Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

7.15.2013

A quién creer



En camino a la ciudad de los vientos leí en los diarios de mi país que ocho personas más brindaron su testimonio sobre las masacres cometidas, según ellos, por los militares en la zona ixil en los años 1981 y 1982. Los relatos de estos nuevos testigos son tan conmovedores como lo fueron los de quienes atestiguaron en contra de Efraín Ríos Montt y Mauricio Rodríguez. Es imposible no conmoverse con el dolor de otros cuando uno es honesto y desea el bien a los demás. Espera convivir con todos en paz. A una persona justa, de corazón noble, le indigna escuchar semejantes historias.

Sin embargo, cuando uno empieza a hurgar en búsqueda de la verdad, no queda más que dudar sobre la veracidad de las declaraciones de algunos de los testigos. ¿Nos cuentan los hechos tal cual fueron o tal como los convencieron que los contaran? ¿Qué datos relevantes no comparten? ¿Estaban ellos o sus familiares involucrados en el conflicto? En fin, solo sé que uno de los pocos puntos conocido en estos procesos es que son muchos los intereses, principalmente monetarios, detrás de estos. Y no estoy hablando de unos cuantos millones. Me refiero a miles de millones de quetzales, de dólares, de euros… tanto de nuestros impuestos como del dinero ofrecido por los burócratas de la cooperación internacional, el cual sale de los bolsillos de los tributarios de sus países.

Cómo no dudar, cuando en asuntos políticos son comunes las mentiras a la carta y de acuerdo al gusto de aquellos a quienes quieren convencer los que ansían el poder. Estos últimos son capaces de todo: de rasgarse las vestiduras y ofrecer cualquier cosa con tal de alcanzar sus objetivos. Entre los politiqueros y sus siervos todo se vale. Y no podemos negar el contexto político dentro del cual se están llevando a cabo estos juicios.

Un hecho lamentable, porque la mayoría queremos que haya justicia, pero no por eso vamos a pasar a formar parte del club de los engañados. No dudo de que hubiera militantes de ambos bandos, tanto del ejército como de la guerrilla, que cometieron abusos. Pienso que los responsables de estos crímenes deben pagar las consecuencias de sus acciones: compensar a sus víctimas o a sus deudos en caso de que los primeros hayan muerto. Pero no es lo mismo buscar a quién me la debe que a quién me la paga.

“La única verdad es la realidad”, nos enseñó correctamente Aristóteles. Descubrimiento que no conviene a los manipuladores que desde siempre se han aprovechado de la ingenuidad y la pereza intelectual de la gente. En el pasado esta indiferencia la explicaba la necesidad de trabajar alrededor de 18 horas al día, los 7 días de la semana, para intentar sobrevivir. Hoy, a partir de la revolución industrial capitalista, el panorama cambió para bien de la mayoría. No obstante, muchos optan por ser parte de la masa, fácil de manejar por medio de sus emociones. De la desidia intelectual de unos y del rencor de otros, se aprovechan los estafadores para alcanzar sus metas. Solo creo en la realidad.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 15 de julio de 2013.

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5.27.2013

Ixiles pro Ríos Montt




¿Por qué muchos ixiles se alegraron de que los magistrados de la Corte de Constitucionalidad hayan anulado todo lo actuado a partir del 19 de abril en el juicio por genocidio contra Efraín Ríos Montt? ¿Acaso no se han enterado de todas la barbaridades que, dicen, ordenó que se cometieran en contra de su etnia? ¿O será porque nosotros, los citadinos, no sabemos a ciencia cierta qué sucedió durante el conflicto armado? ¿Nos han vendido una historia manipulada que ha sido aceptada sin cuestionar su veracidad?

En Prensa Libre del miércoles 22 de mayo el alcalde de Nebaj de 1988 a 1991, Diego Rivera, opina que “la anulación de la sentencia tiene satisfechos a los habitantes de Nebaj… lo único que el exgolpista hizo fue darles paz, seguridad y amnistía en el momento más crítico de la guerra”. ¿Por qué Rivera no prestó declaración en el juicio? Es importante para que no quede duda razonable en lo que respecta al veredicto en el proceso contra Ríos Montt y Mauricio Rodríguez, que se escuche a más de los habitantes del área ya que la hipótesis del Ministerio Público (MP) es que el objetivo del Ejército era exterminarlos. Y, por lo visto, no todos los ixiles comparten la visión del MP. ¿Por qué?

Según Rivera: “En primer lugar, si Ríos Montt no hubiera venido, la guerrilla nos hubiera acabado. En segundo lugar, en la región ixil hubo muertos desde 1969 hasta 1996, y no es justo que se juzgue a un hombre por genocidio, porque insistimos que aquí no lo hubo… No agradecemos a la CC por anular la condena porque era obligación de los magistrados corregir a los jueces del Tribunal que, en vez de dictar sentencia en un mes, se hubieran tomado la molestia de visitar Nebaj, Chajul y Cotzal, para conocer a fondo la realidad de lo que vivimos”. Entonces, ¿los investigadores del MP no hicieron bien su trabajo y ni siquiera visitaron la zona donde supuestamente se dieron los hechos para confirmar su acusación?

Algo similar ocurrió hace 10 años para las elecciones de 2003. Como explica Jorge Jacobs en su columna en Prensa Libre del jueves 23 de mayo: “…el pueblo ixil votó a favor de Ríos Montt cuando fue candidato presidencial en 2003… Si sumamos los votos de los tres municipios de la región ixil…Ríos Montt obtuvo el 44.4 por ciento de los votos y el candidato de la URNG apenas el 3.9 por ciento.... Ríos Montt quedó en tercer lugar a nivel nacional; sin embargo, en la región ixil obtuvo el primer lugar”.

Como bien dice Ayn Rand: "Cuando estoy en desacuerdo con un hombre racional, dejo que la realidad sea nuestro árbitro final; si no me equivoco, mi interlocutor va a aprender; y si yo estoy equivocada, seré quien aprenda. Uno de nosotros va a ganar, pero ambos nos vamos a beneficiar". Todos los que vivimos en Guatemala nos vamos a beneficiar con la verdad, aún aquellos que desprecian la evidencia porque temen reconocer que se equivocaron. De esa manera se podrá hacer justicia: determinar los crímenes reales que se cometieron y juzgar a los responsables, sin importar quiénes sean.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 27 de mayo de 2013.

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