Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

1.07.2013

2013




Será un año complicado. La relación entre los gobernantes y los ciudadanos será tensa. Será violenta. En algunos casos llegará a una codependencia enfermiza que hará daño no solo a los involucrados, sino a los ciudadanos que no formemos parte de ninguno de los grupos en conflicto. Por supuesto, en todos los casos habrá un común denominador: el gobierno de Guatemala encabezado por el presidente del Ejecutivo, Otto Pérez Molina y manejado por la vicepresidente del mismo Organismo, Roxana Baldetti.

Los anteriores van a enfrentar medidas de hecho que van a tomar los grupos de presión que pretenden que se les otorguen privilegios que al final solo benefician a aquellos que dirigen tales colectivos. Y nosotros, los ciudadanos trabajadores, responsables, respetuosos de los derechos de los otros, vamos a pagar las consecuencias porque, como ya hemos experimentado a la fecha, cada vez que estos grupos de oportunistas exigen algo, no afectan a los gobernantes, sino a los gobernados que se encuentran en sus actividades cotidianas. Daniel Pascual, Luis Lara, Joviel Acevedo… son nombres conocidos por casi todos. Personajes que desde finales del año pasado amenazaron con actos violentos si no se les complace.

Del Congreso espero poco. Lo mismo de siempre. No obstante, considero que este 2013, a diferencia de lo que vimos en 2012, no va a ser tan fácil para Pérez y Baldetti comprar los votos que necesiten para que aprueben los paquetes de leyes que deseen. La campaña política para las elecciones del año 2015 ya inició de manera formal. Varios de los precandidatos a Presidente, además de hacerse obvios, anunciaron públicamente sus intenciones y empezaron a ensuciar el paisaje de nuestro país con su propaganda anticipada.

¡Qué fugaz fue el tiempo real de gobierno del Partido Patriota! Poco importa que entreguen el poder hasta enero de 2016. Lo bueno que pudieron hacer por el bienestar general no lo hicieron cuando pudieron. Todo lo contrario. Al traicionar a sus electores y romper sus promesas de campaña aprobando un aumento de impuestos y otorgándole más poder arbitrario a la Superintendencia de Administración Tributaria, más conocida como la Sat-ánica, hicieron más difícil la vida en Guatemala para quienes producen y crean riqueza legítimamente. Además de ahuyentar el capital que necesitamos para progresar.

Tampoco creo posible que haya avances este año en el Organismo Judicial, a pesar de las buenas intenciones del Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Una vez en nuestro país siga reinando la CICIG, que con sus estrategias recuerda a la Gestapo Nazi y a la KGB de los soviéticos, la justicia en Guatemala es una utopía.

2013 va a exigir de los mandantes un mayor uso de su razón, para que las decisiones que tomemos no solo nos permitan pasar la tormenta que se avecina, sino logremos iniciar el proceso de cambio ansiado por la mayoría. El cambio para bien de todos, menos de los delincuentes, de los criminales, de los saqueadores, de los parásitos…


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 7 de enero de 2013.

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , ,