Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

7.27.2015

Yo NO financio a politiqueros



Y me opongo ROTUNDAMENTE a que me obliguen los corruptos que ejercen el poder a hacerlo por medio de cambios a la Legislación Electorera y de Pandillas Politiqueras (LEPP). Rechazo la intención de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), de Iván Velásquez de la CICIG, y de los actuales diputados de que NOSOTROS, los ya agobiados tributarios, seamos obligados a financiar las campañas publicitarias de gente que en su mayoría despreciamos por mentirosos, holgazanes y ladrones.

Lo aprobado por la comisión del Congreso a cargo de conocer las reformas a la LEPP dice lo siguiente en el Artículo 65 que reforma el artículo 220 del Decreto número 1-85 de la Asamblea Nacional Constituyente, la Ley Electoral y de Partidos Políticos: …“f) El Tribunal Supremo Electoral, deberá destinar de su propio presupuesto [que sale de nuestros bolsillos], en el año electoral, una cantidad como parte del financiamiento público [el dinero que nos fue exprimido bajo amenaza de ir a la cárcel] que promueva un acceso igualitario a los espacios y los tiempos en los medios de comunicación social. El cálculo del monto a asignar será el equivalente a no menos del cero punto veinticinco por ciento (0.25%) [¡Q.150 millones!] de los ingresos ordinarios del Estado [parafraseando a Frédéric Bastiat: esa ficción a partir de la cual los parásitos quieren vivir a costa de los creadores de riqueza: los que se esfuerzan mental y físicamente por ganarse el pan diario de cada día]”.

Con propuestas como la anterior, los magistrados del TSE e Iván Velásquez lo único que van a lograr es facilitarle el robo de nuestros impuestos a los corruptos que aspiran a gobernar dentro del actual sistema intervencionista, estatista y colectivista. ¿Cómo se sienten quienes fueron engañados y manipulados, y que terminaron apoyaron leyes que ni siquiera conocían y que los perjudican?

Es urgente que hagamos un cambio radical, pero lo que pretenden hacer en el Congreso es aprobar más de lo mismo. Si queda tal y como está vamos a empeorar en vez de mejorar. Las modificaciones que están discutiendo otorgan más poder a los gobernantes: no fortalecen al inexistente Estado de Derecho sino a los politiqueros y al gobierno, facilitando el robo de nuestros impuestos además de promover el clientelismo y el nepotismo. No a ESTAS reformas a la LEPP.

Quienes quieran financiar a los partidos políticos porque creen que así van a cambiar a los corruptos, ¡HAGANLO! Nadie se los impide: es SU dinero, hagan con este lo que quieran sin violentar los derechos de los demás: no pretendan, cual dictadores, imponernos sus decisiones al resto. El origen de la corrupción NO es el financiamiento a los partidos políticos. El origen de la corrupción es el sistema de incentivos perversos, inmoral e injusto, que prevalece en Guatemala y, lamentablemente, la mayoría de reformas propuestas a la LEPP que están discutiendo los diputados, en lugar de acabarlo, lo fortalece en beneficio de los parásitos saqueadores que llegan al poder.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 27 de julio de 2015.

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7.20.2015

Los corruptos a la cárcel



Me alegro cada vez que me entero de que un corrupto es acusado y enviado a la cárcel, no importa quién sea y qué cargo ocupa o haya ocupado. Me alegro porque es lo correcto. Espero que mi alegría sea sostenible en el largo plazo cuando se emita una condenada definitiva que incluya primordialmente la compensación justa a las víctimas del corrupto: nosotros los tributarios de Guatemala. Por supuesto, espero que lo anterior se dé después de cumplido con el debido proceso y debidamente probada la culpabilidad del acusado. Me alegra que algunos de los miles que han pasado por el gobierno, tanto el actual como los anteriores, paguen las consecuencias de sus acciones.

Pero esa alegría no nubla mi razón ni mi entendimiento. Ni voy a endiosar a Iván Velásquez ni me voy a enajenar ante los shows mediáticos que han montado para anunciar con bombos y platillos lo que todos sabemos desde tiempo atrás: que el aparato burocrático estatal está podrido hasta sus mismas entrañas. Celebro que finalmente (al menos eso parece) hacen algo positivo los señores de la CICIG y los fiscales del Ministerio Público y que haya alguna evidencia que podría servir de referencia para condenar a muchos más de los que han sido acusados formalmente; incluido el todavía Presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina. Que vayan tras los meros jefes, no solo persigan a los gatos y los mandos medios.

No obstante mi alegría, no falseo la realidad: el súbito despertar de Velásquez y su gente se debió a la amenaza de que no les iban a prorrogar el mandato. También reconozco que después de que lograron la prorroga continúan destapando cloacas por la presión ciudadana y la injerencia del gobierno de EE. UU. en nuestro país con el objetivo de llevarse ¿a Washington? ¿a Nueva York?, sin mayor problema, a Roxana Baldetti para juzgarla como mínimo por lavado de dinero. ¿Qué pasará cuando logren su objetivo? Sin duda, seguirán interviniendo de una u otra manera. Es parte del modus vivendi de la burocracia gringa. Pero ¿es eso lo que queremos para nosotros y nuestros seres queridos en el largo plazo?

Pienso que llegó el momento en el cual los mandantes de este país asumamos el control de nuestro Estado: los que hemos elegido Guatemala como nuestro hogar independientemente de si nacimos aquí o no, nosotros los tributarios que con nuestros impuestos mantenemos a aquellos que hasta hoy se han dedicado principalmente a violar nuestros derechos individuales y vivir de manera parasitaria exprimiendo a quienes nos esforzamos mental y físicamente para producir y crear riqueza, asumamos el poder que legítimamente nos corresponde y hagamos al sistema político vigente los cambios radicales que necesitamos para vivir en una sociedad pacífica basada en el respeto de los unos a los otros y la igualdad de todos ante la Ley.

Hace unos años aprendí que uno debe elegir con cuidado sus batallas para alcanzar sus objetivos. Para lograr el cambio que nos permita prosperar yo ya elegí la mía: la batalla de las ideas. ¿Y usted?



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 20 de julio de 2015.

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7.13.2015

Todd Joviel Robinson Acevedo



De Joviel Acevedo a Todd Robinson parece que es poca la diferencia: el embajador de EE. UU. marchó el lunes pasado junto a los integrantes de la autonombrada “Plataforma para la Reforma del Estado” para exigir que se aprueben de urgencia nacional sus propuestas de cambios a la Ley Electorera y de Pandillas Politiqueras. Entre los ¿notables? personajes de la escuálida protesta iba por lo menos un miembro de la especie de Acevedo: Daniel Pascual. Luego, Robinson amenazó a los diputados después de criticarlos, amenazas que por la tarde cumplió, como era de esperarse, Iván Velásquez de la CICIG.

Para colmo de males, en una entrevista que le hizo Cindy Espina de “elPeriódico”, publicada el miércoles 8 de junio, el ingenuo embajador confesó que ¡ni siquiera sabía qué contenían las propuestas que apoyó! Muy mal Mr. Robinson, muy mal. Salió muy pero muy mal parado de esa entrevista que les recomiendo leer completa. Debemos oponernos a la injerencia de los grupos de presión que esperan beneficiarse de la iniciativa presentada por los magistrados del TSE. Los diputados NO deben aprobar nada sin antes discutirlo. Mucho menos cuando se trata de otorgar más privilegios, que es el camino contrario por el cual debemos transitar para reformar nuestro sistema político en general.

Ya que la orden que seguía Robinson por esos días era proteger a Otto Pérez Molina, ¿será que con su abuso de poder del lunes pasado pretendía distraer nuestra atención del mero jefe de la corrupción? Robinson merece más de un abucheo. Y ojalá el rechazo a su intromisión continúe por todos los medios pacíficos posibles, incluidos Twitter y Facebook. Por el bien del diplomático mencionado, ¿alguno de sus asesores le puede explicar la diferencia entre su cargo y el papel de un activista civil? ¿Explicarle que no se encuentra en 1965 en Selma, Alabama, y que él está muy lejos de ser Martin Luther King, Jr.?

Lo anterior me lleva a preguntarme, ¿cuál es la verdadera razón de la sospechosa visita de Thomas Shannon, Consejero del Departamento de Estado de EE. UU., acompañado de importantes miembros del gobierno estadounidense? ¿Vinieron porque Robinson no logró que Pérez Molina les deje llevarse a Roxana Baldetti para ser juzgada en Estados Unidos por lavado de dinero, entre otras cosas?

Por cierto, varios embajadores europeos se sintieron relegados a un segundo plano, por lo que decidieron también entrometerse en nuestros asuntos exigiendo que se aprueben pronto las susodichas modificaciones. Es lamentable que no les importe cuáles son las reformas que necesitamos para construir un Estado de Derecho que nos permita progresar. Que no se pregunten ¿a quiénes van a beneficiar los cambios? ¿A todos o solo a ciertas personas en detrimento del resto? ¿Representan estos cambios más privilegios para ciertos grupos de presión o buscan la igualdad de todos ante la Ley? Necesitamos cambios radicales, pero no imposiciones estatistas de otros gobiernos ni de oportunistas nacionales.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 13 de julio de 2015.

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7.06.2015

La Guatemala embrujada



Desde tiempos inmemoriales sabemos que Guatemala, más allá de sus célebres leyendas, está poblada por espectros. Son reales y merodean por el aparato burocrático estatal. Los hay en todas las oficinas y entes gubernamentales. Toman muchas formas: se hacen pasar por conserjes, asesores, secretarias… Sospecho que hasta presidentes fantasmas hemos tenido.

Cosa de estudios nigrománticos es averiguar cuál es el destino de los impuestos que pagamos con la falsa excusa de ayudar a los menos afortunados, ya que suelen desaparecer misteriosamente cuando ingresan a la dimensión fantasmagórica de las arcas públicas. Lo curioso de este caso es que luego, por arte y magia del testaferro ¿será brujo?, aparecen en los bolsillos de un funcionario público o en sus cuentas bancarias en el extranjero. ¿Será fantasmal nuestro dinero? Puede ser, porque se esfuma de nuestras vidas para aparecer en las de otros que no se lo ganaron.

En fechas recientes se ha comentado bastante sobre las llamadas plazas fantasmas. Sin embargo, es obvio que las plazas no son fantasmas: existen y están presupuestadas. El problema es quiénes las ocupan: son plazas PARA fantasmas que solo aparecen cuando hay que cobrar el cheque. Espantan cada quincena. Y esto no solo ocurre en el Congreso, es un hecho que se repite en todos los ministerios e instituciones del gobierno y todo organismo que tenga relación con la administración del abstracto Estado.

En la Guatemala embrujada hasta la gente desaparece. Algunos mueren de hambre o son asesinados por los criminales residentes y terminan espantando en el cementerio local. Otros simplemente se evaporan y rara vez se vuelve a saber de ellos. Sus familiares y amigos opinan que se fueron para el norte, creen que tal vez llegaron o tal vez se quedaron en el camino. ¡Quién sabe cuál fue su sino!

Por estos días un grupo de gente que hasta hace pocos meses era parte del mundo de las tinieblas, integrado en su mayoría por extranjeros y cuentacuentos muy bien remunerados, parecen haber resucitado. A sottovoce se comenta que el despertar se debió a la amenaza de perder el cómodo empleo que les permitió pasar a mejor vida. Para evitar tal hecho, decidieron convertirse en los ghostbusters tropicales. Eso sí, sólo cazan a diablillos de poca monta y algunos medios mandos. A los meros jefes de las hordas del inframundo de la corrupción hasta los protegen por orden del más poderoso de los espantos.

Para colmo de males, a quienes más temen los honrados en nuestro país embrujado, es a los policías que sólo aparecen para extorsionar, violar, secuestrar, asaltar y hasta asesinar a los ciudadanos trabajadores. Y cuando ven que se asoma un delincuente o un criminal de verdad, desaparecen al instante. No importa cuánto uno los invoque, que se use la guija más sofisticada conectada a la Internet con todo y guaifai incorporado, los mentados no aparecen por ningún lado. En fin, una vez más queda demostrado que hay que temer más a quienes se pasan de vivos que a los aparecidos.
                               


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 6 de julio de 2015.

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