Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

12.08.2014

Tú, yo, él: origen de los derechos

El propósito de la moral es enseñar, NO a sufrir y morir, sino a disfrutar de nosotros y vivir".
Ayn Rand.

Un derecho es un concepto moral aplicable solo en un contexto social: pertenece estrictamente a las relaciones entre humanos. Es una aplicación social de la moralidad. Los derechos son condiciones de existencia requeridas por la naturaleza del hombre para su propia supervivencia (man qua man). Cómo debemos sobrevivir y vivir, es una pregunta metafísica que depende de nuestra naturaleza y la de la realidad.

Solo hay una forma correcta para sobrevivir en sociedad: por medio de los derechos. Qué debemos hacer y qué no debemos hacer en relación con otras personas se deriva del mismo estándar y de las mismas definiciones que los principios éticos. Cuando tratamos con otros, las condiciones requeridas para nuestra supervivencia apropiada constituyen nuestros derechos. ¿Qué requiere la naturaleza del hombre para sobrevivir apropiadamente? Que use su razón: que haga de la percepción de la realidad su primera preocupación y el uso de su razón la virtud básica para actuar en base a su propio juicio racional: según lo que su mente le dice que es lo correcto.

Por naturaleza, debemos sostener nuestra vida por esfuerzo propio: debemos trabajar para sobrevivir. Dependemos de nuestras acciones. Para poder sobrevivir en un ámbito social, tenemos el derecho a la vida y a mantenerla, por lo cual debemos ser libres de actuar en base a juicio propio: el derecho a la libertad. Para decidir las metas a perseguir, debemos ser libres de elegir nuestros valores y alcanzarlos si podemos: el derecho a buscar nuestra felicidad.

Como el ser humano es una entidad integrada por consciencia y materia, necesita de bienes concretos para poder sobrevivir. Tenemos que sostener nuestra vida con el producto de nuestro esfuerzo: el derecho a adquirir propiedades. El derecho a la propiedad: el derecho de trabajar en pos de nuestros valores y conservar el resultado de nuestra labor. Tener el derecho a la vida significa tener el derecho a producir los bienes requeridos para sobrevivir e intercambiar con otros. Lo cual no significa que alguien más debe producir esos bienes para uno, solo porque uno los necesita.

Los derechos pertenecen concretamente a los individuos y se derivan de su propia naturaleza. Una vida basada en el estándar de la fuerza bruta de la supervivencia momentánea, normalmente termina pronto. Sobrevivir se debe medir en el largo plazo. Si un hombre no se provee a sí mismo lo necesario para sobrevivir, la naturaleza no se va a hacer cargo de él. La ley moral aplicable, universal y racional, es que cada quien es responsable de su supervivencia y que no debe convertirse en una especie de hipoteca sobre la vida de otra persona. Tener el derecho a la vida no significa que alguien más debe perder sus derechos y gastar su existencia manteniendo a otros por imposición de la sociedad.

Cómo bien lo resumió Ayn Rand: “El principio de los derechos del individuo es la única base moral de todos los grupos o asociaciones”. ¿Queremos vivir bien? Respetémonos los unos a los otros.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 8 de diciembre de 2014.

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8.05.2013

Objetivismo en Guatemala



Para quienes coincidimos con la escuela de filosofía objetivista, fundada por Ayn Rand, y que disfrutamos aprendiendo sobre nosotros y el universo que nos rodea al profundizar en temas metafísicos, éticos, epistemológicos, estéticos y políticos a partir de una visión que reconoce, como bien lo enunció hace más de 2500 años Aristóteles, que la única verdad es la realidad, esta es una semana para celebrar.

Primero, recibiendo en nuestro país por segunda vez al Presidente del “Ayn Rand Institute”, Yaron Brook, quien va a participar en varias actividades organizadas por la Universidad Francisco Marroquín. Entre otras cosas, va a presentar su más reciente libro, escrito en colaboración con Don Watkins. Ambos, además de académicos, son columnistas de opinión en Forbes.com y suelen aparecer como invitados en programas tanto en CNN como FoxNews. Los escritos de Brook se publican en diarios y revistas como The Wall Street Journal, USA Today, The Objectivist Standard e Investor’s Business Daily.

El título de la obra de Brook y Watkins es “Free Market Revolution”. John A. Allison, CEO de BB&T hasta 2008, Doctor Honoris Causa de la UFM, actual Presidente del Cato Institute y un verdadero héroe moderno, escribió lo siguiente sobre el trabajo de Brook y Watkins: “El tema más importante hoy en día en nuestra sociedad es la moralidad del capitalismo. Free Market Revolution  pone al descubierto cómo el capitalismo es el único sistema económico en conformidad con la naturaleza del hombre como un ser pensante, que debe actuar en base a su propio interés racional en el largo plazo para sobrevivir y prosperar. Este es un libro importante que integra las ideas filosóficas con sus consecuencias en el mundo real”.

El martes 6 de agosto a las 9 de la mañana Yaron hablará sobre los derechos individuales, la objetividad y la ley con estudiantes de la Facultad de Derecho en el “Auditorio Milton Friedman”. A las 4 de la tarde se reunirá con los miembros del “Club de Lectura Objetivista” en la “Biblioteca Ludwig von Mises”. El miércoles 7 de agosto, de las 6 a 7:30 de la noche, ofrecerá en el “Auditorio Milton Friedman” la conferencia que lleva el título de su obra “Free Market Revolution”. La entrada es gratis y está abierta al público.

El miércoles tendré la oportunidad de entrevistarlo para el programa de televisión “A las 8:45” que se transmite por Canal Antigua, y el jueves para mi programa radial “Todo a Pulmón”, grabación que vamos a transmitir el miércoles 14 de agosto de 1 a 2 de la tarde (102.1 FM, libertopolis.com y por medio de la aplicación TuneIn Radio).

Termina la semana de fiesta con la presentación el jueves 8 y el viernes 9, a partir de las 7:30 p.m. en el Auditorio Juan Bautista Gutiérrez, de la obra de teatro “La noche del 16 de enero” escrita por Ayn Rand y cuyo final lo decide el público. Termino recordando una enseñanza de Rand que comparto con ustedes: "La felicidad es el estado de consciencia que procede del logro de los propios valores”.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 5 de agosto de 2013.

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7.01.2013

Soy humana



Las bases de la sociedad son el respeto a los derechos individuales y la igualdad de todos ante la Ley

Así como usted, pertenezco a la especie humana. A menos que mis artículos hayan trascendido nuestro sistema solar y hayan llegado a otros mundos fuera de nuestra galaxia, usted y yo somos humanos. Pero diferentes, únicos e irrepetibles. Con una sola oportunidad para vivir nuestra vida. Con un propósito común: ser felices. Al reconocer nuestra individualidad, entendemos que alcanzar ese fin supremo dependerá de las elecciones que cada uno de nosotros haga. De gustos y escalas de valores propios.

La principal diferencia de nuestra especie con el resto de seres vivos es el grado evolutivo que ha alcanzado nuestra capacidad de pensar. Bien definió Aristóteles al hombre como el animal racional. Aunque usar nuestra razón sigue siendo una elección. No todos deciden usar su “facultad para identificar la realidad” la mayor parte del tiempo. Nuestra naturaleza es volitiva. Somos criaturas con voluntad propia.

No nos definen el color de nuestra tez, ni nuestro aparato reproductor, ni nuestra estatura. Tampoco nos definen el país donde nacimos, ni la familia en la cual crecimos, ni la educación que recibimos. Todo lo anterior nos puede influir, pero ninguna circunstancia en particular o el azar determinan quiénes somos. Eso sólo lo decidimos cada uno de nosotros a partir de los valores que libremente escogimos y cómo los priorizamos en nuestra escala personal.

Por eso hay humanos que optan por los vegetales y desprecian las carnes. Hay quienes disfrutan escuchando música clásica, otros van a preferir el jazz y muchos se van a decantar por la música popular que incluye una amplia variedad de géneros. Hay quienes creen en un dios, aunque no sea el mismo. Hay quienes les es indiferente si existe o no algún tipo de divinidad y hay otros que piensan que no existe. Creyentes, agnósticos y ateos.

A la hora de escoger pareja, esa elección dependerá de qué características valore en el otro aquel que elige. La mayoría opta por alguien del sexo opuesto. Hay quienes se deciden por alguien de su mismo sexo. Hay personas para las cuales es indiferente el sexo de su pareja: les interesan más otras cualidades al elegir. Heterosexuales, homosexuales y bisexuales. Hay quienes eligen no compartir su vida, románticamente hablando, con alguien más.

¿En qué afecta a unos las decisiones de otros que no violentan sus derechos? ¿Por qué el sistema político debe privilegiar a un grupo en detrimento de los derechos individuales de los demás? ¿A qué temen aquellos que se oponen a la igualdad de todos ante la Ley? Leí en objetivismo.org que “cuando la bota del gobierno está pisándote la cara, si es la bota derecha o la izquierda es irrelevante”. La bota conservadora de derecha que pretende decirte cómo vivir tu vida. O la bota socialista de izquierda que pretende decidir sobre tus bienes. Ambas botas son intervencionistas, aunque en diferentes áreas. Cuán acertado estuvo Benito Juárez al decir que “el respeto al derecho ajeno es la paz”. ¿Qué hace falta para que todos lo entiendan?


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 1 de julio de 2013.

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5.25.2010

Playmates



El domingo 16 de mayo leí la controversial e irreverente entrevista que le hizo Paola Hurtado a Karla Baso, la primera centroamericana que ocupó las páginas centrales de la célebre revista Playboy en su edición para América Latina. Por cierto, la conejita latinoamericana del mes de marzo pasado es guatemalteca y se siente, como debe ser, orgullosa de haber alcanzado una de sus metas.

A mí en lo particular, comparta o no sus fines, me alegra saber de gente que los logra en base a su esfuerzo y no inspirando lástima o pretendiendo que otros paguen los costos que impliquen hacer realidad un sueño. Bien dice el refrán:" quien quiere celeste, que le cueste". Si nuestros objetivos en la vida son distintos a los de nuestra compatriota, una vez el medio que elija para alcanzarlos no violenten los derecho de otros, no somos nadie para criticarla y tirar la primera piedra. Y el anterior principio es aplicable a todo ser humano.

Es probable que a usted le cueste creer que en el año de 1964, una “angry young woman of 58”, como llamó el periodista Alvin Toffler a Ayn Rand, ocupó no el póster central de la citada publicación pero sí quince páginas de la misma. Una entrevista titulada: “A candid conversation with the fountainhead of objetivism”. Sin duda Rand, además de ser una intelectual coherente, fue alguien que se atrevió a cuestionar el statu quo de su época. Aún hoy, ¿cuántos se atreverían a hacer lo que hizo esta visionaria mujer?

Les recomiendo que lean la entrevista completa que la pueden encontrar en la Internet. Aprovecho a compartir con ustedes el esperanzador final de la misma:

PLAYBOY: You are sharply critical of the world as you see it today, and your books offer radical proposals for changing not merely the shape of society, but the very way in which most men work, think and love. Are you optimistic about man’s future?”

RAND: Yes, I am optimistic. Collectivism, as an intellectual power and a moral ideal, is dead. But freedom and individualism, and their political expression, capitalism, have not yet been discovered. I think men will have time to discover them. It is significant that the dying collectivist philosophy of today has produced nothing but a cult of depravity, impotence and despair. Look at modern art and literature with their image of man as a helpless, mindless creature doomed to failure, frustration and destruction. This may be the collectivists’ psychological confession, but it is not an image of man. If it were, we would never have risen from the cave. But we did. Look around you and look at history. You will see the achievements of man’s mind. You will see man’s unlimited potentiality for greatness, and the faculty that makes it possible. You will see that man is not a helpless monster by nature, but he becomes one when he discards that faculty: his mind. And if you ask me, what is greatness? I will answer, it is the capacity to live by the three fundamental values of John Galt: reason, purpose and selfesteem.”

Ansina es.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 24 de mayo de 2010. La imagen la bajé de la Internet.

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