Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

6.10.2019

¿Por qué y para qué votar?




Considero que son las dos preguntas más importantes a responder antes de decidir por quién votar o cómo votar.

Voy a votar porque el reconocimiento del derecho que tenemos los ciudadanos de escoger el sistema político dentro del cual queremos vivir, la forma de gobierno que va a imperar y quiénes van a ejercer como gobernantes, a los cuales prefiero llamar mandatarios, ha tenido un costo altísimo, en especial en vidas humanas. Las vidas de los valientes que nos antecedieron en la batalla de las ideas, que pelearon por hacer realidad la definición de Estado que nos dio Aristóteles: “Todo Estado es, evidentemente, una asociación, y toda asociación no se forma sino en vista de algún bien, puesto que los hombres, cualesquiera que ellos sean, nunca hacen nada sino en vista de lo que les parece bueno”. Los héroes que murieron porque prevaleciera el respeto a la libertad de toda persona.

Voy a votar porque necesitamos que los poderes del Estado sean independientes, no sólo en el texto, sino en la práctica. Para que se mantenga una mutua y constante vigilancia de los unos y de los otros. Para que nadie tenga un poder ilimitado sobre nosotros y nuestros bienes. Voy a votar y dividir mi voto porque en arcas abiertas hasta el justo peca.

Voy a votar para que prevalezca el principio de separación de poderes, el cual es vital para fijar los límites al ejercicio del poder, monopólico y coercitivo, del Estado: condición sine qua non para evitar el abuso del mismo por parte de los gobernantes. Voy a votar para que algún día vivamos dentro de un verdadero Estado de Derecho que vele por el respeto a la vida, la libertad y la propiedad de las personas, asegurando la igualdad de todos, sin excepciones, ante la ley.
           
Voy a votar por aquellas propuestas que más se acerquen a los principios universales que han mostrado ser la clave para el progreso y la mejora constante en calidad de vida de las personas. Voy a votar porque yo quiero ser parte de una sociedad donde podamos convivir, cooperar y compartir en paz.

Pero, ante todo, voy a votar haciendo uso de mi juicio propio. No me voy a dejar presionar por nadie, por más bien intencionado que sea, para votar de determinada manera. No votaré a favor de alguien que promueva principios contrarios a los míos. Mi voto será racional, objetivo y coherente con mi código de valores. Ayn Rand enseña en el ensayo titulado “¿Cómo se puede tener una vida racional en una sociedad irracional?” que “pronunciar un juicio moral es una enorme responsabilidad… Se requiere una integridad inquebrantable, es decir, no ser indulgente EN ABSOLUTO con la maldad consciente o intencionada… toda persona racional debe mantener una integridad igualmente estricta y solemne en el tribunal de su mente”.

Por mi bienestar y el de mis seres queridos, me voy a enfocar en  el Congreso. No votaré por el Partido de quien tiene la mayor probabilidad de ser el próximo Presidente. No votaré por partidos atestados de corruptos. Mi voto será a favor nuestro, de los mandantes, y no en nuestra contra.  Usted, ¿por qué votará y para qué votará?


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 10 de junio de 2019.

Etiquetas: , , , , , , , ,

6.03.2019

El Presidente es un mediocre




Y lo puedo decir sin temor a ser demanda penalmente por Jimmy Morales o cualquiera que ocupe el cargo de Presidente. Lo mismo puedo decir en el caso de cualquier funcionario del Estado que se me antoje decirle a la cara lo que pienso de él o ella, lo pueda justificar o no. Es mi derecho como ciudadana. Por supuesto, si quiero ejercer como mandante responsable, lo prudente es que justifique los adjetivos que elija usar para calificar a quienes ejercen el poder. El ataque ad hominem demerita un justo reclamo que se le debe hacer, no sólo a Morales, sino a la mayor parte de funcionarios, diputados y jueces. No obstante, debe ser tolerado el insulto injustificado a los gobernantes, para evitar en el largo plazo perder nuestra principal arma contra las dictaduras: la libertad de expresión.

En Guatemala, me lo permite, sin límites como debe ser, el artículo 35 de la Constitución que dice: “Es libre la emisión del pensamiento por cualesquiera medios de difusión, sin censura ni licencia previa. Este derecho constitucional no podrá ser restringido por ley o disposición gubernamental alguna. Quien en uso de esta libertad faltare al respeto a la vida privada o a la moral, será responsable conforme a la ley. Quienes se creyeren ofendidos tienen derechos a la publicación de sus defensas, aclaraciones y rectificaciones. No constituyen delito o falta las publicaciones que contengan denuncias, críticas o imputaciones contra funcionarios o empleados públicos por actos efectuados en el ejercicio de sus cargos”.

Bien hizo el juez Gustavo Adolfo Castillo Rodríguez, presidente del Tribunal Duodécimo de Sentencia Penal, cuando resolvió el pasado jueves 30 de mayo que la denuncia presentada por el presidente Morales en contra del ciudadano Roberto Rímola por insultarlo debe ser tramitada y resuelta conforme la Ley de Emisión del Pensamiento, motivo por el cual no era de su competencia seguir tramitando el caso. La explicación del juez es que entre el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la honra o reputación al funcionario público: "Se ha de partir de la prevalencia en principio de la libertad de expresión".

La libertad de expresión debe prevalecer y defenderse, aunque algunas personas abusen de ésta. Cuando se cometan faltas en su ejercicio, el juez dejó claro que éstas deben resolverse de acuerdo con la que establece la Ley de Emisión del Pensamiento y no por medio de una acusación penal. En el caso particular de quienes ostentan un cargo público, deben entender que durante el tiempo que ejerzan el poder deben aguantar estoicamente todas la críticas que se les haga. Pueden responder a estas, pero no penalmente. También deben recordar, como correctamente lo expresó Jorge Vega, reconocido gimnasta guatemalteco, que "el respeto se gana". Y demandando a quienes los insultan, con o sin razón, lo único que logran es una mayor animadversión.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 3 de junio de 2019.

Etiquetas: , , ,