Y antes también. ¿Cuándo
fueron levantadas las obras públicas que recién se cayeron? ¿Este
año? ¿El año pasado? ¿El antepasado? Me atrevo a asegurar que la mayoría de
estas no han sido declaradas patrimonio nacional debido a su antigüedad. Probablemente muchas fueron
construidas en el presente siglo. Ante todo, cuando del gobierno se trata, va
la corrupción. Por supuesto, envuelta en un manto de compasión. ¡Qué no falte la foto del ¿mandatario? abrazando a la
anciana sin hogar! Al niño sin padres, a la niña herida, al hombre sin trabajo…
¡Estado de
calamidad en siete departamentos! San Marcos, Quetzaltenango, Sololá,
Totonicapán, Suchitepéquez, Quiché y Huehuetenango. Así, más fácilmente se
podrán repartir el botín. Digo, podrán adjudicar el dinero necesario a las personas idóneas
para levantar ¿o levantarse? nuestra Guatemala después del terremoto
en… San Marcos. En fin, algo habrá que hacer en los otros departamentos.
Total, saben que la mayoría de la obra pública construida por el Estado
se cae con un soplo, ¡cómo no va a causar daños irreparables un seísmo como el
del miércoles antepasado! Analizándolo desde este punto de vista, de una vez hubieran
declarado el tal Estado en todo el
país. Pienso que la mayoría coincidimos en que el Estado de Guatemala es una calamidad. ¡A gastar sin controles, sin
límites, sin fiscalización! Lo justifica el estado
actual de las cosas. Aunque ¿cambia en algo los procesos actuales? Es conocido
por casi todos que es raro el funcionario de gobierno que cumpla con los
procedimientos estipulados por la ley
para gastar el dinero expoliado a los tributarios.
¡Cuántos habrán temblado de la emoción al enterarse de
la destrucción que hubo en San Marcos el 7 de noviembre pasado! Temblores de
una magnitud medible en millones de quetzales, con réplicas en dólares y en
euros. Mil millones de quetzales solo para comenzar. ¡Cuántos habrán empezado a
soñar con todo el dinero que les permitirá aumentar sensiblemente la intensidad
de sus cuentas bancarias! ¿A quiénes se les cayó
la baba de tanto que salivaron al imaginar su buena suerte? ¡Cuántos habrán corrido a ponerse a las órdenes del Presidente, Otto Pérez
Molina, para que los tenga presentes a la hora del reparto de las obras de reconstrucción! Los
más vivos habrán llorado a los muertos con Roxana Baldetti. ¿Quiénes serán los
beneficiados gracias a los damnificados del terremoto en San Marcos? Cuántas
preguntas que… ¿usted se anima a contestar?
¿A qué destina la
mayoría de sus ingresos? ¿Quiénes son los principales beneficiarios de su
trabajo? ¿Por qué son los principales beneficiarios de su trabajo? ¿Sabe a
ciencia cierta cuánto paga en impuestos? ¿Por qué paga impuestos? ¿Para qué son
utilizados sus impuestos? ¿Cómo sabe para qué son utilizados sus impuestos? Algunas
de tantas preguntas que deberíamos hacernos seguido, para que el sistema deje
de favorecer al estafador de turno en el ejercicio del poder.
Artículo
publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 19 de noviembre
de 2012. La imagen la bajé de la Internet.
Etiquetas: corrupción, Estado de calamidad, Guatemala, impuestos, Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti, San Marcos, terremoto
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