¿Por qué tienen los políticos que dejar todo
en manos de Dios? ¿Esperan que los ilumine, que los guíe, que los bendiga… que se haga responsable de sus errores? En fin, ¿cuál es esa manía de dejar
a la voluntad de Dios lo que es tarea de los hombres? ¿Será una excusa más? Al final, probablemente ellos, al igual que muchos que los eligieron, siguen buscando un papá que asuma las obligaciones que como adultos tienen. O, en este caso, los deberes adquiridos como gobernantes de un pueblo.
Y, lo que es peor, pareciera que detrás de esta actitud se esconde el deseo de que alguien más (quién mejor que Dios) se haga cargo de sus equivocaciones y las consecuencias que los actos incorrectos que cometan les acarreen a ellos y los gobernados. “Fue culpa de Dios, no mía”. “Yo tenía la mejor de las intenciones”: la más común de las excusas tras los fracasos.
Dos de las más efectivas maneras de manipular al ser humano es apelar, precisamente, a dos conceptos místicos de gran relevancia en la esfera íntima del individuo: Dios y la abstracta
Nación. Por supuesto, no debemos obviar la idea del
Robin Hood cuyo objetivo primordial en la vida es robarle a los
ricos para repartir el botín entre los
pobres. Y de estos tres elementos escuchamos repetidamente durante el discurso de toma de posesión de Álvaro Colom. Aunque casi al final del mismo haya declarado tener un “profundo respeto por la propiedad privada”. Por cierto, la existencia de
propiedad privada en nuestro “país mágico”, como describió a Guatemala su recién estrenado Presidente, es sólo una ilusión más. Pero explicar por qué será tema de un posterior artículo.
Cualquier sociedad (sin duda, un vocablo que prefiero por encima del desacreditado termino de
Nación) que base su progreso en ilusiones, percepciones (la mayoría de las veces equivocadas) y simple
doxa, sin base objetiva cimentada en la realidad, no pasará de pollo a
Gavilán. Por más que los estrategas políticos de la UNE hayan considerado a esta ave rapaz, de unos tres decímetros de largo desde el pico a la extremidad de la cola, como el animal con el cual deseaban identificar al otrora candidato, hoy
rey quiché, Colom. ¿Sabrán sus asesores, los
geniales creadores del apodo, que la hembra de esta especie es un tercio mayor que el macho? ¿Conocerán el significado de rapaz? Según el Diccionario de la Real Academia Española,
rapaz es un adjetivo que describe a un ser inclinado o dado al robo, hurto o rapiña.
En fin, sólo espero que no se necesite de un verdadero
milagro para que la gente productiva y respetuosa que sueña con un supuesto segundo despertar a la
primaveral democracia, se de cuenta que para que exista un cambio real en las condiciones de vida de todos es urgente cambiar el sistema socialdemócrata de Estado Benefactor/mercantilista, al cual llevamos más de 60 años dándole el beneficio de la duda. ¿Acaso no es ya hora de decir basta, el socialismo no funciona?
Articulo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 21 de enero de 2008.
La fotografía la tomé el 14 de octubre de 2007, en la Iglesia Ortodoxa de Guatemala, situada a orillas del lago de Amatitlán.