Cuánto dinero nos logran exprimir
por medio de impuestos y préstamos es una obsesión que comparten los politiqueros
corruptos que llegan al ejercicio del poder con los burócratas estatales,
nacionales e internacionales, que también viven del trabajo de otros: casi
todos ellos viven como multimillonarios sin haber creado nada más que
obstáculos para los que sí somos productivos. Hasta las llamadas compañías
calificadoras de
países, como es el caso de
Moody’s,
se prestan al juego del engaño colectivo según el cual la recaudación es lo más importante para el
funcionamiento del abstracto
Estado.
La recaudación fiscal que debe ser un medio y no un fin. Y es este último el
punto más importante a discutir, ¿para qué pagamos impuestos?
¿Se sacrifica usted durante todo el mes para mantener a la partida de
saqueadores que llegan al ejercicio del poder? ¿Se levanta de madrugada y viaja
todos los días de la semana durante más de una hora (si tiene suerte) para
llegar puntual a su trabajo con el objetivo de satisfacer las necesidades de
otros, gente anónima, desconocida para usted? ¿Repite la misma historia en la noche
en el viaje de regreso a su hogar por los parásitos que no quieren esforzarse y
correr riesgos? ¿Cree, ilusoriamente, que algún día quienes le ofrecieron que
iban a ayudarlo a vivir mejor cumplan
sus promesas? ¿Creyó al votar por ellos que otros iban a pagar la factura por
todo lo que le ofrecieron durante la campaña política? ¿Ya se dio cuenta que no
solo no cumplieron lo que le ofrecieron, sino que ahora está todavía más fregado que antes porque USTED resultó
pagando los caprichos de los gobernantes y su círculo cercano?
Reality bites: por eso no debemos falsear la realidad. Tragarse el cuento de los populistas de
que le van a dar educación, salud, recreación, vivienda, ¿viajes a Europa ya
que son más baratos que al Petén?, es hoy la mayor tontería que puede cometer
en su vida. No solo lo poco que le den va a ser de pésima calidad (basta con
nombrar el desastre nacional que son los sistema de salud y educación estatales
en Guatemala), sino que usted va a terminar pagando por otros que en su vida
van a mover un dedo por el bienestar suyo. Y aquí no solo me refiero a quienes
gobiernan, sino a todos los oportunistas que los rodean que incluyen, por
supuesto, a los líderes de los grupos de presión como lo son, por ejemplo, los
sindicalistas y los empresaurios.
Llegó la hora de que acepte la
realidad para que cambiemos lo que debemos de cambiar para que de verdad usted
y sus seres queridos tengan una oportunidad de prosperar. Para lograr esta meta
debe aceptar que ser partícipe de un engaño colectivo basado en una injusticia
y una inmoralidad (como lo es el Estado Benefactor/Mercantilista) es el peor
error que puede cometer. Aceptar que para mejorar nuestros ingresos reales y
nuestra calidad de vida necesitamos trabajar y eliminar los obstáculos que nos
han puesto en el camino para crear riqueza. Debemos acabar con el
intervencionismo/estatismo.
Artículo publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 16 de febrero de 2015.Etiquetas: corrupción, Estado, impuestos, populismo
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