De Joviel Acevedo a Todd Robinson
parece que es poca la diferencia: el embajador de EE. UU. marchó el lunes pasado junto a los integrantes de la autonombrada
“Plataforma para la Reforma del Estado” para exigir que se aprueben de urgencia nacional sus propuestas de
cambios a la Ley Electorera y de Pandillas Politiqueras. Entre los ¿notables? personajes
de la escuálida protesta iba por lo menos un miembro de la especie de Acevedo:
Daniel Pascual. Luego, Robinson amenazó a los diputados después de criticarlos,
amenazas que por la tarde cumplió, como era de esperarse, Iván Velásquez de la
CICIG.
Para colmo de males, en una
entrevista que le hizo Cindy Espina de “elPeriódico”, publicada el miércoles 8
de junio, el ingenuo embajador
confesó que ¡ni siquiera sabía qué contenían las propuestas que
apoyó! Muy mal Mr. Robinson, muy mal.
Salió muy pero muy mal parado de esa
entrevista que les recomiendo leer completa. Debemos oponernos a la injerencia
de los grupos de presión que esperan beneficiarse de la iniciativa presentada
por los magistrados del TSE. Los diputados NO deben aprobar nada sin antes
discutirlo. Mucho menos cuando se trata de otorgar más privilegios, que es el
camino contrario por el cual debemos transitar para reformar nuestro sistema
político en general.
Ya que la orden que seguía Robinson
por esos días era proteger a Otto Pérez Molina, ¿será que con su abuso de poder
del lunes pasado pretendía distraer nuestra atención del mero jefe de la
corrupción? Robinson merece más de un abucheo.
Y ojalá el rechazo a su
intromisión continúe por todos los medios pacíficos posibles, incluidos Twitter y Facebook. Por el bien del diplomático
mencionado, ¿alguno de sus asesores le puede explicar la diferencia entre su
cargo y el papel de un activista civil? ¿Explicarle que no se encuentra en 1965
en Selma, Alabama, y que él está muy lejos de ser Martin Luther King, Jr.?
Lo anterior me lleva a
preguntarme, ¿cuál es la verdadera razón de la sospechosa visita de Thomas Shannon, Consejero del Departamento de
Estado de EE. UU., acompañado de importantes miembros del gobierno
estadounidense? ¿Vinieron porque Robinson no logró que Pérez Molina les deje
llevarse a Roxana Baldetti para ser juzgada en Estados Unidos por lavado de
dinero, entre otras cosas?
Por cierto, varios embajadores
europeos se sintieron relegados a un segundo plano, por lo que decidieron
también entrometerse en nuestros asuntos exigiendo que se aprueben pronto las susodichas
modificaciones. Es lamentable que no les
importe cuáles son las reformas que necesitamos para construir un Estado de
Derecho que nos permita progresar. Que no se pregunten ¿a quiénes van a
beneficiar los cambios? ¿A todos o solo a ciertas personas en detrimento del
resto? ¿Representan estos cambios más privilegios para ciertos grupos de
presión o buscan la igualdad de todos ante la Ley? Necesitamos cambios
radicales, pero no imposiciones estatistas de otros gobiernos ni de
oportunistas nacionales.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el
lunes 13 de julio de 2015.
Etiquetas: Daniel Pascual, grupos de presión, Ley Electoral y de Partidos Políticos, reforma, Thomas Shannon, Todd Robinson
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