Hasta hoy sólo han encarcelado e iniciado procesos penales a algunos gatos y a unos pocos mandos medios de los
miembros de la mafia estatal que por décadas han extorsionado a los guatemaltecos
honrados y se han robado la mayoría de nuestros impuestos. El resto de los
tributos los han malgastado en programas populistas cuyo objetivo es apaciguar las demandas de quienes están
dispuestos a vender su futuro y el de sus seres queridos por un par de láminas
y una supuesta bolsa de productos básicos.
Es importante resaltar que los beneficiados
de estos programas NO son los más pobres. Tampoco son muchos. Sólo son los
necesarios para que los corruptos logren perpetuarse en el ejercicio del poder.
Por supuesto que lo anterior, después de cualquier cantidad de años en los
cuales hemos visto cómo descaradamente los gobernantes acumulan fortunas
inimaginables a costa nuestra, ha avivado la esperanza de que sí puede haber un
cambio positivo para la gente honesta, respetuosa y laboriosa de Guatemala.
Además, también genera la expectativa de que quienes han utilizado el sistema
político actual para robar lo que es nuestro paguen las consecuencias de sus
acciones y compensen a sus víctimas, que en este caso somos todos los
tributarios del país.
Repito lo que dije en mi artículo anterior: “No fue el quehacer de ningún burócrata
oportunista que vive como rey a costa de los impuestos de otros, lo que logró
que Roxana Baldetti [y ahora otros] renunciara. Fue gracias a la presión
de los ciudadanos que salimos a manifestar y protestamos en las redes sociales
que Baldetti renunció a la vicepresidencia de Guatemala,
independientemente de lo solicitado por grupos de presión como el CACIF, lo que
haya confesado Marllory Dadiana Chacón Rossell (La Reina del Sur), las exigencias de La Embajada o las intrigas de sus agentes políticos infiltrados en la USAC”. Y hoy puedo agregar
que esa misma presión de los mandantes logró que continúen arrestando a
funcionarios involucrados en actos de corrupción. Pero, ¿para cuándo los meros tatascanes? Me refiero al presidente
y a la R.
Las renuncias y las capturas de los acusados en el caso de La Línea y el IGSS fortalecen el ánimo
de los ciudadanos activos que han despertado y asumen su papel de los que
mandan. Le guste a quien le guste. Ahora que ya oficializó Ban Ki-moon la
prórroga de la CICIG hasta el año 2017, ¿cuándo van a presentar la evidencia irrefutable
que tienen en contra de Otto Pérez Molina y Baldetti? Me refiero a la que les
sirvió para obligarlos a solicitar la prórroga. Sé que hay quiénes falsean la
realidad y se molestan con quienes señalamos la negociación mencionada y los
excusan diciendo que “las van a presentar cuándo las tengan”. Pero a estas
alturas, somos muchos más los que no nos tragamos el cuento de que, a pesar de
años de investigaciones, sólo tienen pruebas
(que según algunos no son suficientes) en contra de los mandaderos. ¿Cuándo los
van a acompañar el uno y la dos?
Artículo
publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 25 de mayo de 2015.Etiquetas: Ban Ki-moon, CICIG, corrupción, justicia, Ministerio Público, Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti
1 Comments:
Felicitaciones, tenemos que seguir pidiendo el moro y el toro, y que los cabezones vayan a la cárcel, no sólo los gatos.
By Anónimo, at 11:53 a.m.
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