Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

10.29.2012

Todos nos equivocamos




Es un hecho humano que todos nos equivocamos. Y no solo lo hacemos una vez, sino varias veces a lo largo de nuestra vida. Y, sin duda, este hecho nos acarrea problemas. La buena noticia es que la mayoría de las veces, si encontramos la raíz de nuestro error, podemos corregirlo en futuras ocasiones en las cuales nos veamos inmersos en un contexto similar a aquel en el cual nos equivocamos. Lo anterior, por supuesto, parte del principio de que estamos dispuestos a reconocer nuestro error y deseamos enmendarlo. De lo contrario, vamos a seguir cosechando las consecuencias de nuestra necedad.

Reconocer que nos equivocamos es difícil, a menos que hayamos pasado por un proceso de introspección en el cual aprendemos que somos nosotros los más interesados en integrarnos: corregir nuestras premisas falsas, corregir nuestras contradicciones. Solo por medio de este proceso podemos enderezar nuestra ruta y caminar con seguridad en pos de nuestros valores. Se necesita ser verdaderamente valiente (no solo del diente al labio) para reconocer que cometemos errores e intentar rectificarlos, aunque fracasemos en el intento.

El motivo por el cual comparto hoy esta reflexión, es porque después de la corrupta aprobación del Presupuesto General de Malgasto y Despilfarro de los Gobernantes para el año 2013, muchos se han comunicado conmigo arrepentidos de haber votado por Otto Pérez Molina para Presidente del Organismo Ejecutivo y por los diputados propuestos por el Partido Patriota para el Congreso. Vaya, en resumen: lamentándose por haber votado en línea. Y, además, me preguntan qué hacer ahora, ya que algunos creen que el voto cruzado tampoco resuelve las cosas.

El voto cruzado no nos asegura que no vayan a existir abusos del poder. Pero el voto en línea sí nos asegura que esos abusos se van a dar. La peor de las opciones es votar en línea. Por supuesto, hay que meditar muy bien por quién votar al Congreso. Pienso que había mejores opciones en 2011 que el PP y sus aliados. Y espero que las haya para las próximas elecciones. El voto cruzado, aunque no es la solución, es la única opción dentro del sistema actual.

La única forma de cambiar esta situación para bien de todos en el largo plazo es cambiando el sistema. El Estado Benefactor/Mercantilista SIEMPRE (y en todos lados) va a atraer a los peores representantes de la sociedad: los mentirosos, los saqueadores, los oportunistas, los gorrones, los vividores, los resentidos... Claro, hay pocas excepciones a la regla. Y siempre serán pocas y excepciones.

“Un pueblo que elige a corruptos no es víctima: es cómplice”, reza una imagen que circula en las redes sociales virtuales. Y, nos guste o no, es una observación correcta. Sin embargo, no todos los miembros del pueblo hemos votado por los corruptos. Y todos aquellos que se equivocaron tienen el derecho de enmendar sus errores. Hagamos los cambios correctos. Cambiemos el sistema político. Fundemos una verdadera República.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 29 de octubre de 2012. La imagen de Mafalda (Quino) la bajé del blog de “El republicano liberal”.

Etiquetas: , , , , , , , , , , , ,

9.11.2007

Elecciones


Todo el tiempo, toda la vida, a cada instante, hacemos elecciones. Aún decidir no hacer nada, es una elección. Más que condenados a ser libres, parafraseando a Jean Paul Sartre, estamos condenados a elegir. Y hay muchos que así visualizan las elecciones políticas que se llevan a cabo cada cuatro años en Guatemala: como una condena, más que un derecho. Ayer superamos, o al menos eso espero, una más de esas eufemísticamente llamadas fiestas cívicas, a las cuales muchos decidieron no asistir. Esa fue su elección.

Como no poseo ninguna bola de cristal que me facilite conocer los resultados de las elecciones de cualquier índole de nadie, ni siquiera las mías, voy a partir de la premisa de que en este evento político para elegir a los siguientes gobernantes, mal que bien, sin profundizar en las razones que explican tal situación, se cumplió lo anunciado por las cuestionadas encuestas mediáticas: Otto Pérez, del Partido Patriota, y Álvaro Colom, de la Unión Nacional de la Esperanza, van a competir en el tramo final del periodo político eleccionario 2007. Que, por cierto, comenzó desde hace años. Por eso yo, como tantos, celebro que esté llegando a su final.

Aunque, aún nos falta un trecho que va a estar repleto de ataques, campañas grises y negras, jalones de cabello, sacadas de lenguas viperinas y toda estrategia que sea recomendada por especialistas de la desinformación que permitan a uno de los dos ungidos llegar a sentarse en la silla de los cuarenta y dos mil millones de quetzales, en continuo crecimiento a costa de nuestros ingresos.

Sin embargo creo que (basándome en mi juicio propio, no en las encuestas ni las disertaciones de los futurólogos, expertos y demás brujos) la decisión más importante que debíamos tomar los votantes ya la hicimos. La elección de quienes son los diputados que van a integrar el Congreso de la República. ¿Por qué? Porque es el único medio que tenemos, si dividimos el poder, de protegernos de los abusos de quienes van a ejercer, precisamente, ese poder. Dentro de las reglas actuales, vigentes desde hace décadas, es la única manera que tenemos de minimizar los abusos y excesos de parte de los elegidos para gobernar.

En este caso, espero que la sensatez de los ciudadanos votantes haya prevalecido por encima de la manipulación propagandística de los candidatos, que con tal de actuar sin límites una vez entronizados en el ejercicio del poder, son capaces de recurrir a cualquier argumento falaz y a mentiras descaradas. Espero que la mayoría de los tributarios votantes, a la hora de marcar las boletas de los diputados, hayan recordado que votar en aplanadora (o en línea, como le dicen los políticos) implica abrir de par en par, sin ninguna protección, las arcas públicas, que se alimentan de nuestros bolsillos privados que, por cierto, fueron privados de esos dineros que tanto cuestan ganar. En fin, en arcas abiertas, hasta el justo peca.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 10 de septiembre de 2007.

La foto de la anciana de Comalapa fue tomada por un fotógrafo de Associated Press (AP).

Etiquetas: , ,

7.23.2007

Entrecruzada


La segunda cruzada por el voto cruzado cobra fuerza entre los ciudadanos conscientes de la importancia de limitar el ejercicio del poder, haciendo eco de la celebérrima frase acuñada por Acton en el siglo diecinueve: “El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

Los cruzados, en pleno ejercicio de nuestra facultad de elegir, hacemos un voto solemne por nunca ser súbditos de nadie, y nos unimos a la batalla de las ideas que es dirigida espontáneamente por el ánimo de los participantes de vivir en una sociedad diferente donde podamos cooperar los unos con los otros de manera pacífica. Una sociedad que respete el derecho individual a intercambiar bienes y servicios con quien uno quiera, cuando quiera, como quiera… sin la intervención arbitraria de terceros en las decisiones libres de los involucrados. Una sociedad que privilegia el respeto a los derechos humanos preexistentes al sistema político que se encuentre vigente. Vida, libertad y propiedad. Una sociedad donde cada persona pueda buscar el máximo anhelo del hombre y la mujer: la felicidad.

Negar que hoy en Guatemala los políticos gozan de un enorme poder discrecional, concedido por obra y gracia del Estado benefactor/mercantilista, es similar a intentar tapar el sol con un dedo. Un enorme poder que ha permitido, dentro de lo legal, cometer crímenes infames que han contribuido al detrimento de las condiciones de vida de todos los que hemos decidido permanecer en nuestro país.

No dudo que la solución a largo plazo es el cambio de las normas. Ese esperado cambio que nos aleje del sistema interventor que prevalece desde hace más de seis décadas, y nos acerque a una verdadero Estado de Derecho, no a su remedo, basado en un sistema jurídico positivista que privilegia la legislorrea por encima de las pocas leyes generales, universales y abstractas que deberían regir nuestro comportamiento.

Sin embargo, en este momento, el voto dividido entre el Congreso y el Ejecutivo, más conocido como el voto cruzado, es la menos peor de las opciones que tenemos los gobernados para limitar los excesos de quienes ejercen la autoridad que descansa en nosotros.

Quienes dudan del éxito de la primera cruzada olvidan que, gracias a esa decisión que tomaron los electores en el año 2003, se logró parar muchísimos absurdos propuestos por el Ejecutivo durante el actual período de gobierno. Y lo anterior se logró a pesar de los problemas, los abusos, la corrupción y tantas otras acciones deleznables cometidas por varios de los diputados.

En fin, aún vivimos en una nación donde cada quien es libre de votar como mejor le parezca, así que no pienso involucrarme en discusiones interminables, y poco productivas, para intentar convencer a aquellos que preferirían regresar a aplanar el camino al infierno, optando por una especie de monarquía donde el Presidente ordena a los legisladores qué hacer. Yo, voto cruzado.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 23 de julio de 2007.

Etiquetas: , , ,