Depositemos el pago de nuestros
impuestos en un tribunal, amparándonos en el artículo 45 de la Constitución que
dice:
“Es legítima la resistencia del pueblo para la protección y defensa de
los derechos y garantías consignados en la Constitución”. Es más que evidente
que la ineficiente burocracia estatal y los gobernantes corruptos no cumplen
con sus obligaciones.
Esta protesta pacífica y legal
está más que justificada. Para tener éxito, se necesita del apoyo de algún
grupo organizado y con recursos para prepararnos legalmente y dar la batalla. ¿Será
que entre los miembros del CACIF, la Cámara de Comercio, la Cámara del Agro…
hay quien esté cansado de que a los gobernantes no les importe lo que les
ordene la Corte de Constitucionalidad y otras instancias del Estado de
Guatemala? ¿Alguien que esté harto de ser explotado por la partida de ladrones en
el ejercicio del poder, y sus aliados de pandillas delincuenciales como lo son
CODECA, FNL, CUC… que, además de parasitar de nosotros no dejan trabajar?
Edward Snowden en la
sección “Ask Me Anything” en
“reditt”, el pasado lunes 23 de febrero, respondió lo siguiente a una pregunta
que le hicieron: “…sospecho que los gobiernos están más preocupados por la
pérdida de su capacidad para controlar y regular el comportamiento de sus
ciudadanos que con el descontento de ellos. ¿Cómo podemos convertir esto en una
ventaja para nosotros? Podemos idear medios, mediante la aplicación y
sofisticación de la ciencia, para recordarle a los gobernantes que si no son
responsables en la custodia de nuestros derechos, nosotros implementaremos los
sistemas que garanticen los medios para defender nuestros derechos y eliminar
la capacidad de los gobiernos para interferir con esos derechos.
“La idea no es promover la
anarquía y eliminar al gobierno, sino recordarles que siempre debe haber un
equilibrio de poder entre los gobernantes y los gobernados. Que el progreso
científico empodera a comunidades e individuos… que si insisten con su
comportamiento deplorable y el cruel desprecio por el ciudadano, podemos
encontrar maneras de reducir o eliminar sus poderes sobre un nuevo y permanente
fundamento. Nuestros derechos no son garantizados por los gobiernos: son
inherentes a nuestra naturaleza. Pero es todo lo contrario para los gobiernos:
sus privilegios son artificiales.
“No hemos pensado sobre esto en
las últimas décadas porque la calidad de vida ha aumentado en casi todos los
aspectos de una manera significativa, y eso nos ha llevado a una cómoda
complacencia. Pero tarde o temprano, a lo largo de la historia, nos topamos con
períodos donde a los gobernantes les interesa más el poder hacer que lo que DEBEN hacer: lo que es legal se distancia
cada vez más de lo que es moral. En esos tiempos, debemos recordar que al final
del día la ley no nos defiende; nosotros defendemos la ley. Y cuando eso se
convierte en lo contrario a nuestra moral, tenemos tanto el derecho como la
responsabilidad de reequilibrarlo hacia fines justos”.
Artículo publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 2 de marzo de 2015.Etiquetas: desobediencia civil, Edward Snowden, gobierno, impuestos, legítima defensa, ley, moral, resistencia pacífica, SAT
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