Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

4.23.2009

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¿Son más importantes las preguntas que las respuestas? ¿Por qué? ¿Para encontrar las respuestas correctas, primero debemos formular correctamente las preguntas? ¿Cómo saber que he formulado correctamente la pregunta? ¿Qué pasó? ¿Quién es responsable o sospechoso? ¿Dónde sucedió? ¿Cuál o cuáles son los motivos posibles, los porqués? ¿Qué medios utilizó? ¿Cómo fue? ¿Cuándo aconteció el hecho?

¿Qué es la verdad? ¿Para qué nos sirve? ¿Qué es un concepto? ¿A quiénes beneficia la confusión conceptual y la desidia al pensar? ¿Qué es la coherencia de lo que se piensa con el estado de las cosas? ¿Es importante la coherencia? ¿Por qué? ¿Es igual de valiosa una idea falsa que una verdadera? ¿Por qué? ¿Se puede ser y no ser al mismo tiempo? ¿Por qué o cómo? ¿Tienen consecuencias las ideas? ¿Quiénes pagan las consecuencias de las ideas falsas, tanto en el ámbito privado como en el público? ¿Qué es la realidad? ¿Cómo saber que algo existe?

¿Es la ley un aparato educativo? ¿Qué tipo de ley? ¿Qué tipo de educación? ¿Para qué? ¿Quién decide? ¿Por qué? ¿A quién beneficia en el largo plazo? ¿Se puede cambiar la naturaleza humana por medio de la educación, las leyes y la propaganda? ¿Podemos cambiar nuestra naturaleza? ¿Cómo conoce el ser humano y por qué es importante conocer?

¿Cuál es la diferencia entre libertad y libertinaje? ¿Qué implica más riesgos en el largo plazo: respetar las decisiones libres de las personas o dejar a un grupo que decida e imponga sus intereses particulares a los otros? ¿Por qué hay hoy más gente irresponsable? ¿Una sociedad civilizada es aquella en la cual los miembros se respetan los unos a los otros y cada uno cosecha lo que siembra? ¿Nos conviene ser civilizados? ¿Por qué? ¿Qué es un derecho? ¿Un derecho conlleva una obligación? ¿Para quién? ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia entre una necesidad y un derecho? ¿Cuál es la diferencia entre el derecho individual y el interés particular?

¿Qué es la sociedad? ¿Puede un individuo existir alejado de la sociedad? ¿Existe una sociedad sin individuos? ¿Existen dos personas iguales, con las mismas experiencias y los mismos fines? ¿Por qué o cómo? ¿El ser humano se adapta a los sistemas, o los sistemas deben adaptarse al ser humano como es? ¿Por qué? ¿Qué mueve al ser humano a actuar? ¿Existe un ser humano sin fines propios? ¿Podemos conocer los fines de los otros? ¿Cómo?

¿Qué es justicia? ¿Es justo que le quiten a uno lo propio para dárselo a otros? ¿Por qué? ¿Actuamos para mejorar a la sociedad o para mejorarnos a nosotros mismos? ¿Es la primera consecuencia de la segunda? ¿Quiénes piensan, sienten, sueñan, comercian, producen…: los individuos o los colectivos? ¿Cuáles han sido las consecuencias de asignar características humanas a colectivos abstractos? ¿Quiénes se han beneficiado?

¿A quiénes ha beneficiado la idea de que los gobernantes hagan lo que nosotros no podemos hacer? ¿Quién decide qué no podemos hacer? ¿Son más eficientes y efectivos los gobernantes? ¿Por qué?

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 13 de abril de 2009. La fotografía la tomé el pasado 9 de abril, Jueves Santo de 2009, y en ella aparece el gato llamado "Mauricio Babilonia", propiedad de mi amiga la Ades (Adelaida Loukota)

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3.28.2007

Carta sin verso


No sé si puedo escribir los versos más tristes esta noche, como declaró Pablo Neruda, aunque coincido con él cuando pienso que lloras llorando, con los ojos llenos de lágrimas, de lágrimas, de lágrimas: singular que se puede convertir en plural, sabiendo que somos la razón de nuestro dolor. Sí, promotores de nuestra miseria cuando, ante las circunstancias, nos acobardamos y no somos capaces de correr riesgos en pos de la ansiada felicidad. No somos capaces de luchar… ¿Por qué?

Hoy participe, la mayor parte del tiempo en silencio, en una discusión con filósofos, alguno más loco que otro, sobre el tema de las decisiones humanas y cómo construimos nuestra persona a partir de esas decisiones. Algunas veces evolucionamos, nos enriquecemos, crecemos con ellas. Otras, nos congelan en un tiempo monótono, sin cambios, estancado, como nuestra existencia. Y, tristemente, hay otras decisiones que nos hacen retroceder, decrecer, perder vida... ¿Por qué?

Total, sólo se que mi eterno presente se va a ver siempre enfrentado a decisiones. Si tomo o no las correctas, el futuro, cuando sea presente, lo confirmará. En mi hoy sólo me queda esperar y aguantar. Como todos... ¿Por qué?

¿Podría invertir la rima del poeta y creer que es tan largo el amor y tan corto el olvido? ¿O sería soñar con una herejía?

En fin, alguna carta que elijamos escribir en nuestro camino podría terminar como la de Neruda, con un Amor, amor, te espero.

Y así esta carta se termina
Sin ninguna tristeza:
Están firmes mis pies sobre la tierra,
Mi mano escribe esta carta en el camino,
Y en medio de la vida estaré
Siempre
Junto al amigo, frente al enemigo,
Con tu nombre en la boca
Y un beso que jamás
Se apartó de la tuya.


¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Termino con más preguntas que respuestas.

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