Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

9.24.2011

Variaciones en viernes



Ayer por la noche varié mis actividades cotidianas asistiendo al vivificante concierto de Eddie Palmieri y su Latin Jazz Band. Disfruté tanto que llegó un instante en que se aceleró mi corazón de tal manera que las palpitaciones de ese músculo mío alcanzaron la intensidad de las variaciones e improvisaciones que vivimos esa noche.

Probablemente la más sorprendente de las variaciones fue la decisión del maestro de variar lo único anunciado como seguro en el programa: un intermedio en el que íbamos a ver bailar salsa a una pareja de bailarines profesionales. No hubo pausa entre las variadas melodías. No hubo danza porque no hubo descanso. Los artistas eligieron tocar de corrido las canciones que seleccionaron al vuelo de su inspiración. Hora y media de emociones alternadas que iban de la melancolía a la sensualidad, de la alegría compartida a la intimidad individual.

Hoy, siguiendo el ejemplo de la leyenda del jazz latino que se presentó el jueves pasado por la noche en nuestro país, decidí variar mi escrito de los viernes que usted lee los lunes. Una variación de fechas y actividades. Yo escribo. Usted lee. ¿Nos comunicamos? Eso espero. ¿Variamos en el proceso nuestras ideas, descartando las falsas y reemplazándolas por premisas verdaderas? Eso también lo espero.

Total, mi repertorio varía del que comúnmente programan otros escribidores en otros medios. O en este mismo matutino. Qué aburrida sería la existencia si sólo habláramos, pensáramos y abordáramos un tema. Si acaso alguien sigue ese rumbo, imagino que es para evadir su propia existencia, algo que es para mí difícil de entender ya que considero a la vida el mayor de los placeres. El valor que da valor a mis otros valores.

Yo sin duda he variado, pienso que he evolucionado, en estos poco más de trece años que tengo de escribir sueltos para medios de difusión masiva. Lo que no significa que nos lean masivamente. Quiero creer que la mayoría de los pocos que me acompañan leen hacia adentro y detenidamente mis palabras que generalmente expresan juicios objetivos de valor con el propósito específico de invitarlos a pensar usando su razón y dejando el uso de la imaginación para el ámbito que le corresponde: el de la ficción. Lo anterior lo hago con el fin ulterior de retirar de nuestro camino los principales obstáculos que en este hay para lograr el mayor anhelo de todo humano que se precie de serlo: la felicidad.  

Por cierto, muchos consideran al jazz como el género musical de la improvisación. En lo particular, y para variar, pienso que más que improvisar, lo que hacen los genios del jazz, que no lo son todos los que incursionan en este arte, es organizar su conocimiento de una manera diferente para crear un nueva obra que puede llegar a superar aquella que les sirvió de punto de partida. Así como toda persona que, con su sentido de la vida único e irrepetible, es responsable de una magnum opus: su propio ser.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 26 de septiembre de 2011. La fotografía la tomé el jueves 22 de septiembre de 2011 en el Auditórium Juan Bautista Gutierrez.

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9.19.2011

En segunda



Como es de todos los interesados conocido, Otto Pérez, con 36 por ciento de votos válidos, y Manuel Baldizón, con 23 por ciento de votos válidos, se verán cara a cara en la llamada segunda vuelta de las elecciones generales de este año, programada para el domingo 6 de noviembre de 2011.

Para aquellos que culparon de que haya una segunda vuelta electoral a quienes optamos por votar nulo o en blanco (lo que representa el 12 por ciento de los votos emitidos), les aclaro: aunque todos, como en una indescriptible sintonía universal, en un estado de relajación propio del nirvana, en una comunicación mística incomprensible, en un éxtasis inimaginable, hubiéramos decidido votar por Pérez, cruzando nuestras ideas,  contradiciéndonos… de todas maneras, para elegir al próximo Presidente hubiera sido necesario hacerlo en segunda y cuesta arriba.

Por cierto, en lo que respecta al legítimo reclamo que hacen los ciudadanos conscientes sobre el plan de trabajo de los políticos que quieren ejercer el poder (gobernar), tanto el de los mencionados y los de aquellos que lo intentaron, llegué a la conclusión lógica de que dentro del sistema actual (un Estado benefactor/mercantilista, intervencionista, colectivista, o sea, socialista) es casi IMPOSIBLE que existan propuestas congruentes con la realidad.

Lo que podemos esperar es más promesas ilusorias y ofertas populistas. Un torpe malabarismo dentro del circo político de tercera categoría tan de moda hoy en todo el mundo. Actitud que muestra el poco respeto que los politiqueros le tienen a la inteligencia de los ciudadanos.

Al fin, lo único que les interesa es llegar a sentarse en la silla presidencial. Dirán lo que consideren necesario para alcanzar su meta. Por eso, todas las propuestas, sin excepción, tienen un fuerte sesgo estatista que le asigna funciones de "mandante" al "mandatario" y al resto de funcionarios. En lugar de reconocer la realidad, la falsean, intentando hacer funcionar el sistema actual en lugar de proponer cambiarlo para bien. En lugar de adecuarlo a la realidad.

Como escribió Frank Knight en 1943, en su informe al Director General y al Comité de Publicaciones de University of Chicago Press, al referirse al libro “Camino de Servidumbre” de F. A. Hayek: “…primero, que cualquier política que se diga socialista, o de economía planificada, conduce inevitablemente al totalitarismo y a la dictadura; y, segundo, que un orden social así acaba cayendo inevitablemente bajo el control de los peores individuos [de la sociedad]”.

Lo anterior, ¿les recuerda a nuestra nación? ¿A la independiente Guatemala, habitada por una mayoría de gente dependiente del Presidente? Por eso, en nuestro país no andamos ni siquiera en segunda: vamos en retroceso. A menos que cambiemos no sólo de conductores del vehículo, sino del vehículo mismo, la situación poco va a variar. Y este objetivo SOLO se puede alcanzar desde el Legislativo.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 19 de septiembre de 2011. La imagen la bajé de Internet.

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9.12.2011

El regreso de nulo



Un hecho que esperaba sucediese en cuatro años. Sin embargo, después de algunas reacciones a mi artículo de la semana pasada, elegí sacarlo a relucir un día después de las elecciones generales del Estado Democrático de Guatemala. Porque República, NO es. Hubo quienes opinaron sin ni siquiera haber leído mi artículo. Otros que dicen que lo leyeron, pero al parecer no lo entendieron.

Hoy decidí compartir con ustedes algunas de mis respuestas a las preguntas que me hicieron aquellos que consideré intelectualmente honestos y con quienes entablé una conversación en las redes sociales virtuales. Si tienen curiosidad por conocer más sobre los debates, los invito a visitarme en Facebook (mylibertas) y Twitter (@mydda).

“Sé que mi decisión de cómo votar es políticamente incorrecta. Pero es la adecuada a mi escala de valores. Pago impuestos y tengo el derecho de reclamar cómo se gastan. Ese derecho no depende de si voto o no por alguien a la Presidencia. Creo en un gobierno de leyes. No soy súbdita de ningún rey. No voy a legitimizar un sistema presidencialista. No voto por lo que otros votan. Voto por lo que considero correcto. No entiendo cómo todavía hay tantos que creen que estrenando Presidente cambian las cosas para bien en el largo plazo”.

“La respuesta a nuestros problemas NO está en el próximo guanabi rey de Guatemala. Está en el Congreso. No pretendo que nadie más vote como yo. Cómo votar es una decisión individual. Depende de nuestros valores y principios. Es irresponsable votar sin meditar las consecuencias de nuestro voto. Sin darnos cuenta que legitimamos un sistema presidencialista que es la raíz del problema. Vote como usted considere mejor para alcanzar sus valores”.

“Votar por alguien con quien uno no comparte valores, a mi parecer, es cobarde y patético. Y es peor aún, si lo hace porque así opinan otros que hay que votar. Es irracional si vota por una abstracción: el pueblo, la sociedad, el Estado, Guatemala… Debemos votar por los concretos: por nuestro propio bien y el de nuestros seres queridos. Todo lo demás es un discurso emotivo, falaz y manipulador que sólo beneficia a los poderosos: los gobernantes, sus familiares, sus amigos y los líderes de los grupos de presión. Los parásitos saqueadores de los productores y creadores de riqueza”.

Le guste o no a la demás gente: valiente es quien lucha por lo que piensa (no sólo cree) es verdadero, sin importarle que otros lo sigan o lo que diga el resto. "Yo no juego su juego", le dice John Galt a Thompson, el Presidente de EE. UU. en la novela “La Rebelión de atlas”. Lo mismo les digo yo a todos los politiqueros de mi país. Y a mis conciudadanos les reitero que la mía es una decisión propia: un juicio independiente, producto de mi mente. Y que al final, la principal elección que hago es la de ser feliz. Y para ser feliz, necesito ser íntegra y, repito, coherente conmigo misma, con mi escala de valores y con mi código moral.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 12 de septiembre de 2011. La foto es mi voto anulado por Presidente. Prueba de la consistencia de mi palabra con mis actos, de lo cual me siento orgullosa.

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9.05.2011

Nulo



Muchos me han preguntado cómo votar. Les he explicado el procedimiento. Otros, me han preguntado por quién votar: por aquellos con quienes comparten valores y principios. Finalmente, me han preguntado por quiénes voy a votar. Después de un largo proceso de pensamiento racional (meditado, sosegado), decidí hacerlo como lo he hecho hasta hoy y por las mismas razones que ahora soy capaz de explicar de una manera más clara.

Mi voto para presidente, alcalde y diputados al Parlacen será nulo. Aclaro: actúo, como siempre, a título personal y en pleno uso de mis facultades mentales. No formo parte de ningún grupo que impulse determinada manera de ejercer el derecho de elegir a los gobernantes en una República. La mía es una decisión propia: un juicio independiente, producto de mi mente. El resultado de un proceso lógico cuyo objetivo es ser coherente conmigo y mis valores. Ser íntegra. Nunca votaría en contra de mis principios. Esa acción es, a mi parecer, la peor traición.

Yo actúo en pos de aquello que valoro. Por aquellos con quienes comparto una escala similar de valores. Por quienes considero que coincidimos de alguna manera en un código moral basado en la naturaleza humana y no en creencias místicas que sólo sirven para manipular a gente ingenua que se deja engañar. Votar es un verbo que nos muestra el sentido de la vida de quien lo ejerce.

Es obvio que comparto muy poco, en algunos casos nada (ni valores ni código moral), con los candidatos actuales a presidente del Organismo Ejecutivo y a alcalde capitalino. Hecho respaldado por el propio interés de los mencionados: llegar a un puesto desde el cual podrán ordenar y manejar miles de millones de quetzales, y la indiferencia que han mostrado hacia el Legislativo, el poder del Estado desde el cual se puede cambiar (para bien o para mal), las miserables y en constante deterioro condiciones de vida de la mayoría de habitantes de Guatemala. Espero no tener que explicar por qué voto nulo al Parlacen. Ojalá que los próximos gobernantes nos quiten de encima esa inútil carga.

En el caso de los candidatos a diputados al Congreso, votaré por el listado nacional y el metropolitano por un par de personas que cumplen con lo mínimo que espero. Una de ellas es alguien con quien se puede dialogar y cuyo pensamiento ha evolucionado. Y el otro alguien a quien considero un amigo y con quien comparto la idea de que lo que necesitamos es terminar con el Estado benefactor/mercantilista y dedicarnos a construir un verdadero Estado de Derecho, donde todos seamos iguales ante la Ley. Donde los gobernantes ocupen el lugar que les corresponde como mandatarios, y los ciudadanos asumamos nuestra responsabilidad de mandantes.

Votaré por lo que me importa, sin presiones de nadie. No dejaré que me intimiden los ataques ad hóminen y las falacias fuera de contexto que han circulado. Votaré por mí y por mis seres queridos. Votaré por un gobierno de leyes y no de reyes.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 5 de septiembre de 2011. La imagen la bajé de Internet.

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