Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

7.02.2018

¿Sobreviviremos al Mundial de Fútbol?



Pienso que sí. No sé en qué condiciones, pero considero que es el escenario más probable. Más aún, espero que los aficionados al fútbol estén disfrutando de los partidos. Aunque me entra cierta duda al ver a unos cuántos agonizar junto con el equipo de sus preferencias. También sé que no todo es diversión. Puede haber partidos aburridos, o al menos parte de estos. Sin duda los que más emoción generan son aquellos en los cuales proliferan los goles bien hechos. Lo que no es igual en el campo político, donde a más goles, menos alegrías.

Mientras, unos pocos ermitaños en la época del mundial, que no deliramos por estos encuentros deportivos, nos concentramos en cuidar la portería de nuestro país que, precisamente por estos tiempos, es atacada por los oportunistas que aprovechan la distracción que representa la gesta fútbolera para pasar legislación que sólo los beneficia momentáneamente a ellos y, en el largo plazo, termina sumándose al cuerpo de ¿leyes? que impiden el progreso y la mejora en la calidad de vida de todos.

Por ahora, que sepamos, nos han metido dos goles que, confío, al finalizar los encuentros mundialeros indigne a quienes hoy no quieren saber nada de política. A lo mejor todavía algo podemos hacer para minimizar las consecuencias nefastas esperadas de los goles anotados por los aprovechados que se encuentran en el ejercicio del poder y sus socios en los grupos de presión y en la burocracia estatal supranacional.

El primero de estos tantos, lo metieron el mismo día que inició el Mundial, aunque nos enteramos de éste penalti cuando metieron el segundo gol: el miércoles 20 de junio pasado. Según declaraciones de Juan Francisco Sandoval, titular de la “Fiscalía Especial Contra la Impunidad” (FECI), Juan Carlos Monzón está libre desde el 15 de junio, luego de “cumplir con los convenios de colaboración eficaz en los casos de La Línea y Cooptación del Estado”. La excusa que dio Sandoval a semejante aberración, es que la libertad le fue concedida a Monzón para “procurar su seguridad”. Agregó que Monzón rechazó la oferta que le hicieron de pasar a formar parte del programa de protección de testigos. ¿Por qué lo rechazó? ¿Cuánto de lo que robó logró esconder antes de entregarse?

En fin, el segundo gol nos lo metieron los diputados que aprobaron el préstamo por 250 millones de dólares, promovido por burócratas del Banco Mundial (BM). El préstamo se supone que incluye 3 mil 500 quinientos quetzales, por 10 meses, para las familias afectadas por la erupción del Volcán de Fuego. Un engaño populista más. Dinero que probablemente recibirán allegados al partido. Deuda que pagaremos los tributarios y disfrutaran quienes recibirán los desembolsos: los gobernantes, la burocracia nacional y los funcionarios del BM a los que les adjudiquen las consultorías incluidas.

Como bien la define Ambrose Bierce en su "Diccionario del Diablo", dentro del sistema de incentivos perversos que prevale, “la política es una lucha de intereses enmascarada como una competencia de principios”. En otras palabras, la política no es más que la conducción de los asuntos públicos para la ventaja privada de aquellos que actúan en nombre del Estado.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 2 de julio de 2018.

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5.14.2018

¿En quién creer?




Las declaraciones de Juan Carlos Monzón contra varios miembros de la prensa, han agudizado la crisis de confianza en las instituciones que enfrentamos en la actualidad. También contribuye a la pérdida de confianza en los medios de comunicación, particularmente los vistos como tradicionales, el exitoso cabildeo de varias de las facciones interesadas en el ejercicio del poder (que no necesariamente involucra sobornar a alguien por medio de la llamada fafa), al igual que el poco cuestionamiento al intervencionismo promovido tanto por burócratas nacionales como internacionales.

Por cierto, el testigo estrella de la CICIG es ya de por sí un personaje poco confiable que, como aquellos a los que acusa, debe pagar las consecuencias de sus acciones. Y por esa poca confiabilidad que inspira un criminal confeso como Monzón, espero que las pruebas científicas y documentales que aporten al proceso citado, al igual que a otras causas justificadas como la del Transurbano, sean suficientes para condenar sin lugar a dudas a corruptos que, como Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, salta a la vista la fortuna que acumularon abusando del poder que se les delegó como gobernantes.

Ahora, ¿quiénes son los principales responsables de la crisis de confianza que crece en nuestro país? ¿Cuáles son las consecuencias esperadas de esta crisis de confianza que empeora? ¿Cuándo y qué debemos de creer a los colaboradores eficaces? ¿A los medios de comunicación? ¿A los comentaristas y/o analistas? ¿Qué hacer con los rumores? Y aún más importante, ¿cuál es la realidad de la mayoría en Guatemala? ¿La que se refleja en los medios, en las redes o en la calle? O, ¿es esa realidad una mezcla de las tres?

Precisamente, entre los principales responsables de la creciente desconfianza se encuentra el grupo de analistas mencionados, ya sea que estén a sueldo de intereses de terceros o por simple conveniencia personal, que opinan desconectados de la señalada realidad, elevando sus oraciones al Divino Estado como responsable de proveer todo lo que el pueblo demande, ya sea una necesidad o un capricho. Un Divino Estado fracasado, convertido en violador de los derechos individuales de la mayoría, fuente de desilusiones y origen de la corrupción. ¿Por qué promueven medidas que sólo facilitan la corrupción?

¿En quién creer? Primero que todo, en nosotros mismos. En fin, de cada uno de nosotros depende hacer una evaluación justa y verdadera para determinar qué es cierto y qué es falso. Segundo, podemos confiar en quien emita juicios basados en los hechos de la realidad, que contextualice los hechos que describe o analiza y aporte la evidencia que demuestre la verdad de las afirmaciones que sostiene. O sea, quien tenga los pelos de la burra en la mano para decir de qué color es. Y, por supuesto, no debemos caer en la falacia de la generalización apresurada: no todo en el mundo del periodismo está podrido. Depende de usted como lector, espectador u oyente objetivo, diferenciar el trigo de la paja y apoyar a quienes, les guste o no los resultados de su trabajo, cumplen con su misión: la búsqueda de la verdad de los hechos.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 14 de mayo de 2018.

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10.12.2015

Robo legalizado, botín del Estado



El robo de nuestros impuestos es el que se da en la ejecución del Presupuesto de malgasto y despilfarro de los politiqueros en el ejercicio del poder. El llamado Presupuesto General del Estado, que no es más que la forma en la cual legalizan la repartición del botín. El botín son los impuestos que pagamos todos los meses los tributarios, obligados a entregar una parte sustancial de la riqueza que hemos generado a base de nuestro esfuerzo mental y físico, bajo la amenaza de ir a la cárcel si no lo hacemos. Unos pagan más, otros pagan menos, pero todos pagamos, aún aquellos que trabajan dentro de la economía informal, ya que cada vez que consumen un producto o usan un servicio que está controlado por los terroristas fiscales de la SAT, el precio del bien o del servicio lleva cargados los impuestos respectivos.
                                                
Por eso, de todas las declaraciones que ha dado Juan Carlos Monzón hasta la fecha, la que me parece la más importante es la siguiente: “No soy el líder de esa estructura que están indicando. No lo soy. Si aquí estuviera CUALQUIER MIEMBRO DEL GABINETE del gobierno del  expresidente Otto Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti, o de la organización del Partido Patriota, les podrían asegurar que en ese gobierno no se hacía nada sin el conocimiento ni la aprobación de ninguno de los dos o, por lo menos en mi caso, específicamente sin el conocimiento, autorización e instrucción de la señora vicepresidenta”. El Ministerio Público (MP) y la CICIG no tienen excusas válidas para no entrarle a los más importantes focos de corrupción: a los ministerios, las secretarías, los fideicomisos… y a toda oficina que forme parte de la burocracia estatal. Por supuesto, hay que incluir al Congreso y el Organismo Judicial.

La aseveración del eslabón perdido, Juan Carlos Monzón, es motivo más que suficiente para que el MP, apoyado por la CICIG, empiece a investigar a TODOS aquellos que fueron parte del gobierno de Pérez/Baldetti. Es en la ejecución del Presupuesto del abstracto Estado donde se roban nuestros impuestos, y es en lo que nos debemos enfocar, en lugar de seguir distrayéndonos con la mafia de extorsionistas de La Línea, que ya es un proceso que aparentemente va por buen camino que ¡ojalá! concluya con el fin de las aduanas en Guatemala, además de la condena de los acusados, pues al fin es la sola existencia de éstas el origen de la corrupción en esta área.

Si es verdad que el gobierno no tiene dinero para pagar salarios no es culpa de los tributarios. Es culpa de los corruptos que se robaron nuestro dinero aprovechando el sistema de incentivos perversos, injusto e inmoral, que prevalece en nuestro país. Es necesario que cada día seamos más los que participamos en la batalla de las ideas: debemos cambiar la opinión predominante de que el abstracto Estado debe satisfacer nuestras necesidades, olvidando que la única justificación de la existencia de un gobierno es para asegurar que se respeten la vida, la libertad y la propiedad de todos.

                                                                                                       

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 12 de octubre de 2015.

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5.04.2015

CICIG: Sea quién sea



Esas fueron las palabras más relevantes del Presidente, Otto Pérez Molina, en el mensaje a la nación que dio el lunes 27 de abril, a las cuales agregaría de lo dicho lo siguiente: “Porque es indignante y vergonzoso para todos... actos en contra de la población… he recibido su mensaje de forma clara y contundente… me llena de indignación lo ocurrido… quiero ser enfático en esto: SEA QUIÉN SEA, debe enfrentar todo el peso de la Ley… cero tolerancia a los abusos de autoridad…”. En fin, señor Presidente, ¿la cero tolerancia es sólo contra la SAT y Juan Carlos Monzón? ¿De verdad entendió su merced de que el mensaje principal es para que USTED y la Vicepresidente Roxana Baldetti paguen las consecuencias de SUS acciones? ¿La advertencia a sea quién sea lo incluye a usted y a Baldetti?

Repito las preguntas que plantee la semana pasada porque me llama la atención la reacción de unos cuantos a las mismas: ¿qué piensan aquellos que abogan por la CICIG de que el comisionado de esta organización salga en los anuncios del gobierno apoyando a Pérez Molina? ¿Van a exigirle a Iván Velásquez que dé a conocer la información que tiene de los delitos del Presidente y la Vicepresidente? Después de leer algunas de las respuestas que me han dado, he decidido agregar la siguiente pregunta: ¿van a seguir intentando justificar lo injustificable: el consentimiento de la CICIG y el comisionado con que se les incluya en la propaganda que pretende lavarles la cara a Pérez Molina y a Baldetti?



En lo que respecta específicamente al mensaje de nuestro mandatario, pregunto: ¿El SECRETARIO PRIVADO DE QUIÉN, señor Presidente? ¿Por qué está tan seguro de que puede confiar plenamente en la CICIG? ¿Por qué esa confianza en quienes se supone deben contarle las costillas? ¿A cuál debido proceso y a qué institucionalidad se refiere, si ambos son inexistentes en nuestro país? ¿Pretende rediseñar la SAT? ¿Para qué, si el problema no es la recaudación ni la evasión fiscal? A estas alturas del partido es conocido casi por todos que el problema es la corrupción que durante su gobierno alcanzó niveles inimaginables. Esa corrupción que es propia del sistema de incentivos perversos, estatista e intervencionista, que prevalece desde hace décadas por estos lares. Un sistema que atrae a los peores representantes de nuestra sociedad, siendo ustedes un buen ejemplo de lo anterior.

Hoy, la mayor presión para que la CICIG y el MP presenten pruebas CONTUNDENTES en contra de quienes ya fueron acusados y los que hacen falta, encabezando este listado Pérez Molina y Baldetti, deben ejercerla quienes han defendido al mencionado ente supraestatal a capa y espada… si es que son honestos y dignos. Por supuesto, quienes no caímos en la trampa mediática también vamos a ejercer presión para que se llegue hasta las últimas consecuencias, con o sin la venia de La Embajada. Sólo haciendo verdadera JUSTICIA, vamos a construir esa institucionalidad a la cual hace referencia Pérez Molina, sus protectores y sus acólitos.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 4 de mayo de 2015.

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4.20.2015

CICIG y SAT: corrupción y extorsión



Antes de cualquier otro comentario, quiero expresar mi alegría al saber que ¡finalmente! parece que se van a perseguir a los miembros más importantes de la mafia estatal que actualmente extorsiona a quienes intentan comercializar con personas o empresas cuyas operaciones se encuentran más allá de nuestras fronteras. Una red de corruptos que se han aprovechado del poder casi ilimitado que, lamentablemente, les han entregado a los gobernantes aquellos que han caído en la trampa del Estado Benefactor/Mercantilista.

Sin embargo, coincido con quienes han hecho ver que los capturados apenas representan la punta del iceberg: una pequeña mancha al tigre. Espero que la valiente acción dirigida por la Fiscal General, Thelma Aldana, sea sólo el principio de una estrategia que también lleve a la cárcel, y obligue a devolver lo que han robado, a los meros mandamases de la pandilla: al presidente Otto Pérez Molina y la vicepresidente Roxana Baldetti. De ser posible, que se juzgue a funcionarios de gobiernos anteriores, incluidos presidentes y demás miembros de sus respectivos gabinetes.

Ahora, me surgen varias dudas en lo que respecta a la operación planificada por el MP, apoyado por la CICIG. Primero, es vox populi desde hace años que al frente de esta organización de criminales está la mismísima vicepresidente, Roxana Baldetti. ¿Por qué no aparece entre los señalados? ¿Cuándo inicia el proceso de antejuicio para presentarla ante la justicia? Conociendo la cercanía de la mencionada con el Presidente, Otto Pérez Molina, ¿está también él bajo investigación? ¿Cuándo vamos a tener más información en lo que respecta a los responsables del Organismo Ejecutivo? Porque, espero que no pretendan los funcionarios del gobierno, del MP y la CICIG vernos la cara de tontos y crean que nos vamos a tragar el cuento de que Pérez Molina y Baldetti no sabían nada de lo que hacían los tipos que ellos mismos pusieron al frente de la SAT y las aduanas. No se diga el caso de Juan Carlos Monzón que ocupa el cargo de Secretario PRIVADO de Baldetti.

Por cierto, llama mi atención el que hayan aprovechado a llevar a cabo este operativo precisamente cuando Monzón se encuentra fuera de Guatemala. Él y Baldetti. Total, ya han esperado tantos años para apresarlos que unos días más no eran trascendentales. ¿Por qué hacen las capturas cuando el supuesto cabecilla está de viaje en el exterior? No tiene sentido, a menos que el rumor, cada vez más fuerte, de que los señores de la CICIG negociaron la impunidad de los mencionados a cambio de que se renueve, nuevamente, su inconstitucional mandato.

Si acaso en los próximos días no empiezan las acciones en contra de los jefes de los capturados, sin lugar a duda y lamentablemente, confirmaré mi sospecha externada en el párrafo anterior, apoyada por la explicación que circula a sotto voce, a nivel nacional e internacional, de que este espectáculo tuvo como objetivo asegurarle el trabajo a los burócratas de la CICIG por unos años más.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 20 de abril de 2015.

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