
En diciembre de 2005,
Joseph Ratzinger, conocido como Benedicto XVI, máximo jerarca de la
Iglesia Católica, dijo que
ser bueno no es aburrido e instó a las personas a rechazar la idea de que se están perdiendo algo si no pecan. "Surge en nosotros la sospecha de que una persona que no peca es, al fin y al cabo, aburrida; que se está perdiendo algo en la vida: la impresionante dimensión de ser libre," declaró. "Pensamos que tratar con el diablo, reservándonos una pequeña autonomía frente a Dios es, después de todo, bueno o incluso necesario. Pero mirando al mundo alrededor nuestro podemos ver que no es así," afirmó.
Yo no sé si ser bueno es o no es aburrido. Todo depende a la definición que se le dé a ser bueno. Sólo sé que todos lo seres humanos somos capaces de las más buenas y nobles acciones o de las más malas y cobardes jamás imaginadas.
Si por ser bueno entendemos respetar a los otros y aceptar que el ejercicio de mis derechos no debe violar los derechos de los otros, ser bueno lo considero una obligación.
Si ser bueno implica no entrometerme en la esfera privada de los demás y lo que ellos libremente decidan hacer en su vida (su proyecto personal), básicamente no interferir en la intimidad de los demás si no me han invitado ellos a hacerlo, ser bueno me parece necesario.
Manipular emotivamente a los demás, inculcándoles miedo por el castigo después de la muerte, creo que no es, precisamente, ser bueno. Y considero que pretender imponer las elecciones que uno ha hecho para sí mismo a los otros es ser malo. Extremadamente malo.
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