Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

7.27.2008

X


Hoy escribo para mí. Hoy que cumplí diez años, sin interrupciones, interrumpiendo en la vida de miles de personas a quienes me refiero como mis amigos invisibles. Aquellos hombres y mujeres que me han dado la oportunidad de reflexionar con ellos en el interminable proceso de aclararnos las ideas. Cosas del sorprendente azar, hoy que usted me lee, también cumplo diez años de ser parte de los medios escritos. Mi primer artículo lo titulé “El pragmático”, y empezaba con la siguiente frase de Sócrates: “El reconocimiento de la ignorancia, es el comienzo de la sabiduría”.

Ya mis queridos hermanos del alma, Jorge Jacobs y Estuardo Zapeta, escribieron sobre temas probablemente más interesantes para el público. Jorge escribió sobre nuestros inicios radiales en los cuales formamos un trío con Armando de La Torre, en “¿Qué nos espera en el próximo Milenio?”, que luego, por razones obvias, se llamó simplemente “Milenio 3”, hasta llegar a nuestra casa actual “Todo a Pulmón”. Estuardo abordó el tema de los principios y los objetivos comunes, sumados a nuestra aventura empresarial. Así que a mi me queda la tarea de preguntarme, ¿y ahora qué?

¿Qué encanto tiene el número diez, una década, un decenio? Diez años en las ondas radiales. ¿Pasaron diez años? ¿Tan rápido? El diez es el número natural que sigue al nueve y precede al once. El diez es un número compuesto, cuyos factores propios son el uno, el dos y el cinco. El diez es la base del sistema decimal. El diez es el cuarto número triangular, después del seis y antes del quince. Contar por decenas es uno de los métodos más antiguos registrados en la historia. Muchos pueblos ancestrales utilizaban los dedos de las manos para contar. Los primeros que utilizaron un sistema de cálculo complejo, en base diez, fueron los egipcios.

Para los pitagóricos, el diez era la muestra de la perfección y lo relacionaban con el Ser Supremo: juraban por tetractis (diez): lo más sagrado. El diez contiene todos los números por lo tanto se considera un número completo. Los cristianos obedecen diez mandamientos y pagan el diezmo. Son diez los famosos talentos de la parábola. El rezo católico del rosario consta de diez avemarías y diez padrenuestros.

Según la Qábbalah es símbolo de la Totalidad: el Sefirot. El diez se considera como un símbolo de la señal de IO-Isis. En el alfabeto sagrado de los hebreos, la YOD vale diez. La YOD es la primera letra que conforma el nombre de Dios: YHVH, YESHUA. En el templo de Salomón había diez jofainas, diez mesas y diez candelabros.

La letra “X” además de representar al diez en números romanos, simboliza una variable desconocida, como desconocido es hoy para mí lo que me depara el próximo ciclo de diez años. Mientras, me pregunto sobre el encanto que ejerce el diez y me dedico a buscar mi tiempo perdido, parafraseando a Marcel Proust, con la esperanza de recuperarlo, de seguir aprendiendo de mis errores y aciertos… de diez en diez.

Articulo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 16 de junio de 2008. La fotografía fue tomada por mi querido amigo, el fotógrafo Ennio Pagurut, el sábado 15 de marzo de 2008, y sirve de imagen para presentar "Ecléctico", programa que tengo el gusto de conducir los martes, de 7 a 8 de la noche, por la 100.9FM, y en www.radiopolis.info

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Fusión


Hoy está de moda en la gastronomía la cocina fusión: un estilo culinario que incorpora, mezcla o fusiona prácticas o métodos culinarios de diferentes regiones, culturas o etnias: combina ingredientes, especias y/o condimentos representativos de varios países. Yo, como orgullosa sibarita que soy, me volví aficionada a este tipo de alimentación, al extremo de intentar aprender sobre los oscuros meandros de la cocina. Oscuros al menos para mí, que he sido reacia a cocinar. Cosas veredes, Lolita. Evolucionamos… a veces.

Paradójicamente, en las artes ocultas de la política, a pesar de los esfuerzos conciliadores de sectores, los ingredientes fusionados siguen siendo los mismos: la ambición de poder, el ánimo de convertirse en parásitos del trabajo y la creación de otros, y el deseo desenfrenado de unos pocos de controlar a los demás. Y estos chefs-propietarios de la ley pervertida, siguen utilizando los mismos métodos para alcanzar sus objetivos: la manipulación emocional, la tergiversación de la verdad y la mentira altruista: el constante repetir las buenas intenciones del Estado omnipotente, el padre protector que nos dicta qué hacer. El amo que esclaviza a quien se acomoda, se deja engañar y renuncia a sus bienes, libertad y vida: renuncia a ser feliz.

Guatemala suele estar en la cola de casi todas las mediciones mundiales: en competitividad, en atracción de inversiones, en respeto a la propiedad, en seguridad, en justicia… En fin, en lo único que encabezamos los listados es en la medición de corrupción. Lugar que, parece, están interesados en mantener aquellos que administran el benefactor Estado. Entiéndase: los gobernantes.

Alguna vez nos topamos con acciones públicas que van en el camino correcto de una nueva fusión, como es la reciente decisión de Álvaro Colom de eliminar los aranceles a diez productos. Pero, francamente, ¿por qué no hacemos de todo el país una zona franca? Seamos francos: ¿queremos progreso y desarrollo? Generalicemos las exenciones y hagámoslas la regla y no la excepción. Eliminemos los impuestos directos que castigan al productivo, ahuyentan al capital y nos hacen más pobres. Claro, a excepción de los gobernantes y los expertos que viven de las consultorías que les financiamos los tributarios, generalmente enfocadas a justificar el cobro de más impuestos. ¿Para contratarles más consultorías? El cuento de nunca acabar.

Para EVOLUCIONAR nuestra sociedad, es importante fusionar correctamente las respuestas a algunas preguntas como las siguientes: ¿qué significa la generación de riqueza? La educación, ¿es un medio o un fin? ¿Qué es lo justo? ¿Qué es justicia? ¿Se puede reducir la corrupción con más legislación? ¿Cuáles son nuestras prioridades? ¿Tenemos un objetivo común? ¿Qué es lo importante: reducir la desigualdad o mejorar los ingresos reales de todos? ¿Cuáles son los ingredientes y métodos que facilitan nuestra búsqueda de la felicidad?


Articulo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 9 de junio de 2008.

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