Después del pasado martes 2 de junio espero que los guatemaltecos podamos
exigir sin mayor problema a la Embajada de Estados Unidos una green card. Lo que ha sido un rumor
repetido por generaciones hoy es un hecho confirmado: nuestro país ¿o nuestros gobernantes? se
encuentran bajo la protección del big
brother: el gobierno de EE. UU. Lo positivo de que Todd Robinson haya
pasado al podio a dejar claro lo anterior es que puede beneficiar a quienes
quieran emigrar y a nuestros compatriotas que ya lo hicieron. No más
persecución de la migra. No más
abuso. Paz y tranquilidad, prosperidad y felicidad para todo chapín que decida hacer su vida en la
madre patria estadounidense. Atrás quedó la pesadilla de haber sido una colonia
española.
Ya no serán tratados como criminales nuestros compatriotas que viven en EE.
UU. sólo por ser guatemaltecos. No más guat
hunting en Júpiter, Florida. No más asesinatos como el de Onésimo Marcelino
López Ramos de 18 años, porque todos llegarán legalmente a trabajar en pos de
su sueño de mejorar. Porque nadie honesto puede negar que una vez en nuestro
país prevalezca el sistema de incentivos perversos que por décadas ha sido el
principal motivo por el cual millones han elegido irse de Guatemala, aunque sea
bajo la paternal vigilancia del gobierno gringo
que indulgentemente protege al corrupto de Otto Pérez Molina y sus secuaces ¡qué
magnánimos son!, muchos de nuestros compatriotas seguirán optando por irse al
mero seno del imperio.
Al menos en el norte de América, todavía hay valientes con mente preclara
que luchan por revertir el poder que han adquirido sus gobernantes y aspiran a
vivir algún día de nuevo dentro de la República que les legaron los Founding Fathers, donde el gobierno sólo
sea el medio necesario para asegurar que no se violen los derechos individuales
de nadie. No cómo en la actualidad, que se han convertido en violadores de la
vida, la libertad y la propiedad de las personas.
Sin embargo, no todo es color de rosa
para nosotros los mandantes, como sí lo es para los funcionarios públicos y la
burocracia estatal. Lamentablemente la intromisión de Robinson es para asegurarse
de que van a lograr exprimirnos aún más a los tributarios: NO es su
preocupación cómo malgastan nuestros impuestos. Si le interesara ayudar a
acabar con la corrupción, ¡hubiera apoyado la fiscalización! O sea, a la
Contraloría General de Cuentas y a los pocos diputados y jueces que de verdad
cumplen con esta función primordial.
El objetivo NO es defender nuestros derechos individuales de la constante
violación por parte de nuestros gobernantes. El objetivo NO es apoyarnos para
que algún día cercano veamos que se hace justicia. NO les interesa frenar los
abusos del poder. Lo que les inquieta es que caiga la “R”. Pero no empiece a celebrar, en este caso no me refiero a Roxana
Baldetti, si no que a la “R” según
Carlos Muñoz: la recaudación. Es por eso que la intervención alegra a los grupos de presión que podrán seguir
viviendo parasitariamente de los demás.
Artículo
publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 8 de junio de 2015.Etiquetas: corrupción, emigrantes, guat hunting, Onésimo Marcelino López Ramos, Otto Pérez Molina, República, SAT, Todd Robinson, tributarios
1 Comments:
Antes solo los democratas provocaban caos y descalabro en sus periferias. Ahora sin importar si son burros o paquidermos, la "nomenklatura" demócrata-republicana son rosca de una elite que desprecia a todos cual si fueran rancia aristocracia del antiguo regimen.
By Unknown, at 10:32 a.m.
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