Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

1.21.2019

El bumerán electoral



Comenzó el proceso para las Elecciones Generales de este año. Proceso que ya no se puede detener, ni siquiera con un estado de excepción. Y, a pesar de las mágicas expectativas de Julio Solórzano, magistrado del Tribunal Supremo Electoral y próximo Presidente del mismo, la realidad es que están serán las elecciones más complicadas que hemos visto en lo que va de este siglo. Los principales problemas serán provocados por la violaciones a la libertad de expresión contenidas en la reformada Ley Electoral y de Partidos Políticos.

Por cierto, tanto la Cámara Guatemalteca de Periodismo como la Cámara de Medios presentaron acciones de inconstitucionalidad al respecto, sobre las cuales no se ha pronunciado la Corte de Constitucionalidad. ¿Puede cambiar el panorama del proceso eleccionario las decisiones que tomen los magistrados de la CC en lo que respecta a las acciones mencionadas? ¡Quién sabe! Todo dependerá de las célebres interpretaciones que le den los responsables de aplicar la decisión de los magistrados de la CC, si esta es favorable a quienes interpusieron las acciones.

Hay quienes piensan que una vez convocada las elecciones, cualquier cambio en la legislación, incluidos los derivados de una acción de inconstitucionalidad, solamente se podrían aplicar hasta después de concluido el período electoral ya convocado: o sea, hasta las elecciones de 2023. Otros opinan que los temas constitucionales, una vez no cambien los tiempos de las elecciones, se deben aplicar en el momento que queden firmes, indistintamente si es dentro de un período electoral.

Pienso que la segunda opción es la correcta y espero que la CC resuelva lo más pronto posible dichas acciones. Pero, al final, dentro del sistema positivista jurídico que nos rige, lamentablemente, estamos sujetos a lo que interpreten que es la ley aquellos que la van a aplicar. Mientras tanto, continuará la incertidumbre de si entrevistar a un candidato, y no al resto, puede significar para el entrevistador y el medio por el cual se transmite la entrevista, un demanda legal, que puede llegar a ser hasta penal.

Otro de los grandes problemas, es la imposición a los tributarios de financiar las campañas publicitarias de los partidos políticos que participen. La ironía del caso es que uno de los que más se ha quejado de la distribución que hizo el TSE, es el principal responsable de los cambios: Mario Taracena de la UNE. Cuando Taracena ocupó el cargo de Presidente del Congreso fue que se llevaron a cabo los cambios promovidos por Todd Robinson e Iván Velásquez, con lo cuales pretendían igualar la publicidad electoral para todos los partidos, y que ésta fuera pagada por los tributarios y no por los “financistas”. Sin embargo, en lugar de mejorar la promoción de los candidatos y sus planes, la entorpecieron.

Todo lo anterior, más muchas más cosas que no menciono en este artículo, además de complicar el proceso, van a exigir una mayor responsabilidad de quienes decidan ejercer sus derecho a votar. De lo contrario, estás elecciones se convertirán en un bumerán que nos golpeara a todos después de lanzado.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el martes 22 de enero de 2019.

Etiquetas: , , , , , ,

2.08.2016

No está la virgen para tafetanes



Ni los tributarios estamos para pagar más impuestos y permitir que nuestros mandatarios nos sigan endeudando. Tampoco está la mayoría de habitantes de Guatemala en condición de aceptar con resignación los errores de los nuevos gobernantes, los nuevos diputados y los viejos jueces. Es increíble que haya alguien que abogue por darles una tregua a quienes tomaron posesión de sus cargos el pasado 14 de enero, cuando vemos que recurren a las mismas artimañas de aquellos que los precedieron.
                                                  
A los ciudadanos productivos, los que pagamos los platos rotos de otros, no nos conviene bajo ningún punto de vista objetivo hacernos los locos y falsear la realidad mientras vemos a los mandatarios de hoy cometer los mismos errores que cometieron ayer sus antecesores, quienes terminaron presos por corruptos. Y todo por la absurda idea de que hay que dar a los gobernantes recién estrenados un tiempo de espera para que se equivoquen creyendo, ingenuamente, que van a corregir sus metidas de pata y que en el proceso van a aprender lo que se supone ya saben: cuáles son sus obligaciones y cuál es el mandato que les hemos dado los mandantes.

Tanto en el Ejecutivo como en el Congreso, hemos visto más shows que acción racional dirigida a cambiar la miserable situación que enfrentan muchos. Más les vale despertar a los privilegiados y a los despistados que no se han enterado del polvorín sobre el cual se encuentran sentados. Una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento, cuyas consecuencias no me atrevo a estimar.

En el Legislativo, Mario Taracena poco ha hecho después de denunciar la costosa e innecesaria burocracia del poder bajo su cargo, con unos pocos puestos de trabajo justificables pero ineficientes casi en su totalidad. Veremos qué pasa con las reformas a la Ley Orgánica del Congreso. Espero que la Procuradora General de la Nación, María Eugenia Villagrán, cumpla con su deber e interponga las denuncias necesarias para declarar lesivos e ilegales los pactos colectivos, y que los expresidentes del Congreso responsables de semejante abuso paguen por sus actos contrarios al bienestar de quienes los mantenemos: nosotros, los tributarios.

Por otro lado, Jimmy Morales  parece que no se ha dado cuenta de que la campaña política terminó, y que el azar y las circunstancias que enfrentamos el año pasado lo hicieron ganador del codiciado puesto de primer MANDATARIO de la nación. No emperador ni payaso de turno. Y su mandato primordial está claramente expresado en los artículos primero y segundo de nuestra Constitución: “El Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la familia; su fin supremo es la realización del bien común… Es deber del Estado garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona”. Así como la virgen no está para tafetanes, el mandante no está para seguir aceptando los excesos, el oportunismo y las equivocaciones de los gobernantes.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 8 de febrero de 2016.

Etiquetas: , , , , , , , ,