Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

7.13.2015

Todd Joviel Robinson Acevedo



De Joviel Acevedo a Todd Robinson parece que es poca la diferencia: el embajador de EE. UU. marchó el lunes pasado junto a los integrantes de la autonombrada “Plataforma para la Reforma del Estado” para exigir que se aprueben de urgencia nacional sus propuestas de cambios a la Ley Electorera y de Pandillas Politiqueras. Entre los ¿notables? personajes de la escuálida protesta iba por lo menos un miembro de la especie de Acevedo: Daniel Pascual. Luego, Robinson amenazó a los diputados después de criticarlos, amenazas que por la tarde cumplió, como era de esperarse, Iván Velásquez de la CICIG.

Para colmo de males, en una entrevista que le hizo Cindy Espina de “elPeriódico”, publicada el miércoles 8 de junio, el ingenuo embajador confesó que ¡ni siquiera sabía qué contenían las propuestas que apoyó! Muy mal Mr. Robinson, muy mal. Salió muy pero muy mal parado de esa entrevista que les recomiendo leer completa. Debemos oponernos a la injerencia de los grupos de presión que esperan beneficiarse de la iniciativa presentada por los magistrados del TSE. Los diputados NO deben aprobar nada sin antes discutirlo. Mucho menos cuando se trata de otorgar más privilegios, que es el camino contrario por el cual debemos transitar para reformar nuestro sistema político en general.

Ya que la orden que seguía Robinson por esos días era proteger a Otto Pérez Molina, ¿será que con su abuso de poder del lunes pasado pretendía distraer nuestra atención del mero jefe de la corrupción? Robinson merece más de un abucheo. Y ojalá el rechazo a su intromisión continúe por todos los medios pacíficos posibles, incluidos Twitter y Facebook. Por el bien del diplomático mencionado, ¿alguno de sus asesores le puede explicar la diferencia entre su cargo y el papel de un activista civil? ¿Explicarle que no se encuentra en 1965 en Selma, Alabama, y que él está muy lejos de ser Martin Luther King, Jr.?

Lo anterior me lleva a preguntarme, ¿cuál es la verdadera razón de la sospechosa visita de Thomas Shannon, Consejero del Departamento de Estado de EE. UU., acompañado de importantes miembros del gobierno estadounidense? ¿Vinieron porque Robinson no logró que Pérez Molina les deje llevarse a Roxana Baldetti para ser juzgada en Estados Unidos por lavado de dinero, entre otras cosas?

Por cierto, varios embajadores europeos se sintieron relegados a un segundo plano, por lo que decidieron también entrometerse en nuestros asuntos exigiendo que se aprueben pronto las susodichas modificaciones. Es lamentable que no les importe cuáles son las reformas que necesitamos para construir un Estado de Derecho que nos permita progresar. Que no se pregunten ¿a quiénes van a beneficiar los cambios? ¿A todos o solo a ciertas personas en detrimento del resto? ¿Representan estos cambios más privilegios para ciertos grupos de presión o buscan la igualdad de todos ante la Ley? Necesitamos cambios radicales, pero no imposiciones estatistas de otros gobiernos ni de oportunistas nacionales.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 13 de julio de 2015.

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