Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

5.19.2014

Maternalismo



El maternalismo es una tendencia tan mala como el paternalismo: son, al final, la misma cosa, la única diferencia es el sexo de quien lo encarna. Esta afirmación la hago dentro del contexto político, sin embargo, sus orígenes los encontramos en los primeros años de vida del niño, en su desarrollo como adolescente, en una enferma dependencia de sus padres y en el castrante sistema educativo actual. Luego, cuando esa criatura se convierte en adulto busca en los políticos a la madre o al padre que vele por él o ella y por sus necesidades. O sus deseos. O sus caprichos.

Ante el fracaso de papá Estado en complacer a los adultos incapaces de asumir sus responsabilidades personales, estos niños/adultos han volteado su rostro a la solícita mamá Estado, a quien consideran más susceptible de ser afectada por sus berrinches. No solo en Latinoamérica: en muchos lados más.

El inicio de esta tendencia, contemporáneamente, lo encontramos en la mítica figura retocada de Eva Perón en Argentina quien, sin haber ejercido directamente el poder, logró posicionarse en el imaginario de la mayoría como una mujer preocupada por la suerte de los más pobres, a pesar de que murió en 1952 con tan solo 33 años. Por cierto, su edad al fallecer, la misma que se supone tenía Jesús al morir, ha favorecido a sus biógrafos y a su elevación al altar de los santos, beneficiando a quienes han lucrado de esta ficción por décadas.

Entre los ejemplos más próximos puedo mencionar a Violeta Chamorro en Nicaragua, a Mireya Moscoso en Panamá, a Michelle Bachelet en Chile y a Dilma Rousseff en Brasil, las cuales han logrado ser electas Presidentes de sus respectivos países. También las hay que, sin llegar a ser gobernantes, han logrado controlar los destinos de sus naciones. Entre ellas se encuentran Sandra Torres en Guatemala y  Rosario Murillo en Nicaragua, ambas esposas de Presidentes y ambas interesadas en ocupar ese puesto. Un caso especial es la actual Vicepresidente de Guatemala, Roxana Baldetti, quien recientemente se proclamó madre postiza de los guatemaltecos.

Más allá de las burlas que provocó en las redes sociales el comentario de Baldetti, lo que nos debe preocupar es que todavía hay muchos que anhelan que alguien se haga cargo de ellos cuando cumplen la mayoría de edad, hecho que explotan hasta el cansancio los politiqueros corruptos y mentirosos que quieren llegar al ejercicio del poder. El principal problema para quienes aceptamos nuestras obligaciones y nos esforzamos por mejorar nuestra calidad de vida en base a nuestro esfuerzo propio, es el infantilismo de tantos ingenuos capaces de apoyar una injusticia: que le quiten a unos lo que es de ellos para dárselo a otros, con la ilusoria y eterna espera de que esos otros sean ellos mismos. Todo con tal de creer, infructuosamente, que alguien más va a velar por su bienestar. Aquellos que optan por ser parásitos en lugar de hombres y mujeres creadores de riqueza y progreso.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 19 de mayo de 2014. La imagen la bajé de la Internet.

Etiquetas: , , , , , , , , , , , ,

9.01.2008

Peligro


Hace unas semanas leí que en una sociedad donde reina la injusticia es peligroso tener razón, y en un país donde se reparte discrecionalmente, es peligroso producir riqueza.

Soy optimista y creo que en Guatemala se puede tener la razón. A pesar de la creciente incertidumbre, creo que sí se puede debatir, ir en contra de la corriente de pensamiento dominante y probar con evidencias y argumentos (sin recurrir a las falacias e insultos) quién está en lo correcto y quién está equivocado. La corriente de pensamiento dominante es aquella que está plasmada en nuestra legislación, la cual define nuestro sistema de gobierno como un Estado Benefactor, mercantilista e intervencionista.

La que lamentablemente sí parece aplicarse a nuestra nación, es la segunda parte de la sentencia mencionada: “En un país donde se reparte discrecionalmente, es peligroso producir riqueza”. Y, precisamente, los gobernantes pueden repartirla, arbitraria y discrecionalmente, por el poder que les otorga nuestro sistema político. Y casi siempre se cumple con la máxima que dice: “quien parte y reparte, se queda con la mejor parte”. Las excepciones, precisamente por ser excepciones, son las que al final confirman la norma. ¿Nos queda claro el porqué de la insistencia en una reforma fiscal que propone más impuestos y el porqué de la decisión del Álvaro Colom en pasar a formar parte de Petrocaribe?

¿Quién, en su sano juicio, al menos dentro del ámbito formal, se va a atrever a invertir en una sociedad donde no se respeta el derecho de propiedad? ¿En una sociedad donde se castiga al productivo, y se premia al gorrón oportunista que llega a ocupar un cargo público? Porque el bienintencionado discurso de ayudar a los más pobres, no es nada más que eso: un simple discurso.

¿Ahora sí, quienes aún no salen de su asombro ante el discurso neoliberal de los hermanos Castro, entienden por qué estos revolucionarios decidieron decretar el pago de salarios por productividad y eliminar el pago igual para todos? Por supuesto, me refiero a los cubanos Raúl y Fidel (si aún vive), y no al grupo de cantantes mexicanos que se hicieron celebres el siglo pasado.

Al fin, la tragedia más importante de nuestros tiempos no es el cambio climático. La tragedia es que las ideas paternalistas de unos pocos, con mucha influencia, han sido compradas por una gran parte de la población. Y esas ideas paternalistas nos han obstaculizado el proceso de creación de riqueza, única forma de combatir la pobreza.

Al igual que los multimillonarios cantantes, artistas de cine y socialités, que se unen contra la pobreza, unámonos nosotros y trabajemos todos, como algunos de ellos lo hacen, creando riqueza. Eso sí, no sigamos el ejemplo de quienes, lamentablemente, sólo heredaron de sus antepasados el dinero para vivir cómodamente, y no la capacidad de sus padres, abuelos, tatarabuelos… para generar ayer lo que sus descendientes gastan hoy a manos llenas.


Articulo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 14 de julio de 2008.

Etiquetas: , , , , , ,