Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

11.18.2013

El debido proceso y Yo



Un “Yo” que puedo sustituir por “usted”, porque el debido proceso es un derecho que debe ser respetado por todos aquellos que viven en sociedad y dentro del marco de una República. O, al menos, se pretende alcanzar ese estado algún día. Cuando es una meta común a los habitantes de un país que desean cooperar e intercambiar en paz con sus semejantes, y quieren tener la certeza de que si alguna vez son acusados falsamente, esa acusación no va a prosperar.

Para asegurar el derecho al debido proceso propio, de nuestros seres queridos y de todos, por más que despreciemos al acusado o estemos convencidos de que es culpable, debemos respetar su cumplimiento aún al más miserable de los criminales, una vez este es apresado. Hace poco se discutió sobre este asunto en lo que respecta al cargo por genocidio contra varios militares, entre ellos Efraín Ríos Montt. Hoy el caso relacionado con este tema es el proceso en contra de Roberto Barreda, acusado de la desaparición de su esposa, Cristina Siekavizza. Mañana la persona involucrada puedo ser yo… o usted mismo.

El debido proceso es un fundamento jurídico que obliga al gobierno a respetar todos los derechos, reconocidos por Ley, que posee una persona. El debido proceso es un principio procesal según el cual todo individuo tiene derecho a ciertas garantías mínimas que aseguren un resultado justo y equitativo dentro del proceso: le permite tener oportunidad de ser oído y a hacer valer sus pretensiones legítimas frente al juez. Reconoce que todos somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario. El debido proceso establece que el gobierno está subordinado a lo que dice la Constitución y las demás leyes del país que nos protegen del abuso del poder.

Admiro la férrea voluntad y constancia de los familiares y amigos de Cristina. Sin esa convicción y deseo de que se haga justicia no se habría logrado avanzar en una situación en la cual todavía no aparece el cuerpo del delito del que se acusa a Barreda, la evidencia reina del asesinato: los restos mortales. Si yo estuviera en la piel de quienes más la quieren, tal vez mantendría latente la esperanza de encontrarla con vida. Al fin, por más que la mayoría de datos con los que se cuenta indican que es poco probable que siga viva, se tendrá certeza de su muerte hasta que haya aparecido su cadáver o lo que de este quede.

Si Barreda es culpable, y de qué es culpable, debe ser probado sin lugar a dudas en un juicio justo. Justo para la víctima y justo para el acusado, para que nadie pueda cuestionar el veredicto. Y al cumplimiento irrestricto de este derecho debemos aspirar quienes queremos respirar en paz. Acatarlo nos asegura que no seremos condenados injustamente por un delito o crimen que no hayamos cometido, y vamos a estar tranquilos al saber que los antisociales que hayan violentado la vida, la libertad o la propiedad de alguien, serán obligados a compensar a sus víctimas: pagaran las consecuencias de sus acciones.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 18 de noviembre de 2013. La imagen fue publicada en la Revista Contrapoder de Guatemala.

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1 Comments:

  • Estoy de acuerdo con usted debe tener un juicio justo quisas el que no tubo su senora esposa,pero lo que se ha criticado lo trageron en helicptero le p[usieron chaleco antibalas ,casco a prueba de balas,tubo su carcel particular a que preso se le dan esas preferencias,si usted y yo sabemos que viola el ordenamiento juridico ,etico y moral,GUATEMALA se hunde en un abismo moral y etico sin presedentes en su propia historia

    By Anonymous Anónimo, at 4:24 p.m.  

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