Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

8.08.2011

La no-contradicción


Al reflexionar esta semana sobre la crisis en la cual se encuentra envuelta la mayor parte del mundo (Guatemala incluida y ocupando uno de los primeros lugares en el índice de la insensatez), me llevó a titular hoy mi artículo con el nombre que se le da a una de las reglas básicas del buen pensar.

Estoy segura que se violan todas las leyes de la Lógica, comenzando con la primera de la cual derivan las otras, la Ley de Identidad (A es A). Sin embargo, pienso que la más fácil de identificar por muchos es la segunda. Sólo basta con escuchar a los candidatos presidenciales para darnos cuenta de lo mal que estamos: desde Sandra Torres y sus reclamos por ser inscrita, hasta los desvaríos de Manuel Baldizón, pasando por todas las tonterías que dicen el resto de los guanabís.

Además de la segunda de las tres leyes de la lógica, “La no-contradicción” es el nombre que le dio la filósofa Ayn Rand a la primera parte de su libro más conocido, “La Rebelión de Atlas”, inspirado en el gigante de los gigantes, sobre quien se sustenta la base más importante del conocimiento humano: Aristóteles. Obra influenciada por otra de las que considero lecturas vitales: “La acción humana” de Ludwig von Mises. Otro gigante intelectual que ¡ojalá! sus críticos leyeran alguna vez.

Menciono de nuevo esta célebre novela, porque pienso que la lectura de la misma ayudaría a muchos a entender qué es lo que está terriblemente mal en nuestra sociedad (something is terribly wrong in this country). Y lo que es más importante: entender qué debemos cambiar para que cambie, para bien, el estado actual de las cosas: la realidad en la que vivimos.

La siguiente es una traducción libre mía, de una idea de Thomas Paine que considero cierta: "La verdad NUNCA se envuelve a sí misma en el misterio, y el misterio en el que en cualquier momento parece envuelta es el resultado del trabajo de sus enemigos, NUNCA propio de la verdad" ("Truth never envelops itself in mystery, and the mystery in which it is at any time enveloped is the work of its antagonist, and never of itself").

Las contradicciones no existen. Por eso, cuando el ser humano actúa contradictoriamente (falseando la realidad) se aleja de sus objetivos. Lo que es peor aún, se aleja del principal anhelo de todo ser humano: ser feliz.  Y, como dijo el protagonista de “La Rebelión de Atlas”, John Galt: "La única felicidad que uno puede conseguir, o destruir, es la propia". De cada persona depende quién es y quién será.

¿Buscamos a los culpables de la situación actual en el espejo o decidimos cuestionar nuestros juicios y renunciar a nuestras premisas falsas? Sin contradicciones, ya que no me importa la muerte y lo que pase después. Me importa la vida, mi vida, lo que pasa hoy y lo que pasará mañana mientras viva. Me importa lo que puedo hacer con mi existencia. Pienso en el futuro. Elijo vivirlo en presente.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 8 de agosto de 2011.La imagen de quien se cree fue Aristóteles la bajé de la Internet.

Etiquetas: , , , , , , , , ,

5.05.2011

Máximas breves… o no tanto



Hoy 2 de mayo, día en el cual lee mi columna, estaré en el cuarto día, de cinco, de un viaje a lo desconocido para todos, menos para mí: un viaje a mi interior. El objetivo de esta travesía que, lamentablemente, la mayoría no se atreve a emprender, es entender las raíces de las contradicciones que todos tenemos. Esas incoherencias que nos dificultan alcanzar nuestro fin supremo: ser felices. Por supuesto, parto en un periplo cuyo punto de partida es el deseo expreso de hacerlo. De lo contrario, es imposible llevarlo a cabo.

Por incursiones anteriores que he hecho, sé que me voy a topar con ciertos fundamentos sobre los cuales he construido mi existencia. Y unos pocos de estos, expresados por algunos de mis autores preferidos, quiero compartir con aquellos que eligen acompañarme en el camino de separar lo falso de lo verdadero, teniendo claro que ésta también es una tarea y responsabilidad individual. Por cierto, ¡qué difícil fue escoger los aforismos que a continuación transcribo entre tantos que considero vitales! En fin, comencemos por el principio, y ese es para mí Aristóteles:

“…cuando se trata de la práctica, la verdad se juzga y se reconoce solamente en vista de los actos y atendiendo a la vida real; porque éste es el punto decisivo. Al estudiar todas las teorías que acabo de exponer, deberán por lo mismo confrontarse con los hechos mismos y con la vida práctica. Cuando se conforman con la realidad, pueden adoptarse; si no concuerdan con ella, debe sospecharse que no son más que vanos razonamientos”. Cita que encuentran en el capítulo IX de la obra “Ética a Nicómaco”.

De “Así habló Zaratustra” de Friedrich Nietzsche, elegí un párrafo de uno de mis capítulos preferidos, titulado “De las moscas en la plaza”: “Sus almas mezquinas se ocupan mucho de ti. ¡Los tienes preocupados! Lo que mucho ocupa, termina por preocupar. Te castigan por todas tus virtudes. En el fondo solo te perdonan tus yerros”. Por cierto, también en los escritos de la filósofa Ayn Rand encontré una idea similar. Al final, el “último hombre” envidia las virtudes y los éxitos de aquél que no necesita más aprobación que la propia.

Del discurso de John Galt en “La rebelión de Atlas” de la ya mencionada Rand, copio los siguientes pasajes: “La felicidad es el estado exitoso de la vida… La felicidad es el estado de conciencia que proviene del logro de los propios valores… el ser humano es un fin en sí mismo, existe para sí mismo, y el logro de su propia felicidad es su más alto propósito moral… La felicidad es un estado de alegría no contradictoria, una alegría sin pena ni culpa, una alegría que no choca con ninguno de tus valores y que no te lleva a tu propia destrucción…”.

Apenas comienzo y ya acabé con los caracteres con los que cuento. Sin embargo, este cuento apenas comienza. Espero que ustedes vivan pronto su propia odisea, su propia introspección. El viaje más importante que toda persona puede hacer.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 2 de mayo de 2011. La imagen la bajé de la Internet.

Etiquetas: , , , , , , ,

4.25.2011

Hagamos un trato



Una frase que resume la base del progreso. Un objetivo posible solo en las sociedades que protegen y defienden la asociación libre y voluntaria entre las personas por encima de la intervención estatal y la coerción ejercida por los gobernantes. La cooperación libremente acordada, legítima, entre dos individuos que se basa en el principio de que todos los involucrados ganan. A ambas partes les conviene el intercambio voluntario, sino no la harían. Ambas partes esperan obtener una ganancia.

Por el contrario, en la relación gobernantes-gobernados, cuando los primeros se entrometen en asuntos que no les corresponden y obligan a los segundos a actuar en contra de sus propios intereses, el resultado es un ganar - perder: gana el gobernante y pierde el ciudadano.

Explica Ludwig von Mises que el comercio es la relación social fundamental que teje los nudos que unen a los hombres en sociedad. Mises distingue entre dos tipos de cooperación social: por virtud de contrato privado y coordinación, o por virtud (yo le llamaría vicio) de mando - obediencia o hegemonía. El primer tipo es simétrico y mutuamente ventajoso. El segundo tipo es asimétrico: hay un gobernante y un gobernado, y los gobernados son simples peones de los gobernantes. Cuando la gente acepta ser tratada como siervo y no ciudadano no se les puede llamar personas libres. Este es el tipo de cooperación obligada que promueve y practica el Estado que otorga a sus gobernantes más poder del necesario para cumplir sus funciones primordiales: velar porque haya seguridad y justicia. ¿Sería lo correcto llamarla imposición y no cooperación? A mi parecer, sí.

La civilización es el resultado de los logros de personas que cooperaron contractualmente, tal y como lo enseña Mises. El Estado contractual respeta el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad propio de un Estado de Derecho. En contraste, el Estado hegemónico no respeta los derechos individuales. Gobiernan las reglas antojadizas de los dictadores, sean estos llamados reyes, congresistas o presidentes. Estas directivas pueden cambiar a diario y los súbditos del Estado deben acatarlas sin chistar. Solo son libres para obedecer sin preguntar.

Los ciudadanos libres, que utilizan su razón, que piensan y exigen que respeten sus derechos, representan una amenaza para los gobernantes y los apologistas del Estado Benefactor que, con falacias y sofismas, usurpan un poder casi imperial, casi ilimitado, con subsidios para unos a costillas de los otros. Con privilegios para ellos y aquellos cercanos a quienes ejercen el poder.

Dijo Aristóteles, según la traducción latina de Guillermo de Moerbeke, que “omnes homines natura scire desiderant". Todos deseamos por naturaleza saber, descubrir el por qué de las cosas y qué nos hace felices. Y eso, solo lo descubrimos cuando somos libres e intercambiamos y cooperamos voluntariamente. Hagamos un trato: cooperemos para defender nuestra Libertad.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 25 de abril de 2011. La fotografía de la Estatua de la Libertad la tomé el 28 de noviembre de 2007.

Etiquetas: , , , , , , , , , , ,

3.21.2011

La explosión del nipón


Explosión que espero solo se de en la forma que la voy a utilizar, como una metáfora de lo que podría pasar después del terremoto y el tsunami que este provocó en la isla del Japón. No me interesa mucho por hoy la “nación”, una sustancia segunda como la llamaría Aristóteles, cuya existencia es conceptual. Me voy a referir principalmente a las sustancias primeras, a los individuos que hacen de la nación una realidad. Y, por supuesto, al futuro de estos si logran superar los retos que la naturaleza y los errores de sus gobernantes les han hecho enfrentar, no solo este año, sino desde tiempo atrás.

Como bien lo escribe George Melloan, exsubdirector de las páginas editoriales del Wall Street Journal, en su columna del jueves 16 de marzo: “A Japón le sobran los problemas: una población envejecida, 20 años de lento crecimiento económico y un gobierno inestable debido a que los reaccionarios en el parlamento se resisten a significativas reformas de libre mercado. Ahora ha sido golpeada por la gran tragedia del terremoto y la crisis nuclear. Un importante peligro post-desastre es que las autoridades japonesas gestionen mal la recuperación, con desafortunadas consecuencias para la economía global”. Y más que para la economía global, será para la economía de los individuos concretos que intercambiamos y hacemos esa economía sobre la que viven cacareando los economistas y los burócratas estatales. En especial a la economía estancada de los nipones.

Melloan cita, acertadamente, a otro célebre periodista e intelectual francés del siglo diecinueve para cuestionar la intervención de los gobernantes nipones, en particular la de Presidente del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa: “Como señaló… Frédéric Bastiat en ‘La falacia de la ventana rota’, el crecimiento del PIB que se produce por la reconstrucción no trae ninguna ganancia neta a la [suma de la] riqueza de [los miembros] de la sociedad. Simplemente sustituye, con el tiempo, lo que se perdió”. La destrucción, tal y como la define el DRAE, simplemente es “ruina, asolamiento, pérdida grande y casi irreparable”.

La única diferencia entre la recuperación y el abandono a la miseria y la desolación que provocan la destrucción nace del carácter de los individuos afectados. La mayoría de nipones son gente laboriosa, productiva y respetuosa de ciertas normas que incluyen el respeto a la propiedad de los otros. Hasta la fecha no se han visto, como suele pasar en Latinoamérica, a oportunistas saqueando comercios y casas. Los empleados de la central nuclear de Fukushima en lugar de huir han enfrentado valerosamente la tarea de evitar un desastre de dimensiones mundiales. Los sobrevivientes se encargan de sus vidas y ayudan a recuperar los cadáveres de las víctimas. Esa es la actitud responsable que hace la diferencia. En la irradiación de esa explosión nipona confío para que Japón muestre porque es el origen del sol.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 21 de marzo de 2011. La imagen del cuadro “Nipón 1” del pintor español Alfonso Albacete la bajé de la Internet.

Etiquetas: , , , , , , , , ,

12.30.2010

Días de Pax



Aunque más que sólo días, quisiera que nuestra vida toda transcurriera dentro de un ambiente pacífico. Que prevaleciera la paz entre los hombres de buena voluntad y que estos últimos no sólo fueran la mayoría, sino que las normas vigentes protegieran su derecho a buscar la felicidad: su derecho a la vida, la libertad y la propiedad. Aparentemente fácil de decir, y seguro casi todos vamos a coincidir. Sin embargo, definir qué es la “Paz” (con mayúscula, como la deseo) implica ahondar en las ideas de grandes pensadores de la Historia. Aún más difícil: implica ahondar en nosotros mismos, en nuestra vida, en nuestros actos y en nuestros anhelos.


Según el diccionario de filosofía de Nicola Abbagnano (actualizado y aumentado por Giovanni Fornero) la definición más famosa de “Paz” es la dada por Cicerón en la “Filípicas”: “Pax est tranquilla libertas”. Sin duda, lo anterior me recuerda el refrán citado por Aristóteles en “La Política”: “no existe paz para los esclavos”. Para los liberales clásicos, tal y como lo explica Ludwig von Mises en “Liberalismo”, la paz es una condición sine qua non para la cooperación y el progreso: para que alcancemos nuestras metas y fines individuales, sin violentar los derechos de los otros.

Es obvio, probablemente redundante, que para vivir en sociedades pacíficas necesitamos evitar la guerra. Y previo a alcanzar este objetivo debemos reconocer que parte del problema es la ambición de los gobernantes que suelen utilizar el poder para conquistar espacios y aumentar su poderío. Por eso, es vital el ejercicio del poder sea sólo para las funciones básicas. Que sea limitado. Que aquellos que gobiernan sean solamente lo que dicen ser, mandatarios, y se dediquen a obedecer el mandato de los mandantes: nosotros, los ciudadanos libres. Teniendo en cuenta de que el mandato mismo deber ser limitado por los derechos individuales de todos los miembros de la sociedad. Resumiendo: leyes generales, universales, impersonales, abstractas y pocas.

Si conquistamos la Paz en sociedad, se hará menos difícil la búsqueda de la otra “Paz”: la interior. La de cada uno de nosotros, insustituible, que se consigue cuando logramos el equilibrio: la justa medida. Cuando podemos armonizar nuestra vida. Cuando vivimos una vida bella. Cuando tenemos clara nuestra escala de valores y practicamos las virtudes necesarias para alcanzarlos y retenerlos. Tranquilidad, sosiego, serenidad. Paz que no sea ajena a la risa y a una que otra lágrima derramada en el momento oportuno. Esa lágrima que en ocasiones suele darnos Paz.

Voy a terminar mi artículo repitiendo mi estado en Facebook del pasado 24 de diciembre de 2010: “Hoy quisiera que mi saludo difiera de la tradicional letanía de todos los días veinticuatro del mes doce del año que termina. Letanía que será propia de cada año de mi vida. Hoy quisiera simplemente desearles a todos dos cosas: muchas bendiciones siempre y que siempre sean felices, muy pero muy felices”. Pax.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 27 de diciembre de 2010. La imagen la bajé de la Internet.

Etiquetas: , , , , , , ,

12.08.2010

Rápido Goteo



Vivo enamorada de ciertos períodos de la historia humana. Por ejemplo, admiro profundamente a los griegos, particularmente al estagirita Aristóteles: sin él, hoy no tendríamos, entre tantas cosas, las herramientas que nos brinda la lógica para pensar correctamente. Me maravillan los renacentistas, en especial el genial Leonardo da Vinci, que se enfrentaron a los dogmas religiosos de la Edad Media y recuperaron la figura del ser humano para ubicarla en el lugar que le corresponde en el mundo. Aprendo de los ilustrados que nos invitan a usar la razón, facultad de la especie “hombre” que nos permite diferenciar lo falso de lo verdadero para tomar decisiones acertadas en el ámbito privado y en el público. ¡Y cómo no me van fascinar los románticos, si comparto con ellos la pasión por la vida y el individuo!

Sin embargo, no cambiaría por nada la época mía, de la cual poco sé sobre cómo será vista en el futuro. Una era de cambios cuyas consecuencias últimas aún no somos capaces de imaginar o pronosticar. Un ciclo que puede permitir el despertar del ciudadano de la ficción más reciente promovida por los poderosos, esa vida solucionada que prometía el Estado Benefactor/Mercantilista, que en el largo plazo sólo benefició a unos pocos: a aquellos que llegaron al ejercicio del poder y a sus asociados (familiares, amigos y empleados). Un instante de la historia que nos permitió a los soberanos enfrentar a los gobernantes utilizando los medios de información al alcance de todos cuya base es la Internet: los buscadores, las redes sociales, las bitácoras virtuales (los blogs)…

Un papel importante van a jugar los escándalos goteados por un grupo de periodistas agrupados en una organización cuyo nombre es Wikileaks. Escándalos que no sólo incluyen a los gobernantes de Estados Unidos, sino a burócratas estatales y mandatarios de muchas naciones. ¡Hasta a supuestos científicos del cambio climático! Denuncias de abusos de poder que deben de ser corregidos limitando el ejercicio de este, sin importar el país del que se trate. Una lucha de toda persona libre que se valore a sí misma y conozca sus derechos y obligaciones. Una confirmación de lo que la mayoría sabemos: lo que priva en la política gubernamental es la hipocresía y la mentira.

La palabra hawaiana “wiki” significa rápido, lo que me lleva a considerar los datos públicos con los que contamos, más que un goteo, un chorro de información y conocimiento que puede cambiar en ciento ochenta grados la forma en la que hasta hoy hemos interactuado los seres civilizados. Aquellos que no se den cuenta del cambio y no se adapten a este quedaran enterrados en el pasado. Incluidos quienes se sienten, se creen todopoderosos y dueños del planeta y de todo aquel que lo habita. Bien dicen que dijo Thomas Jefferson: “El precio de la Libertad es una eterna vigilancia de la misma”. Y los libres de ahora estamos mejor armados para defenderla.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 6 de diciembre de 2010. La imagen la bajé de la Internet.

Etiquetas: , , , , , , , , , ,

11.08.2010

Las verdades de la mentira

Como es de muchos conocido, el ganador del Premio Nobel de Literatura del presente año 2010, Mario Vargas Llosa, publicó en 1990 un libro a mi parecer indispensable, titulado “La verdad de las mentiras”, en el cual aborda críticamente obras literarias emblemáticas del siglo veinte. En 2002, presenta una nueva edición en la que a los veintiséis ensayos originales suma diez para hacer un total de 36 trabajos esclarecedores para aquellos que amamos la buena ficción. En palabras de Vargas Llosa:




“Toda buena novela dice la verdad y toda mala novela miente. Porque ‘decir la verdad’ para una novela significa hacer vivir al lector una ilusión y ‘mentir’ ser incapaz de lograr esa superchería. La novela es, pues, un género amoral, o, más bien, de una ética sui generis, para la cual verdad o mentira son conceptos exclusivamente estéticos”.



Según el Diccionario de Filosofía de Nicola Abbagnano, en la edición que poseo actualizada y aumentada por Giovanni Fornero, con el término estética se designa la ciencia (filosófica) del arte y de lo bello, y fue introducido por Baumgarten en 1750. Aristóteles consideraba que lo bello consiste en el orden, en la simetría y en una magnitud que se preste a ser fácilmente abarcada en conjunto por la vista. Recordemos que para el Estagirita, sólo podemos conocer por medio de los sentidos, todos los sentidos, los cuales forman parte de toda observación. No sólo la visión. Un motivo más por el cual el padre de la civilización occidental merece mi profunda admiración.



Ayn Rand, en el “El Manifiesto Romántico”, libro que reúne ensayos cuyo objetivo es sentar “las bases de una estética racional”, define el arte como “una recreación selectiva de la realidad de acuerdo al juicio de los valores metafísicos de un artista”. Continúa: “Mediante una recreación selectiva, el arte aísla e integra esos aspectos de la realidad que representan la visión fundamental de uno mismo y la existencia”. El sentido de la vida del autor, del artista. Y el propio de quien lee, ve, escucha… y se identifica con el creador de la obra.



Hoy, viernes 5 de noviembre, fecha en la cual escribo el presente artículo, voy a tener la oportunidad de conversar brevemente con Mario Vargas Llosa: el escribidor, el fabulador sorpresivamente reconocido por los miembros del Comité del Premio Nobel de Literatura. Quien aún antes de recibir tan merecido galardón, había ganado mi respeto, no sólo como literato, sino como intelectual y hombre comprometido con la verdad: “Para el periodismo o la historia la verdad depende del cotejo entre lo escrito y la realidad que lo inspira. A más cercanía, más verdad, y a más distancia, más mentira”.



Por estas fechas, toparse con intelectuales honestos, que diferencien la ficción de la realidad, es casi tan difícil como encontrar a un político en el ejercicio del poder que respete los derechos individuales. Por eso, don Mario, es una verdad que será un honor acercarme a usted.





Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 8 de noviembre de 2010. La imagen la bajé de Internet.

Etiquetas: , , , , , , , ,

1.18.2010

Vida sustantiva


¡Qué placer dejar correr el agua por el cuerpo un día de descanso! Y en especial, al menos en mi caso, tiene un extraño encanto cuando es en domingo. Un domingo cuando empecé a escribir este accidentado apartado en Le Haim. Hoy que Le Haim expandió su territorio a 3,800 caracteres. Por cierto, espero que no me vayan a acusar de invadir otra sección, ya que, por el momento, tengo otras querellas que atender. Otras batallas que ganar.

Lo llamo apartado, porque más que dedicarlo a la placentera tarea de compartir con ustedes mis gustos sibaritas, los maridajes que he disfrutado recientemente o las películas que me gustaría recomendarles, entre tantas otras cosas que enriquecen nuestras vidas, voy a dedicarme a reflexionar sobre mi esencia, que puede tener alguna coincidencia con la suya. Por supuesto, si es que acaso logro esbozarla.

Quiero reconocer la ayuda que me dieron para pulir mi escritura la lectura de algunas de las obras de Aristóteles, Ayn Rand y Epicuro. Aunque soy consciente que es tan poco lo que sé, que aún me resta un larguísimo camino por recorrer. Lo que al mismo tiempo es un aliciente para seguir adelante en pos de más de ese placer que experimento al conocer, descubrir, comprender nuevas cosas sobre el ser.

Mi vida es un piélago de oportunidades, ocurrencias y retos. De aciertos y equivocaciones. Como probablemente es también la suya. ¿Imagino o vivo? ¿O ambas cosas? ¿Son actos simultáneos? Cuando duermo predomina la fantasía, que rara vez se convierte en pesadilla. Y cuando estoy despierta, busco el equilibrio entre la razón y la loca de la casa como llamó Santa Teresa de Jesús a la imaginación.

Y aclaro: creo que entre la cordura y la locura, debe existir un balance. La una necesita de la otra para crear. No condeno a ninguna de las dos. Sin embargo, hoy mejor no escribo acerca de condenas ni penas. Por aquello de que alguien ande con la espada suelta y sin control, con ánimo de utilizarla en un duelo sin sentido. Más para mí que sólo porto por arma una pluma que me sirve para escribir sobre una hoja de papel en el cuaderno de MY y no, evidentemente, en el de Saramago, ni en el cuaderno de nadie más.

¿Qué me hace a mí ser Yo? ¿Alguna vez se ha hecho esa pregunta? ¿Cuál es su sustancia? ¿Cuál es su esencia? O, como se diría coloquialmente, ¿de qué material está hecho? No es esta la primera ocasión que me planteo esta cuestión. Pero sí me lo he preguntado más seguido en los últimos días. Quod quid erat esse, dijo Aristóteles. La esencia necesaria. ¿Son parte de mi esencia necesaria, mis valores, mis virtudes y mis retos, por no llamarlos defectos? Sí, respondería Rand, quien me invitaría a vencer los últimos, ayudada de los segundos, para alcanzar los primeros. Y lo más difícil e importante, conservarlos. Al fin, vivimos con un propósito: ser felices.

Termino con una cita del respetado Amable Sánchez, con la cual se despidió el pasado 4 de septiembre en el que tuve el placer de su compañía en “Todo a pulmón”: “No le tengan miedo al lenguaje, no le tengan miedo a las palabras, no le tengan miedo a los adjetivos, no le tengan miedo a la verdad. Los miedos hay que quitárselos de encima, porque los miedos nos enredan y nos llevan a donde no queremos… incluso a dejar de ser lo que cada uno de nosotros debemos ser: hombres enteros y derechos”.

No tengan miedo a la vida. Para algunos seré irreverente e iconoclasta. Suelo ser políticamente incorrecta. Pero, no se confunda, soy respetuosa de la humanidad de todos. Incluida la mía. Y no tengo miedo de utilizar los adjetivos para diferenciar a unos de otros. Es cierto que en boca cerrada no entran moscas, pero tampoco salen versos, declaraciones y suspiros. No salen besos, ni anhelos, ni deseos. No salen verdades. Y si falsea la realidad, le será casi imposible alcanzar su felicidad. Le Haim.



“Vida sustantiva” fue publicado en la edición 21 de la revista “NuChef”, correspondiente a los meses de septiembre y octubre de 2009. La fotografía la tomé el pasado mes de octubre al “Gigante de la Libertad”, regalo de nuestro amigo el artista Walter Peter, que cuelga en los Estudios de Libertópolis y nos acompaña en cada emisión de nuestros programas.

Etiquetas: , , , , , , , , ,

9.05.2009

El beso de Espada


La fotografía la tomé el domingo 14 de junio de 2009, en la Plaza Italia.



Fue como el beso de Judas. “Judas, el traidor, les había dado una contraseña, diciéndoles: ‘Al que yo bese, ese es. Arréstenlo.’ Así que, acercándose a Jesús, dijo: ‘¡Buenas noches Maestro!’ Y lo besó. Jesús le contestó: ‘Amigo, lo que has venido a hacer, hazlo’ Entonces los otros se acercaron, echaron mano a Jesús y lo arrestaron.” Nuevo testamento, Mateo 26: 48, 49, 50.

¿Por qué considero a Rafael Espada, Vicepresidente de Guatemala, un traidor? Porque, como lo saben y lo pueden corroborar varios de los familiares y amigos cercanos del póstumamente célebre Rodrigo Rosenberg, una semana antes de ser asesinado se reunió con Espada para ponerlo al tanto de los hechos que había descubierto con relación al crimen de Khalil Musa y su hija Marjorie Musa, quienes, según Rosenberg, también fueron asesinados por encargo de aquellos que serían los responsables de su propia muerte violenta.

También compartió en esa oportunidad su inquietud de que se hicieran realidad las amenazas de muerte que había recibido en las últimas semanas. Tal y como me lo confirmaron dos fuentes cercanas a Rosenberg, Espada se comprometió a ayudarlo y asumir su responsabilidad como supuesto segundo abordo en el Gobierno de Guatemala. ¡Qué ingenuo Rosenberg que confió en la palabra de Espada! ¿Lo habrá entregado a sus enemigos por un puñado de monedas?

Total, sobra recordar la pusilánime actitud de Espada, recién pasado el asesinato de Rosenberg y, sobre todo, su cobardía a la hora de cumplir con sus compromisos, no digamos con el abogado asesinado, con los ciudadanos de nuestro país. Sin duda es cómoda la vida de los poderosos, que con sus acciones nos muestran cuál es su escala de valores… y su falta de virtudes.

Y, para colmo de males, y como una indiscutible muestra de su descaro, según una nota de AP, publicada el pasado lunes 24 de agosto en Siglo Veintiuno, en su reciente viaje a Quito, Espada declaró al canal estatal Ecuadortv que “existen procesos desestabilizantes (sic) en la región, y citó la polémica desatada por el abogado Rodrigo Rosenberg.’ Fue un golpe duro para el país, un intento de desestabilización gubernamental’ mencionó en la entrevista pregrabada.”

“El hombre sabio no se expone innecesariamente al peligro, ya que son pocas las cosas por las que se preocupa lo suficiente, pero está dispuesto en las grandes crisis a dar incluso su vida, a sabiendas que bajo ciertas condiciones no vale la pena vivir.” Dijo mi admirado Aristóteles. La falta de filo de Espada, por complaciente, dejó pasar la muerte de aquel que confió en él, y su hipocresía lo convierte en cómplice de quienes lo mandaron a matar. ¿Podrá dormir en paz?

En fin, como dice Antoine de Saint Exupery en “El Principito”, esa gran obra literaria imprescindible, al menos para mí: “¡No supe comprender nada entonces! Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras.” Nos conocemos y damos a conocer por nuestras acciones.




Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 31 de agosto de 2009.

Etiquetas: , , , ,

2.18.2008

More


Hoy no me lea. A menos que le interese conocer algunas de mis digresiones, tesis inconclusas y fantasiosas elucubraciones acerca del más común de los lugares comunes a todo hombre, a toda mujer: el amor. Sí, a-more.

¿Será que me afectó el llamado mes del amor? ¿O será que con el pasar del tiempo mi lado cursi, rosa, suave y tierno como un algodón, prevalece sobre mi tozuda razón? No. Simplemente las musas me llevan este día 15 que escribo por placer, no deber, a abordar el espinudo tema del “sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear” como indica el DRAE en su segunda acepción.

Mientras ordeno mi inspiración, aparentemente desordenada, escucho repetidamente la versión de More (Mondo Cane) del ídolo sesentero Bobby Darin. De nuevo, obsesionada con una melodía. En fin… regresemos al amor, cimentado, según mi visión aristotélica del tema, en la amistad basada en valores compartidos entre pares. La amistad virtuosa que quiere el bien del otro. Ese otro que nos brinda gozo. Nos deleita. Yo, renuncio al concepto doloroso del amor tortuoso que invita a destruirse y destruir al sujeto que nos provoca más un mal que un beneficio. Lo que no quiere decir que no disfrute escuchando y, alguna vez, cantando esos boleros que son parte de nuestra tradición romántica hispanoamericana. ¿Qué sería de mí sin La Lupe, Olga Guillot, Armando Manzanero, Luis Miguel y tantos otros que adoran acompañarnos en nuestras vicisitudes sentimentales?

Es irracional lastimarnos nosotros mismos. Entonces, ¿por qué es tan común toparnos con gente que se niega a la posibilidad de vivir plenamente el más ansiado de los sentimientos humanos? ¿Es más poderoso el miedo a sufrir, a fracasar? ¿Acaso no se sufre, se fracasa, con el solo hecho de no atreverse a amar? ¿O a darnos una segunda o tercera oportunidad? ¿No sería más saludable ser emprendedores del amor y arriesgarnos a ser felices, compartiendo nuestra vida con otro, con otros? Porque no me refiero únicamente al amor de pareja. Recuerden: amamos a nuestros familiares, a nuestros amigos. Queremos para ellos lo mejor. Y quiero recalcar, valga la redundancia, el acto de querer, que implica a nuestra facultad de decidir: la voluntad. Sí: amar es un acto libre, más allá de las mariposas en el estómago o de los amorosos enamoramientos al primer cruce de miradas, parafraseando al poeta Jaime Sabines.

Llego casi al final de este escrito, preguntándome, ¿quién me metió en este lío, cuando es tan fácil elaborar sobre la difícil situación que vivimos los no tan primaverales habitantes de Guatemala? Yo, siempre yo. “More than the simple words I try to say… More than you'll ever know… Longer than always is a long, long time, but far beyond forever… and my heart is very sure…” Amo la vida. Amo, cada día más, mi vida.

Articulo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 18 de febrero de 2008.


La fotografía la tomé el 22 de abril de 2007 en Taipei, Taiwán, en un templo budista al cual va la gente, entre otras cosas, a pedirles pareja a los dioses. En la imagen pueden ver una caja de galletas del amor, la cual se suele regalar a las novias.

Etiquetas: , , ,