Va a llover

“Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva, los pajarillos cantan la luna se levanta. Que sí, que no, que caiga el chaparrón con azúcar y turrón, y una gota de limón”: muy similar a las opciones que nos presenta el panorama electoral. En fin, da igual quién quede si seguimos operando bajo el mismo sistema de normas positivistas. Y eso que soy positiva: cada fecha de elecciones creo que tenemos la oportunidad de cambiar o seguir como estamos: amolados. La diferencia la hará identificar cuál es la raíz de nuestros problemas en la esfera pública que, sin duda, afectan y estrechan cada vez más nuestra esfera privada.
La mayoría de los candidatos pensarán ese día que “esta tarde vi llover, vi gente correr”… pero a votar por otro contendiente. Sólo dos pasarán a la segunda vuelta. ¿Quiénes serán? Dicen que ya todos iniciaron sus consultas a Mashimón, al nigromante de La Antigua y al zahorí del Barrio San Antonio que predijo el reciente hundimiento. ¿Quiénes de los pretendientes de la silla de los cuarenta mil millones de quetzales se van a hundir en la primera vuelta? Hagan sus apuestas.
“Ojalá que llueva café en el campo. Que caiga un aguacero de yuca y té. Del cielo una jarina de queso blanco y al sur una montaña de berro y miel. Ojalá que llueva café”. Y que algo nos salpique, aunque sea un poquito que nos anime a levantarnos temprano para ir a elegir. No vaya a ser que nos afecte el síndrome de la lucidez, planteado por José Saramago, y no votemos ni en blanco. Que no es lo mismo que vestirnos de blanco para blanquear nuestra inconciencia exterior. Mucho menos la de los políticos que buscan continuar bañados por la abundancia de las arcas tributarias.
Entretanto, el ciudadano entonará “I'm singing in the rain, just singing in the rain. What a glorious feeling, I'm happy again” porque pronto deberán terminar las campañas políticas y sus respectivas cancioncitas que saturan las ondas radiales y televisivas. No digamos el final de las promesas irrealizables de las mujeres maravillas y los súper hombres dispuestos a sacrificar sus vidas por el gastado (de tanto asolearlo sin usarlo por desconocer su fin) bien común. Total, ya hasta el Capitán América pasó a mejor vida. ¿Será también el final de los héroes en Guatemala? No se pierda la siguiente temporada que culmina en el año 2011.
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