Esas fueron las palabras más relevantes del Presidente, Otto Pérez Molina,
en el mensaje a la nación que dio el lunes 27 de abril, a
las cuales agregaría de lo dicho lo siguiente: “Porque es indignante y
vergonzoso para todos... actos en contra de la población… he recibido su
mensaje de forma clara y contundente… me llena de indignación lo ocurrido…
quiero ser enfático en esto: SEA QUIÉN SEA, debe enfrentar todo el peso de la
Ley… cero tolerancia a los abusos de autoridad…”. En fin, señor Presidente, ¿la cero
tolerancia es sólo contra la SAT y Juan Carlos Monzón? ¿De verdad entendió su merced de que el mensaje principal es
para que USTED y la Vicepresidente Roxana Baldetti paguen las consecuencias de
SUS acciones? ¿La advertencia a sea quién
sea lo incluye a usted y a Baldetti?
Repito las preguntas que plantee la semana pasada porque me llama la
atención la reacción de unos cuantos
a las mismas: ¿qué piensan aquellos que abogan por la CICIG de que el
comisionado de esta organización salga en los anuncios del gobierno apoyando a
Pérez Molina? ¿Van a exigirle a Iván Velásquez que dé a conocer la información
que tiene de los delitos del Presidente y la Vicepresidente? Después de leer
algunas de las respuestas que me han
dado, he decidido agregar la siguiente pregunta: ¿van a seguir intentando justificar lo injustificable: el
consentimiento de la CICIG y el comisionado con que se les incluya en la
propaganda que pretende lavarles la cara
a Pérez Molina y a Baldetti?
En lo que respecta específicamente al mensaje de nuestro mandatario, pregunto: ¿El SECRETARIO PRIVADO DE QUIÉN, señor Presidente? ¿Por qué está tan
seguro de que puede confiar plenamente
en la CICIG? ¿Por qué esa confianza
en quienes se supone deben contarle las
costillas? ¿A cuál debido proceso y a qué institucionalidad se refiere, si
ambos son inexistentes en nuestro país? ¿Pretende rediseñar la SAT? ¿Para qué, si el problema no es la recaudación ni la evasión fiscal? A estas alturas del partido es conocido casi por todos que
el problema es la corrupción que durante su gobierno alcanzó niveles
inimaginables. Esa corrupción que es propia del sistema de incentivos
perversos, estatista e intervencionista, que prevalece desde hace décadas por
estos lares. Un sistema que atrae a los peores representantes de nuestra
sociedad, siendo ustedes un buen ejemplo de lo anterior.
Hoy, la mayor presión para que la CICIG y el MP presenten pruebas
CONTUNDENTES en contra de quienes ya fueron acusados y los que hacen falta,
encabezando este listado Pérez Molina y Baldetti, deben ejercerla quienes han
defendido al mencionado ente supraestatal a capa y espada… si es que son
honestos y dignos. Por supuesto, quienes no caímos en la trampa mediática
también vamos a ejercer presión para que se llegue hasta las últimas consecuencias,
con o sin la venia de La Embajada.
Sólo haciendo verdadera JUSTICIA, vamos a construir esa institucionalidad a la
cual hace referencia Pérez Molina, sus protectores
y sus acólitos.
Artículo publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 4 de mayo de 2015.Etiquetas: CICIG, corrupción, EE. UU., embajada, Estados Unidos, Iván Velásquez, Juan Carlos Monzón, justicia, Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti, Todd Robinson
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