Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

2.16.2015

La obsesión por la recaudación



Cuánto dinero nos logran exprimir por medio de impuestos y préstamos es una obsesión que comparten los politiqueros corruptos que llegan al ejercicio del poder con los burócratas estatales, nacionales e internacionales, que también viven del trabajo de otros: casi todos ellos viven como multimillonarios sin haber creado nada más que obstáculos para los que sí somos productivos. Hasta las llamadas compañías calificadoras de países, como es el caso de Moody’s, se prestan al juego del engaño colectivo según el cual la recaudación es lo más importante para el funcionamiento del abstracto Estado. La recaudación fiscal que debe ser un medio y no un fin. Y es este último el punto más importante a discutir, ¿para qué pagamos impuestos?

¿Se sacrifica usted durante todo el mes para mantener a la partida de saqueadores que llegan al ejercicio del poder? ¿Se levanta de madrugada y viaja todos los días de la semana durante más de una hora (si tiene suerte) para llegar puntual a su trabajo con el objetivo de satisfacer las necesidades de otros, gente anónima, desconocida para usted? ¿Repite la misma historia en la noche en el viaje de regreso a su hogar por los parásitos que no quieren esforzarse y correr riesgos? ¿Cree, ilusoriamente, que algún día quienes le ofrecieron que iban a ayudarlo a vivir mejor cumplan sus promesas? ¿Creyó al votar por ellos que otros iban a pagar la factura por todo lo que le ofrecieron durante la campaña política? ¿Ya se dio cuenta que no solo no cumplieron lo que le ofrecieron, sino que ahora está todavía más fregado que antes porque USTED resultó pagando los caprichos de los gobernantes y su círculo cercano?

Reality bites: por eso no debemos falsear la realidad. Tragarse el cuento de los populistas de que le van a dar educación, salud, recreación, vivienda, ¿viajes a Europa ya que son más baratos que al Petén?, es hoy la mayor tontería que puede cometer en su vida. No solo lo poco que le den va a ser de pésima calidad (basta con nombrar el desastre nacional que son los sistema de salud y educación estatales en Guatemala), sino que usted va a terminar pagando por otros que en su vida van a mover un dedo por el bienestar suyo. Y aquí no solo me refiero a quienes gobiernan, sino a todos los oportunistas que los rodean que incluyen, por supuesto, a los líderes de los grupos de presión como lo son, por ejemplo, los sindicalistas y los empresaurios.

Llegó la hora de que acepte la realidad para que cambiemos lo que debemos de cambiar para que de verdad usted y sus seres queridos tengan una oportunidad de prosperar. Para lograr esta meta debe aceptar que ser partícipe de un engaño colectivo basado en una injusticia y una inmoralidad (como lo es el Estado Benefactor/Mercantilista) es el peor error que puede cometer. Aceptar que para mejorar nuestros ingresos reales y nuestra calidad de vida necesitamos trabajar y eliminar los obstáculos que nos han puesto en el camino para crear riqueza. Debemos acabar con el intervencionismo/estatismo.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 16 de febrero de 2015.

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