El origen de nuestros problemas
ES el sistema político que impera en Guatemala desde hace más de siete décadas.
El que era el sistema de moda por
aquellos tiempos, el cual fue impuesto con la Constitución promulgada en 1945.
Un sistema que las siguientes Constituciones han ratificado y profundizado. Un
sistema que aún en los países en los cuales previamente habían creado riqueza
terminó fracasando con el tiempo. Un sistema que hoy han dejado atrás en gran
parte. El sistema que ha obstaculizado el progreso de la mayoría, forzando a
millones a emigrar en búsqueda de mejorar su calidad de vida y la de sus seres
queridos. Un sistema de inspiración socialista light conocido como Estado Benefactor/Mercantilista.
Por lo anterior, en principio
estoy de acuerdo con el hashtag que
impulsaron para la recién pasada manifestación del sábado 11 de junio del
presente año: #EsElSistema. No
obstante, es importante aclarar con detalles y probar con evidencia contundente
cuál es ese sistema. Sistema al cual hago mención en el primer párrafo, el cual
es intervencionista y estatista. Un sistema de incentivos perversos: promueve
la corrupción y el parasitismo. Digo lo anterior ya que hay quienes que, desde el
siglo pasado, han fracasado en su objetivo de llegar al ejercicio del poder, y
hoy ven una oportunidad de hacerse con éste aprovechándose de algunos jóvenes
universitarios bienintencionados que desean cambiar la miserable situación en
la cual viven muchos en Guatemala. Intención con la cual me identifico.
Desde mediados de 1998, fecha en
la cual comencé a trabajar en medios de comunicación, y siguiendo el ejemplo de
personas admirables que iniciaron la discusión cuarenta años antes que yo, hice
énfasis en la necesidad del cambio RADICAL del sistema. Casi todos los
artículos que he escrito desde 2005 los encuentran en mi blog (
www.martayolanda.com) el cual les invito
a visitar y corroborar qué he dicho y cuándo lo dije. Aquellos intelectualmente
honestos, que buscan emitir juicios verdaderos, encontrarán la evidencia que
les ayudará a desenmascarar a los mentirosos que buscan utilizarlos para
alcanzar sus espurios fines personales. Recuerden: hay muchos buitres
revoloteando en el actual
río revuelto
de la política nacional. Como buenos pepenadores que son, pretenden
aprovecharse de la basura que está siendo expuesta y de la indignación que la
corrupción genera en la mayoría de la población.
Quienes estamos preocupados por nuestro país e interesados
en que las cosas mejoren para bien de todos, debemos estar enfocados, atentos a
los cambios que inevitablemente se van a dar. Los cambios pueden ser para el
bienestar de todos en el largo plazo o para empeorar la situación actual. La
única forma que tenemos de evitar que nos vean la cara de babosos y nos receten más de lo mismo que ha sido probado hasta el cansancio que sólo
beneficia a quienes llegan al ejercicio del poder y a su círculo cercano, es
que no nos dejemos llevar por la emoción. Que prevalezca el uso de la razón.
Artículo publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 13 de junio de 2016.Etiquetas: corrupción, Estado benefactor, mercantilismo, reforma constitucional, sistemas políticos, Socialismo
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