Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

5.18.2015

CICIG/MP: Cada día que pasa



Cada día que pasa sin que pase algo verdaderamente importante en el caso en contra de la corrupción gubernamental en general, perdemos los guatemaltecos en nuestra lucha por hacer justicia y cambiar el sistema de incentivos perversos que ha imperado desde décadas atrás en nuestro país. Ese sistema político que atrae a los peores representantes de nuestra sociedad, la mayoría mentirosos, ladrones, populistas y parásitos que viven de saquear a la gente productiva de Guatemala.

Cada día que pasa después de que oficializaron una realidad ampliamente conocida desde tiempo atrás: que la corrupción y la extorsión en las aduanas y la SAT habían llegado a niveles impensables de descaro, perdemos los guatemaltecos honestos, trabajadores, responsables, que somos expoliados todos los días por nuestros mandatarios. Cada día que pasa los corruptos que gobiernan tienen la oportunidad de poner a resguardo el botín y destruir las evidencias que los incriminan. ¿Hasta cuándo pretenden hacerse los locos? No queremos más shows mediáticos. Queremos resultados concretos. Queremos JUSTICIA. Queremos que devuelvan lo que se robaron.

No fue el quehacer de ningún burócrata oportunista que vive como rey a costa de los impuestos de otros, lo que logró que Roxana Baldetti renunciara. Fue gracias a la presión de los ciudadanos que salimos a manifestar y protestamos en las redes sociales que Baldetti renunció a la vicepresidencia de Guatemala, independientemente de lo solicitado por grupos de presión como el CACIF, lo que haya confesado Marllory Dadiana Chacón Rossell (La Reina del Sur), las exigencias de La Embajada o las intrigas de sus agentes políticos infiltrados en la USAC. Ahora, esa misma presión la debemos ejercer contra los señores del Ministerio Público y de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) para que presenten evidencia objetiva e irrefutable. Total, los burócratas de la CICIG ya no tienen nada que perder: su mandato fue prorrogado.




¿Negoció la juez Marta Sierra de Stalling y/o la magistrada Blanca Stalling con los acusados de formar parte de la mafia estatal de La Línea? ¿O el caso, que no esperaban que pasara de un show montado con el objetivo de forzar a Otto Pérez Molina a prorrogar el mandato de la CICIG, fue mal presentado por estos últimos y el Ministerio Público: sin suficientes pruebas para condenarlos respetando el debido proceso? ¿O son ciertas ambas afirmaciones: el caso está mal presentado y eso facilitó la negociación con la juez y/o la magistrada? Ahora que ya es formal la prórroga del mandato de la CICIG, ¿van a presentar Iván Velásquez y Thelma Aldana pruebas indiscutibles para condenar a Baldetti y a Pérez Molina?

Cada día que pasa la indignación ciudadana crece, lo que podría terminar en una explosión sangrienta que la mayoría no apoyamos. Cada día que pasa, esa justa indignación corre el peligro de ser cooptada y manipulada por intereses oscuros ajenos al bienestar de todos en el largo plazo. Cada día que pasa es transcendental.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 18 de mayo de 2015. El "meme" lo copie de Facebook. La foto del comisionado Iván Velásquez saludando al nuevo vicepresidente Alejandro Maldonado es de Rafael Rosales de "Siglo Veintiuno.

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12.16.2013

Protestas criminales



Yo protesto. Tú protestas. El protesta. Ella protesta. Nosotros protestamos. Ustedes protestan. Ellos protestan. ¡Ah! Mejor aclaro que también ellas protestan, antes de que protesten las feministas. En fin, todos protestamos. El acto de protestar parece ser algo propio del ser humano. Es una faceta de nuestra libertad de expresión. No hay ningún problema con protestar. Se generan problemas cuando los medios que usamos para hacerlo violan los derechos de otros.

Es lamentable que en la mayoría de los casos de la llamada protesta social a los manifestantes les importa poco ser escuchados y mucho menos pelean por el respeto a los derechos individuales de todos. Lo que hacen es EXIGIR, de manera represiva y violenta, que se les den bienes y beneficios que no han ganado. Demandan privilegios. Les da igual que para satisfacer sus reclamos los gobernantes se conviertan en violadores de los derechos de otros. Reclaman lo que ellos no están dispuestos a dar: respeto. Dejan claro que lo único que termina temporalmente las protestas es que se les conceda todo lo que piden. Por cierto, eso no es protestar, es EXTORSIONAR. Luego, al ser complacidos por los gobernantes, algo más se les ocurrirá exigir. Su negocio se mantiene a base de medidas de hecho violentas, constantes y sostenidas en el tiempo.

La ironía es que la mayoría, que terminamos pagando por los caprichos de los arriba mencionados, somos productivos, honestos, respetuosos… No participamos en hechos delictivos y criminales. Queremos salir adelante por nuestro propio esfuerzo. Por eso hay tantos latinoamericanos, guatemaltecos incluidos, viviendo en Estados Unidos: personas que decidieron vivir en un país distinto al que nacieron, un país en el cual todavía es posible mejorar la calidad de vida, donde pueden disfrutar del fruto de su ingenio, de los riesgos que han tomado, del trabajo honorablemente entregado. Gente pacífica y laboriosa.

Algunos, ingenuamente, otros porque son incapaces de reconocer que se equivocan o son unos oportunistas descarados, pretenden justificar las medidas de hecho alegando que las autoridades no los complacen y que ya se aburrieron de sentarse a dialogar con funcionarios del gobierno. Hay quienes tienen la desfachatez de acusarnos a unos de criminalizar actos que de pacíficos no tienen nada. Cuando lo cierto es que casi todo lo que exigen no se les puede dar sin cometer una injusticia con otros. Confunden derechos con necesidades, y pretenden que los demás nos ocupemos de las obligaciones que les corresponden a ellos.

Aquellos que llegan engañados o pagados a las protestas también deben asumir las consecuencias de sus acciones. Lo anterior no los exime de los actos delincuenciales o criminales cometidos. Bloquear carreteras y cualquier vía de comunicación no es un derecho. Obstaculizar la libre locomoción de otros no es un derecho. Dañar la propiedad de otros no es un derecho. Saquear comercios no es un derecho. Protestar no es lo mismo que violar.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 16 de diciembre de 2013.

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10.14.2013

#pornvictimisation



Contraria a la creencia popular de que el crimen no paga, dentro de las actuales reglas del juego político hay un tipo de criminalidad que no solo es más rentable que la común (robos, secuestros, extorsiones…), sino que es más segura: los riesgos son menores. Esa criminalidad es la mal llamada protesta social. Aclaro que no me refiero a la justa queja del ciudadano honesto, trabajador y respetuoso que cuestiona el actuar corrupto y prepotente de los politiqueros. Me refiero a los grupos organizados con el objetivo de extorsionar a los gobernantes para que estos les otorguen privilegios.

Los colectivos que recurren a la victimización de determinada clase de personas supuestamente abusadas a lo largo de su existencia. Por cierto, una de las más rentables tácticas hoy es recurrir a los agravios cometidos en contra de los ancestros. Este discurso es sobre todo atractivo cuando se trata de conseguir dinero de los burócratas de otros países que cargan con una irracional culpa en lo que respecta al pasado colonialista de sus naciones. No hay nada más sexy, un trending topic, que resucitar a los extintos mayas para inspirar lástima en caras pálidas emotivas, manipulables, que manejan el dinero que han expoliado a los trabajadores de sus respectivas naciones.

También hay extranjeros dentro de estos grupos. Fracasados que no pasaron de zope a gavilán en sus terruños y, llenos de resentimiento, encuentran un espacio donde sentirse importantes en pueblos como el nuestro. Estos tipos ocupan posiciones relevantes en las estructuras jerárquicas de estas organizaciones en las cuales la mayoría se siente intimidada por un  par de ojos claros, una tez blanca y un cabello rubio. Que quede claro, no tengo nada en contra de los anteriores atributos, similares a los míos. Lo que me parece despreciable es el doble discurso y la hipocresía tanto de los nacionales como los internacionales que conforman estas facciones.

¿Cómo logran las prebendas que buscan? Violando los derechos de otros. Bloqueando carreteras, destruyendo propiedad, amenazando, extorsionando… Aterrorizando a los habitantes de sus comunidades que no se atreven a enfrentarlos. Y, descaradamente, pretenden que aceptemos tales manifestaciones como pacíficas. Hasta al secuestro han recurrido para que los gobernantes les concedan sus exigencias en diálogos en los cuales los perdedores no están presentes: los tributarios y la gente decente que ve sus derechos mancillados con tal de complacer a los violentos. En fin, el problema no son los diálogos. El problema es que negocian principios y derechos de otros.

La ironía es que al final solo los líderes de estos grupos se benefician. El resto les sirven de carne de cañón para alcanzar sus objetivos de vivir cómodamente a expensas de la pobreza de unos y de la riqueza creada por otros que con ese dinero pudieron haber generado puestos de trabajo productivos que les permitieran a los que se quejan de sus condiciones de vida mejorar honorablemente su existencia.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 14 de octubre de 2013.

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9.01.2008

VDL Reloaded


El próximo viernes 29 de agosto seré parte, como también pueden serlo ustedes, de la secuela de los exitosos Viernes de Luto, gesta cívica pacífica, comprometida con la creación de un Estado de Derecho inexistente aún en Guatemala, cuyo recordado lanzamiento fue el primero de junio de 2001.

Sin embargo, como toda continuación de acontecimientos célebres, a pesar de mantener un hilo conductor, las circunstancias actuales que motivan este nuevo movimiento ciudadano marcarán la diferencia. Además de que, en esta ocasión, se espera que haya una sola función dividida en dos partes.

La primera, proyectada para la fecha ya citada (viernes 29 de agosto) consiste en vestirse de negro. Sí, mostrar nuestro luto por la situación que enfrentamos los habitantes de esta tierra de los quetzales devaluados que vuelan de los bolsillos de los tributarios a las cuentas bancarias de los políticos en el ejercicio del poder, a los funcionarios públicos que utilizan su puesto arbitrariamente para pasar a una ansiada vida de mantenidos por el resto, y de los amigos cercanos a los anteriores que se dedican, primordialmente, al tráfico de influencias en búsqueda de privilegios.

Por supuesto, no olvidamos a todos los muertos como consecuencia del abandono de los gobernantes de sus funciones primigenias, primordiales y que dentro de un marco ideal deberían de ser las únicas: seguridad y justicia. Velar porque se respeten los derechos individuales de todos: libertad, propiedad y vida. Y asegurarse de que aquellos antisociales que no cumplan con la suprema norma de “el respeto al derecho ajeno es la paz”, la mejor de las definiciones del bien común, compensen a sus víctimas y paguen las consecuencias de sus delitos y/o crímenes.

La segunda parte de este conjunto de hechos memorables, definición de gesta según el DRAE, está programada para llevarse a cabo el sábado 30 de agosto, a partir de las 9:30 de la mañana en El Obelisco, donde nos vamos a reunir pacíficamente, sin violentar los derechos de nadie, a mostrar nuestro rechazo a los actos de corrupción, a los abusos de poder y a la absurda ambición de los poderosos de castigar con más impuestos a los exprimidos tributarios.

En fin, cada uno de aquellos que libremente esperamos participar, queda claro que lo hacemos por nosotros mismos. Porque estamos hartos de vivir en una sociedad donde los gorrones, improductivos, vividores y oportunistas existen gracias a la complacencia, por falta de decisión, del resto que terminamos como súbditos o rehenes. Súbditos aquellos que se acostumbran y aceptan sin protestar una forma inhumana de existir. Y rehenes, aquellos que, por nuestra terquedad de vivir en este país, nos vemos privados de lo que es nuestro por derecho, previo a cualquier legislación que sólo expresa la voluntad de quien legisla en su propio beneficio.

No más corrupción, no más impuestos, la consigna principal del relanzamiento de VDL.


Articulo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 25 de agosto de 2008.

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