O por su corrupto preferido.
Para el caso da igual. Pero respeten a los que bajo NINGÚN punto de vista vamos
a apoyar con nuestro voto para presidente a personas con las cuales no coincidimos
prácticamente en nada en nuestra escala de valores. Más aún, gente por la cual
sentimos un profundo desprecio por ser ladrones, mentirosos y vividores. Hasta resentidos en algunos casos, no se diga asesinos y extorsionadores.
Ante tantas falsedades que circulan en lo que respecta al voto nulo para presidente, les recuerdo
las sabias palabras de Albert Einstein: "Locura es hacer lo mismo una vez
tras otra y esperar resultados diferentes". Voten por enésima vez por su preferido entre los deshonestos fanfarrones que
se postulan para Presidente de la
Nación, pero no pretendan desprestigiar o hacer titubear con falacias a quienes
tenemos claro que el voto nulo para presidente ES la opción moral. Que sabemos
que lo importante es quiénes lleguen al
Congreso, más allá de los saqueadores que lleguen al Ejecutivo. Que
conocemos la diferencia entre ser pragmáticos
y ser prácticos y por tanto no negociamos principios. Yo, porque quiero vivir
en una Guatemala en paz, opto por ser práctica y enfocarme en lo importante a
largo plazo.
El voto nulo es el voto moral. Pero, al final, es una decisión individual: favorezca
con su voto, si así lo desea, al que cree
que es el menos peor de los corruptos
entre los tres candidatos que tienen las mayores probabilidades de ser el
próximo presidente: solo así puede darle algún sentido a la idea según la cual es la única manera de evitar que
llegue a ocupar el cargo el peor de los
peores. Sin embargo, considero que quienes sostienen la anterior excusa
falsean la realidad y son responsables de que no hayamos podido cambiar todavía
nuestro sistema presidencialista.
Por cierto, ¿desde cuándo el derecho a la libre expresión y el justo
reclamo de la forma en la cual malgastan, dilapidan y se roban los gobernantes
NUESTRO dinero, depende de votar o de cómo votamos? Quienes argumentan de tal
manera caen en una falacia de non
sequitur: no se sigue de la premisa la conclusión a la que arriban. Pero,
la más absurda de las mentiras es la supuesta ilegalidad del voto nulo. ¿Acaso hay una ley que lo prohíba?
Votar nulo NO es botar el voto,
como falazmente afirman algunos. Es ser coherentes con lo que pensamos y con
quién queremos ser. En el largo plazo, cuando por fin le entremos de lleno al
origen de nuestros problemas para cambiar el sistema político, la diferencia la
harán los principios morales a partir de los cuales decidamos qué cambiar, cómo cambiarlo, por qué cambiarlo y para qué cambiarlo. Para presidente, alcalde y el Parlacen voy a votar nulo. Para el
Congreso SÍ voy a votar específicamente por las planillas que considere las
mejores. Quienes piensan como yo, mi única recomendación, es que no se dejen
presionar por las racionalizaciones de otros. Tomen SU decisión: usen su juicio
propio e independiente. Tomen la decisión que les haga sentirse dignos y bien
con ustedes mismos.
Artículo publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 11 de mayo de 2015.Etiquetas: 2015, Albert Einstein, corrupción, Derecho al voto, elecciones, Guatemala, moral, nulo, pragmatismo, principios, votar, voto