Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

11.26.2007

¿Confianza?


Nos condena o enaltece lo que escribimos, hablamos y hacemos. En especial, todo aquello de lo cual queda constancia histórica. La confianza, como todo lo que valoramos y queremos alcanzar, la ganamos por medio de nuestros actos. No la pretendemos con palabras que pueden ser encantadoras, pero no pasan de ser un engaño. Una ilusión.

El domingo 18 de noviembre de 2007, leí una entrevista titulada “O nos ponemos de acuerdo, o después no se quejen”, que hizo Mirja Valdés de “elPeriódico” a Rafael Alvira, Doctor en Filosofía. Con sólo leer el titulo, me surgieron muchas dudas. ¿Quiénes deben ponerse de acuerdo? ¿Ese pacto nos incluye a todos los miembros de la sociedad? ¿Sobre qué nos debemos poner de acuerdo? ¿Cómo debemos hacerlo? ¿Dónde nos debemos poner de acuerdo? ¿Cuándo? Y, sobre todo, ¿por qué?

¿Es posible tal pacto, siendo todos individuos únicos e irrepetibles, con fines diferentes, legítimos y respetables, una vez en su persecución respetemos los derechos de los otros?

También llamó mi atención el énfasis del entrevistado en la supuesta función del gobierno, que para él es “generar confianza”. Demostrar que el gobierno es “fiable”. ¿Fiable para qué? ¿Cómo se genera confianza? ¿Acaso no es más necesario que promuevan la paz, dedicándose a proveer seguridad y justicia? Luego, al continuar leyendo me topé con el generalizado concepto tergiversado de bueno: “…ser bueno es añadir algo a los demás, ser malo es quitarles algo”. Esotérico. Simplemente utópico. ¿No sería más fácil definir a la persona buena como aquella que, repito, respeta a los otros? ¿Acaso no es esta una definición más cercana al ser humano como es, no como algunos quisieran que fuera?

Total, para rematar la entrevista, repleta de ambigüedades y abstracciones ajenas a la realidad, me encuentro con la siguiente declaración: “Los centros educativos, privados o públicos, deberían llevar a los escolares a conocer la realidad sufriente. Hace falta comunicarse con esas personas”. ¿La realidad sufriente? ¿A qué se refiere con esa afirmación? ¿Por qué sufre esa realidad? ¿Con quiénes hay que comunicarse? ¿Cómo? ¿Para qué?

En fin, cuando leo este tipo de cosas, entiendo por qué una gran parte del mundo intelectual se encuentra perdido en elucubraciones y alejado de la realidad objetiva. Recuerdo que las ideas tienen consecuencias. Sean estas ciertas o falsas. Verdades o mentiras. Como mentira es la famosa sentencia de Wittgenstein: “Lo que no se nombra no existe”. Se nombren o no las cosas, existen. El abuso de poder, el clientelismo, la corrupción, y tantos males más asociados al ejercicio del poder coercitivo del Estado, existen aunque no sean nombrados. Se pongan de acuerdo o no algunos representantes de grupos de presión, inventen o no los políticos discursos bien intencionados y haya aún quien se los crea. "Ten presente que los hombres, hagan lo que hagan, siempre serán los mismos." Marco Aurelio.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 26 de noviembre de 2007.

11.19.2007

Beneficio dudoso


Álvaro Colom, Presidente electo de Guatemala, no va a gozar de esa dudosa concesión que solía dársele a los nuevos gobernantes, conocida como “beneficio de la duda”. Extraña dádiva que servía más para sedar a los ciudadanos, que para darle tiempo a los noveles gobernantes a asentar sus posaderas en el ejercicio del poder.

Por cierto, rabeles colocados sobre los tributarios, no en una silla presidencial que, sin los Q42 mil millones que esperan la acolchone (sólo en el primer año, y en continuo crecimiento anual), no tendría mayor interés para aquellos aprendices de las artes maquiavélicas. Personas que ocupan sus extremidades superiores, avorazadas, en las arcas repletas del fruto del trabajo de otros. Propiedad privada arrebatada por medio de la fuerza y el terror. Fondos públicos privatizados dentro del entramado burocrático del Estado Benefactor/mercantilista. Todo lo anterior sucede mientras las extremidades inferiores de los susodichos juegan una especie de partido de fútbol, en el cual la pelota es nuestro presente y futuro, con resultados finales esperados muy similares a los de la selección nacional del mencionado deporte: goleadas en nuestra contra.

En lo particular, siempre me ha parecido una reverenda tontería tal gentil gracia que otorgan algunos líderes de opinión, y una parte de la población aún adormecida por los supuestos beneficios que le trae el cambio del gobernantes… sin cambios radicales en la normas vigentes en nuestra vida en sociedad. ¿Cómo puede ser que haya quien aún espera resultados diferentes haciendo, en general, lo mismo de siempre? Sólo un gran ingenuo, de los cuales había bastantes en Guatemala. Y recalco: había. En tiempo pasado. Ayer, distinto al hoy. Sin duda, todavía deben quedar algunos especimenes de este reino, pero creería que se encuentran en vías de extinción. Espero que no brinque algún ecohistérico, políticamente correcto, que proponga una ley para evitar su desaparición.

Y, a pesar de las engañosas apariencias de un figurado consenso dialogado entre los uneístas y el resto de diputados y otros actores públicos, este poligámico noviazgo de conveniencia (no llega ni a unión de hecho, no digamos, matrimonio) va a durar menos que la calentura de un adolescente. En el momento en el cual empiece la carrera por hacerse de los fondos de los tributarios, saldrán a resurgir las envidias, los resentimientos y las verdaderas intenciones de quienes se encuentren en el ejercicio del poder. Y menciono lo anterior sin olvidar a los celebérrimos financistas de la campaña y los jefezazos de los grupos de presión que, como Joviel Acevedo, sólo por citar un ejemplo, se van a presentar a reclamar su parte del botín.

En fin, la mejor posición para los políticos en el próximo período de gobierno será la de oposición. Eso, sí su objetivo es llegar al guacamolón en las elecciones generales de 2011, cuya campaña, no olvide, ya comenzó.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 19 de noviembre de 2007.

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11.12.2007

Fiambre post electorero


De muerte, para todos los santos.

Uno de los mayores placeres de la vida es viajar. Y qué mejor cuando esos viajes son pagados por otros. Una costumbre de los políticos a la cual les va a ser muy fácil adaptarse a los próximos gobernantes, recientemente electos. Y con todos los problemas nacionales, cuando aún no ha desaparecido la tinta de muchos dedos de votantes, y mientras sube el precio de la gasolina y el diesel, Álvaro Colom y Rafael Espada acompañan a Óscar Berger en su paseo por Chile en la XVII Cumbre Iberoamericana. Una de esas reuniones globalizadas a la cual asisten muchos políticos. Convites en los que se bebe en abundancia, se come rico y se habla por montones y, al final, no aterrizan en beneficios reales para los tributarios, quienes les financian, sin reembolso, la fiesta a semejantes personajes.

Y entre tanto, ¿qué hace el Presidente en funciones, Eduardo Stein? Lo mismo de siempre: decir qué se debe hacer (según él) y dar consejos a sus sucesores. Qué ironía, ¿no?

Por cierto, ojalá no se aumente el ineficiente y despilfarrador subsidio al transporte. ¿De qué ha servido tanto pisto que ha corrido bajo las camionetas del cártel que presta este servicio? Es como el caso del subsidio al consumo de energía eléctrica. ¿Por qué no eliminan impuestos en lugar de dar subsidios? Recordemos que, para que nos devuelvan los Q120 millones ofrecidos, previamente nos deben haber bolseado por unos Q250 millones o más. Sino, ¿con qué pagarían la burocracia, los transes y negocitos que producen las iniciativas gubernamentales?

De esa manera, ¿cómo va a alcanzar el Presupuesto General de la Nación? Agreguemos a lo dicho que, en lugar de hacer recortes al manirroto Presupuesto, los congresistas analizan aumentar las pensiones y los ingresos de los burócratas del Estado. ¿Cuándo vamos a terminar de pagar las facturas que se acumulan?

Sin duda, los enemigos de la adopción, quienes desean burocratizarla y centralizarla en uno más de tantos entes estatales, lograron su objetivo: se redujo la cantidad de niños adoptados. ¿Cuál fue el beneficio para aquellos que siguen a la espera de algún día vivir en familia?

Así como Byron Barrientos, ¿cuántos más deberían estar purgando largas penas en la cárcel? Incluidos quienes le están ofreciendo su asesoría a Colom: Jorge Serrano Elías y Vinicio Cerezo. Imaginen, ¿cuáles serán sus credenciales?

¿Y en dónde va a concluir la discusión sobre la prórroga del IETAAP? No sé. Tal vez compartiendo un cafecito (o dos, o tres, o cuatro: los que sean necesarios), Colom y Efraín Ríos Montt. Por supuesto, en un hotel cinco estrellas. En fin, con tal de que no terminen en el jacuzzi.

Total, nos queda claro para qué desean esos dineros de los tributarios: para el gasto social urgente: viajes, cumbres, celulares, Comisiones, Consejos… Usted, ¿aspira a trabajar en el gobierno? No pierda el tiempo: haga su petición al Congreso.


Salud y buen provecho.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 12 de noviembre de 2007.

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11.06.2007

Calabozos y dragones


Game over.


La sexta versión de la tridimensional campaña electoral de la era democrática llegó ayer a su fin. En sus marcas, listos, fuera: arranca la séptima edición en versión 4D. En fin, la ganancia anual esperada supera los 40 mil millones de quetzales, obtenidos a la fuerza del trabajo de los tributarios.

Los noveles contendientes, varios de ellos viejos conocidos, empiezan a esbozar sus tácticas para el nuevo enfrentamiento que termina en el año 2011. Comenzaron a prepararse en las más nuevas y sofisticadas técnicas inventadas por la mente humana. Un juego que inicia hoy. Son ilusos quienes creen que las maquinarias electoreras se detienen alguna vez en un Estado benefactor /mercantilista. Al fin, el poder casi ilimitado que otorga, promete cada año que pasa un mayor botín para quien se alza vencedor.

El juego recién terminado dejó un sabor amargo en el ambiente. La estrategia central del enfrentamiento fue tan negra y poco original como la ausencia de color que impera en lo más recóndito de los calabozos de la burocracia estatal.

Un juego que en la actualidad sólo beneficia a los contendientes principales y sus seguidores. Un juego peligroso que puede truncar la felicidad de muchos. Esos muchos, simples espectadores, llamados a participar únicamente para refrendar un sistema político que pareciera restringirlos a elegir el mal, aunque se excusen diciendo que es el menor de los posibles. El problema de voluntariamente participar en ese juego perverso, es que cada cuatro años las opciones son peores.

Coincido con Dagny Taggart, heroína de la célebre novela de Ayn Rand, “La Rebelión de Atlas”, cuando cuestiona y afirma: “¿De qué se trata entonces? ¿De la fe en contra de la verdad? Y, comprendiendo que parte de su celo en creer tenía como origen su temor a saber, se impuso la tarea de enterarse de todo, con un sentido de la rectitud más limpio y más tranquilo que el representado por el autoengaño que se había impuesto antes”.

Una sociedad basada en el respeto, la construiremos hasta que dejemos de vivir en una fantasía poblada de supuestos ángeles que luchan a muerte contra los demonios y dragones que pueblan los oscuros calabozos de la entramada politiquera.

Total, “En la agitada nación fronteriza de Stormreach, conocida como Guatemala en el mundo fantástico de los hechiceros de la costa, hierve una caldera repleta de ambiciones, conspiraciones y complots aparentemente secretos, para apoderarse de las escasas riquezas producidas por unos pocos valientes que se han arriesgado a crear aún contra corriente. El peligro acecha. Algunos exploradores se aventuran en la peligrosa excursión en búsqueda de la verdad, la cual puede resultar en una historia de muerte y destrucción. ¿Descubriremos la terrible amenaza que se cierne sobre nuestro presente y futuro? ¿La vamos a enfrentar con la herramienta más poderosa al servicio del ser humano, la razón?


Start over.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 5 de noviembre de 2007.

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