Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

7.30.2018

El pobre censo




Tanto los detractores como los admiradores de Jimmy Morales parece que han encontrado un enemigo común en quienes nos hemos atrevido a cuestionar el censo. Quienes lo único que hemos hecho es reconocer la realidad. Lo que es, más allá de los deseos o creencias de aquellos que esperan milagros del conteo de los habitantes de nuestro país, proceso realizado al mejor estilo milenario de los romanos, sin importar que en lugar de tablas lleven tablets.

¡En pleno siglo veintiuno! Ridículo. Total, si les interesa saber cuántos vivimos en Guatemala esa información la encuentran, sin gastar un centavo más de lo que ya hemos gastado, en el “Registro Nacional de las Personas” (Renap) que, con todo y sus falencias, sin lugar a dudas los datos con los que cuenta son más creíbles que el número que resulte del censo. Y si a puro tubo querían hacer un censo, se pudo hacer por medio del blockchain, de una manera más segura, económica y exacta. Porque si usted necesita del censo para saber quién es, ¡sí que está bien fregado! ya que el somos colectivo no es más que una ficción.

La información es necesaria para tomar decisiones, pero para que sea útil en todo contexto, tiene que ser verdadera: basada en los hechos de la realidad. Y, dentro del contexto actual guatemalteco, caracterizado por la falta de confianza, la corrupción estatal y la inseguridad, ¿serán las cifras recabadas ciertas? ¡Hay que ser muy ingenuo para creer que los datos que reporten en el censo sean los reales!

Al final, la pregunta más importante que debemos hacernos es ¿para qué quieren los gobernantes, y los burócratas de organismos supranacionales, saber cuántas personas viven en un país? Para responder honestamente esta pregunta, hay que conocer la naturaleza de los censos e históricamente para qué han servido. El objetivo primario de un censo es determinar el número de personas que componen un grupo y sus características que consideren relevantes quienes lo llevan a cabo. Los censos poblacionales son promovidos para justificar la intervención de los gobernantes en las vidas de los censados por medio de políticas propias del Estado Benefactor.

Por supuesto que no le informan a los que dócilmente aceptan formar parte del inventario que el resultado esperado de éste será el aumento de impuestos y del poder de los gobernantes para implementar las políticas mencionadas. Sin embargo, tampoco son plenamente engañados: sí saben que es para promover más de esos maravillosos programas estatales que, hasta la fecha, le han permitido a los pobres que llegan al ejercicio del poder y a sus familiares, amigos y miembros del partido, mejorar exponencialmente su calidad de vida.

¡Ah no! Perdón, me confundí: la propaganda dice que es para ayudar a los que no pueden superar la pobreza en que viven. Lo que les ocultan es que no lo logran porque no encuentran un trabajo productivo, ya que quienes están dispuestos a arriesgarse e invertir en Guatemala para crear esas fuentes de trabajo y transformar los recursos en riqueza son extorsionados,  expoliados y acosados para financiar tales programas. En fin, Ave census morituri te salutant!


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 30 de julio de 2018.

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7.23.2018

El censo impositivo



Comenzó el XII Censo Nacional de Población y VII de Vivienda, que nos va a costar a los tributarios, no al abstracto Estado, alrededor de 350 millones de quetzales. ¡Carísimo! Un gasto innecesario, al menos para quienes lo vamos a pagar. Pero el costo mayor del censo serán las consecuencias que los datos recopilados traerán en el largo plazo. Sin importar que tales datos sean verdaderos o falsos, el gobierno los certificará como las cifras a partir de las cuales van a aumentar el número de diputados al declarar inconstitucional la reforma que los fijó en 160. Las cifras que usaran para expoliarnos aún más con la excusa de financiar las supuestas políticas públicas que van a promover para apoyar a los más pobres. ¿Qué pobres? ¿Los pobres politiqueros que lleguen al ejercicio del poder, sus familiares, sus amigos y los miembros del partido al que pertenecen?

Un censo que hace sólo unos días fue denunciado, entre otras cosas, por irregularidades en su planeación y organización, lo que presagia la falta de credibilidad en sus resultados, independientemente de todo el dinero que han gastado en promocionarlo. En particular se comentó que en censos anteriores se tenía seleccionado y capacitado el personal desde varios meses antes de su inicio, mientras que para este censo se supo que la semana pasada todavía se encontraban en ese proceso. También se supo que pidieron una ampliación del presupuesto aprobado porque no les alcanzó lo que solicitaron. Espero que efectivamente los auditores de la Contraloría General de Cuentas estén pendientes del proceso del censo para reducir en algo el malgasto de nuestro dinero.

El objetivo primario de un censo poblacional es determinar el número de personas que componen un grupo. Por medio de un censo de población se pueden llevar a cabo algunas actividades extras, como en el caso presente en Guatemala. Además de calcular el número de habitantes de nuestro país a la fecha, van a aprovechar para ¿obtener? una serie de datos demográficos, económicos, sociales y de hábitos para justificar la intervención de los gobernantes en nuestra economía y en nuestras vidas.

El cuestionario consta de 70 preguntas, divididas en siete capítulos. En la primera hoja de la boleta se recogen datos geográficos, como el tipo de vivienda y material de construcción del inmueble. Las páginas dos y tres se centran en preguntas relacionadas con la propiedad de la vivienda, servicios e infraestructura de las casas, además de la migración hacia otros países. Las páginas cuatro y cinco se enfocan en las características sociodemográficas, migración interna, autoidentificación étnica, discapacidad, escolaridad, usos de la tecnología informática, condición laboral y fecundidad. La boleta tiene capacidad para recabar datos de hasta ocho personas por hogar.

El único censo que era importante hacer, además de una de las primeras promesas del gobierno actual, es el de los empleados estatales, el cual no se hizo por la oposición de los líderes sindicales a quienes no les conviene que se conozca esa información. El censo es un engaño más que servirá de excusa para cobrar más impuestos y financiar al ineficiente Estado Benefactor/Mercantilista. Yo no seré parte de ese censo. ¿Usted?


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 23 de julio de 2018.

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