Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

12.18.2017

La calma de las fiestas



¡La calma de las fiestas de fin de año se parece tanto a la calma chicha! En especial en países como el nuestro, donde la constante es la creciente incertidumbre, la inseguridad y la violación a nuestros derechos individuales. Esa especie de paz que nos embarga a casi todos, aún a los más amargados, ante la expectativa del fin del año que implica un fin de ciclo y el consiguiente inicio de un período en el cual creemos que sí vamos a alcanzar las metas que no logramos en el año que termina.

La calma chicha es el estado de la atmósfera cuando no hay viento, y por tanto del mar cuando no hay olas, porque precisamente no hay viento que las levante. Para los marineros, en particular cuando las naves eran impulsadas por velas, la calma chicha les generaba sentimientos encontrados. Más que paz, les podía provocar cierto temor, porque los barcos se quedaban varados y a la merced de cualquier peligro, incluido el ataque de los enemigos. No se diga la idea que tenían de que la calma precede a la tormenta. Así como también después de la tormenta, viene la calma. Ciclos de la vida que avanza en línea recta.

Esta temporada de calma nos permite creer que lo malo quedó atrás y por delante viene lo bueno, el mundo que deseamos, y que a la aparentemente esquiva felicidad la atraparemos el año que viene. Aunque para algunos no es que se detenga el viento, simplemente cambia su curso, y quedan atrapados en medio de otras actividades que les roban la tranquilidad: la compra de regalos, los convivios, las carreras de último momento con la falaz esperanza de hacer todo aquello que no hicieron en el transcurso del año que se va.

Es un hecho que la mayoría se las arregla por estas fechas para estar alegres, pero me pregunto qué tan sostenible es esa alegría en el largo plazo, una vez terminan las fiestas de fin de año. Quisiera decir que son todos felices, sin embargo, no sé a ciencia cierta si todas aquellas personas que me topo en la calle, que me sonríen, que desean lo mejor del mundo para mí y para mis seres queridos, en la realidad han alcanzado “el estado exitoso de la vida… el estado de consciencia que proviene del logro de los propios valores”, (“El discurso de John Galt”, La rebelión de Atlas, Ayn Rand).

¿Qué se nos va? ¿Se nos va la vida? ¿Se nos van los días? ¿Se van a veces casi sin que nos demos cuenta? ¡Cuántas cosas hacemos mientras las horas pasan casi sin haberlas percibido plenamente! ¿Se van con las horas nuestros valores más preciados? ¿Fallamos en la tarea de conservarlos, por vivir en lo urgente olvidando lo importante? Quisiera que estas fueran preguntas comunes, una reflexión seria y constante, para todos aquellos que quiero, porque deseo que sean felices, no de palabra, sino de hecho.

Hay quienes solemos hacerlas seguido. Que decidimos, conscientemente, enfocarnos en el presente y evaluarnos justamente, con el objetivo de corregir nuestro rumbo cuando sea necesario y dirigirnos al destino que nosotros hemos elegido. Que es lo que quisiera para todos: que sean lo  que ustedes elijan ser. Que sean verdaderamente felices.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 18 de diciembre de 2017.

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2.22.2016

El poder se vende



El poder político se vende para otorgar privilegios, conceder prerrogativas, dar prebendas y facilitar la vida de unos pocos en este mundo intervenido por el Estado, con la lamentable autorización de la mayoría de ciudadanos. El poder político se vende a quién quiera y pueda pagar el precio que exigen aquellos que lo ostentan. El poder político lo venden desde el mismo Presidente, pasando por los altos funcionarios, los jueces y los diputados, hasta llegar al burócrata estatal de más bajo rango.

Los sobornos, las comisiones, las mordidas… serían imposibles, por más que los oportunistas quisieran comprar favores políticos, si no hubiera quién tiene el poder de concederle sus deseos a quien quiere un privilegio y está dispuesto a comprarlo. Este es el origen de la corrupción. ¿Cómo adquieren los gobernantes ese poder? ¿Qué papel juega usted en este engaño? ¿Cuál es la responsabilidad de quien decide no ejercer como mandante?

El poder lo adquieren los gobernantes cada vez que en el Congreso aprueban legislación específica y arbitraria que pretende satisfacer las demandas de unos a costa de otros. Cada vez que los diputados le asignan más obligaciones que no les corresponden a los gobernantes, las cuales implican más impuestos y más burocracia estatal INNECESARIA. El poder lo adquieren cada vez que alguien exige que los gobernantes, en nombre del abstracto Estado, satisfagan sus caprichos o las necesidades de otros a costa del resto.
                                                                                                                                                     
El poder lo adquieren los gobernantes con el apoyo de burócratas parasitarios de la élite internacional y supranacional que, más allá de su discurso supuestamente bienintencionado, presionan para que se violenten los derechos individuales con tal de que los primeros puedan exprimir más a los tributarios, de los cuales viven los segundos en condiciones mucho más favorables que las que enfrentan aquellos que crearon la riqueza de la cual ellos disfrutan.

Un ejemplo de lo anterior es la reciente presión del Banco Mundial para que se elimine el debido proceso, al que maliciosamente llaman secreto bancario, en el caso de la información del manejo de cuentas bancarias. Si este nuevo abuso llegara a ser aprobado por los diputados, lo único que se va a lograr es aumentar el precio de las transacciones entre los funcionarios de la SAT y quienes puedan pagar el precio que les exijan: facilitará la corrupción estatal.

“Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare en que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”. Cita de “La rebelión de Atlas”, escrita por Ayn Rand.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 22 de febrero de 2016. La imagen es la portada del diario guatemalteco "elPeriódico" del lunes 14 de enero de 2013.

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6.09.2014

Gigante amanecer



Hoy quiero celebrar un acontecimiento que fortalece mi esperanza de que en este siglo experimentemos un tiempo en el cual prevalezca la razón correctamente entendida y la verdad reconocida como la realidad misma: un período similar al vivido por los ilustrados del siglo dieciocho en el que se gestaron las ideas que permitieron la mejora exponencial en la calidad de vida de nuestra especie a partir del siglo diecinueve. Un tiempo en el cual se sembró el germen del progreso que siguió dando frutos en el siglo veinte a pesar de la irracionalidad y la barbarie que también se sufrió en los últimos cien años. Un despertar de la grandeza de toda persona que se respeta y respeta la vida, la libertad y la propiedad de los demás. El ser humano que elige ser racional, que acepta que la única opción para alcanzar y conservar sus valores es cooperar e intercambiar en paz con los otros.

El despertar de quienes nos reconocemos como parte de una misma raza, la humana, con una esencia común, la cual nos ha permitido conseguir lo que no ha logrado ninguna otra especie: crear una civilización. Individuos que nos orgullecemos de ser únicos e irrepetibles, y sabemos que nuestras diferencias las podemos convertir en elementos enriquecedores que nos permitan avanzar. Quienes disfrutamos de una vida en armonía, identificando a nuestros pares con quienes elegimos compartir nuestra existencia. Hombres y mujeres que, independientemente del país en que nacimos, la etnia a la que pertenecemos, la lengua que hablamos, el color de nuestra tez… entendemos que el deseo más íntimo de toda persona de ser feliz es nuestro común denominador.

Y para júbilo de muchos, ¡muchos más! que aquellos que lo resienten, ese Amanecer llegó a Guatemala, simbolizado por la hermosa escultura del maestro Walter Peter Brenner, develada en Ciudad Cayalá el pasado 31 de mayo de 2014. El Gigante que emerge en el Paseo es uno de los monumentos más grandes del mundo en el género de mármol tallado. Una obra que será admirada en todo el planeta. Una colosal producción contemporánea que nos recuerda que en cada uno de nosotros, más allá de nuestras diferencias, se encuentra la semilla de la grandeza. Es tarea individual cuidar esa semilla, tratarla con respeto al elegir nuestros valores y regarla practicando las virtudes que nos permitan cosechar sus frutos.

“Una alegoría a la búsqueda de la felicidad”, así describe Walter a su más reciente creación. ¿Y qué es la felicidad? “La felicidad es un estado de alegría no contradictoria, una alegría sin pena ni culpa, una alegría que no choca con ninguno de tus valores y que no te lleva a tu propia destrucción…”, explica John Galt en “La Rebelión de Atlas”. Y más adelante nos pide que: “En nombre de lo mejor que hay en ti, no sacrifiques este mundo a los peores… no permitas que tu visión del hombre sea distorsionada por lo feo, lo cobarde, lo inconsciente en aquellos que nunca han conseguido el título de humanos”. Seamos humanos. Seamos felices. 


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 9 de junio de 2014. La fotografía la tomé el sábado 31 de mayo de 2014 en la develación de “Amanecer, El Gigante de Cayalá”.

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8.12.2013

¿Quién es Juan Galtón?



Es el caballero de la sonriente mirada, con alma de niño, que alcanzó lo que no logró Alonso Quijano: conquistó a su Dulcinea y venció a los molinos de viento que intentaron parar el avance de su amada Libertad. Es el hidalgo que sabe que la guerra continúa. Es un adalid que ganó las batallas que hasta hoy ha librado contra aquellos que quisieran esclavizar la mente independiente de las mujeres y los hombres dignos que valoran su vida y ganan su pan diario de cada día.

Es un hombre que primero se cuestionó sobre lo que está mal en el mundo. Luego se preguntó ¿qué hacer para cambiarlo? Y terminó dedicándose al cómo mejorar la existencia de todos. Es un intelectual que aprendió lo que está bien. Que reconoce lo importante que es ser parte del debate honesto de las ideas. Es el educador que nos reta a tener la valentía de aceptar y cambiar nuestras premisas falsas: un cambio necesario para nuestro beneficio en el largo plazo. Es el inquieto pensador que busca la verdad y vive de acuerdo a una escala de valores que le permite ser feliz.

Es el maestro que con su ejemplo nos ha inspirado a muchos. Es el mentor que, lleno de optimismo a pesar de las circunstancias, nos ha impulsado a seguir adelante y enfrentar los obstáculos que nos topemos en el camino. Es el amigo virtuoso a quien se refiere Aristóteles en “Ética a Nicómaco”. Es el hermano de principios que nos ha brindado su apoyo incondicional.

Juan Galtón, como el protagonista de “La Rebelión de Atlas” que lo inspiró, es aquel que en nombre de lo mejor que hay en él, no sacrifica este mundo a los peores. Que en nombre de los valores que lo mantienen con vida, no permite que su “visión del hombre sea distorsionada por lo feo, lo cobarde, lo inconsciente en aquellos que nunca han conseguido el título de humanos”. Es quien no olvida que “el estado natural del hombre es una postura erguida, una mente intransigente y un paso vivaz capaz de recorrer caminos ilimitados”. Juan Galtón no se rinde, sabe que usando su razón puede encontrar una solución a cualquier adversidad.

Juan Galtón es el luchador que no claudica ante las dificultades, quien no permite que “se extinga su fuego, chispa a chispa, cada una de ellas irremplazable, en los pantanos sin esperanza de lo aproximado, lo casi, lo no aún, lo nunca jamás”. Juan Galtón, amigo mío, “no permitas que perezca el héroe que llevas en tu alma”. Juan Galtón, “el mundo que deseas puede ser ganado, existe, es real y posible; es tuyo”. Tu vida es plena.

¿Quién es Juan Galtón? ¿Es el esmerado lector de Borges, de Mises, de Rand, de Locke, de Nozick, de Hayek, de Darwin…? ¿Es usted, soy yo, es “V”? Juan Galtón es un modelo a seguir. Juan Galtón es aquel que prefiere que se hable poco de él, como un ser grande que es. Solo hay un Juan Galtón, único e irrepetible. Juan Galtón solo puede ser GIS: Giancarlo Ibárgüen Segovia, a quien deseo una larga, productiva y feliz vida. Veritas, libertas, iustitia.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 12 de agosto de 2013. En la imagen aparecemos Gianca y yo para la Reunión General de “The Mont Pelerin Society que se llevó acabo en la Ciudad de Guatemala en el mes de noviembre de 2006. La foto fue tomada el 7 de noviembre de ese año.

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1.14.2013

Ayn Rand en la portada de "elPeriódico"

¡Qué manera más increíble de empezar el día! Con Ayn Rand en LA PORTADA de elPeriódico: "Cuando adviertas que para producir necesitas obtener la autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegido contra ti; cuando repares que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio... entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada." Ayn Rand.


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12.10.2012

El debate sin desarrollo




Casi siempre, el debate público en Guatemala termina siendo una discusión sin desarrollar (DRAE: 3. tr. Explicar una teoría y llevarla hasta sus últimas consecuencias.) y sin integridad (DRAE: íntegro: 2. adj. Dicho de una persona: Recta, proba, intachable.), menos integral (DRAE: 1. adj. Global, total.). Así como no hay desarrollo (DRAE: 3. m. Econ. Evolución progresiva de una economía hacia mejores niveles de vida.) para los habitantes de nuestro país con las leyes (legislación) que han aprobado y pretenden aprobar, tampoco el debate sobre las leyes y las condiciones que necesita todo ser humano y una sociedad entera para progresar se desarrollan en Guatemala.

La descontextualización (sacar de contexto), la confusión conceptual (comenzando porque no  se definen los conceptos) y los intereses multimillonarios que dependen del sistema de privilegios que impera en nuestro país, son los principales problemas por los cuales es prácticamente imposible ponerse de acuerdo con aquellos cuyos objetivos dependen del uso arbitrario del poder. Además de la deshonestidad intelectual de muchos articulistas a quienes la verdad [DRAE: 7. f. realidad (‖ existencia real de algo)] les importa poco, sino nada. Lo único que les interesa es llamar la atención y que se les dé la razón, aunque no la tengan, para alimentar su frágil ego.

Uno de los mejores ejemplos de lo anterior es la discusión de la iniciativa 4084, mal llamada ley del sistema nacional de desarrollo rural integral. Las falaces generalizaciones en el supuesto debate, los ataques ad hominen, la falta de evidencia de lo aseverado y la ignorancia del contenido de la propuesta por parte de algunos de los defensores de la misma son obvios. ¡Hasta el número de iniciativa han confundido! Una legislación que solo favorece a los dirigentes de los grupos que la apoyan y a la burocracia estatal que se va a crear, violenta la igualdad de todos ante la ley y fortalece la dependencia de la gente del abstracto Estado (representado por el gobernante de turno), por mencionar algunos puntos, debería ser rechazada por todo aquel que se ha preocupado por conocer sus fundamentos.

El objetivo del debate público no debe ser ceder o negociar para complacer a grupos de presión. Debe ser encontrar el camino correcto para que haya de verdad progreso para TODOS aquellos que están dispuestos a asumir sus responsabilidades. Y que los vividores y su estrategia de provocar lástima y manipular a otros sea denunciada y rechazada. Y, a los bienintencionados, les recuerdo que es mejor no hacer nada si lo que se va hacer empeora la situación, como es el caso de la mencionada propuesta legislativa.

Termino con la siguiente idea de Ayn Rand, la cual comparto: "Cuando estoy en desacuerdo con un hombre racional, dejo que la realidad sea nuestro árbitro final; si yo tengo razón, él aprenderá; si estoy equivocado, yo aprenderé; uno de nosotros ganará, pero ambos nos beneficiaremos".


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 10 de diciembre de 2012. La imagen la bajé del blog de Nico Colau.

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10.17.2011

De mandantes a siervos




Cuando los empresarios dejan de admirar a los creadores de riqueza y se dedican a alabar a los distribuidores de ésta, a los políticos que han ejercido el poder medianamente regular, personajes con un discurso políticamente correcto (en pro de la educación y la democracia) es una clara señal de que algo anda mal, muy mal.

Cuando los empresarios demandan que los candidatos a gobernante cumplan sus promesas (la mayoría de éstas populistas, además de nefastas en el largo plazo), podemos estar seguros de que nuestras condiciones de vida van a empeorar.

Cuando los empresarios creen que la pobreza tiene causas, y que “los factores que inciden en ésta son la mala infraestructura, la desnutrición, la deficiencia educativa y la falta de seguridad” (consecuencias de un sistema de normas injusto) es una muestra más de que andamos en el camino equivocado.

Cuando los empresarios opinan que la solución es un gran acuerdo nacional (entre veinte individuos que pretenden que hablan por el resto), es un indicio de que las circunstancias no van a cambiar para el bien de todos.

Cuando los empresarios, renunciando a su calidad de mandantes, aceptan que es la voluntad política la que manda, permiten que los saqueadores sigan reinando y consienten convertirse en siervos. Reino que acaba cuando los creadores dejan de crear o emigran a un lugar donde puedan disfrutar del fruto de su trabajo, de su mente y de los riesgos que asumen.

Cuando los empresarios se confunden con los mercantilistas, y los creadores de riqueza son sustituidos por malos herederos en busca de su espacio y de diferenciarse de sus antepasados en lugar de honrarlos con trabajo productivo, es casi una sentencia final al destino fatal de una sociedad.

En mi artículo titulado “Guatemala, ¿es una sociedad condenada?” (9/1/2008), compartí la siguiente cita de “La rebelión de Atlas”, escrita por Ayn Rand: “Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada. Cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores. Cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted. Cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."

Pienso que, a pesar de la evidencia, Guatemala aún es rescatable. Pero este rescate no será producto de la intervención de los gobernantes ni del cabildeo de las elites en decadencia y los oportunistas de los grupos de presión. Tampoco será obra de gente bien intencionada pero mal informada: estos pueden hacer aún más daño que los pícaros que mienten descaradamente. El cambio necesario será el resultado de que el resto nos aclararemos las ideas y actuemos coherentemente con la realidad.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno” el lunes 17 de octubre de 2011. La imagen de la escultura "Hombre de rodillas" de Jean Lepêtre la bajé de Internet.

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9.12.2011

El regreso de nulo



Un hecho que esperaba sucediese en cuatro años. Sin embargo, después de algunas reacciones a mi artículo de la semana pasada, elegí sacarlo a relucir un día después de las elecciones generales del Estado Democrático de Guatemala. Porque República, NO es. Hubo quienes opinaron sin ni siquiera haber leído mi artículo. Otros que dicen que lo leyeron, pero al parecer no lo entendieron.

Hoy decidí compartir con ustedes algunas de mis respuestas a las preguntas que me hicieron aquellos que consideré intelectualmente honestos y con quienes entablé una conversación en las redes sociales virtuales. Si tienen curiosidad por conocer más sobre los debates, los invito a visitarme en Facebook (mylibertas) y Twitter (@mydda).

“Sé que mi decisión de cómo votar es políticamente incorrecta. Pero es la adecuada a mi escala de valores. Pago impuestos y tengo el derecho de reclamar cómo se gastan. Ese derecho no depende de si voto o no por alguien a la Presidencia. Creo en un gobierno de leyes. No soy súbdita de ningún rey. No voy a legitimizar un sistema presidencialista. No voto por lo que otros votan. Voto por lo que considero correcto. No entiendo cómo todavía hay tantos que creen que estrenando Presidente cambian las cosas para bien en el largo plazo”.

“La respuesta a nuestros problemas NO está en el próximo guanabi rey de Guatemala. Está en el Congreso. No pretendo que nadie más vote como yo. Cómo votar es una decisión individual. Depende de nuestros valores y principios. Es irresponsable votar sin meditar las consecuencias de nuestro voto. Sin darnos cuenta que legitimamos un sistema presidencialista que es la raíz del problema. Vote como usted considere mejor para alcanzar sus valores”.

“Votar por alguien con quien uno no comparte valores, a mi parecer, es cobarde y patético. Y es peor aún, si lo hace porque así opinan otros que hay que votar. Es irracional si vota por una abstracción: el pueblo, la sociedad, el Estado, Guatemala… Debemos votar por los concretos: por nuestro propio bien y el de nuestros seres queridos. Todo lo demás es un discurso emotivo, falaz y manipulador que sólo beneficia a los poderosos: los gobernantes, sus familiares, sus amigos y los líderes de los grupos de presión. Los parásitos saqueadores de los productores y creadores de riqueza”.

Le guste o no a la demás gente: valiente es quien lucha por lo que piensa (no sólo cree) es verdadero, sin importarle que otros lo sigan o lo que diga el resto. "Yo no juego su juego", le dice John Galt a Thompson, el Presidente de EE. UU. en la novela “La Rebelión de atlas”. Lo mismo les digo yo a todos los politiqueros de mi país. Y a mis conciudadanos les reitero que la mía es una decisión propia: un juicio independiente, producto de mi mente. Y que al final, la principal elección que hago es la de ser feliz. Y para ser feliz, necesito ser íntegra y, repito, coherente conmigo misma, con mi escala de valores y con mi código moral.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 12 de septiembre de 2011. La foto es mi voto anulado por Presidente. Prueba de la consistencia de mi palabra con mis actos, de lo cual me siento orgullosa.

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8.08.2011

La no-contradicción


Al reflexionar esta semana sobre la crisis en la cual se encuentra envuelta la mayor parte del mundo (Guatemala incluida y ocupando uno de los primeros lugares en el índice de la insensatez), me llevó a titular hoy mi artículo con el nombre que se le da a una de las reglas básicas del buen pensar.

Estoy segura que se violan todas las leyes de la Lógica, comenzando con la primera de la cual derivan las otras, la Ley de Identidad (A es A). Sin embargo, pienso que la más fácil de identificar por muchos es la segunda. Sólo basta con escuchar a los candidatos presidenciales para darnos cuenta de lo mal que estamos: desde Sandra Torres y sus reclamos por ser inscrita, hasta los desvaríos de Manuel Baldizón, pasando por todas las tonterías que dicen el resto de los guanabís.

Además de la segunda de las tres leyes de la lógica, “La no-contradicción” es el nombre que le dio la filósofa Ayn Rand a la primera parte de su libro más conocido, “La Rebelión de Atlas”, inspirado en el gigante de los gigantes, sobre quien se sustenta la base más importante del conocimiento humano: Aristóteles. Obra influenciada por otra de las que considero lecturas vitales: “La acción humana” de Ludwig von Mises. Otro gigante intelectual que ¡ojalá! sus críticos leyeran alguna vez.

Menciono de nuevo esta célebre novela, porque pienso que la lectura de la misma ayudaría a muchos a entender qué es lo que está terriblemente mal en nuestra sociedad (something is terribly wrong in this country). Y lo que es más importante: entender qué debemos cambiar para que cambie, para bien, el estado actual de las cosas: la realidad en la que vivimos.

La siguiente es una traducción libre mía, de una idea de Thomas Paine que considero cierta: "La verdad NUNCA se envuelve a sí misma en el misterio, y el misterio en el que en cualquier momento parece envuelta es el resultado del trabajo de sus enemigos, NUNCA propio de la verdad" ("Truth never envelops itself in mystery, and the mystery in which it is at any time enveloped is the work of its antagonist, and never of itself").

Las contradicciones no existen. Por eso, cuando el ser humano actúa contradictoriamente (falseando la realidad) se aleja de sus objetivos. Lo que es peor aún, se aleja del principal anhelo de todo ser humano: ser feliz.  Y, como dijo el protagonista de “La Rebelión de Atlas”, John Galt: "La única felicidad que uno puede conseguir, o destruir, es la propia". De cada persona depende quién es y quién será.

¿Buscamos a los culpables de la situación actual en el espejo o decidimos cuestionar nuestros juicios y renunciar a nuestras premisas falsas? Sin contradicciones, ya que no me importa la muerte y lo que pase después. Me importa la vida, mi vida, lo que pasa hoy y lo que pasará mañana mientras viva. Me importa lo que puedo hacer con mi existencia. Pienso en el futuro. Elijo vivirlo en presente.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 8 de agosto de 2011.La imagen de quien se cree fue Aristóteles la bajé de la Internet.

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5.05.2011

Máximas breves… o no tanto



Hoy 2 de mayo, día en el cual lee mi columna, estaré en el cuarto día, de cinco, de un viaje a lo desconocido para todos, menos para mí: un viaje a mi interior. El objetivo de esta travesía que, lamentablemente, la mayoría no se atreve a emprender, es entender las raíces de las contradicciones que todos tenemos. Esas incoherencias que nos dificultan alcanzar nuestro fin supremo: ser felices. Por supuesto, parto en un periplo cuyo punto de partida es el deseo expreso de hacerlo. De lo contrario, es imposible llevarlo a cabo.

Por incursiones anteriores que he hecho, sé que me voy a topar con ciertos fundamentos sobre los cuales he construido mi existencia. Y unos pocos de estos, expresados por algunos de mis autores preferidos, quiero compartir con aquellos que eligen acompañarme en el camino de separar lo falso de lo verdadero, teniendo claro que ésta también es una tarea y responsabilidad individual. Por cierto, ¡qué difícil fue escoger los aforismos que a continuación transcribo entre tantos que considero vitales! En fin, comencemos por el principio, y ese es para mí Aristóteles:

“…cuando se trata de la práctica, la verdad se juzga y se reconoce solamente en vista de los actos y atendiendo a la vida real; porque éste es el punto decisivo. Al estudiar todas las teorías que acabo de exponer, deberán por lo mismo confrontarse con los hechos mismos y con la vida práctica. Cuando se conforman con la realidad, pueden adoptarse; si no concuerdan con ella, debe sospecharse que no son más que vanos razonamientos”. Cita que encuentran en el capítulo IX de la obra “Ética a Nicómaco”.

De “Así habló Zaratustra” de Friedrich Nietzsche, elegí un párrafo de uno de mis capítulos preferidos, titulado “De las moscas en la plaza”: “Sus almas mezquinas se ocupan mucho de ti. ¡Los tienes preocupados! Lo que mucho ocupa, termina por preocupar. Te castigan por todas tus virtudes. En el fondo solo te perdonan tus yerros”. Por cierto, también en los escritos de la filósofa Ayn Rand encontré una idea similar. Al final, el “último hombre” envidia las virtudes y los éxitos de aquél que no necesita más aprobación que la propia.

Del discurso de John Galt en “La rebelión de Atlas” de la ya mencionada Rand, copio los siguientes pasajes: “La felicidad es el estado exitoso de la vida… La felicidad es el estado de conciencia que proviene del logro de los propios valores… el ser humano es un fin en sí mismo, existe para sí mismo, y el logro de su propia felicidad es su más alto propósito moral… La felicidad es un estado de alegría no contradictoria, una alegría sin pena ni culpa, una alegría que no choca con ninguno de tus valores y que no te lleva a tu propia destrucción…”.

Apenas comienzo y ya acabé con los caracteres con los que cuento. Sin embargo, este cuento apenas comienza. Espero que ustedes vivan pronto su propia odisea, su propia introspección. El viaje más importante que toda persona puede hacer.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 2 de mayo de 2011. La imagen la bajé de la Internet.

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4.11.2011

Yo soy John Galt


El próximo jueves 14 de abril se estrena en Estados Unidos la esperada primera película de tres inspiradas en la novela más célebre de la filósofa objetivista Ayn Rand: “Atlas Shrugged”, conocida en español como “La rebelión de Atlas”. Para quienes ven con temor la lectura de esta historia épica de más de 1100 páginas, la anunciada cinta ha generado mucha inquietud. Finalmente sabrán de qué trata el segundo texto más influyente en los Estados Unidos, después de la Biblia.

Para quienes hemos devorado el texto, sufriendo con los protagonistas, Dagny y Hank, su proceso de cambio, preguntándonos quién es esa especie de fantasma llamado John Galt que aparece hasta bastante avanzada la historia, la llegada a la pantalla grande de estos grandes nos llena de alegría. Sea en Estados Unidos o sea en Guatemala, espero verla lo más pronto posible. Por supuesto, espero que algún visionario empresario, propietario de salas de cine en nuestro país, permita que podamos gozar del filme en nuestro terruño.

“Son las personas racionales quienes hacen posible que los brutos gobiernen el mundo… Toda persona tiene el poder para elegir, pero ningún poder para escapar de la necesidad de la elección”. Ayn Rand. John Galt. Marta Yolanda Díaz-Durán. ¿Usted?

Como enseña uno de mis filósofos preferidos del siglo diecinueve, Friedrich Nietzsche, en una de sus obras más importantes “Also sprach Zarathustra. Ein Buch für Alle und Keinen” (Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie), el superhombre (que podemos ser todos, si así lo decidimos) es aquel que logró vencerse. El ser apasionado que gobierna sus pasiones. El creador que, dirigido por su razón impulsada por su pasión, decide usar sus capacidades creativas y crear. Creación que comienza por su obra magna: él mismo. Mientras, el “último hombre” es aquella criatura conformista que, siendo lo opuesto al superhombre, carece de toda creatividad: el que, incapaz de gobernarse a sí mismo, desea gobernar al resto.

Hoy leo de nuevo ambos libros: no simultáneamente (acción imposible) pero sí, metafóricamente hablando, al mismo tiempo. Y cada capítulo que termino de cualquiera de los dos llena mi mente de sueños posibles si tan solo más se animaran a cuestionar el statu quo. Cuestionar sus paradigmas y reconocer la realidad humana y su entorno. Según Nietzsche, en boca del legendario Zoroastro, para terminar con el sufrimiento, el ser humano debe pensar. Si no usamos nuestra razón, lo más probable es que no alcancemos tal objetivo. Usarla aumenta las posibilidades de lograrlo.

¡Qué cierto es el principio de acción básico enunciado por Rand y articulado por John Galt! Juramento que ya hace años hice mío: “I swear by my life and my love of it that I will never live for the sake of another man, nor ask another man to live for mine”. Si cada uno de nosotros asume responsablemente su vida, la existencia de todos sería mejor. Fui, soy y seré John Galt.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 11 de abril de 2011. La fotografía la tomó María Dolores Arias el 21 de julio de 2007, para recordar la primera vez que conquisté la pirámide más alta del mundo: la Danta en el Reino de Kan (El Mirador, Guatemala). En esa aventura me acompañó mi lectura de ese tiempo: “La Rebelión de Atlas". Era la primera vez que leía esta novela fundamental. Ambas cumbres (La Danta y Atlas Shrugged) ya las he escalado exitosamente en dos ocasiones más.

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9.01.2008

Guatemala, ¿es una sociedad condenada?


En ese esfuerzo mental por aclararnos las ideas, ese esfuerzo que es el fundamento de toda vida moral, como decía Blaise Pascal, no hay que creerse todos los cuentos que nos han repetido desde el siglo pasado. Cuentos que son el resultado de las ideas descabelladas de pensadores decimonónicos. Primero, porque este es el punto de partida de ese esfuerzo mental. Y, segundo, porque muchos de esos paradigmas han sido vencidos por las evidencias acumuladas a la fecha. Y muchas de estas evidencias son anteriores al desarrollo de las ideologías basadas en buenas intenciones (y pocas realidades), las cuales han empredado el camino al infierno de miles de millones de personas.

“Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada. Cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores. Cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted. Cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada." Ayn Rand, “La rebelión de Atlas”, 1957. ¿Está condenada nuestra sociedad? Aún no. Yo todavía creo que podemos cambiar el rumbo, lo que implica un cambio radical de las normas bajo las cuales cooperamos e intercambiamos. Vaya, las reglas que nos permiten convivir.

Hace poco leí que “en una sociedad donde reina la injusticia es peligroso tener razón, y en donde se reparte discrecionalmente es peligroso producir riqueza”. Sin duda, dentro del actual sistema político, de Estado Benefactor/mercantilista, que algunos quieren no sólo mantener, sino aumentar, tanto lo expresado por Rand, como la frase con la que inicio este párrafo, son una realidad inevitable.

Por eso, quienes queremos evolucionar Guatemala hacia una sociedad pacífica, donde nos respetemos los unos a los otros y no se obstaculice nuestra búsqueda individual de la felicidad, insistimos en lo urgente que es limitar el ejercicio del poder discrecional de los gobernantes. Aquellos que pretenden imponernos qué hacer con nuestras vidas. Quienes intentan decidir sobre nuestras propiedades. Los principales violadores de nuestra libertad individual.

En fin, hay muchos conceptos por aclarar, entre ellos, el de Estado de Derecho. El Estado de Derecho es, simplemente, la igual de todos ante la ley. Es el sistema normativo donde todos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones. Un Estado de Derecho y el Welfare State no pueden existir simultáneamente, porque el Welfare State es la negación de esa igualdad. Debemos entender que el mentado Welfare State es la mayor de las injusticias y que, en el largo plazo, a quienes más perjudica es a quienes pretende beneficiar: a los más pobres.

Articulo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 30 de junio de 2008. La fotografía la tomó María Dolores Arias el 22 de julio de 2007, en mi primera vistia a la Cuenca de "El Mirador", en la cumbre de la pirámide más voluminosa del mundo: La Danta.

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11.06.2007

Calabozos y dragones


Game over.


La sexta versión de la tridimensional campaña electoral de la era democrática llegó ayer a su fin. En sus marcas, listos, fuera: arranca la séptima edición en versión 4D. En fin, la ganancia anual esperada supera los 40 mil millones de quetzales, obtenidos a la fuerza del trabajo de los tributarios.

Los noveles contendientes, varios de ellos viejos conocidos, empiezan a esbozar sus tácticas para el nuevo enfrentamiento que termina en el año 2011. Comenzaron a prepararse en las más nuevas y sofisticadas técnicas inventadas por la mente humana. Un juego que inicia hoy. Son ilusos quienes creen que las maquinarias electoreras se detienen alguna vez en un Estado benefactor /mercantilista. Al fin, el poder casi ilimitado que otorga, promete cada año que pasa un mayor botín para quien se alza vencedor.

El juego recién terminado dejó un sabor amargo en el ambiente. La estrategia central del enfrentamiento fue tan negra y poco original como la ausencia de color que impera en lo más recóndito de los calabozos de la burocracia estatal.

Un juego que en la actualidad sólo beneficia a los contendientes principales y sus seguidores. Un juego peligroso que puede truncar la felicidad de muchos. Esos muchos, simples espectadores, llamados a participar únicamente para refrendar un sistema político que pareciera restringirlos a elegir el mal, aunque se excusen diciendo que es el menor de los posibles. El problema de voluntariamente participar en ese juego perverso, es que cada cuatro años las opciones son peores.

Coincido con Dagny Taggart, heroína de la célebre novela de Ayn Rand, “La Rebelión de Atlas”, cuando cuestiona y afirma: “¿De qué se trata entonces? ¿De la fe en contra de la verdad? Y, comprendiendo que parte de su celo en creer tenía como origen su temor a saber, se impuso la tarea de enterarse de todo, con un sentido de la rectitud más limpio y más tranquilo que el representado por el autoengaño que se había impuesto antes”.

Una sociedad basada en el respeto, la construiremos hasta que dejemos de vivir en una fantasía poblada de supuestos ángeles que luchan a muerte contra los demonios y dragones que pueblan los oscuros calabozos de la entramada politiquera.

Total, “En la agitada nación fronteriza de Stormreach, conocida como Guatemala en el mundo fantástico de los hechiceros de la costa, hierve una caldera repleta de ambiciones, conspiraciones y complots aparentemente secretos, para apoderarse de las escasas riquezas producidas por unos pocos valientes que se han arriesgado a crear aún contra corriente. El peligro acecha. Algunos exploradores se aventuran en la peligrosa excursión en búsqueda de la verdad, la cual puede resultar en una historia de muerte y destrucción. ¿Descubriremos la terrible amenaza que se cierne sobre nuestro presente y futuro? ¿La vamos a enfrentar con la herramienta más poderosa al servicio del ser humano, la razón?


Start over.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 5 de noviembre de 2007.

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8.27.2007

La lectura de Atlas


Mientras acompaño a Dagny Taggart en su viaje tras el motor que sostiene al mundo, medito sobre la evolución que tanto ella, Hank Rearden y los demás protagonistas de “La rebelión de Atlas” experimentan. Pero, más que la evolución de ellos, me interesa la que avanza dentro de nosotros, los participantes del club de lectura que discutimos, socráticamente, sobre la obra magna de Alissa Zinovievna Rosenbaum, universalmente conocida como Ayn Rand.

Aunque en la mayoría de los casos para muchos ha significado encontrarnos por escrito con aquello que, a base de golpes, hemos aprendido de la realidad humana y como, a partir de la tendenciosa manipulación de verdades a medias y mentiras descaradas, pareciera que viviéramos en un mundo al revés, donde la gente productiva, respetuosa de los derechos de los otros, que no pretende ser carga de nadie, es tachada de avorazada por los mediocres, resentidos e insatisfechos con ellos mismos, que dicen vivir para los demás, bajo la condición de que esos demás, se acomoden a su santa voluntad.

Cincuenta años han pasado desde la primera publicación de esta novela filosófica que cuestionó la visión impuesta de la razón de existir del hombre. Por cierto, según una encuesta de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y el Círculo de Lectores, en la que preguntaron a los entrevistados sobre los libros que mayor influencia habían tenido en su vida, “La rebelión…” ocupó el segundo lugar, sólo superada por La Biblia. Una paradoja, aún para la aristotélica Rand. Tendré que revisar las premisas.

Los temas que a la fecha hemos abordado son variadísimos, si bien apenas estamos iniciando la discusión de la segunda parte de tres segmentos basados en el Organum, la lógica desarrollada por el genial ateniense que inspiró esta extensa reflexión randiana. Hemos debatido acerca de la hipocresía de muchos que hoy brillan en la sociedad, haciéndose pasar por grandes humanistas, cuando en la realidad detestan al ser humano como es y quisieran cambiarlo a la imagen que ellos tienen de los otros. Nunca de ellos, que se consideran personas nacidas más allá del bien y del mal. Siempre interesados en el manoseado bien común, e intentando acabar con aquello que precisamente tenemos en común los descendientes del Cro-Magnon.

El amor, la búsqueda de la felicidad, la moral, el placer, la vida con propósito propio (no de otros), y tantos asuntos que ocupan nuestra mente, los hemos abordado con ansia, emoción y curiosidad. A pesar de la opinión de Floyd Ferris de que “…la gente no quiere pensar, y cuanto mayores son sus problemas, menos quiere hacer el esfuerzo, aunque instintivamente sabe que debería hacerlo, lo cual le hace sentir culpable. Por eso, la gente bendecirá y seguirá a quien le ofrezca una justificación para no pensar. Alguien que convierta su pecado, su debilidad y su culpa, en una virtud de gran altura intelectual”.

Y usted, ¿cómo piensa?


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 27 de agosto de 2007.

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