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Es el gobierno el que roba a los pobres la esperanza de salir de la pobreza. |
¿Cómo se le puede
robar a quien, por definición, tiene poco o, simplemente, no tiene nada que le
roben? Según el Diccionario de la Lengua Española (DLE) la definición del
adjetivo “pobre”, en su primera acepción, es la siguiente: “Necesitado, que no tiene lo necesario para vivir”.
Y, cualquiera en pleno uso de sus sentidos, en particular el sentido común,
reconocerá que lo primero que necesita aquel a quien aplica el adjetivo pobre
es un trabajo para ¡poder vivir! Sin embargo, maliciosamente, muchos de los que
dicen defender a los pobres, lo que suelen hacer es condenarlos a vivir
miserablemente.
Si hablamos
metafóricamente, lo único que se les puede robar es la posibilidad de trabajar,
crear riqueza y mejorar su calidad de vida. Y, contradictoriamente, quienes
suelen robarles la esperanza a los más pobres son aquellos que los utilizan de
excusa en su discurso político. Aquellos cuyos objetivos mezquinos son claros:
conseguir financiamiento para sus
organizaciones y vivir ELLOS cómodamente. O, aún mejor en el caso de unos
pocos, llegar al ejercicio del poder y acumular fortunas robando a los
tributarios. En fin, darse una vida de reyes a costa del progreso del resto.
Parasitar del esfuerzo mental y físico de los demás.
En Guatemala
es tal la desesperación de la gente, que hace unos días un grupo de personas
entró a la fuerza a las instalaciones de la Compañía Guatemalteca de Níquel
(CGN) en El Estor, Izabal, exigiendo que los contrataran: reclamando trabajo
por la fuerza. Por supuesto, con acciones como ésta alejan a los capitalistas y
a los empresarios, en lugar de motivarlos a que inviertan en el área, creando
fuentes de trabajo productivo que es, al final, lo que la mayoría desea.
Irónicamente, los
burócratas estatales, tanto nacionales como internacionales, han contribuido al clima político antiempresarial (que
aleja las inversiones creadoras de empleo) que prevalece en algunos sectores
influyentes. Burócratas que también viven (sin hacer nada productivo, a
diferencia de quienes laboran en empresas competitivas) de la riqueza que crean
aquellos que arriesgan capital y hacen el esfuerzo, mental y físico, por
producir bienes y brindar servicios que benefician a la gente y SÍ contribuyen
a mejorar la calidad de vida de todos.
El respeto al
derecho de propiedad es una condición sine
qua non para atraer la inversión necesaria para transformar recursos en
riqueza, lo cual permitiría que todos, hasta aquel que es menos productivo,
encuentren trabajo y puedan aumentar sus ingresos reales. Al aumentar nuestros
ingresos reales podemos satisfacer a nuestro gusto nuestras necesidades. El agujero
más importante es el de los bolsillos de los habitantes de Guatemala, no el del
malgasto y despilfarro de los gobernantes. Lo único que se le puede robar a un
pobre es la esperanza de prosperar. Robo que llevan a cabo aquellos que
promueven más del mismo sistema político fracasado actual: quienes promueven
más intervencionismo y más estatismo.
Artículo publicado en el diario
guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 27 de junio de 2016.
Etiquetas: burocracia, empresario, Estado, gobierno, pobreza, riqueza, robo, trabajo