Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

2.27.2010

Blend


¿Por qué me cuesta más asomarme a la escritura cuando me encuentro feliz, muy feliz? No sé. Es uno de esos extraños misterios de la zona desconocida de mi existencia. Tal vez porque tengo tanto de que hablar, escribir, elaborar. Seguro compartir, por lo que termino sin decidir por dónde comenzar. En fin, al menos elegí desde hace unas semanas el título de esta divagación suelta, que viene a ser mi tercera entrega para Le Haim. O, el material, como le llama Mara. ¿El material de una mezcla que no puedo descifrar por completo? ¿Un blend cuya base es el tiempo? ¿Y yo la bartender o la enóloga?

Pienso con los ojos cerrados y sueño con los ojos abiertos, mientras ordeno mentalmente el material que hará de esta mezcla única. Aunque reconozco que es imposible evadir los lugares comunes. Obvio: por eso son comunes. Y, sin duda, tengo mucho en común con usted que me lee algunas semanas después de que terminé de elaborarlo, catarlo y saborearlo. Común seré.

Hoy que escribo en el presente, el pasado martes 20 de octubre, no por casualidad sino por atraso, no logro dejar de observar ese luminoso cielo azul que cubre el espacio capitalino llamado despectivamente por algunos Guanhatan. Azul que deseo cubra hasta el más ínfimo de los rincones de Guatemala. Un azul que contrasta con el rojo que arde en los corazones de muchos. En algunos arde por amor. En otros por rencor. Azul-Paz contra Rojo-Pasión. La segunda, necesaria cuando es producto del ejercicio de la razón.

Considero la Libertad mi más caro derecho. Por supuesto, después de la vida que necesito para ejercerlo. Un tesoro mayor que el anillo de John Ronald Reuel Tolkien que Gollum atesoraba. La capacidad de ser quien quiera ser. Definida: decidida mi vida. Realidad hecha por los hechos. Mis acciones, erradas a veces, correctas en su mayoría si acaso logro alcanzar mi meta. Decidí ser libre, mucho antes de leer esta frase atribuida a Víctor Hugo: "La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho". Y así continúo descubriendo los ingredientes de este blend en proceso de mezcla.

¿Mencioné con anterioridad el tiempo? ¿La magnitud física que se mide por segundos y se vive por instantes? Y es la suma de esos instantes la que nos cuenta nuestra propia historia y la de los demás. Historia construida a partir de lo que hicimos con esos momentos irrepetibles. Esas acciones que un jueves me llevaron, después de disfrutar de la presentación de “Holiday of Musicals”, a celebrar brindando con un buen sake, o vino de arroz, y comiendo Dim Sum. Esas elecciones que al día siguiente me permitieron degustar un Reserva chileno, un blend entre Carménère y Shiraz, que acompañé con un caldo de huevos nocturno, por placer no por deber, y canciones versionadas por el grupo Valtrez en Trova Jazz. Y para completar el trío, el sábado visité al conocido artista Iván Gabriel y a su familia en San Juan Comalapa, donde disfruté del arte expuesto en su galería, tomé cusha, comí Pepián casi hasta reventar y desafiné la marimba y los tambores de los Gabriel, en mi frustrado intento de componer una melodía inédita. ¿Acaso no es la vida una maravilla?

La vida es una combinación de muchos ingredientes. De nosotros depende elegirlos. Y los más importantes componentes de nuestro blend, son las personas con las que elegimos compartirlo. Lo sé desde que tengo uso de razón. Por supuesto que me equivoqué en varias ocasiones a la hora de decidir a quienes dejar entrar en mi espacio íntimo. Otras veces me sentí presionada por complacer precisamente a aquellos a quienes he amado. Aprendí de mis errores. Hoy soy más selectiva. Lo que me permite mejorar mi mezcla que espero llegue a ser algún día un virtuosísimo Gran Reserva de Colección. Y, claro, una edición limitada a una botella etiquetada “Yo”.



La anterior pretensión de ensayo breve, fue publicada en la Edición 22, noviembre-diciembre 2010, de la revista sibarita “NuChef”. Agradezco a Mara Corado, Directora General de la revista mencionada, la imagen de la botella que me permitió jugar hasta llegar al collage que acompaña mi “Blend” que espero hayan disfrutado.

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2.22.2010

Levitarán


Y arribarán a las alturas del Paraíso… ¿fiscal? Lo dudo. Tal vez alcanzarán la cumbre del placer sexual. Se quitarán su camisa Pierre Cardin, lucirán su pititanga roja que a duras penas disimula el éxito del Levitra amarillo de 20 miligramos que los hizo sentir de apenas 30 años: lo que prometen los entusiasmados anunciantes que convencen a los necesitados de las bondades de su producto importado. Pagado con el sudor de la frente del tributario abnegado, gracias al cual sudarán por otros lados los extasiados invitados a la fiesta del homenajeado de nuevo levantado. Es evidente que la posible “disonancia que resulta de la inarmónica combinación de los elementos acústicos de la palabra” antes escrita, va en consonancia con la realidad medieval del país primaveral donde acontece la historia narrada.

Cuentan los especialistas en lenguas, que del participativo y desarrollista Plan Trifinio pasaron a otro tipo de threesome necesario por la fortaleza alcanzada en pos de cumplir
con su extrañada función considerada propia del varón. Al menos esperamos los financistas del hecho (aparentemente consumado por la repetición en la compra del bien ya mencionado), que éste no haya sido público: que la actividad haya sido llevada a cabo en privado y no con asistentes. Total, no son indispensables las notas ni la presentación de un informe sobre el desempeño de los nombrados ni detalle de las metas alcanzadas.

“¡Oh irreverentes! Ángeles caídos que os atrevéis a cuestionar al Vicepresidente. ¿Es que no os has dado cuenta del sacrificio del caballero de la blanca cabellera detrás de la entrega a su noble tarea?” Blandió su espada erecta ante la crítica airada de quien se atreve a cuestionar su actuar. “¿Acaso no es importante para todo ser humano, el éxtasis de volar en compañía? ¡Bellacos, insubordinados, arribistas que no atendéis a vuestra posición de abajo, horizontal, de ojos cerrados frente al viril dechado de virtudes hasta por sus asesores cuestionado! Callad y entended. Sólo os queda obedecer”.

Hombres de canas, que se tiran de vez en cuando, y más seguido de lo programado, sus canitas al aire, con el ánimo de atinarle a alguna de las resignadas cortesanas que en el vuelo los acompañan. Sin duda, algo de arte histriónico tendrá la puesta en escena. Bien lo dijo Oliverio Girondo: “No sé; me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!”

La verdad desestabiliza al mentiroso que, de ingenuo, suele tener poco.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 22 de febrero de 2010. La imagen es de la película de Eliseo Subiela “El lado oscuro del corazón” del año 1992. Por cierto, les recomiendo verla al igual que la segunda parte que fue estrenada 9 años después.

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2.21.2010

Dudas razonables: in-conclusión


¿Será que en este capítulo termino la presentación de mis dudas razonables en lo que respecta a la hipótesis de Carlos Castresana, titular de la CICIG, en el caso del asesinato de Rodrigo Rosenberg? Lo dudo, porque son muchas las preguntas que me hago y conforme avanza el proceso judicial, me surgen nuevas interrogantes. Sin embargo, hoy me propongo finalizar la serie de artículos en los cuales abordo el tema, con la seguridad de que más adelante voy a retomar la trama de este emblemático crimen. Total, tanto la muerte del mencionado jurista, como la de Khalil y Marjorie Musa continúan siendo un misterio.

Uno de los más intrigantes enigmas es quién fue el ALGUIEN que avisó a Castresana para que llegara a la escena del crimen de Rosenberg, habiendo tantos asesinatos, en todos los estratos sociales, todos los días. Me pregunto, ¿por qué le dan credibilidad al informante conocido sólo como ALGUIEN? ¿Cómo ese ALGUIEN supo del atentado? Pienso que ALGUIEN nos debe muchas explicaciones.

Ahora, ¿por qué Álvaro Colom, Sandra Torres y Gustavo Alejos, si son inocentes, autorizaron a Salvador Gándara y a Ronaldo Robles a contratar a un estafador para que acusara a los dirigentes del Partido Patriota, y luego montaran una escena de película de tercera categoría ante varios reporteros? Que, por cierto, algunos de ellos son acusados de recibir fafa para que no fotografiaran el helicóptero en el cual viajó Gándara que, según fuentes de Aeronáutica Civil, es el mismo que suele usar, o solía usar, Torres para sus viajes al interior de la República.

Quienes ejercen el poder tienen una obvia ventaja por encima de las personas libres y escépticas que buscamos la verdad. No conocí a Rosenberg, pero creo que la honestidad y la autenticidad es la única forma de proceder para SER quien uno ES, es por eso que no me cayo ante este crimen que involucra a las más altas autoridades del país. ¿Por qué ya condenaron a Rosenberg cuando apenas comienza el juicio? ¡Qué fácil es echarle la culpa al muerto! O parafraseando el aforismo anterior: echarle el muerto al muerto. ¿Será que la resolución de la CICIG del caso Musa terminará siendo que fue otra vez Rosenberg la mente criminal detrás de los sicarios? En fin…

Verdadera es sólo la premisa, la idea, la hipótesis que la evidencia demuestra sin lugar a dudas que es cierta. Así que poco me importa que los doctrinarios del positivismo jurídico hayan acuñado esa aberración conceptual de “verdad interina” utilizada por Castresana. Y aclaro: yo no sé a ciencia cierta qué sucedió, pero tampoco me convence la propuesta del Comisionado. No sé si algún día vamos a saber qué pasó, independientemente del resultado del juicio que se está llevando a cabo. Tal vez es este un crimen que sea objetivamente investigado y juzgado hasta dentro de muchos años. Y para aquellos que tengan curiosidad de dilucidarlo, dejo escritas mis observaciones sobre esa realidad nuestra que parece ficción.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 15 de febrero de 2010.

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2.13.2010

Dudas razonables: cuarto capítulo


Hoy, contrario a mi plan original, no voy a terminar esta serie de sueltos en los cuales intento hacer una aproximación, montada en las dudas que me provoca, a la hipótesis de Carlos Castresana (CICIG) sobre el asesinato de Rodrigo Rosenberg.

Quiero recalcar que el hecho de abordar estos crímenes, no significa que desprecie los homicidios de tantos inocentes que quedan en el olvido. Poco importan los grupos sociales, el volumen de la cuenta bancaria, ganada o heredada, y los apellidos rimbombantes con olor a rancio, compuestos, con sonido extranjero o los de pura cepa guatemalense. En nuestro país día a día son violados los derechos de miles de personas, más allá de su extracción, debido a la falta de acción de los gobernantes. Por la vil ignorancia de quienes ejercen el poder, de sus responsabilidades primordiales. Por ser la seguridad y la justicia las cenicientas del Estado Benefactor/mercantilista.

El principal motivo de abordar los casos de Rosenberg y Khalil y Marjorie Musa son las circunstancias especiales que los rodean, principalmente quiénes se sospecha están detrás de éstos. Independientemente de las buenas relaciones públicas de Castresana, a la mayoría de los habitantes de Guatemala no los convenció la conveniente verdad interina de la CICIG. Por cierto, un error lógico y una obvia contradicción conceptual. Sólo por este lamentable comentario debió ser puesta en duda, no alabada.

Si usted está preparando su asesinato, ¿involucraría a dos amigos que aprecia y confía en ellos desde niño, sabiendo los riesgos que correrían? Si usted cree que su vida está peligro, ¿buscaría ayuda y protección entre sus conocidos? ¿Pondría en orden sus pendientes por medio de un testamento? ¿Hablaría con sus seres queridos? Si está planificando el crimen perfecto, ¿por qué va a dejar tantas pistas absurdas que lleven fácilmente a los investigadores a usted? ¿Puede cualquiera comprar un producto “x”, un par de teléfonos por ejemplo, y solicitar la factura a su nombre? ¿Lo puede hacer alguien a quien no conoce? Si no quiere que quede rastro de la compra ¿la incluiría en su contabilidad?

Y para acabar esta inconclusa narración, la semana pasada Manuel de Jesús Cardona al fin decidió colaborar más eficazmente con la fiscalía y los jueces, al ampliar su testimonio anterior, ya que su ¿primera? declaración no coincidía con los datos presentados por Castresana: necesitaban que Cardona dijera que habían cobrado Q300 mil. Según Siglo Veintiuno del jueves 4 de febrero, Cardona reveló que el “jefe de seguridad de los hermanos… Valdés se quedó con Q50 mil… a él le pagaron Q25 mil y desconoce cómo se distribuyeron los otros Q250 mil”. Conveniente, pero ¿creíble?

Por cierto, si usted es sicario profesional ¿usaría su vehículo y su teléfono móvil para cometer el crimen? En fin, todo con tal de que lo dejen libre para seguir ganándose el pan de cada día: matando por contrato a creyentes e incrédulos. Usted, ¿con quienes se identifica?


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 8 de febrero de 2010.

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2.04.2010

Dudas razonables: tercer capítulo


El lunes pasado nos habíamos quedado en la presentación de mis primeras dudas generales en lo que respecta a la hipótesis de Carlos Castresana, titular de la CICIG, en el caso del asesinato de Rodrigo Rosenberg. ¡Quién me iba a decir que al transcurrir la semana iba a caer una pieza, aparentemente sin conexión con el crimen citado, que hace aún más inquietante e interesante la narración! Me refiero a la captura del expresidente Alfonso portillo que, de Pollo Ronco, pasó a pollo enjaulado. O pillo rostizado, como han comentado algunos. En fin, ahorita les explico de qué se trata, esperando no caer en la trampa del dicho aquel que dice: “un mudo, le dijo a un sordo, mientras los observaba un ciego…”. Vamos a un corte de párrafo y continuamos en el siguiente.

Según rumores que llegaron a mis oídos a principios de diciembre del año 2009 (por cierto, de gente muy bien conectada como se suele decir en jerga chapina, no sé si buena lengua o lengua viperina), los poderosos de Guatemala (léase: aquellos que se encuentran en el ejercicio del poder, ya sabrá usted quiénes son) desde hacía unas semanas habían cerrado una beneficiosa negociación con la superburocracia internacional, que les permitía una salida gloriosa del brete en el cual los había metido, a todos, el vídeo que dejó grabado Rosenberg antes de ser asesinado. A unos, porque los acusaba de su muerte y la de Khalil y Marjorie Musa, y a los otros porque les complicaba su carrera profesional, además de las molestias e inconvenientes que traería al organismo supraestatal citado con anterioridad (cuyo objetivo intrínseco es mantener gobiernos), confirmar lo denunciado por el occiso.

¿Y cuál se supone que es el tal trato al que llegaron los susodichos? Pues bueno, vea usted, unos entregaban a los otros una alta cabeza política, de esas sumamente cuestionadas que merecen ser investigadas, cabeza que caería rodando como si la hubiera cortado la guillotina de Maximilien François Marie Isidore de Robespierre, y los otros encontraban la forma de exculparlos de las acusaciones que pesaban en su contra. Un ganar-ganar para los mencionados y un perder-perder, primero, para el cuerpo que quedó sin cabeza y, segundo, para los ciudadanos que reclaman justicia en el país. ¿Ficción o posible escenario real? ¡Quién sabe! Claro, el supuesto compló, como diría Andrés Manuel López Obrador, no exime a Portillo de ser juzgado y pagar las penas que le corresponden por los delitos que sean probados.

Por cierto, ¿el alguien que informó a Castresana y a los gringos dónde se encontraba el ave fugitiva, habrá sido el mismo alguien que le sugirió hacer acto de presencia en la escena del crimen del jurista enamorado, quien con su atrevida decisión de dejar un testimonio audiovisual para aclarar su propio asesinato desató una tormenta política nunca antes vista en el inseguro país de la eterna sorpresa? Acompáñeme el próximo lunes en la conclusión, espero, de esta digresión por entregas.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 1 de febrero de 2010. Las fotografías son parte del archivo de fotos del diario guatemalteco Prensa Libre. La edición es responsabilidad mía.

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2.02.2010

Dudas razonables: segundo capítulo


En el capítulo anterior, presenté los principales motivos que me llevan, una vez más, a ir contracorriente. En este caso contra el establishment de los columnistas de opinión y, cosa extraña, contra lo expresado por algunos amigos con quienes coincido en valores. En fin, motivos que podría resumir en una frase del maravilloso poeta romántico alemán, Johann Wolfgang von Goethe: “We are never deceived: we deceive ourselves.” Y como no engaño a otros, menos lo haría conmigo.

"There's something terribly wrong with this country.” Y no me refiero a la gloriosa Inglaterra ni a la natal España del titular de la CICIG, sino a mi querido terruño. Al citar al protagonista de V for Vendetta, en cierta manera coincido con Carlos Castresana cuando advierte lo que muchos han expresado: Guatemala se muere. Aunque, dejando a un lado la hipérbole utilizada por el Comisionado, quiero aclarar que NO es el país el que se muere: mueren todos los días muchos de sus habitantes por la irresponsabilidad de sus gobernantes.

Y como no quiero dar más vueltas al asunto porque "toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo", como dijo uno de los más celebres cumpleañeros del año, Frédéric Chopin, empiezo a enumerar algunas de mis dudas razonables en lo que respecta a la hipótesis por la cual se decantó Castresana. Y mi primera duda tiene que ver precisamente con el hecho de que sólo haya presentado uno de los posibles escenarios que, con la evidencia recabada, se podrían haber imaginado los investigadores a cargo del asesinato de Rodrigo Rosenberg. Varios de esos escenarios probablemente sean más creíbles que el elegido.

¿Cuántas hipótesis se podrían plantear con los datos encontrados a la fecha? A mí se me ocurren un par, las cuales no voy a elaborar por el momento, entre otras cosas, por la falta de espacio. Creo que debería empezar a trabajar en un escrito de largo aliento. ¡Quién sabe! Quizá un día de estos me voy a sorprender escribiendo algo más que un artículo o un breve suelto. Eso sí, siempre por placer, ¡jamás por deber!

Y antes de continuar con mis comentarios sobre lo expuesto por Castresana el martes 12 de enero de 2010, regreso a la pregunta que me he hecho desde hace meses, ¿por qué Castresana decidió dar prioridad al asesinato de Rosenberg y no al de Khalil y Marjorie Musa? Recuerden: el asesinato de los Musa es la raíz de la tragedia.

La genial Agatha Christie nos advierte a los aprendices de escribidores que la mejor receta para la novela policíaca es que el detective no debe saber nunca más que el lector. Y como yo sólo soy lo segundo en la obra analizada, espero que mis preguntas inquieten al primero de los mencionados. Y a ustedes, mis dilectos lectores que deseen acompañarme en este intento de desentrañar el misterio, o tal vez complicarlo, les ofrezco una entrega más la próxima semana. Por el mismo diario y en la misma sección.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 25 de enero de 2010.

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