Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

11.25.2013

Presupuesto a la medida


Los diputados deben aprobar un Presupuesto General de la Nación a la medida real de los ingresos tributarios. No deben aprobar un centavo más de gastos por encima de la cantidad que van a recaudar. Los tributarios no aguantamos más expoliación. No queremos ni debemos endeudarnos más. Por supuesto, siempre habrá unos cuantos oportunistas que salgan beneficiados con el malgasto y despilfarro que hacen los gobernantes de nuestro dinero. Pero mientras, la mayoría sufre día a día para cumplir con sus compromisos y satisfacer sus necesidades, algo que los políticos en el ejercicio del poder y sus aliados creen que no les conviene entender, menos reconocer.

Los gastos se deben concentrar en las dos únicas tareas que justifican la existencia del gobierno: brindar seguridad a la población y velar porque prevalezca la justicia. Aquellos que ejercen el poder otorgado por nosotros, los mandantes, solo deben utilizarlo para asegurar el respeto a la vida, la libertad y la propiedad de todos los habitantes del país. En caso alguien violentara alguno de los derechos listados de otro, los gobernantes deben atraparlo y presentarlo ante los tribunales para que se haga justicia: que el antisocial (delincuente, criminal) compense a quien le causó un daño.

Todas las demás tareas que asigna el Estado Benefactor/Mercantilista a los gobernantes son solo una fuente de corrupción, y sobra la evidencia en el pasado y en el presente que confirma esta aseveración mía. Por ejemplo, en casi todos los casos, la educación en manos de los gobernantes termina siendo pura programación de los niños y jóvenes de hoy en futuros siervos no deliberantes… en lugar de ciudadanos pensantes. La salud a cargo del abstracto Estado no es más que un ruin y falso consuelo para los pobres y, en muchas ocasiones, más que sanar al enfermo acelera su muerte.

Recordemos lo que escribió la novelista inglesa Taylor Cadwell en “La columna de hierro”, la obra que dedicó a la vida y el legado de uno de los más importantes políticos de todos los tiempos, Marco Tulio Cicerón, quien intentó rescatar la República romana antes de que esta fuera finalmente destruida por Julio Cesar, una idea que sin ser expresada en palabras textuales del gran Senador y Cónsul homo novus de Roma en el año 63 a. C., están inspiradas en la sabiduría que este acumuló con los años: “El presupuesto debe equilibrarse, el tesoro tendrá que volver a llenarse, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios debe ser moderada y controlada, y la ayuda a los pobladores de tierras extranjeras tendrá que eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. El pueblo debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa de la República”.

Los diputados tienen el poder de enmendar la propuesta del gobierno de Otto Pérez Molina. Trabajen señores y señoras congresistas, ustedes y sus asesores, en una propuesta que no obstaculice el progreso de los que aún intentamos producir y crear riqueza en Guatemala.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 25 de noviembre de 2013. La imagen fue publicada en Prensa Libre el 1/9/12.

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11.18.2013

El debido proceso y Yo



Un “Yo” que puedo sustituir por “usted”, porque el debido proceso es un derecho que debe ser respetado por todos aquellos que viven en sociedad y dentro del marco de una República. O, al menos, se pretende alcanzar ese estado algún día. Cuando es una meta común a los habitantes de un país que desean cooperar e intercambiar en paz con sus semejantes, y quieren tener la certeza de que si alguna vez son acusados falsamente, esa acusación no va a prosperar.

Para asegurar el derecho al debido proceso propio, de nuestros seres queridos y de todos, por más que despreciemos al acusado o estemos convencidos de que es culpable, debemos respetar su cumplimiento aún al más miserable de los criminales, una vez este es apresado. Hace poco se discutió sobre este asunto en lo que respecta al cargo por genocidio contra varios militares, entre ellos Efraín Ríos Montt. Hoy el caso relacionado con este tema es el proceso en contra de Roberto Barreda, acusado de la desaparición de su esposa, Cristina Siekavizza. Mañana la persona involucrada puedo ser yo… o usted mismo.

El debido proceso es un fundamento jurídico que obliga al gobierno a respetar todos los derechos, reconocidos por Ley, que posee una persona. El debido proceso es un principio procesal según el cual todo individuo tiene derecho a ciertas garantías mínimas que aseguren un resultado justo y equitativo dentro del proceso: le permite tener oportunidad de ser oído y a hacer valer sus pretensiones legítimas frente al juez. Reconoce que todos somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario. El debido proceso establece que el gobierno está subordinado a lo que dice la Constitución y las demás leyes del país que nos protegen del abuso del poder.

Admiro la férrea voluntad y constancia de los familiares y amigos de Cristina. Sin esa convicción y deseo de que se haga justicia no se habría logrado avanzar en una situación en la cual todavía no aparece el cuerpo del delito del que se acusa a Barreda, la evidencia reina del asesinato: los restos mortales. Si yo estuviera en la piel de quienes más la quieren, tal vez mantendría latente la esperanza de encontrarla con vida. Al fin, por más que la mayoría de datos con los que se cuenta indican que es poco probable que siga viva, se tendrá certeza de su muerte hasta que haya aparecido su cadáver o lo que de este quede.

Si Barreda es culpable, y de qué es culpable, debe ser probado sin lugar a dudas en un juicio justo. Justo para la víctima y justo para el acusado, para que nadie pueda cuestionar el veredicto. Y al cumplimiento irrestricto de este derecho debemos aspirar quienes queremos respirar en paz. Acatarlo nos asegura que no seremos condenados injustamente por un delito o crimen que no hayamos cometido, y vamos a estar tranquilos al saber que los antisociales que hayan violentado la vida, la libertad o la propiedad de alguien, serán obligados a compensar a sus víctimas: pagaran las consecuencias de sus acciones.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 18 de noviembre de 2013. La imagen fue publicada en la Revista Contrapoder de Guatemala.

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11.11.2013

Las redes de Roxana



Es preocupante saber que la vicepresidente Roxana Baldetti ha logrado meter sus tentáculos en casi todos los entes estatales bajo la jurisdicción del Organismo Ejecutivo, y que todavía controla en gran parte lo que sucede en el Congreso de la que espero, algún día próximo, sea la República de Guatemala. Ya de por sí es aterrador pensar en el poder que han acumulado los gobernantes, inquietud que aumenta al conocer quiénes lo ostentan. Lo anterior gracias a la ingenuidad ¿o comodidad? de tantos que quisieran resolver su vida con el menor esfuerzo, o peor aún, quisieran que otros los mantuvieran.

Es fácil para un populista, convencer de que vote por él a aquel que cree que por solo respirar merece que los demás lo mantengan. Y, lamentablemente, parece ser que hoy muchos forman parte de este grupo al cual José Ortega y Gasset llamó el hombre masa. ¡Cuántos caen en la telaraña tejida por quienes después se alimentan de ellos! Todo por su inconsciencia. Al primer politiquero oportunista que les ofrece aquello que desean sin haberlo ganado, le dan el poder de hacer lo que se le antoje. Y lo hace: no solo con quienes lo apoyaron, sino también con aquellos que luchan por algo más que sobrevivir: luchan por vivir la mejor vida posible.

Irónicamente, quien creyó en la falsas promesas del otrora candidato, luego gobernante, termina en el mejor de los casos viviendo una existencia mediocre o, como sucede la mayoría de las veces, miserable. Tristemente, en el proceso logran obstaculizar el progreso de quienes les hubieran podido proveer de un trabajo productivo que les permitiera no solo satisfacer sus necesidades básicas, sino mejorar de verdad su calidad de vida y la de sus seres queridos.

Comparto con ustedes las reflexiones anteriores porque llamaron mi atención las descaradas declaraciones sobre las redes de corrupción en las aduanas que dio Baldetti al diario Siglo Veintiuno, publicadas el lunes 4 de noviembre de 2013: “Las mafias se han guardado: sabemos que se han guardado y, por eso, es la mejora en los cobros que se han hecho… las mafias que tienen nombre y apellido”. Primero, talvez las mafias anteriores fueron sustituidas por otras, pero en las aduanas siguen operando individuos corruptos: burócratas extorsionistas. Segundo, el incremento en los cobros ha sido mínimo. Y, tercero, no necesitamos que Roxana Baldetti revele el nombre y el apellido de quien dirige estas redes: sobran las denuncias para saber quién es.

El colmo de la desfachatez es cómo se refirió a las que llamó las redes del mal; por supuesto, después de pedir más tiempo para ejercer los poderes casi ilimitados que se han recetado para disque combatir tales redes ¿o acabar con su competencia? En fin, una muestra más de arrogancia, ya que sobra gente que, si tuviera la valentía de contar públicamente cómo ha sido extorsionada y forzada a pagar comisiones con tal de poder sacar su mercadería y trabajar, podría poner a la vicepresidente en el lugar que le corresponde.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 11 de noviembre de 2013.

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11.04.2013

Legislación electorera de pandillas politiqueras



Legislación arbitraria que solo refleja la voluntad del legislador y los intereses de los grupos de presión con capacidad de cabildear en el Congreso por privilegios. “¡Ley pervertida!” la llamaría Frédéric Bastiat: “¡Y con ella todas la fuerzas colectivas de la Nación, desviada de su objetivo legítimo y dirigida a un objetivo totalmente contrario! ¡Ley convertida en instrumento de todas las codicias, en lugar de frenar las codicias! ¡Ley hacedora de iniquidad, cuando su misión era castigar la iniquidad!” Normas corruptas, como los son sus autores, para beneficiar a una minoría a costa de la mayoría.

Necesitamos cambiar la ley que regula los procesos eleccionarios. Más aún, necesitamos cambiar de raíz el sistema político completo. Pero eso no implica que debamos hacer cualquier cambio a toda costa. Debemos hacer los cambios que nos permitan vivir dentro de una sociedad donde podamos cooperar e intercambiar en paz, respetando la vida, la libertad y la propiedad de todos. Donde cada uno coseche lo que sembró en base a su esfuerzo y los medios que escogió para producir. Donde las probabilidades de ser felices sean más altas.

Los cambios propuestos recientemente no contribuyen a los objetivos listados en el párrafo anterior. Todo lo contrario. Profundizan el injusto régimen actual. Están diseñados para beneficiar a ciertos grupos, facilitar el expolio del creador/tributario y privilegiar a un sector de individuos ¿o debería decir individuas? que se apropian de una representación que no tienen.

Los politiqueros pretenden duplicar una falsa deuda que nos han endilgado a los ciudadanos: la deuda política. ¡Qué ironía! Si algunos están en deuda con nosotros, los mandantes, son ellos. No obstante, pretenden que les entreguemos 4 dólares por voto recibido, como si los actuales 2 dólares no fueran ya un abuso. Por cierto, ¿por qué no lo decretan en quetzales? ¿No confían en cómo manejan sus colegas la moneda? ¿Prefieren confiar en el Presidente de la Reserva Federal estadounidense? ¿Les preocupa que su patrimonio se devalúe? En fin, lo que pretenden es asegurarle ingresos a su negocito para mantenerlo a flote, sin importar que sus servicios sean o no demandados.

¿Cuán sinvergüenza debe ser alguien para pretender un puesto sin haberlo ganado? ¿Solo por su sexo, su edad o su etnia? ¿Tan poco se valoran para aceptar que solo por medio de favores pueden llegar a ocupar una curul? ¿Cuáles son las intenciones reales detrás de los promotores de semejante aberración? Si fuera cierto que su objetivo es beneficiar a minorías, lo que deberían de promover es la eliminación de privilegios, no la creación de más legislación oportunista.

¿Y que nos ofrecen a cambio de lo anterior? Fijar la cantidad máxima de diputados en 160 parásitos. ¡Cómo si de los actuales 158 no sobraran la mayoría! Tal y como es nuestro sistema actualmente atrae a los PEORES representantes de nuestra sociedad. ¿Qué podemos esperar con las reformas propuestas? Más de lo mismo, solo que en mayor cantidad.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 4 de noviembre de 2013.

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