Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

2.27.2012

La droga es una droga



Y hace droga a quien se droga. Pero no es un crimen: no hay daños a la vida, la libertad y la propiedad de otros. Sí, quien se droga va a preocupar a quienes lo valoran (evidentemente, más de lo que él o ella se valora), pero no daña los derechos de nadie. Solo se daña, lamentablemente, a sí mismo. Decide usar irresponsablemente SU libertad, y aunque la mayoría no compartamos SU decisión, debemos respetarla porque ES suya. Solo el o ella deben pagar las consecuencias de sus acciones. Y, en el mejor de los escenarios, aprender de sus errores.

Por supuesto, lo ideal es que logremos hacer ver al drogadicto el daño que se hace, con la esperanza de que al comprenderlo decida dejarlo. Pero, al final, quien tiene la última palabra es quien decidió consumir droga. Consumir droga es un vicio, y como tal debe ser enfrentado. Aquel que quiera dejar las drogas recibirá el apoyo de quienes lo aman bien y deberá seguir los procesos necesarios para abandonar el vicio. Pero, persiguiéndolo como apestado y metiéndolo a la cárcel, lo único que se logra es hundirlo más en su miseria.

La prohibición de la producción, la comercialización y el consumo de ciertos estupefacientes, prohibición impulsada desde hace décadas por el gobierno estadounidense, lo único que ha logrado es atraer la atención de más consumidores que les encanta lo prohibido, y enriquecer a políticos, burócratas y mafiosos que se han beneficiado de los precios a los cuales se venden por el riesgo que implica la prohibición. Y lo anterior a un costo altísimo: la muerte de millones de personas, muchas de estas inocentes. Los que llaman despectivamente casualties of war.

Como dijo Nucky Thompson, celebrando la prohibición del alcohol durante la década de los años veinte del siglo pasado en la primera temporada de la serie Boardwalk Empire de HBO: In less than two hours, liquor will be declared illegal by decree of the distinguished gentlemen of our nation’s Congress. To those beautiful, ignorant bastards. ("En menos de dos horas, el licor será declarado ilegal por decreto de los distinguidos caballeros del Congreso de nuestra nación. Brindo por esos hermosos e ignorantes bastardos"). Por cierto, el personaje de Thompson está basado en un político que existió en la realidad: Enoch Lewis "Nucky" Johnson.

Drogarse es un vicio fatal, pero no es un crimen. Criminalizar el consumo de las drogas no lo ha disminuido. Por otro lado, aumentó exponencialmente su producción y el surgimiento de grupos criminales dedicados a la extorsión, el secuestro y el asesinato. Condenable es la muerte de millones a causa de aquellos que continúan falseando la realidad. Para acabar con tanta insensatez, hay que despenalizar para que se acabe el negocio de los mafiosos. Por supuesto, aquellos que hayan secuestrado, extorsionado o asesinado (los cuales sí son crímenes: causan daños a terceros) deben de ser perseguidos, juzgados y castigados: deberán compensar a sus víctimas.


El presente artículo fue publicado el lunes 27 de febrero de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. La imagen la baje del blog “Prevención a la droga”.

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2.20.2012

¿R. I. P. PP?



Casi todos mis días comienzan con un viaje virtual alrededor del mundo en búsqueda de la verdad de los hechos que considero relevantes para el progreso del ser humano. El motivo del periplo cibernético es tener una idea más amplia, estar mejor informada y tomar mejores decisiones. Eso me permite juzgar en la justa medida los acontecimientos que nos afectan más de cerca a quienes hemos elegido vivir en Guatemala. Distanciarme lo más posible de la hipocresía y la doble moral de aquellos que, ya sea por intereses espurios, información falsa (por poca investigación), prejuicios ideológicos o emociones irracionales (resentimiento o envidia) falsean la realidad y se dedican a adular a los gobernantes.

Para mí, orgullosa representante de mi especie, es el hombre el animal más extraordinario que ha pisado la Tierra. El único creador de una civilización e, irónicamente, también destructor de lo creado por otros. Quiero resaltar que, al menos hasta hoy, han sido más las personas productivas que los parásitos que viven de los primeros, y gracias a esto es que, a pesar de la carga que representan los segundos, continuamos avanzando. Sin embargo, esta tendencia puede fácilmente cambiar. Digo lo anterior ya que en toda comunicación honesta, el receptor (en este caso usted) debe saber cuáles son los propósitos verdaderos del emisor (en este caso yo).

Como ya es conocido, la semana pasada el gobierno de Otto Pérez Molina logró que se aprobara de manera irregular, probablemente ilegal, un nuevo aumento de impuestos para aquellos que ya pagamos la mayoría de tributos que malgastan y se roban en gran parte quienes ejercen el poder y sus allegados. Como prueba de lo último me remito a todas las denuncias que presentan ciudadanos y burócratas estatales casi todos los días.

¿Será posible que tan pronto los miembros del Partido Patriota, con el apoyo de los diputados de otros partidos a quienes les llegaron al precio justo, firmaran la sentencia de muerte del partido que hace poco más de un mes empezara a gobernar en Guatemala? Sin duda, su ambición y la falta de visión de largo plazo son las más obvias explicaciones al tremendo error que cometieron.

La aprobación del paquetazo fiscal no es nada más que una victoria pírrica que al final pagarán muy cara. ¿Será que somos testigos del próximo deceso de otro partido más en nuestro país? ¿Podrán requiescat in pace los miembros del Partido Patriota? Lo único que espero, y por eso trabajo, es que en su posible agonía y consecuente muerte no nos lleven con ellos. En Guatemala hay muchos que merecemos otro destino. En Guatemala siguen habiendo más creadores de riqueza que parásitos y saqueadores. ¿Qué hace falta que suceda para que nos unamos, actuemos y cambiemos el sistema vicioso y perverso dentro del cual vivimos hoy por uno virtuoso que nos permita disfrutar del fruto de nuestra mente, el fruto de nuestro propio trabajo y riesgo?


El presente artículo fue publicado el lunes 20 de febrero de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. El autor de la imagen es  Melingo Wagamama.

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2.13.2012

#NOMASIMPUESTOS


La iniciativa de Ley con la que pretenden cobrarnos más impuestos, presentada al Congreso por el Presidente del Organismo Ejecutivo, Otto Pérez Molina, eufemísticamente llamada Actualización Tributaria, se nota que es una propuesta de burócratas que han vivido la mayor parte de su tiempo trabajando en entidades gubernamentales nacionales e internacionales. O sea, que han vivido principalmente del trabajo de otros. Si tuvieran alguna idea de lo que significa crear riqueza, lo que hubieran hecho es eliminar los gravámenes que castigan la inversión y retirar los obstáculos a la producción.

Los impuestos que debemos pagar no deben depender de porcentajes comparados con lo que pagan en otras sociedades que, después de haber creado riqueza, han optado por el absurdo Estado Benefactor/Mercantilista. Sociedades que, por cierto, están hoy ahogándose en una crisis que parece no tener final, ya que no tienen la valentía de terminar con la insensatez. Paguemos lo necesario para que haya seguridad y justicia. TODO lo demás sólo contribuye a aumentar el poder arbitrario de los gobernantes y, por tanto, la corrupción.

Es bienvenida la decisión de bajar las tasas al régimen optativo del Impuesto sobre la Renta (ISR). Aunque lo correcto sería eliminar de una vez el ISR. Pero yo desconfío de esta supuesta reducción: se me hace que la trampa escondida está en las deducciones de gastos permitidas. Al fin, si llegara a pasar el aumento del 40 por ciento en el régimen general, lo que tendremos que hacer es pasarnos al régimen optativo. Pero recordemos que el ISR es solo uno de los temas. ¡Hay muchos más impuestos que aumentan y nuevos tributos que nos quieren decretar!

Yo pago impuestos desde que inicié la etapa productiva de mi vida. Y hasta hoy he recibido muy poco a cambio de todo lo que he tributado. Yo tributo para que en mi país haya seguridad y justicia. NO pago impuestos para mantener a saqueadores y parásitos. Y hasta hoy solo para eso ha servido la mayoría de lo que he pagado. Tampoco, por principio, pago para promover un sistema que incentiva la mendicidad, que al final, solo logra perpetuar la miseria y mediocridad en que viven muchos. El gobierno (que no es lo mismo que el Estado) antes de pretender exprimir más a los que ya pagamos aumentado los impuestos o contrayendo deuda, deben acabar con todo el despilfarro, el malgasto y el robo descarado de nuestro dinero.

Estoy dispuesta a pagar impuestos para que el gobernante cumpla con sus funciones: seguridad y justicia. Todo aquel que TRABAJA A LA FUERZA en beneficio de otros, bajo amenaza de cárcel o algún otro castigo, es un esclavo. Pago impuestos pero no estoy dispuesta a ser esclavizada por nadie. Ni a que se sigan robando descaradamente lo que a mí y a otros nos ha costado producir. Usemos las redes sociales (Facebook y Twitter) para que el grito de la mayoría de "NO MÁS IMPUESTOS" se escuche claro y fuerte en el Congreso.


El presente artículo fue publicado el lunes 13 de febrero de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. La imagen la bajé del sitio www.mundomay.com

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2.06.2012

MY loves Gt



Emeye me dicen muchos de mis amigos, tanto en ámbitos virtuales como reales (¿acaso no es el mundo virtual también parte de la realidad?). El apodo surge de unir y leer, como si fuera mi nombre, las iniciales de este. Y “Gt” son las siglas por las cuales se identifica mí país y el suyo: Guatemala. Y digo “suyo” porque, independientemente de dónde haya nacido, si acaso está leyendo este artículo es porque le interesa conocer mi opinión sobre lo que sucede en mi terruño. Motivo por el cual imagino que también usted tiene su versión de mi nación. A lo mejor, al igual que yo lo he hecho, hasta la eligió para vivir su vida. Al menos hasta hoy, ya que por el momento no pienso tirar la toalla, hacer mi equipaje y emigrar a otro lugar. Lo cual tampoco descarto como una opción, una vez llegara a ser imposible vivir feliz en Guatemala.

La anterior es una decisión que afirmo día a día, a pesar de conocer las condiciones en las cuales vive la mayoría. Leer que encontraron congelados los cadáveres de 14 recién nacidos en el Hospital Regional de Cobán me hizo despreciar todavía más a quienes acabaron con la institución de la adopción en Guatemala. Por otro lado, enterarme de que atraparon al acusado del asesinato de Luisa Fernanda Fajardo López, me hace reforzar la esperanza de que las cosas pueden cambiar para bien.

Reconocimientos como el del Ministro de Trabajo de que la mayoría (en especial en el interior de nuestra guanabí República), no ganan el salario mínimo decretado por el gobierno, me hace pensar que muchos se pueden dar cuenta ¡al fin! de que los ingresos no aumentan por orden del gobernante. Que si queremos mejorar nuestra calidad de vida, debemos retirar los obstáculos que nos impiden transformar los recursos en riqueza, comenzando por los impuestos directos. Aunque sé que en el corto plazo lo anterior es poco probable por la ambición y la falta de visión de los poderosos, y el sistema Benefactor/Mercantilista que impera en Guatemala y en gran parte del planeta.

Declaraciones como las de Luz Lainfiesta, nombrada Ministra de Desarrollo Social, y el Presidente Otto Pérez (aunque insulsas por ser hechos conocidos por casi todos) de que han encontrado pruebas para sustentar las denuncias de corrupción en Cohesión Social, me llevan a creer que sí van a pagar sus crímenes algunos de los funcionarios del gobierno de Álvaro Colom. A pesar de la contradicción de Pérez al convertir los tales programas en un nuevo Ministerio.

En fin, mi Guatemala no es la misma suya: la diferencia la hacen mis recuerdos, mi escala de valores y mis metas. No me dejo engañar por la falsa Guatemala que nos venden los gobernantes y los tontos útiles que les sirven de comparsa. Yo quiero vivir en una Guatemala diferente, no sólo soñar con ella. Por eso, no falseo la realidad. Busco los medios para cambiarla. Yo reconozco la valía de los creadores y denuncio a los saqueadores que nos esclavizan. Yo amo a mi Guatemala.


Nota: la imagen que acompaña este artículo es un “collage” de fotografías que contiene mis valores más importantes y algunos de los recuerdos claves para mí y mi vida en Guatemala. La razón por la cual amo a mi Guatemala. Por eso, no hay dos Guatemalas iguales. Por eso, NADIE se debe sacrificar por la Guatemala que nos quieren vender los poderosos. No se deje engañar, no se deje manipular.


El presente artículo fue publicado el lunes 6 de febrero de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno.

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