Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

10.26.2015

El día después… 2015



Terminó el proceso electoral. Llegó a su fin la campaña política que sorprendió a nacionales e internacionales. Una campaña que, como las anteriores, comenzó recién tomó posesión del cargo de presidente del Ejecutivo el defenestrado, y actualmente preso, Otto Pérez Molina. Lamentablemente, serán si mucho tres meses de descanso los que vamos a tener antes de que empiece la próxima campaña, porque una vez no cambie el sistema de incentivos perversos en el cual vivimos, nuestros problemas seguirán siendo los mismos.

El ayer electo presidente, que la mayoría que ejerció su derecho a voto consideró la menos peor de las opciones, si interpreté correctamente las tendencias, es Jimmy Morales. Un advenedizo al cual favoreció la crisis política de este año que significó el despertar de cientos de miles de mandantes hartos de la corrupción imperante durante el gobierno de Otto Pérez Molina y su inseparable Roxana Baldetti, quien ocupó el cargo de vicepresidente y hoy ocupa una celda en Santa Teresa, la cárcel para mujeres.

Yo decidí no ejercer el domingo pasado mi derecho a voto. Es falaz la presión que hicieron algunos en contra de aquellos que, como yo, no votamos en contra de nuestros valores y principios, que es lo mismo que votar en contra de nosotros mismos. Más aún, sabiendo que la solución a nuestros problemas no se encuentra en el Organismo Ejecutivo. La decisión más importante para proteger nuestros derechos individuales en el largo plazo la hicimos el pasado 6 de septiembre, cuando elegimos a los diputados que van a integrar el próximo Congreso.

Por supuesto, reconozco que había que cumplir con el requisito de elegir a un presidente del Ejecutivo, pero por la enorme diferencia que había entre las intenciones de voto, diferencia que favorecía ampliamente a Morales, mi asistencia a las urnas era irrelevante si el objetivo era vencer a Sandra Torres que, sin duda, era la más peligrosa de los dos. En tal contexto es una contradicción, en particular para aquel que tiene claro su código moral, ir a votar por alguien con quien no comparte ese código.

El ahora mesiánico Jimmy Morales, que habla de sí mismo en tercera persona y afirma que su principal asesor es, ni más ni menos, que el propio dios, el cual va a gobernar bíblicamente y se va a rodear de oportunistas (que no dudo que su principal motivo será pasar a mejor vida a costa de los tributarios), para mala suerte nuestra era, efectivamente, la menos peor y menos peligrosa de las opciones, principalmente por dos motivos: primero, porque no tiene el poder político que tiene Torres, tanto a nivel de las alcaldías municipales como en el Legislativo; y segundo, porque no está lleno del resentimiento que, a pesar de los intentos de disimularlo, carcome a Torres.

Culminada esta etapa, llegó el momento de que nos enfoquemos en lo que es verdaderamente importante: el cambio urgente, radical, a nuestro sistema de Estado Benefactor/Mercantilista. Y, que le quede claro a Morales y su gente: no habrá Luna de Miel.

                                                                                                   
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 26 de octubre de 2015.

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10.19.2015

55 mil millones de quetzales



El techo del Presupuesto de malgasto y despilfarro de los gobernantes para el año 2016 NO debe pasar del monto que proyectan recaudar: o sea, del dinero que calculan que nos van a poder exprimir el año entrante. A estas alturas del partido, es perder el tiempo explicar por qué es absurdo, bajo cualquier contexto, pretender gastar más de lo que ingresa. Los que todavía siguen sosteniendo esta idea falsa son algo más que ingenuos o unos pícaros descarados que tienen la intención de quedarse con una buena parte de todo lo que ingrese a las arcas públicas, y les es irrelevante el daño que hacen en el largo plazo al progreso y la mejora en la calidad de vida de todos. Lo anterior es aplicable a todo individuo y a toda sociedad.

En lugar de preocuparse por la opción de deuda supuestamente más barata (los Eurobonos según los burócratas del Ministerio de finanzas) debemos enfocarnos en CÓMO reducir el presupuesto a un gasto máximo de 55 mil millones de quetzales. No debemos dejar que nos engañen más con el uso incorrecto del término inversión en el contexto de un gobierno. Inversión sólo hay cuando se utiliza capital para transformar recursos en riqueza y eso sólo se da dentro del ámbito privado. Los gobernantes SOLO gastan lo que otros crearon. Este puede ser el momento en el cual los mandantes (no lo van a hacer los gobernantes: a ellos les conviene el estado actual de las cosas) nos cuestionemos acerca del mandato que damos a nuestros mandatarios.

Repito lo dicho en mi artículo anterior: “El robo de nuestros impuestos se da en la ejecución del Presupuesto de malgasto y despilfarro de los politiqueros en el ejercicio del poder. El llamado Presupuesto General del Estado, que no es más que la forma en la cual legalizan la repartición del botín. El botín son los impuestos que pagamos todos los meses los tributarios, obligados a entregar una parte sustancial de la riqueza que hemos generado a base de nuestro esfuerzo mental y físico… Unos pagan más, otros pagan menos, pero todos pagamos, aún aquellos que trabajan dentro de la economía informal, ya que cada vez que consumen un producto o usan un servicio que está controlado por los terroristas fiscales de la SAT, el precio del bien o del servicio lleva cargados los impuestos respectivos”.

También les recuerdo que si es verdad que los gobernantes no tienen dinero para cumplir con sus compromisos no es culpa de nosotros, los tributarios. Es culpa de los corruptos que se robaron nuestro dinero aprovechando el sistema de incentivos perversos, injusto e inmoral, que prevalece en nuestro país. Debemos ser cada día más los que nos oponemos por todos los medios pacíficos posibles al abuso del poder y al uso de la fuerza estatal para violentar nuestros derechos y esquilmarnos: no permitamos que los criminales que, lamentablemente, llegan a ocupar cargos públicos, continúen aprovechándose de la bondad y la credulidad de la mayoría para vender fantasías que sólo benefician a los parásitos y a los oportunistas.

                                                                                                       

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 19 de octubre de 2015.

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10.12.2015

Robo legalizado, botín del Estado



El robo de nuestros impuestos es el que se da en la ejecución del Presupuesto de malgasto y despilfarro de los politiqueros en el ejercicio del poder. El llamado Presupuesto General del Estado, que no es más que la forma en la cual legalizan la repartición del botín. El botín son los impuestos que pagamos todos los meses los tributarios, obligados a entregar una parte sustancial de la riqueza que hemos generado a base de nuestro esfuerzo mental y físico, bajo la amenaza de ir a la cárcel si no lo hacemos. Unos pagan más, otros pagan menos, pero todos pagamos, aún aquellos que trabajan dentro de la economía informal, ya que cada vez que consumen un producto o usan un servicio que está controlado por los terroristas fiscales de la SAT, el precio del bien o del servicio lleva cargados los impuestos respectivos.
                                                
Por eso, de todas las declaraciones que ha dado Juan Carlos Monzón hasta la fecha, la que me parece la más importante es la siguiente: “No soy el líder de esa estructura que están indicando. No lo soy. Si aquí estuviera CUALQUIER MIEMBRO DEL GABINETE del gobierno del  expresidente Otto Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti, o de la organización del Partido Patriota, les podrían asegurar que en ese gobierno no se hacía nada sin el conocimiento ni la aprobación de ninguno de los dos o, por lo menos en mi caso, específicamente sin el conocimiento, autorización e instrucción de la señora vicepresidenta”. El Ministerio Público (MP) y la CICIG no tienen excusas válidas para no entrarle a los más importantes focos de corrupción: a los ministerios, las secretarías, los fideicomisos… y a toda oficina que forme parte de la burocracia estatal. Por supuesto, hay que incluir al Congreso y el Organismo Judicial.

La aseveración del eslabón perdido, Juan Carlos Monzón, es motivo más que suficiente para que el MP, apoyado por la CICIG, empiece a investigar a TODOS aquellos que fueron parte del gobierno de Pérez/Baldetti. Es en la ejecución del Presupuesto del abstracto Estado donde se roban nuestros impuestos, y es en lo que nos debemos enfocar, en lugar de seguir distrayéndonos con la mafia de extorsionistas de La Línea, que ya es un proceso que aparentemente va por buen camino que ¡ojalá! concluya con el fin de las aduanas en Guatemala, además de la condena de los acusados, pues al fin es la sola existencia de éstas el origen de la corrupción en esta área.

Si es verdad que el gobierno no tiene dinero para pagar salarios no es culpa de los tributarios. Es culpa de los corruptos que se robaron nuestro dinero aprovechando el sistema de incentivos perversos, injusto e inmoral, que prevalece en nuestro país. Es necesario que cada día seamos más los que participamos en la batalla de las ideas: debemos cambiar la opinión predominante de que el abstracto Estado debe satisfacer nuestras necesidades, olvidando que la única justificación de la existencia de un gobierno es para asegurar que se respeten la vida, la libertad y la propiedad de todos.

                                                                                                       

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 12 de octubre de 2015.

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10.05.2015

Los diputados a rascarse la panza



Nos va a salir menos caro pagarles a los diputados porque se vayan de vacaciones a rascarse la panza a donde quieran, a que sigan aprobando leyes desastrosas en el Congreso: más legislación arbitraria y más cargas para los tributarios, incluyendo préstamos y la obligación de que les financiemos sus campañas publicitarias y mantengamos a más diputados.

Los cambios a la Legislación electorera y de pandillas politiqueras (LEPP) que pasaron ya en tres lecturas son NEFASTOS. Sin embargo, poco les importó aprobarlos, ni siquiera a aquellos que saben que estos cambios son contrarios a las reformas de fondo que necesitamos hacer urgentemente a nuestro sistema político. Prefirieron no hacer nada bajo la arriesgada premisa de que los magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) los van a rechazar. A menos que paren en la CC esta aberración, serán 160 diputados a quienes vamos a tener que mantener, de los cuales alrededor del noventa por ciento son unos parásitos corruptos. Lo anterior, claro, entre muchas otras barbaridades.
                                                                                
Como he escrito hasta el cansancio, los cambios que aprobaron los diputados son más de lo mismo: puro estatismo, intervencionismo y colectivismo. Además, fortalecen a las bandas actuales y otorgan privilegios a grupos de interés que sólo van a facilitar el clientelismo y el nepotismo dentro de las organizaciones criminales legales mencionadas, o sea, dentro de los partidos políticos.

Los cambios aprobados no sólo van a continuar atrayendo a embusteros, a saqueadores y a gorrones, sino también a oportunistas todavía más flojos que los anteriores. Tipos a los que les da igual llegar o no al ejercicio del poder, ya que se conforman con vivir cómodamente de ser los eternos candidatos: vivirán de las campañas pagadas por nosotros.

Repito por enésima vez: los cambios aprobados a la LEPP (no merecen ser llamados reformas) sólo les facilitan a los politiqueros llegar al ejercicio del poder utilizando NUESTRO dinero (los impuestos que nos son expoliados) pero NO cambian los motivos por los cuales los corruptos quieren llegar al ejercicio del poder. El problema es que continúa vigente, y ahora fortalecido, el sistema de incentivos perversos prevaleciente (injusto e inmoral) que atrae a los peores representantes de nuestra sociedad.

Y lo más delicado es que no termina ahí el daño que pretenden hacer antes de que concluya la actual legislatura: hace unos días, según se rumora por la presión que ejerce Sandra Torres en el Congreso, sacaron del cajón de las pesadillas la mal llamada Ley de Desarrollo Rural Integral (iniciativa 4084), la cual ya pasaron en primera lectura. Una ley perversa que si llega a aprobarse logrará hacernos a la mayoría más pobres, particularmente a los que hoy ya lo son. Contrario a su nombre, lo que va a promover será más miseria. Los únicos beneficiados con esta normativa serán aquellos que ejerzan el poder, sus familiares y los chaqueteros que se hagan pasar por sus amigos. Mejor mandemos a los diputados de vacaciones.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 2 de octubre de 2015.

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