forma de esclavitud o servidumbre que ahora disfrazan de progresismo políticamente correcto. Y así, podría continuar explicando los principios detrás de los cambios exigidos por los integrantes de la Plataforma, gente que no representa a nadie más que a ellos mismos.

Al ver expuestas sus intenciones y su falta de representatividad, decidieron victimizarse y denunciar una supuesta campaña de desprestigio así como un hostigamiento que, si fuera cierto y pusiera en riesgo su vida, su libertad y su propiedad, es vital que presenten la evidencia en los tribunales correspondientes. Lo único que yo he hecho y seguiré haciendo es desenmascararlos y dejar claro que solo se representan a sí mismos.

Olvidan los miembros de la tal Plataforma, al igual que los politiqueros, que en el mundo actual los ciudadanos tenemos una poderosa herramienta para comunicarnos entre nosotros y expresarnos sin necesidad de intermediarios. Las redes sociales virtuales son el medio por el cual hoy muchos se enteran de lo que está pasando, se cuestionan sus creencias y se aclaran las ideas. Aún más importante, nos sirven para velar porque se respeten nuestros derechos individuales. Ya no estamos dispuestos a seguir manteniendo parásitos ni a ser engañados y violentados.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 10 de agosto de 2015.

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8.03.2015

¿Quiere mantener más diputados?



Y no solo mantenerlos, ¡pagarles su propaganda electoral! A ellos y a todos los miembros de sus partidos que deseen un hueso en el Congreso o en cualquier otro lado de la corrupta burocracia del abstracto Estado. Yo, como lo enfaticé en mi artículo de la semana pasada, me opongo ROTUNDAMENTE a que me obliguen a pagar las campañas publicitarias de los partidos por medio de cambios a la Legislación Electorera y de Pandillas Politiqueras (LEPP).
                                  
Rechazo la intención de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), de Iván Velásquez de la CICIG, y de los actuales diputados de que NOSOTROS, los ya agobiados tributarios, seamos obligados a financiar las campañas publicitarias de gente que en su mayoría despreciamos por mentirosos, holgazanes y ladrones. Reformas que le pidió Otto Pérez Molina a sus diputados que aprobaran con carácter de urgencia ¿Por qué?

Los cambios propuestos no sólo van a seguir atrayendo a embusteros, a saqueadores y a gorrones, sino también a más oportunistas que les da igual llegar o no al ejercicio del poder, ya que se conforman con vivir cómodamente de ser los eternos candidatos: vivirán de las campañas pagadas por usted y yo. Las reformas propuestas por el TSE que ya fueron aprobadas en segunda lectura (aunque bajo un procedimiento cuestionado) sólo les facilitan a los politiqueros llegar al ejercicio del poder utilizando NUESTRO dinero (los impuestos que nos son expoliados) pero NO cambian los motivos por los cuáles estas joyitas quieren llegar al ejercicio del poder. El sistema de incentivos perversos (intervencionista, colectivista) que atrae a los peores representantes de nuestra sociedad continúa vigente y fortalecido.

Con las #ReformasMañosas, además de recetarse por lo menos Q150 millones de nuestros impuestos sólo para pagar su publicidad durante las elecciones, aumentan el número de diputados a 160, permiten el transfuguismo en el año electoral, mantienen la elección de diputados por listados, proponen cuotas de poder para mujeres e indígenas que solo van a fomentar el nepotismo y el clientelismo y consolidan el cartel de las pandillas politiqueras que sin duda se van a multiplicar por medio de la creación de comités cívicos, solo para mencionar los más nefastos cambios que pretenden aprobar ilegalmente los congresistas. Por cierto, Velásquez mintió al declarar en CNN que estas reformas fueron consensuadas. ¿Consensuadas por quiénes? ¿Por aquellos que ha acusado de corruptos? ¿Por grupos de presión?

Necesitamos cambios en nuestro sistema político actual (Estado Benefactor/Mercantilista). Pero no se trata de hacer cambios por hacerlos. Debemos hacer las reformas radicales que nos permitan acabar de raíz con el origen de la corrupción, que es el sistema de incentivos perversos, inmoral e injusto, que prevalece en Guatemala y, lamentablemente, la mayoría de las reformas propuestas a la LEPP que están discutiendo los diputados, en lugar de acabarlo, lo refuerza en beneficio de los saqueadores que llegan al poder.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 3 de agosto de 2015.

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7.27.2015

Yo NO financio a politiqueros



Y me opongo ROTUNDAMENTE a que me obliguen los corruptos que ejercen el poder a hacerlo por medio de cambios a la Legislación Electorera y de Pandillas Politiqueras (LEPP). Rechazo la intención de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), de Iván Velásquez de la CICIG, y de los actuales diputados de que NOSOTROS, los ya agobiados tributarios, seamos obligados a financiar las campañas publicitarias de gente que en su mayoría despreciamos por mentirosos, holgazanes y ladrones.

Lo aprobado por la comisión del Congreso a cargo de conocer las reformas a la LEPP dice lo siguiente en el Artículo 65 que reforma el artículo 220 del Decreto número 1-85 de la Asamblea Nacional Constituyente, la Ley Electoral y de Partidos Políticos: …“f) El Tribunal Supremo Electoral, deberá destinar de su propio presupuesto [que sale de nuestros bolsillos], en el año electoral, una cantidad como parte del financiamiento público [el dinero que nos fue exprimido bajo amenaza de ir a la cárcel] que promueva un acceso igualitario a los espacios y los tiempos en los medios de comunicación social. El cálculo del monto a asignar será el equivalente a no menos del cero punto veinticinco por ciento (0.25%) [¡Q.150 millones!] de los ingresos ordinarios del Estado [parafraseando a Frédéric Bastiat: esa ficción a partir de la cual los parásitos quieren vivir a costa de los creadores de riqueza: los que se esfuerzan mental y físicamente por ganarse el pan diario de cada día]”.

Con propuestas como la anterior, los magistrados del TSE e Iván Velásquez lo único que van a lograr es facilitarle el robo de nuestros impuestos a los corruptos que aspiran a gobernar dentro del actual sistema intervencionista, estatista y colectivista. ¿Cómo se sienten quienes fueron engañados y manipulados, y que terminaron apoyaron leyes que ni siquiera conocían y que los perjudican?

Es urgente que hagamos un cambio radical, pero lo que pretenden hacer en el Congreso es aprobar más de lo mismo. Si queda tal y como está vamos a empeorar en vez de mejorar. Las modificaciones que están discutiendo otorgan más poder a los gobernantes: no fortalecen al inexistente Estado de Derecho sino a los politiqueros y al gobierno, facilitando el robo de nuestros impuestos además de promover el clientelismo y el nepotismo. No a ESTAS reformas a la LEPP.

Quienes quieran financiar a los partidos políticos porque creen que así van a cambiar a los corruptos, ¡HAGANLO! Nadie se los impide: es SU dinero, hagan con este lo que quieran sin violentar los derechos de los demás: no pretendan, cual dictadores, imponernos sus decisiones al resto. El origen de la corrupción NO es el financiamiento a los partidos políticos. El origen de la corrupción es el sistema de incentivos perversos, inmoral e injusto, que prevalece en Guatemala y, lamentablemente, la mayoría de reformas propuestas a la LEPP que están discutiendo los diputados, en lugar de acabarlo, lo fortalece en beneficio de los parásitos saqueadores que llegan al poder.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 27 de julio de 2015.

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7.13.2015

Todd Joviel Robinson Acevedo



De Joviel Acevedo a Todd Robinson parece que es poca la diferencia: el embajador de EE. UU. marchó el lunes pasado junto a los integrantes de la autonombrada “Plataforma para la Reforma del Estado” para exigir que se aprueben de urgencia nacional sus propuestas de cambios a la Ley Electorera y de Pandillas Politiqueras. Entre los ¿notables? personajes de la escuálida protesta iba por lo menos un miembro de la especie de Acevedo: Daniel Pascual. Luego, Robinson amenazó a los diputados después de criticarlos, amenazas que por la tarde cumplió, como era de esperarse, Iván Velásquez de la CICIG.

Para colmo de males, en una entrevista que le hizo Cindy Espina de “elPeriódico”, publicada el miércoles 8 de junio, el ingenuo embajador confesó que ¡ni siquiera sabía qué contenían las propuestas que apoyó! Muy mal Mr. Robinson, muy mal. Salió muy pero muy mal parado de esa entrevista que les recomiendo leer completa. Debemos oponernos a la injerencia de los grupos de presión que esperan beneficiarse de la iniciativa presentada por los magistrados del TSE. Los diputados NO deben aprobar nada sin antes discutirlo. Mucho menos cuando se trata de otorgar más privilegios, que es el camino contrario por el cual debemos transitar para reformar nuestro sistema político en general.

Ya que la orden que seguía Robinson por esos días era proteger a Otto Pérez Molina, ¿será que con su abuso de poder del lunes pasado pretendía distraer nuestra atención del mero jefe de la corrupción? Robinson merece más de un abucheo. Y ojalá el rechazo a su intromisión continúe por todos los medios pacíficos posibles, incluidos Twitter y Facebook. Por el bien del diplomático mencionado, ¿alguno de sus asesores le puede explicar la diferencia entre su cargo y el papel de un activista civil? ¿Explicarle que no se encuentra en 1965 en Selma, Alabama, y que él está muy lejos de ser Martin Luther King, Jr.?

Lo anterior me lleva a preguntarme, ¿cuál es la verdadera razón de la sospechosa visita de Thomas Shannon, Consejero del Departamento de Estado de EE. UU., acompañado de importantes miembros del gobierno estadounidense? ¿Vinieron porque Robinson no logró que Pérez Molina les deje llevarse a Roxana Baldetti para ser juzgada en Estados Unidos por lavado de dinero, entre otras cosas?

Por cierto, varios embajadores europeos se sintieron relegados a un segundo plano, por lo que decidieron también entrometerse en nuestros asuntos exigiendo que se aprueben pronto las susodichas modificaciones. Es lamentable que no les importe cuáles son las reformas que necesitamos para construir un Estado de Derecho que nos permita progresar. Que no se pregunten ¿a quiénes van a beneficiar los cambios? ¿A todos o solo a ciertas personas en detrimento del resto? ¿Representan estos cambios más privilegios para ciertos grupos de presión o buscan la igualdad de todos ante la Ley? Necesitamos cambios radicales, pero no imposiciones estatistas de otros gobiernos ni de oportunistas nacionales.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 13 de julio de 2015.

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