Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

10.29.2018

La CICIG controlada




Sin duda, había que tomar en serio la llamada del 6 de septiembre pasado de Mike Pompeo a Jimmy Morales para comunicarle, entre otras cosas, de que el gobierno de su país iba a apoyar a la CICIG, pero reformada. Y como es la política de interesada, parece que dejaron, para apaciguar las aguas, a su principal defensora en EE.UU., la congresista demócrata de origen guatemalteco, Norma Torres, anunciar cuáles serán los cambios generales a la CICIG reformada, además de otorgarle, como premio de consolación, comunicar la buena nueva de la liberación de los fondos que habían congelado.

El anuncio de la liberación de los fondos del gobierno de Estados Unidos para la CICIG, sumado a las condiciones para esa liberación, significa que han discutido el tema de la CICIG y los cambios necesarios al acuerdo original firmado con la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, estos cambios no son exactamente los que piden nuestros gobernantes, que exigen la destitución de Iván Velásquez. Pero, al parecer, tanto los republicanos como los demócratas encargados de la negociación, se decantaron por la propuesta de António Guterres, Secretario General de la ONU, de nombrar un comisionado adjunto, que deberá tener la bendición de la administración de Trump.

El comunicado de la congresista fue muy vago en cuanto a los cambios a realizar. De manera general menciona, además del nombramiento de un comisionado adjunto, que van a establecer un mecanismo de revisión externa de la CICIG y nuevos lineamientos internos. Además, Torres anunció que el gobierno de EE.UU. y Naciones Unidas firmaron un acuerdo para la donación de seis millones de dólares a la CICIG. Imagino que lo anterior significa un mayor control externo, que puede implicar auditorías periódicas de parte de la ONU y reportes trimestrales a los países donantes.

No especificaron cuáles van a ser los cambios internos, aunque podemos relacionarlos con el comunicado que hizo casi simultáneamente Iván Velásquez de la concentración de los elementos de la delegación de la CICIG que operaba en Quetzaltenango en las oficinas centrales. Esa delegación estaba dirigida por un funcionario a quien el gobierno de Estados Unidos le quitó la visa como consecuencia de varias acusaciones en su contra de mantener relaciones con terroristas de las FARC, de lo cual no tengo más información que la que ha circulado en los medios y en las redes.

Habrá que estar atentos a los cambios que se den en los próximos días en la CICIG, que pueden incluir la sustitución de los funcionarios a los cuales les negaron la visa de cortesía. Si a lo mencionado añadimos la reciente decisión de los magistrados de la CC, que se negaron a conocer las acciones en contra de la negativa a otorgar tales visas, podemos esperar que, tal vez, pronto termine la crisis relacionada con la CICIG. Una de tantas preguntas que me queda por responder es por qué Consuelo Porras, Fiscal General, autorizó que la Fiscalía Especial Contra la Impunidad de Quetzaltenango, también suspendiera transitoriamente sus operaciones y se trasladaran a las oficinas centrales en Guatemala. ¿Será parte de los cambios a la CICIG reformada?


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 29 de octubre de 2018.

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9.24.2018

CC: dos contra tres



El viernes por la tarde, la Presidente de la Corte de Constitucionalidad, la magistrada Dina Ochoa, presentó su voto razonado disidente sobre la ampliación del amparo solicitado por Alfonso Carrillo en contra de la decisión de Jimmy Morales de no permitir el ingreso de Iván Velásquez al país. Tanto Ochoa como el magistrado Neftaly Aldana votaron en contra de la decisión mayoritaria del resto de magistrados.

Aldana razonó, entre otras cosas, que la naturaleza del amparo provisional presenta una fundamental diferencia con la resolución de fondo y no ofrece la posibilidad, conforme a sus aspectos esenciales, de resolver acerca de puntos que corresponden a la sentencia definitiva sobre la cual el tribunal deberá pronunciarse más adelante. ¿Debemos entender, entonces, que el fondo de la resolución es si Velásquez puede o no entrar a Guatemala? Me queda claro que, según la interpretación del magistrado Aldana, la respuesta a esta pregunta será, precisamente, la decisión inapelable que deberá ser emitida al finalizar el proceso.

El voto razonado de Dina Ochoa, comienza recordando una cita del exPresidente de la República y exmagistrado de la CC, Alejandro Maldonado Aguirre: “la Corte, con métodos jurídicos, se ocupa de la política, pero no hace política”, para enfatizar que los magistrados no son actores políticos y, por ende, no tienen más que velar por el compromiso de hacer respetar la Constitución. Ochoa argumenta que la resolución del amparo provisional, no conlleva la necesidad de ampliar el fallo por el mero hecho de no conceder la totalidad expresa de requerimientos que formuló el sujeto que lo pidió y que en la redacción de la resolución original, queda evidenciado el carácter impersonal del auto, “circunstancia que no es una mera casualidad, sino el efecto que perseguimos al brindar una solución interina, dejando a salvo las negociaciones que de conformidad con lo preceptuado en el Acuerdo [de la CICIG] es la vía para dilucidar los conflictos entre las partes”.

La respuesta del gobierno, por medio de un comunicado, no se hizo esperar, una vez fueron notificados del resultado dividido de la ampliación al auto que originalmente fue unánime, según el cual “harán uso de las facultades y recursos que la ley les otorga para defender la Constitución”. Una respuesta para la cual no necesitamos mayor interpretación: no van a dejar entrar a Velásquez, y poco les importa lo que interpreten Gloria Patricia Porras Escobar, José Francisco De Mata Vela y Bonerge Amilcar Mejía Orellana, sobre el auto dado a conocer el domingo 16 de septiembre. Obviando que, en nuestro nefasto sistema positivista, la última palabra se supone que la tiene la CC como ente colegiado, o sea, lo que decida la mayoría de los magistrados de la citada Corte.

El futuro cercano de nuestra institucionalidad queda en manos de la negociación a la que lleguen Jimmy Morales y Antonio Guterres en la Asamblea General de la ONU que se está llevando a cabo. Y en el largo plazo, ese futuro está en las manos de nosotros, los ciudadanos que decidimos ejercer como mandantes, y el cambio radical al sistema estatista/intervencionista, de incentivos perversos, que hoy impera en nuestro país.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 24 de septiembre de 2018.

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6.18.2018

Los cocineros de la pobreza



Los cocineros de la pobreza son los burócratas de los organismos supranacionales, con sus recetas de siempre (poco innovadoras, con cambios superficiales e inocuos), cuyo verdadero propósito es asegurar el menú de políticas públicas que les permite vivir la buena vida a costa del hambre de aquellos que sufren las consecuencias de sus fórmulas para preservar la miseria de muchos e impedir la mejora en la calidad de vida de la mayoría.

Recetas que ejemplifican a la perfección el efecto Lampedusa, también conocido como gatopardismo (inspirado en la novela Gattopardo de Giuseppe Tomasi, Príncipe de Lampedusa), filosofía política de quienes piensan que es preciso que algo cambie para que todo siga igual. Consiste en hacer las cosas de modo que algo varíe para que lo demás permanezca idéntico. En otras palabras, se fundamenta en promover reformas cosméticas e inútiles, cuyo objetivo es distraer la atención de la gente para mantener los privilegios de los gobernantes, los burócratas (nacionales y supranacionales) y los grupos de presión.

Los mejores representantes de estos especímenes los encontramos en organismo tales como el FMI, BM, ONU…, etcétera. Personajes que constantemente visitan nuestro país para ofrecerles a los gobernantes de turno el mejor de los negocios: préstamos cuyo dinero gastan ellos y los pagamos el resto, o sea, los tributarios. Seres insensibles ante el dolor de los demás, que se aprovechan de las tragedias, como lo hemos visto recientemente en Guatemala, para endeudar más a quienes pagamos los impuestos que mantienen a quienes ejercen el poder y los que viven del discurso del Divino Estado, ellos incluidos.

¿Qué obtienen los burócratas de organismos supranacionales al otorgar préstamos a los gobernantes? Es evidente que logran conservar una existencia acomodada, algunos con lujos inimaginables para quienes los mantienen, sin necesidad de correr riesgos ni competir con otros, sin sufrir penas ni esforzarse para producir un bien o brindar un servicio demandado. En resumen, para vivir plácidamente a costa del trabajo de otros.

¿Cómo obtienen el dinero que les permite esa vida confortable y cuánto se embolsan? Entre otros, además de sus altos salarios (libres de pago de impuestos en su mayoría), por medio de los llamados fondos no reembolsables y las asignaciones destinadas a consultorías, evaluaciones, seguimientos… y elaboración de informes que casi nadie lee y no sirven para nada más que mantener el estatus quo del sistema estatista e intervencionista, pero que les aseguran una sustanciosa tajada de los altruistas préstamos.

Al final, somos el resto quienes pagamos las consecuencias nefastas de estas medidas. Nosotros, la mayoría que tenemos un trabajo productivo, el cual logramos conservar con mucho esfuerzo, junto con los empresarios que todavía se atreven a arriesgar su capital. Somos nosotros quienes sostenemos a los improductivos burócratas supranacionales, que con sus propuestas, salvo contadas excepciones, terminan obstruyendo el progreso y fomentando la miseria de la cual viven.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 18 de junio de 2018

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2.19.2018

La línea de la UNE



La línea de la UNE se pasó llevando a Álvaro Colom y a la mayor parte de quienes ostentaron el título de ministros durante su gobierno. Esa línea es la línea del Transurbano, que resultó ser una línea más de la corrupción que corroe a todos los organismos del Estado. Una corrupción que es imparable, sin importar cuántos sean acusados de corruptos y menos de cuántos terminen presos, una vez no se elimine desde su raíz el problema. Una realidad que sólo va a cambiar cuando cambien las causas que permiten la corrupción. Y, para que eso suceda, muchos tendrán que reconocer el fracaso del estatismo en todas sus expresiones.

Una línea que les dejo miles de millones de quetzales de los tributarios a los Colom y a varios de los funcionarios de su gobierno, a los pícaros de la AEAU y a saber a cuántos farsantes más. Una partida de estafadores que se aprovecharon de la necesidad de la mayor parte de la población capitalina de transportarse de manera segura.

Una línea que al parecer va a representar el último clavo del féretro de Oxfam, por ser uno de los acusados Juan Alberto Fuentes Knight, el presidente de la misma. Que, por cierto, no es la única ONG (además de la ONU que es la organización supranacional más poderosa que existe), en la cual sus directores y empleados han sido acusados de corrupción, de oportunismo y de violación de los derechos individuales de quienes se suponía iban a ayudar.

Pero, ¿por qué las ONG terminan atrayendo a corruptos, parásitos y violadores? Porque el origen de los fondos y el sistema que facilita el modus vivendi de sus miembros, es el mismo sistema de incentivos perversos que atrae a los politiqueros al ejercicio del poder. Como escribió F. A. Harper en The Freeman (1952): “Una vez que el derecho de cada persona a tener todo lo que ha producido ha sido sustituido por el derecho al saqueo colectivo, no es en absoluto sorprendente encontrar al dispensador oficial [el gobernante] que decide que es correcto para ELLOS saquear el botín… por un digno propósito, por supuesto”.

El origen de la corrupción es el poder, por eso debe ser limitado. Y ese poder lo adquieren los gobernantes gracias a la ingenuidad de los ciudadanos que decidieron otorgárselo más allá del necesario para que cumplan con sus obligaciones primordiales: dar seguridad y velar porque haya justicia. Quienes esperan que alguien les satisfaga sus necesidades, que votan por quienes les ofrecen más beneficios, lo que están haciendo es entregándoles un cheque en blanco a los peores representantes de nuestra sociedad, que son aquellos a los cuales atrae el Estado Benefactor/Mercantilista.

¿Qué cambió con la captura de Álvaro Colom y la mayor parte de su gabinete? Que, al menos ahora, quienes nos atacaban falazmente por defender el derecho al debido proceso, hoy insisten en la importancia que éste tiene dentro de una sociedad justa. En fin, como le responde Alfonso VI a Rodrigo Díaz del Vivar en el Mío Cid: “Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras”.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 19 de febrero de 2018.

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9.02.2013

La impune CICIG



La filosofía y el periodismo tienen un propósito similar: la búsqueda de la Verdad. La filosofía busca las respuestas a las preguntas que nos hacemos en lo que respecta a la realidad, el lugar propio dentro de esa realidad y nuestra relación con los otros. El periodismo busca establecer la Verdad de los hechos que impactan a la mayoría de miembros de la sociedad. El periodismo responde al qué, cómo, dónde, cuándo, quién, cuánto… La filosofía nos explica el por qué y el para qué. Ambas son disciplinas necesarias para la vida del ser humano.

En lo que ha hechos trata, los miembros de la CICIG han mostrado que su fin no es fomentar la justicia. Lo que les interesa es condenar a cualquiera (menos a sus aliados, a sus amigos ideológicos y a quienes ejercen el poder) para presentar resultados ante sus jefes en Nueva York. Para alcanzar tal meta, han intimidado a testigos (sobran denuncias al respecto en la PDH), han comprado los testimonios de los colaboradores eficaces, han extorsionado a los acusados para que se declaren culpables… Ha llegado a tal extremo su prepotencia, que hasta al actual Presidente de la CC, Héctor Hugo Pérez Aguilera, intentaron corromper. Es lamentable que los magistrados no lo denunciaron antes, y que Francisco Dall’Anese haya protegido al responsable, Thomas Pastor. ¿O es que este último solo cumplía órdenes?

Entiendo a las personas bienintencionadas, aunque poco informadas (o mal informadas), que promovieron y respaldaron este experimento de la ONU destinado al fracaso. Pero, lo que no entiendo es la necedad de algunos de continuar apoyando a un ente que probó, nuevamente, lo cierta que es la aseveración de Lord Acton de que “el poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. El problema va más allá de quién está al frente de la CICIG: el problema es que actúan por encima de la Ley. El problema es el sistema.

El pasado miércoles 28 de agosto se cumplieron 50 años del célebre discurso de Martin Luther King Jr. titulado “I have dream”, del cual reproduzco unas líneas que expresan mi sentir, y el de muchos, en lo que respecta a nuestro país: “... nos rehusamos a creer que el banco de la justicia está quebrado. Nos rehusamos a creer que no hay fondos en los grandes depósitos de oportunidad en esta nación… hemos venido a cobrar este cheque… que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia".

Quienes entendemos lo que implica ser mandantes, que no somos serviles a los gobernantes ni a los arrogantes burócratas internacionales, debemos exigir que acabe esta insensatez, y que los diputados cumplan con su deber de derogar toda la legislación arbitraria, contraria a la Constitución, que nos aleja de un verdadero Estado de Derecho. Los decretos que han aprobado irresponsablemente, ya sea presionados o comprados, que ya no deben ser tolerados por los habitantes de Guatemala que, además, los mantenemos a ellos y a la burocracia en general. Comiencen con el Decreto 35-2007 que dio vida a la CICIG.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 2 de septiembre de 2013.

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10.01.2012

Organización de Narcotraficantes Unidos




A finales de septiembre del presente año, se reunieron en un lugar desconocido de Latinoamérica los representantes de los grupos de narcos más poderosos del planeta. Bueno, para ser exactos, también llegaron los líderes de las pequeñas pandillas a las cuales era importante mantener controladas. O utilizar de conejillos de indias cuando alguien debía ser capturado y presentado ante los medios. La Organización de Narcotraficantes Unidos, conocida como la ONU, es la más poderosa entidad global actual. Ni siquiera la organización con la cual ¿casualmente? comparten siglas logra igualar el poder que tienen los miembros de la ONU mencionada.

Como todos los años, convocan la Asamblea General para analizar las medidas que impulsarán por medio de sus empleados que año tras año, en la otra organización, se encargan de velar porque no termine la prohibición que hace más de 51 años sentó los cimientos necesarios para que lograran construir un imperio como pocos se han visto en la historia. Si no fuera por el servilismo de quienes ratificaron la “Convención única de 1961 sobre estupefacientes”, la cual enmendaron posteriormente para aumentar sus ganancias y las de sus aliados, no hubieran acumulado fortunas que hacen palidecer a los tesoros mal habidos de los conquistadores romanos.

Por supuesto, lo anterior tampoco hubiera sido posible sin la colaboración de aquellos políticos, y sus discípulos, que durante la prohibición del consumo de alcohol en los años 20 del siglo pasado, descubrieron una inagotable fuente de ingresos gracias a la intromisión gubernamental en actividades legítimas de las personas, que pueden ser catalogadas como un vicio, pero nunca un crimen.

En las reuniones previas al debate general, participaron los lugartenientes de las figuras más prominentes del momento. En estas sesiones acordaron las medidas de seguridad necesarias para asegurar la presencia de sus patrones, además de discutir asuntos menores como, por ejemplo, quiénes serían los siguientes condenados a ser capturados por las fuerzas de seguridad de los países amigos. Los candidatos eran escogidos entre los traidores y entre aquellos que se sentían crecidos solo por haber robado un territorio a alguno de los grandes.

En el debate general se enfrascaron en una intensa discusión sobre el creciente apoyo a la idea de descriminalizar la producción, la comercialización y el consumo de las sustancias prohibidas; en especial el cannabis, la cocaína y los opiáceos. Productos sobre los cuales están sustentados sus ingresos. En esta ONU, a diferencia de la otra, existe un verdadero debate, no solo discursos que pocos escuchan. Saben que es el momento clave para acordar las estrategias que les permitirán seguir vivos en todo sentido.

Lo anterior se dio después de la presentación que hizo el Chapo Guzmán, quien aprovechó el tiempo para recordar el importante legado que les había dejado, junto con entrañables enseñanzas, el venerado Pablo Escobar. Mención especial mereció, como casi todos los años, el presidente estadounidense Richard Nixon, quien dio un impulso exponencial a sus negocios desde que declaró la guerra frontal contra las drogas. El acuerdo final, como es usual, es un secreto del cual les contaré en otra oportunidad.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 1 de octubre de 2012. La imagen la bajé del blog “xmagazinenews”.

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6.25.2012

Río de intereses




“Confiamos en que… pongan nuestros intereses por encima de todos los otros intereses…”, declaró la activista neozelandesa, Brittany Trilford, en la Cumbre Río+20, convocada por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Poco me importa qué suceda en esta reunión de burócratas internacionales, evasores de impuestos que viven muy bien de los tributos que nos obligan a pagar a otros bajo amenaza de ir a la cárcel. Pero la exigencia de Trilford, esa sí llamó mi atención por varios motivos.

Empiezo por reconocer que es una afirmación cierta. Lo que esperan los representantes de los grupos de presión que llegan a este tipo de actividades, es que los funcionarios presentes al final les ofrezcan entregarles pronto, lo más pronto posible, un voluminoso cheque para apoyar sus intereses, sus causas que terminan siendo financiadas por quienes sí trabajan, producen y crean, y que generalmente se van a ver afectados, de manera negativa, por las acciones de estos grupos de interés.

Por aquello de que alguno no comprenda en su totalidad a qué me refiero al hablar de intereses, copio la definición de “intereses creados” dada por el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE): “Ventajas, no siempre legítimas, de que gozan varios individuos, y por efecto de las cuales se establece entre ellos alguna solidaridad circunstancial que puede oponerse a alguna obra de justicia o de mejoramiento social”. Esa solidaridad que une a Ban Ki-moon, y muchos más, con gente como Trilford, especímenes de la raza humana (aunque muchas veces sean misántropos) de los cuales encontramos varios representantes en Guatemala.

Lamento que la joven Trilford (17 años) sea utilizada por los oportunistas que se han aprovechado de su posible ingenuidad y buenas intenciones, así como también sucede en nuestro país. Los niños y los adolescentes son manipulados desde muy pequeños, no solo por los gobernantes que esperan acabar con su capacidad de pensar para que luego sean siervos dóciles que repitan como loros una especie de salve al Rey-Estado, proveedor de todo y protector de los pobres, sino por sus mismos maestros que descargan en ellos sus frustraciones, resentimientos y envidias, convirtiéndolos en tontos útiles al servicio de los saqueadores que abundan entre aquellos que ejercen el poder y sus cómplices en la sociedad civil y el sector privado. Por cierto, también abstracciones detrás de la cuales se esconden individuos concretos.

Al final, la lucha entre intereses privados en búsqueda de ser privilegiados por el Estado, termina destruyendo los valores necesarios para asegurar la vida del ser humano en sociedad: los derechos individuales, los cuales deben estar por encima de los intereses particulares de cualquiera. “Violar los derechos del hombre significa compelerlo a actuar en contra de su propio juicio o expropiar sus valores”, Ayn Rand. Es convertir a los libres en esclavos de los intereses de unos pocos.


El presente artículo fue publicado el lunes 25 de junio de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. La fotografía de Brittany Trilford la bajé de elcomercio.com

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4.04.2011

La Supermoon de Ban Ki-moon


Por un momento pensé que era una broma en la cual se habían puesto de acuerdo los jefes de redacción de los diarios más leídos de Guatemala. Que ante las carcajadas que ha provocado uno de los precandidatos a la Presidencia de nuestro país con su promesa de que la selección nacional de fútbol va a llegar al mundial si los incautos votan por él, los propietarios de los medios de comunicación se habían visto en la necesidad de competir por las risas del público chapín.

Sin embargo, no fue así. Lo reportado en los periódicos era, mejor dicho es, cierto: los burócratas de la Organización de las Naciones Unidas, en el capítulo correspondiente al llamado Consejo de Seguridad, están a punto de otorgar un espacio a los gobernantes de una de las sociedades más peligrosas del mundo, quienes designaran al ungido representante que se sentará en el mullido sillón. Imagino que usted ya sabe a qué país me refiero: al nuestro.

Guatemala, donde lo que seguro crece día a día, además de la pobreza de los más pobres, es la incertidumbre provocada por el aumento de los delitos y los crímenes que cometen los antisociales con quienes convivimos. Por cierto, muchos de ellos se encuentran en el ejercicio del poder. La conocida connivencia entre el crimen legalizado y el informal. Los primeros nos extorsionan para que paguemos impuestos sin recibir nada a cambio. Los segundos, sin recurrir a eufemismos, simplemente nos roban.

En el reciente perigeo del Secretario General de la ONU con los guatemaltecos, hizo una declaración con la que coincido: “Nadie esta por encima de la Ley”. No obstante, casi al instante de la anterior afirmación, justificó que sus subordinados de la CICIG sean una excepción a esa regla porque “hay una preocupación de todos por la proliferación del narcotráfico y el crimen organizado”. Otra de las contradicciones que suelen proclamar a los cuatro vientos los miembros del ente mencionado. Sin duda, cuando Ki-moon dijo “Hay quienes no están acostumbrados a la justicia” se refería a ellos mismos. Sí, ellos, los burócratas con el derecho a la impunidad, más allá de los discursos gourmet de cinco tenedores.

Si Ki-moon quisiera acabar con los narcos, presionarían a Obama y compañía para que den marcha atrás en una guerra perdida que ha causado millones de muertes. Un problema que solo va a terminar cuando acabe la prohibición de producir, comercializar y consumir las drogas que arbitrariamente han decidido condenar los gobernantes gringos, sentenciándonos a los latinoamericanos en especial a vivir en una agonía permanente.

Como dijo Mario Vargas Llosa hace unos días: “Estamos cerrando un círculo y regresando a la barbarie por exceso de comprensión y tolerancia”. Yo agregaría que parece ser que estamos en una involución, sobre todo, por la tozudez de algunos, principalmente los poderosos, de falsear la realidad e imponer sistemas normativos ajenos a la naturaleza humana.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 4 de abril de 2011. La fotografía la tomé el sábado 19 de marzo de 2011, día de la “Súperluna”.

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11.29.2010

CICIG



Crisis de Identidad Conceptual Institucional Generalizada: CICIG. Sé que más de uno, pudo confundir las siglas que sirven de título a mi artículo con las de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, aparato burocrático creado por los dirigentes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para supuestamente combatir a grupos del llamado crimen organizado.


Hoy me dedico a pensar si hay algo rescatable del experimento mencionado. Hoy que somos testigos de la debacle anunciada por algunos, entre ellos yo, hace casi siete años cuando aún pensaban llamarlo “CICIACS”. Hoy, después de haberme presentado el jueves 25 de noviembre de 2010 al Ministerio Público para aclarar la falsedad de las acusaciones en mi contra de ser parte de una campaña de desprestigio contra la impune y poderosa entidad citada. Hoy que es vital rescatar el concepto de justicia. Justicia, que no es encontrar quién la paga, sino quién la debe y compensar a la víctima.

No es el objetivo de los ciudadanos guatemaltecos “apoyar a la CICIG”, como lo dijo recientemente una académica guatemalteca, según nota de Prensa Libre del pasado viernes. El fin es que haya justicia: que se le de a cada quién lo que le corresponda. Que los antisociales, que violenten los derechos individuales de otros, reciban el castigo que merecen y paguen las consecuencias de sus acciones. Y, por supuesto, lo más importante es, repito, que se compense a la víctima. Pero me refiero a la víctima real, no al ficticio Estado, que termina siendo la excusa para que aquellos que detentan el poder, terminen lucrando y beneficiándose de los dictámenes de los tribunales.

Una de las peores CICIG en nuestro país es la que impera en los medios de comunicación. Por ejemplo, llamar a la iniciativa que pretende acabar con el derecho de propiedad y la presunción de inocencia (la Ley de Extinción de Dominio) ley antinarco, no sólo es ingenuo, sino es una manera de desinformar y confundir. Algo que debería ser señalado y evitado. Más si sabemos que el fin del periodismo es la búsqueda de la verdad de los hechos. Lo que hace necesario reconocer que existe la verdad: la realidad, única, de la cual somos parte. Por supuesto, nadie conoce toda esa realidad: el conocimiento no sólo está disperso, sino hay más cosas de la realidad que desconocemos que las que conocemos. Pero lo anterior no es excusa para falsearla y pretender que no se puede conocer.

La confusión conceptual en algunos casos, en otros la crasa ignorancia, sin olvidar al sofista falsificador y distorsionador de los conceptos, son el origen de las malas decisiones políticas y el fracaso de las estrategias adoptadas a la fecha. En fin, sobre este tema espero elaborar más en futuras entregas. Hoy escribo sólo para reconocer ese ¡ajá moment! como le llamaría Albert Loan. O, como lo hemos chapinizado sus estudiantes con un sencillo ¡sí pues! Algo es rescatable de la CICIG para enfrentar a la raíz de nuestros problemas: sus siglas.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 29 de noviembre de 2010. La imagen la bajé de la Internet.

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11.15.2010

El Cicigdio



Sería el título ideal para la novela que relata la estadía de un grupo de burócratas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Guatemala. La historia comienza con el capítulo bautizado como “La campaña de desprestigio” ¿O las verdades interinas? Por cierto, interinas hasta que la verdad verdadera aparece.


Por supuesto, como buenos émulos de Hugo Chávez y todos aquellos que actúan impunemente, pisoteando y destruyendo los cimientos de la civilización occidental, aunque esto último sea redundante, pronto anunciarán el intento de acabar con la vida del ente bautizado como “Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala” (CICIG), cuyos miembros, irónicamente, actúan impunemente: sin asumir la responsabilidad de sus acciones y de sus fracasos. ¡Oh! Y ahora, ¿quién podrá defenderlos? Aclaro: defender a los salvadores de los inútiles guatemaltecos.


O, también podría ser el primer capítulo del segundo tomo del libro de Eric Frattini “ONU: Historia de la Corrupción” (2005), que reúne parte de la investigación que hizo el citado escritor y periodista, sobre algunos de tantos abusos y excesos, secretos bien guardados, de los supuestamente impolutos miembros de la organización supraestatal más poderosa que existe. ¿Serán tan descarados, o nos creerán retrasados mentales, como para acusar a Frattini de ser parte de la intriga? No es necesaria una campaña para desprestigiarlos: ellos se desprestigian solos. Un autocicigdio.


En fin, tal y como escribió Frattini en la introducción del libro mencionado, y luego a lo largo del mismo lo evidencia, “...la ONU ha sido desde su creación…, un auténtico foco de conflictos. A pesar de ser creada en 1945 como una Organización transnacional capaz de arbitrar cualquier conflicto que surgiese tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, con el paso de los años, aquel sueño romántico se ha convertido en una pesadilla real, mastodóntica y cara, extremadamente cara”. ¡Vaya si no lo sabemos nosotros!


Aprovecho a retar públicamente a Mainardo Benardelli, Embajador de Italia, a cualquier miembro del privilegiado cuerpo diplomático, y a Ana María de Klein, si es que pretende apoyar las teorías de la conspiración mencionadas con sus declaraciones al diario “elPeriódico”, publicadas el pasado viernes, de que “Hay columnistas que siempre han escrito de lo que está haciendo la CICIG…”, a que nombren a quiénes acusan de ser parte de una campaña de desprestigio contra la CICIG y con qué pruebas. Los invito a que lleguen a mi programa radial, “Todo a Pulmón”, y las presenten.


No todos los habitantes de Guatemala somos alfombras de la comunidad internacional y la burocracia supraestatal. Somos ciudadanos dignos que los enfrentamos y cuestionamos, porque priorizamos el largo plazo y sabemos que, para cambiar las condiciones de vida en Guatemala, necesitamos fortalecer el Estado de Derecho, incluidos dos de sus pilares fundamentales: el derecho al debido proceso y la presunción de inocencia.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 15 de noviembre de 2010. La imagen la bajé del blog “Un revolucionario ocioso”.

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2.04.2010

Dudas razonables: tercer capítulo


El lunes pasado nos habíamos quedado en la presentación de mis primeras dudas generales en lo que respecta a la hipótesis de Carlos Castresana, titular de la CICIG, en el caso del asesinato de Rodrigo Rosenberg. ¡Quién me iba a decir que al transcurrir la semana iba a caer una pieza, aparentemente sin conexión con el crimen citado, que hace aún más inquietante e interesante la narración! Me refiero a la captura del expresidente Alfonso portillo que, de Pollo Ronco, pasó a pollo enjaulado. O pillo rostizado, como han comentado algunos. En fin, ahorita les explico de qué se trata, esperando no caer en la trampa del dicho aquel que dice: “un mudo, le dijo a un sordo, mientras los observaba un ciego…”. Vamos a un corte de párrafo y continuamos en el siguiente.

Según rumores que llegaron a mis oídos a principios de diciembre del año 2009 (por cierto, de gente muy bien conectada como se suele decir en jerga chapina, no sé si buena lengua o lengua viperina), los poderosos de Guatemala (léase: aquellos que se encuentran en el ejercicio del poder, ya sabrá usted quiénes son) desde hacía unas semanas habían cerrado una beneficiosa negociación con la superburocracia internacional, que les permitía una salida gloriosa del brete en el cual los había metido, a todos, el vídeo que dejó grabado Rosenberg antes de ser asesinado. A unos, porque los acusaba de su muerte y la de Khalil y Marjorie Musa, y a los otros porque les complicaba su carrera profesional, además de las molestias e inconvenientes que traería al organismo supraestatal citado con anterioridad (cuyo objetivo intrínseco es mantener gobiernos), confirmar lo denunciado por el occiso.

¿Y cuál se supone que es el tal trato al que llegaron los susodichos? Pues bueno, vea usted, unos entregaban a los otros una alta cabeza política, de esas sumamente cuestionadas que merecen ser investigadas, cabeza que caería rodando como si la hubiera cortado la guillotina de Maximilien François Marie Isidore de Robespierre, y los otros encontraban la forma de exculparlos de las acusaciones que pesaban en su contra. Un ganar-ganar para los mencionados y un perder-perder, primero, para el cuerpo que quedó sin cabeza y, segundo, para los ciudadanos que reclaman justicia en el país. ¿Ficción o posible escenario real? ¡Quién sabe! Claro, el supuesto compló, como diría Andrés Manuel López Obrador, no exime a Portillo de ser juzgado y pagar las penas que le corresponden por los delitos que sean probados.

Por cierto, ¿el alguien que informó a Castresana y a los gringos dónde se encontraba el ave fugitiva, habrá sido el mismo alguien que le sugirió hacer acto de presencia en la escena del crimen del jurista enamorado, quien con su atrevida decisión de dejar un testimonio audiovisual para aclarar su propio asesinato desató una tormenta política nunca antes vista en el inseguro país de la eterna sorpresa? Acompáñeme el próximo lunes en la conclusión, espero, de esta digresión por entregas.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 1 de febrero de 2010. Las fotografías son parte del archivo de fotos del diario guatemalteco Prensa Libre. La edición es responsabilidad mía.

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