Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

4.30.2018

No hay atajo sin trabajo




O, como dice otro refrán, quien quiere celeste, que le cueste. Aquel que quiere superar la pobreza y vivir la mejor vida posible a su alcance, debe trabajar: debe esforzarse, tanto mental como físicamente, para alcanzar sus objetivos, sin pretender vivir de los demás. Más aún, si quiere disfrutar verdaderamente de esa mejora, debe saber que lo que tiene se lo ha ganado justamente, por el sudor de su frente, y no arrebatándolo a otros o siendo cómplice de ese robo.

Es por esto último que vemos a muchos que han acumulado fortunas a base de trampas, fraudes, robos, privilegios… que, al final, poco importa cuánto hayan logrado juntar, sus vidas suelen ser vacías, superficiales y falsas, ya que pueden engañar a todo el mundo, menos a ellos mismos. Gente que termina rodeada de hipócritas, que no los valoran y sólo están interesados es sacarles parte del dinero mal habido. En pocas palabras, parásitos como lo son ellos.

Y esa manera deshonesta de vivir no depende del monto del dinero obtenido sin haberlo ganado: fracasa a toda escala, como lo podemos ver en aquellos programas sociales que pretenden usar el dinero expoliado a los tributarios para comprar votos. El bono seguro, el bono para las comadronas y cualquier otra prebenda similar, son políticas populistas que facilitan la corrupción. Además de ser una injusticia más contra quien honradamente trabajó para crear la riqueza que ese dinero representa. Bien lo señala el neoplatonista Henry More en el “Enchiridion Ethicum, IV” (1667): “Es bueno y justo que a cada uno se le otorgue lo suyo, y el uso y posesión del mismo se le debe otorgar sin molestia".

Fracasan los programas anteriores, así como fracasa el absurdo de asegurar una renta mínima a todos. Con apenas dos años de prueba, el experimento finlandés de otorgar ingresos mensuales de 560 euros a 2 mil personas desempleadas de entre 25 y 58 años fracasó. Tal y como informó el New York Times el pasado 24 de abril: “Durante más de un año, Finlandia ha probado… repartir dinero sin reglas o restricciones sobre cómo las personas lo usan….experimento que está por terminar. El gobierno finlandés optó por no continuar financiándolo... la decisión del gobierno finlandés de detener el experimento a fines de 2018 pone de relieve un desafío a la misma concepción del ingreso básico. Mucha gente en Finlandia -y en otras tierras- se molesta ante la idea de entregar efectivo sin requerir que la gente trabaje... El gobierno esperaba que el tener un ingreso básico permitiría que más personas se integraran al mercado laboral”.

Un fracaso anunciado, porque se basa en premisas equivocadas. La más evidente de éstas es la de creer que la gente iba a trabajar sin necesitarlo. ¿Por qué pasar por la molestia de trabajar cuando se pueden quedar tranquilamente acostados todo el día viendo tele? Por supuesto, no a todos nos parece éste el escenario ideal para disfrutar de nuestras vidas pero, lamentablemente, esa es la actitud de la mayoría. Con esta propuesta y las anteriores mencionadas, violadoras de los derechos individuales de unos para complacer a otros, mientras unos viven sin trabajar, otros tienen que esforzarse el doble para mantenerse ellos mismos y mantener a los gorrones que viven de su trabajo. ¿Hasta cuándo lo vamos a tolerar?


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 30 de abril de 2018.

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1.16.2017

El esperado mediocre año de Jimmy



Ya para hoy, son muchos los artículos y reportajes que han escrito otros sobre el primer año del gobierno de Jimmy Morales y el Partido FCN-Nación. Sobra la evidencia presentada a la fecha para sustentar la calificación que la mayoría de participantes en los sondeos le han dado a la actual administración. Una calificación que no pasa de 3 puntos, apoyada por más del 70 por ciento de los partícipes que en algunos casos superaron a las 1500 personas: un número razonable para permitirme asegurar que, independientemente de las ilusorias notas que le otorgaron los parientes al Presidente y la que él mismo se dio, la mayoría de los guatemaltecos están inconformes con el trabajo de Morales y de su equipo.

En lo que a mí respecta, no tenía esperanzas de que Morales fuera a ser diferente que el resto de gente que ha gobernado en las últimas décadas, incluidas las últimas dos del siglo veinte, ya que fue electo bajo el sistema de incentivos perversos que prevalece desde hace más de 70 años, el cual atrae a los peores representantes de nuestra sociedad. Por eso, en las elecciones pasadas, tal y como expliqué con detalle en varios escritos, voté nulo para Presidente. No obstante, coincido con los que insistieron en que la otra opción, Sandra Torres, era peor que la de votar por un cómico que ha mostrado que su verdadera vocación es la actuación. Ya que por lo visto, no tiene ni la menor idea de cuáles son las medidas necesarias para cambiar la miserable situación en la que vive la mayoría de los guatemaltecos.

Sus principales preocupaciones han sido viajar y, por supuesto, exprimir aún más a los agobiados empresarios y trabajadores del país. En lo poco que ha tenido un relativo éxito es en la campaña inquisitoria de la SAT que, con medidas bien llamadas terroristas, lograron superar la meta de expoliación del año pasado. Tal vez el ministro de Gobernación ha tenido algunos aciertos, pero estos se han visto opacados por la corrupción en la PNC y el aumento en las extorsiones y otros delitos, además del desastre que prevalece en el sistema penitenciario.

Muchos lo que sueñan es con encontrar un trabajo que les permita sobrevivir y/o mejorar su calidad de vida. Pero para la mayoría no pasará de ser un sueño, mientras que su vida real se asemeja más a una pesadilla, porque ¿cómo conseguir un empleo productivo en un país dónde se castiga a los emprendedores y se ahuyenta el capital? ¡Qué diferencia con otros lugares donde sí se respeta a los creadores de riqueza! Tal es el caso de Jeff Bezos (Amazon) que calcula crear en los próximos 18 meses 100 mil nuevos puestos, a pesar de la proyección de la OIT de que este año va aumentar el desempleo mundial. Ese es el engaño de las estadísticas y los promedios: en las sociedades que hay menos intervencionismo estatal y más se acercan al ideal capitalista, la gente prospera. En países como el nuestro, lo que avanzará será la pobreza. A menos de que ¡al fin! la mayoría entienda que el origen del problema está en el sistema.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 9 de enero de 2017.

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3.23.2015

Baldizón NO promueve el empleo



Todo lo contrario: con sus promesas populistas y demagogas lo único que va a lograr es que cada vez sea más difícil prosperar. Sus propuestas, la mayoría basadas en la idea de cargar con más costos y gastos a los empresarios que operan formalmente en nuestro país -una especie en vías de extinción-, van a ahuyentar a quienes podrían arriesgarse a invertir. En lugar de atraer el capital productivo que urgentemente necesitamos para transformar los recursos en riqueza y mejorar los ingresos reales de todos aquellos que trabajamos honestamente y respetamos los derechos individuales de los demás, va a espantar a los emprendedores que podrían crear el empleo que tantos necesitan en nuestro terruño. 

Nada bueno podemos esperar de un individuo que confunde la riqueza con los recursos naturales y sostiene que estos últimos no son escasos. Alguien que cree que el problema de los países subdesarrollados es “la falta de una administración estratégica de sus riquezas”. Un personaje que descaradamente acusa de corruptos a aquellos con los cuales se ha asociado para aprobar nuevos privilegios y más legislación que facilitan el robo de nuestros impuestos. Todas las anteriores, reglas que obstaculizan aún más el progreso de quienes todavía optamos por seguir viviendo en Guatemala.

La propuesta contradictoria de Manuel Baldizón, sin sentido e incoherente, es una revoltijo de lo mismo de siempre con alguna idea descabellada que por casualidad se topó buscando frases célebres en Internet, lo que le facilitó hacer un copy/paste: plagios por los que hoy es célebre más allá de nuestras fronteras el candidato mencionado. ¡En cuántas ocasiones ha sido el hazmerreír, no sólo de los círculos académicos e ilustrados, sino en todos lados! En fin, independientemente de la poca capacidad intelectual de Baldizón, lo más peligroso, si acaso llega a ocupar el cargo de Presidente del Ejecutivo, es su baja autoestima, la cual se refleja en su megalomanía.

No solo lo que dice, escribe y publica es en gran parte un fraude: el mismo es una farsa como persona. El delirio que lo consume lo lleva hasta a referirse a sí mismo en tercera persona: un personaje ficticio, producto de su imaginación, con el que pretende sustituir al sujeto real. De sobra se sabe que detrás de esa aparente grandeza, lo que se esconde es un complejo de inferioridad, lo que conduce a quienes lo sufren a obsesionarse con el ejercicio del poder en un intento fallido por convencerse de su valía y de que merecen más de lo que se les reconoce. Si alguien lo aprecia de verdad, le haría un bien aconsejándole que visite a un buen sicólogo.

Podemos describir a Manuel Baldizón con una sola palabra: deshonesto. Casi todo en él es una impostura. Sería terrible que un tipo como él llegara a gobernar nuestro país. Pero, al final, debemos entender que Baldizón es solo una consecuencia más del sistema de incentivos perversos dentro del cual vivimos. Un sistema que atrae a los peores representantes de nuestra sociedad.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 23 de marzo de 2015.

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7.28.2014

Inversión/Empleo: estrategia errada



Antes que nada quiero dejar claro, como lo he hecho en incontables oportunidades, que estoy totalmente en contra de todo privilegio, no importa la excusa que utilicen para aprobarlo ni las supuestas buenas intenciones de quienes lo promueven. Lo anterior es aplicable a todo grupo de presión: industrial, comercial, ambiental, laboral, social… Es irrelevante el objetivo específico del grupo, una vez los miembros de este pretendan violentar los derechos de otros con tal de satisfacer sus intereses particulares.

Por lo anterior considero que es de vital importancia que sea aprobada por medio de una Consulta Popular la propuesta de modificar la Constitución presentada por la Asociación Civil ProReforma, en especial el cambio al artículo 157, contenido en la Sección Primera, que trata del Congreso de la República y reza lo siguiente: “En ningún caso el Senado o la Cámara de Diputados emitirán leyes o decretos arbitrarios o discriminatorios, en los que explícita o implícitamente se concedan prerrogativas, privilegios o beneficios que no puedan disfrutar todas las personas que tengan la oportunidad de hacerlo”. Una innovación trascendental que haría realidad la deseada igualdad de todos ante la Ley, la única igualdad posible.

Sin embargo, pienso que en la discusión de la Iniciativa 4644, “Ley de Inversión y Empleo”, la mayoría de los interesados, tanto los que la impulsan como los que la adversan, se han equivocado en su estrategia, sobre todo en lo que a la eliminación del Impuesto Sobre la Renta (ISR) trata. En lugar de dividir sus fuerzas, hay que unirse para que la supresión de este dañino tributo sea generalizada, y no un privilegio de unos cuantos. El solo hecho de que los gobernantes respalden la sugerencia de los burócratas que trabajan con ellos de eliminarlo, es un reconocimiento al camino que debemos seguir si queremos atraer capitales y mejorar nuestra calidad de vida.

Es lamentable y un tremendo error que columnistas bienintencionados, al igual que líderes empresariales como Jorge Briz (Presidente de la Cámara de Comercio), al emprender la justa batalla en contra de los privilegios, hayan fortalecido la falaz argumentación de los estatistas que solo les interesa ver cómo logran exprimir más al tributario guatemalteco por medio de más impuestos.

Tal vez peco de ingenua al creer que es posible, todavía, llegar a un acuerdo entre quienes hoy se enfrentan en este asunto para aprovechar la oportunidad que da el mismo gobierno para que se elimine este nefasto impedimento al desarrollo en nuestro país. A lo mejor entre los asesores de Otto Pérez Molina hay alguno lo suficientemente sensato y valiente para explicarle al Presidente que también ellos (y su adorada recaudación) se van a beneficiar más pronto de lo que prevén si toman la decisión de eliminar el mencionado tributo de manera general. Eliminar los obstáculos que han puesto a la creación de riqueza es la estrategia correcta para asegurar el progreso.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 28 de julio de 2014.

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