El fin muy cerca está. ¿Lo afrontará serenamente? No lo creo. Se le ve en
el semblante que está cansado, apesadumbrado y angustiado. Parece un anciano
maltratado. Otto Pérez Molina no va a descansar en paz después de fracasar como
Presidente de Guatemala. Al contrario, va a empezar el verdadero calvario: el justo
castigo de sus acciones punibles como mandatario fallido de nuestro país.
Los magistrados de la Corte Suprema de Justicia unánimemente abrieron el
ataúd donde se van a depositar los restos mortales de lo que fue el gobierno de
Pérez Molina. Los responsables de depositar el cadáver son los diputados
integrantes de la comisión pesquisidora a cargo del proceso de antejuicio en contra
del otrora gozoso gobernante. Si es
que acaso antes no decide renunciar
como lo hizo Roxana Baldetti.
Va, cual Dante tras su Beatriz, al mismísimo infierno. Pero, a
diferencia del escritor florentino precursor del Renacimiento, Otto se quedará con Roxana en el círculo del averno que les corresponde. Como
politiqueros corruptos que son, les toca quedarse a pagar sus crímenes en el quinto
recinto (o bolgia) del octavo
círculo. Los llevará en este caso el Gerión
(monstruo alado con tres cabezas) que encarna a los tres burócratas que no
honraron su palabra de protegerlo: Todd Robinson, Iván Velásquez y Thelma
Aldana. Será más poderosa la presión de los valientes y consistentes mandantes
que hemos protestado pacíficamente y exigimos que se haga justicia, que el espurio
trato que hicieron con Pérez Molina.
En particular en el caso de Robinson, Embajador de EE. UU., que como buen
pragmático que debe ser, va a preferir dejar de proteger a un personaje que es
denostado por la mayoría de habitantes del pueblo en que ejerce su papel de
Procónsul, que manchar su carrera diplomática. Total, Guatemala es
solo un paréntesis en su camino en pos de más altas cumbres políticas. No se
puede dar más color del que ya se dio
apoyando a semejante impresentable y a quienes con él han dilapidado los
impuestos que hemos pagado durante los años de su malhadado reinado.
Pérez Molina, como su esposa Rosa Leal, se debe de preguntar, ¿por qué yo,
si en todos lados hay corrupción? Pues bueno, porque su gobierno no sólo ha
sido el más voraz, sino aquel en el cual se rebosó el vaso. Él y su nefasta
compañera en las orgías de la corrupción estatal en las que se robaron el
dinero que nos han expoliado a los tributarios, acabaron con nuestra paciencia.
Ahora deberán pagar las consecuencias.
Pero, al fin, Pérez Molina y Baldetti son solo el resultado esperado del
sistema político de incentivos perversos que prevalece desde hace décadas en
Guatemala, y que atrae a los peores representantes de nuestra sociedad. Mientras
no cambiemos de raíz ese sistema estatista, colectivista e intervencionista,
injusto e inmoral, la situación de la mayoría va continuar deteriorándose. Si
queremos prosperar en nuestro país, debemos sustituir al Estado
Benefactor/Mercantilista por un auténtico Estado de Derecho Republicano.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el
lunes 15 de junio de 2015. La imagen es composición mía con texto propio. La foto de base la bajé de Internet y es de autor desconocido.
Etiquetas: antejuicio, Congreso, Dante Alighieri, estatismo, Infierno, Iván Velásquez, La divina comedia, mandantes, Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti, Thelma Aldana, Todd Robinson