Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

5.25.2015

Mandaderos de los meros corruptos



Hasta hoy sólo han encarcelado e iniciado procesos penales a algunos gatos y a unos pocos mandos medios de los miembros de la mafia estatal que por décadas han extorsionado a los guatemaltecos honrados y se han robado la mayoría de nuestros impuestos. El resto de los tributos los han malgastado en programas populistas cuyo objetivo es apaciguar las demandas de quienes están dispuestos a vender su futuro y el de sus seres queridos por un par de láminas y una supuesta bolsa de productos básicos. Es importante resaltar que los beneficiados de estos programas NO son los más pobres. Tampoco son muchos. Sólo son los necesarios para que los corruptos logren perpetuarse en el ejercicio del poder.

Por supuesto que lo anterior, después de cualquier cantidad de años en los cuales hemos visto cómo descaradamente los gobernantes acumulan fortunas inimaginables a costa nuestra, ha avivado la esperanza de que sí puede haber un cambio positivo para la gente honesta, respetuosa y laboriosa de Guatemala. Además, también genera la expectativa de que quienes han utilizado el sistema político actual para robar lo que es nuestro paguen las consecuencias de sus acciones y compensen a sus víctimas, que en este caso somos todos los tributarios del país.

Repito lo que dije en mi artículo anterior: “No fue el quehacer de ningún burócrata oportunista que vive como rey a costa de los impuestos de otros, lo que logró que Roxana Baldetti [y ahora otros] renunciara. Fue gracias a la presión de los ciudadanos que salimos a manifestar y protestamos en las redes sociales que Baldetti renunció a la vicepresidencia de Guatemala, independientemente de lo solicitado por grupos de presión como el CACIF, lo que haya confesado Marllory Dadiana Chacón Rossell (La Reina del Sur), las exigencias de La Embajada o las intrigas de sus agentes políticos infiltrados en la USAC”. Y hoy puedo agregar que esa misma presión de los mandantes logró que continúen arrestando a funcionarios involucrados en actos de corrupción. Pero, ¿para cuándo los meros tatascanes? Me refiero al presidente y a la R.

Las renuncias y las capturas de los acusados en el caso de La Línea y el IGSS fortalecen el ánimo de los ciudadanos activos que han despertado y asumen su papel de los que mandan. Le guste a quien le guste. Ahora que ya oficializó Ban Ki-moon la prórroga de la CICIG hasta el año 2017, ¿cuándo van a presentar la evidencia irrefutable que tienen en contra de Otto Pérez Molina y Baldetti? Me refiero a la que les sirvió para obligarlos a solicitar la prórroga. Sé que hay quiénes falsean la realidad y se molestan con quienes señalamos la negociación mencionada y los excusan diciendo que “las van a presentar cuándo las tengan”. Pero a estas alturas, somos muchos más los que no nos tragamos el cuento de que, a pesar de años de investigaciones, sólo tienen pruebas (que según algunos no son suficientes) en contra de los mandaderos. ¿Cuándo los van a acompañar el uno y la dos?


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 25 de mayo de 2015.

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6.25.2012

Río de intereses




“Confiamos en que… pongan nuestros intereses por encima de todos los otros intereses…”, declaró la activista neozelandesa, Brittany Trilford, en la Cumbre Río+20, convocada por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Poco me importa qué suceda en esta reunión de burócratas internacionales, evasores de impuestos que viven muy bien de los tributos que nos obligan a pagar a otros bajo amenaza de ir a la cárcel. Pero la exigencia de Trilford, esa sí llamó mi atención por varios motivos.

Empiezo por reconocer que es una afirmación cierta. Lo que esperan los representantes de los grupos de presión que llegan a este tipo de actividades, es que los funcionarios presentes al final les ofrezcan entregarles pronto, lo más pronto posible, un voluminoso cheque para apoyar sus intereses, sus causas que terminan siendo financiadas por quienes sí trabajan, producen y crean, y que generalmente se van a ver afectados, de manera negativa, por las acciones de estos grupos de interés.

Por aquello de que alguno no comprenda en su totalidad a qué me refiero al hablar de intereses, copio la definición de “intereses creados” dada por el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE): “Ventajas, no siempre legítimas, de que gozan varios individuos, y por efecto de las cuales se establece entre ellos alguna solidaridad circunstancial que puede oponerse a alguna obra de justicia o de mejoramiento social”. Esa solidaridad que une a Ban Ki-moon, y muchos más, con gente como Trilford, especímenes de la raza humana (aunque muchas veces sean misántropos) de los cuales encontramos varios representantes en Guatemala.

Lamento que la joven Trilford (17 años) sea utilizada por los oportunistas que se han aprovechado de su posible ingenuidad y buenas intenciones, así como también sucede en nuestro país. Los niños y los adolescentes son manipulados desde muy pequeños, no solo por los gobernantes que esperan acabar con su capacidad de pensar para que luego sean siervos dóciles que repitan como loros una especie de salve al Rey-Estado, proveedor de todo y protector de los pobres, sino por sus mismos maestros que descargan en ellos sus frustraciones, resentimientos y envidias, convirtiéndolos en tontos útiles al servicio de los saqueadores que abundan entre aquellos que ejercen el poder y sus cómplices en la sociedad civil y el sector privado. Por cierto, también abstracciones detrás de la cuales se esconden individuos concretos.

Al final, la lucha entre intereses privados en búsqueda de ser privilegiados por el Estado, termina destruyendo los valores necesarios para asegurar la vida del ser humano en sociedad: los derechos individuales, los cuales deben estar por encima de los intereses particulares de cualquiera. “Violar los derechos del hombre significa compelerlo a actuar en contra de su propio juicio o expropiar sus valores”, Ayn Rand. Es convertir a los libres en esclavos de los intereses de unos pocos.


El presente artículo fue publicado el lunes 25 de junio de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. La fotografía de Brittany Trilford la bajé de elcomercio.com

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4.04.2011

La Supermoon de Ban Ki-moon


Por un momento pensé que era una broma en la cual se habían puesto de acuerdo los jefes de redacción de los diarios más leídos de Guatemala. Que ante las carcajadas que ha provocado uno de los precandidatos a la Presidencia de nuestro país con su promesa de que la selección nacional de fútbol va a llegar al mundial si los incautos votan por él, los propietarios de los medios de comunicación se habían visto en la necesidad de competir por las risas del público chapín.

Sin embargo, no fue así. Lo reportado en los periódicos era, mejor dicho es, cierto: los burócratas de la Organización de las Naciones Unidas, en el capítulo correspondiente al llamado Consejo de Seguridad, están a punto de otorgar un espacio a los gobernantes de una de las sociedades más peligrosas del mundo, quienes designaran al ungido representante que se sentará en el mullido sillón. Imagino que usted ya sabe a qué país me refiero: al nuestro.

Guatemala, donde lo que seguro crece día a día, además de la pobreza de los más pobres, es la incertidumbre provocada por el aumento de los delitos y los crímenes que cometen los antisociales con quienes convivimos. Por cierto, muchos de ellos se encuentran en el ejercicio del poder. La conocida connivencia entre el crimen legalizado y el informal. Los primeros nos extorsionan para que paguemos impuestos sin recibir nada a cambio. Los segundos, sin recurrir a eufemismos, simplemente nos roban.

En el reciente perigeo del Secretario General de la ONU con los guatemaltecos, hizo una declaración con la que coincido: “Nadie esta por encima de la Ley”. No obstante, casi al instante de la anterior afirmación, justificó que sus subordinados de la CICIG sean una excepción a esa regla porque “hay una preocupación de todos por la proliferación del narcotráfico y el crimen organizado”. Otra de las contradicciones que suelen proclamar a los cuatro vientos los miembros del ente mencionado. Sin duda, cuando Ki-moon dijo “Hay quienes no están acostumbrados a la justicia” se refería a ellos mismos. Sí, ellos, los burócratas con el derecho a la impunidad, más allá de los discursos gourmet de cinco tenedores.

Si Ki-moon quisiera acabar con los narcos, presionarían a Obama y compañía para que den marcha atrás en una guerra perdida que ha causado millones de muertes. Un problema que solo va a terminar cuando acabe la prohibición de producir, comercializar y consumir las drogas que arbitrariamente han decidido condenar los gobernantes gringos, sentenciándonos a los latinoamericanos en especial a vivir en una agonía permanente.

Como dijo Mario Vargas Llosa hace unos días: “Estamos cerrando un círculo y regresando a la barbarie por exceso de comprensión y tolerancia”. Yo agregaría que parece ser que estamos en una involución, sobre todo, por la tozudez de algunos, principalmente los poderosos, de falsear la realidad e imponer sistemas normativos ajenos a la naturaleza humana.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 4 de abril de 2011. La fotografía la tomé el sábado 19 de marzo de 2011, día de la “Súperluna”.

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