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El propósito de la moral es enseñar, NO a sufrir y morir, sino a disfrutar de nosotros y vivir". Ayn Rand. |
Un derecho es un concepto moral
aplicable solo en un contexto social: pertenece estrictamente a las relaciones
entre humanos. Es una aplicación social de la moralidad. Los derechos son
condiciones de existencia requeridas por la naturaleza del hombre para su
propia supervivencia (man qua man).
Cómo debemos sobrevivir y vivir, es una pregunta metafísica que depende de nuestra
naturaleza y la de la realidad.
Solo hay una forma correcta para
sobrevivir en sociedad: por medio de los derechos. Qué debemos hacer y qué no
debemos hacer en relación con otras personas se deriva del mismo estándar y de
las mismas definiciones que los principios éticos. Cuando tratamos con otros,
las condiciones requeridas para nuestra supervivencia apropiada constituyen nuestros
derechos. ¿Qué requiere la naturaleza del hombre para sobrevivir apropiadamente?
Que use su razón: que haga de la percepción de la realidad su primera
preocupación y el uso de su razón la virtud básica para actuar en base a su
propio juicio racional: según lo que su mente le dice que es lo correcto.
Por naturaleza, debemos sostener nuestra
vida por esfuerzo propio: debemos trabajar para sobrevivir. Dependemos de nuestras
acciones. Para poder sobrevivir en un ámbito social, tenemos el derecho a la vida
y a mantenerla, por lo cual debemos ser libres de actuar en base a juicio
propio: el derecho a la libertad. Para decidir las metas a perseguir, debemos
ser libres de elegir nuestros valores y alcanzarlos si podemos: el derecho a
buscar nuestra felicidad.
Como el ser humano es una entidad
integrada por consciencia y materia, necesita de bienes concretos para poder
sobrevivir. Tenemos que sostener nuestra vida con el producto de nuestro esfuerzo:
el derecho a adquirir propiedades. El derecho a la propiedad: el derecho de
trabajar en pos de nuestros valores y conservar el resultado de nuestra labor. Tener
el derecho a la vida significa tener el derecho a producir los bienes
requeridos para sobrevivir e intercambiar con otros. Lo cual no significa que
alguien más debe producir esos bienes para uno, solo porque uno los necesita.
Los derechos pertenecen
concretamente a los individuos y se derivan de su propia naturaleza. Una vida
basada en el estándar de la fuerza bruta de la supervivencia momentánea,
normalmente termina pronto. Sobrevivir se debe medir en el largo plazo. Si un
hombre no se provee a sí mismo lo necesario para sobrevivir, la naturaleza no
se va a hacer cargo de él. La ley moral aplicable, universal y racional, es que
cada quien es responsable de su supervivencia y que no debe convertirse en una especie
de hipoteca sobre la vida de otra persona. Tener el derecho a la vida no
significa que alguien más debe perder sus derechos y gastar su existencia
manteniendo a otros por imposición de la sociedad.
Cómo bien lo resumió Ayn Rand:
“El principio de los derechos del individuo es la única base moral de todos los
grupos o asociaciones”. ¿Queremos vivir bien? Respetémonos los unos a los otros.
Artículo publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 8 de diciembre de 2014.Etiquetas: Ayn Rand, cooperación, derechos individuales, felicidad, libertad, moral, objetivismo, Paz, propiedad, sociedad, vida
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