Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

11.11.2013

Las redes de Roxana



Es preocupante saber que la vicepresidente Roxana Baldetti ha logrado meter sus tentáculos en casi todos los entes estatales bajo la jurisdicción del Organismo Ejecutivo, y que todavía controla en gran parte lo que sucede en el Congreso de la que espero, algún día próximo, sea la República de Guatemala. Ya de por sí es aterrador pensar en el poder que han acumulado los gobernantes, inquietud que aumenta al conocer quiénes lo ostentan. Lo anterior gracias a la ingenuidad ¿o comodidad? de tantos que quisieran resolver su vida con el menor esfuerzo, o peor aún, quisieran que otros los mantuvieran.

Es fácil para un populista, convencer de que vote por él a aquel que cree que por solo respirar merece que los demás lo mantengan. Y, lamentablemente, parece ser que hoy muchos forman parte de este grupo al cual José Ortega y Gasset llamó el hombre masa. ¡Cuántos caen en la telaraña tejida por quienes después se alimentan de ellos! Todo por su inconsciencia. Al primer politiquero oportunista que les ofrece aquello que desean sin haberlo ganado, le dan el poder de hacer lo que se le antoje. Y lo hace: no solo con quienes lo apoyaron, sino también con aquellos que luchan por algo más que sobrevivir: luchan por vivir la mejor vida posible.

Irónicamente, quien creyó en la falsas promesas del otrora candidato, luego gobernante, termina en el mejor de los casos viviendo una existencia mediocre o, como sucede la mayoría de las veces, miserable. Tristemente, en el proceso logran obstaculizar el progreso de quienes les hubieran podido proveer de un trabajo productivo que les permitiera no solo satisfacer sus necesidades básicas, sino mejorar de verdad su calidad de vida y la de sus seres queridos.

Comparto con ustedes las reflexiones anteriores porque llamaron mi atención las descaradas declaraciones sobre las redes de corrupción en las aduanas que dio Baldetti al diario Siglo Veintiuno, publicadas el lunes 4 de noviembre de 2013: “Las mafias se han guardado: sabemos que se han guardado y, por eso, es la mejora en los cobros que se han hecho… las mafias que tienen nombre y apellido”. Primero, talvez las mafias anteriores fueron sustituidas por otras, pero en las aduanas siguen operando individuos corruptos: burócratas extorsionistas. Segundo, el incremento en los cobros ha sido mínimo. Y, tercero, no necesitamos que Roxana Baldetti revele el nombre y el apellido de quien dirige estas redes: sobran las denuncias para saber quién es.

El colmo de la desfachatez es cómo se refirió a las que llamó las redes del mal; por supuesto, después de pedir más tiempo para ejercer los poderes casi ilimitados que se han recetado para disque combatir tales redes ¿o acabar con su competencia? En fin, una muestra más de arrogancia, ya que sobra gente que, si tuviera la valentía de contar públicamente cómo ha sido extorsionada y forzada a pagar comisiones con tal de poder sacar su mercadería y trabajar, podría poner a la vicepresidente en el lugar que le corresponde.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 11 de noviembre de 2013.

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