Certeza de Dolores

Por supuesto que quienes circulan por las áreas donde pasa el desfile siguen, con toda razón, molestos por los inconvenientes que este tipo de manifestaciones les causan. Así como sucede con las procesiones, las caminatas de indígenas, maestros, sindicalistas, feministas, machistas… Total, hasta las visitas de Presidentes de otras naciones, burócratas jetseteros de paraísos fiscales (que terminan sus reuniones sugiriendo más impuestos para los amolados tributarios), y los viajes turísticos de la nobleza a Guatemala son excusas para quebrantar nuestros derechos. ¿Por qué es así la vida en los trópicos latinoamericanos?
Sin duda, hay que lamentar y condenar lo sucedido la noche anterior en el Paraninfo universitario, cuando un grupo de alumnos de ¿Derecho? balearon a estudiantes de Veterinaria, dejando a varios seriamente heridos. Según me contaron, los aspirantes a güizaches pertenecen al grupo de bochincheros que desearían seguir haciendo desmadres tomando por excusa la centenaria celebración sancarlista del Viernes de Dolores. Por cierto, el hecho de que los agresores se echaran sus traguitos y llegaran mareaditos a buscar bronca, no los exime para nada de su culpa. Al contrario, creería que ese detallito es una agravante del delito. Y el problema no son el alcohol ni las armas: el problema es la falta de certeza del castigo que hace de los criminales, impunes diablitos con permiso de transgredir las normas.
No obstante, es obvio que contribuyó al orden en el cual transcurrió la Huelga que hayan metido presos a los vándalos que causaron daños a comercios en Xela: un sistema de incentivos correcto, que premia a los respetuosos y castiga a los antisociales. Al menos, es obvio para cualquiera que acepte la realidad objetiva como algo ajeno a sus preferencias.
“Para el dolor profundo una mano azul… que te de luz… Para la duda oscura un clavo ardiendo que ilumine la noche… mate el miedo y separe lo falso de lo verdadero”: frases de la canción “Para el Dolor” de Ana Laan, la cual me acompaña por la radio cuando expreso todo a pulmón. Lo que me recuerda que para parar el dolor que genera la inseguridad y recobrar la calma perdida, necesitamos certeza en la aplicación de la pena impuesta a quien viole los derechos individuales de los otros. Empezando con quienes los atropellan amparados en la legislación: los gobernantes.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 9 de abril de 2007. Foto Prensa Libre: Mario Linares.
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