El actual
ministro de Finanzas, Pavel Centeno, es una amenaza constante desde que tomó
posesión del cargo. Bien lo advirtieron varios que opinaron que la llegada de
un burócrata keynesiano como Centeno iba a traer serios problemas a la mayoría
de habitantes de Guatemala. Al fin, es importante recordar que TODOS pagamos
impuestos. Unos pagan menos que nosotros, otros pagan más que nosotros. Unos
pagamos dentro del peor de los sistemas, dentro del sistema explotador, dentro de
la llamada formalidad. Quienes son
parte de la economía informal, pagan
tributos cada vez que compran productos o utilizan servicios que se prestan
dentro de la mencionada formalidad;
como por ejemplo la gasolina, la energía eléctrica, los víveres en los supermercados,
etcétera.
Una terrible
amenaza desde que asumió el puesto y presentó al Congreso de la ¿República? de
Guatemala la ¿reforma? fiscal impulsada
por su antiguo jefe, Juan Alberto Fuentes Knight, ministro de Finanzas
durante al gobierno de Álvaro Colom. Una iniciativa que fue, como ya es
conocido de sobra, rechazada por el Congreso anterior en el cual los
principales opositores fueron los diputados del Partido Patriota, que ahora
literalmente corrieron para aprobarla.
¿Qué cambió? Los corruptos en el ejercicio del poder: se fueron los uneístas y llegaron los patriotístas, que de patriotas de verdad
han mostrado que no tienen nada.
La reconocida
prepotencia y arrogancia de Centeno, una persona non-grata ni siquiera en sus oficinas, quedó de nuevo evidenciada
el pasado jueves 31 de enero, cuando en declaraciones al diario “elPeriódico”,
amenazó a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) de no
trasladarles los fondos de operación que les corresponden si suspenden más
artículos de la puñalada tributaria, como
consecuencia de las múltiples impugnaciones en contra de los Decretos 4-2012 y
10-2012 por obvias inconstitucionalidades.
Según el medio
citado dijo: “lo primero que va a pasar es que la CC va a dejar de recibir
dinero". Al menos en este caso, reconoció que son ELLOS, los gobernantes,
quienes van a perder dinero, y no esa abstracción llamada Guatemala al agregar: “Podríamos perder de entrada 2 millardos de quetzales”.
Miles de millones que quedarían en el bolsillo de sus propietarios legítimos.
Pierden los saqueadores en el poder y ganan los creadores en la llanura.
Por supuesto,
como buen socialista que es Centeno, mostró que es un dictador mentiroso, al
pretender hacer creer que su hijastro intelectual,
el paquetazo fiscal, solo tiene unos
cuantos errores corregibles por medio
de los reglamentos. Una declaración que prueba la ignorancia del Ministro de las
leyes del país, o muestra su descarada falta de respeto para la Constitución y
los derechos individuales de los guatemaltecos. Espero que los magistrados de
la CC cumplan dignamente con su responsabilidad y decidan basados en el Derecho
y no bajo presión o amenazas como la de Centeno. Espero que estén a la altura
de la historia presente.
Artículo
publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 4 de febrero de
2013.
Etiquetas: Corte de Constitucionalidad, Guatemala, impuestos, Pavel Centeno