Como lo he reconocido en todas
las ocasiones que merece serlo, hoy me alegra saber que las investigaciones
para determinar quiénes han engañado a los guatemaltecos y han robado nuestros
impuestos continúan. Ojalá las recientes acusaciones sean una señal indudable
de que nos acercamos al que es el verdadero y gran botín de los corruptos que
llegan al ejercicio del poder, de sus familiares y de sus amigos. Me refiero,
por supuesto, al Presupuesto. Para ser más específica, al Presupuesto de Malgasto y Despilfarro de los Gobernantes,
oficialmente llamado “Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la Nación”.
Por cierto, Jimmy Morales, el
anodino y contradictorio Presidente del Organismo Ejecutivo y primer
mandatario, anunció el pasado lunes 30 de mayo que las discusiones sobre el
Presupuesto de 2017 serían públicas,
e invitó a quienes quieran ser parte de las mencionadas discusiones a asistir con sus propuestas presupuestarias a los foros
abiertos que ya empezaron a funcionar la semana pasada. Una discusión en la que habrá poco
intercambio de opiniones, porque los funcionarios ya fijaron su posición: será
el próximo, nuevamente, un Presupuesto
deficitario que seguirá permitiendo la imparable corrupción, sin importar
cuántas personas del gobierno anterior estén presas.
En las discusiones del
presupuesto, no tan abierto a discusión como lo ofrecieron, se puede
decidir sobre cualquiera de las tres propuestas nefastas que presentaron los
funcionarios estatales. Al parecer, hasta ahí llegó lo abierto de la discusión. El gobierno ofrece tres escenarios: uno de
Q73 millardos, otro de Q76 millardos y uno más de Q79 millardos. Me parece que
detrás de la convocatoria hay una trampa: el intento de hacer pasar el próximo botín estatal como aprobado por consenso
general de la abstracta sociedad
civil, la que ha servido por décadas de excusa principal para beneficiar a
vividores, a parásitos.
¿Llegarán los líderes de los
grupos de presión con sus listas de demandas? Sin duda, así será. Van
aprovechar la oportunidad que les da Morales de aumentar su tajada del pastel
o, dicho de otra manera, su parte del botín. Mientras, los expoliados, en otras
palabras, aquellos a quienes nos roban legalmente usando como principal arma el
poder y toda la legislación arbitraria que aprueban a su antojo los diputados,
¡muy bien gracias! Trabajando día y noche, la mayoría, sin ver muchas luces al
final del camino.
En fin, el presupuesto
actual, como los anteriores y los que están por venir, una vez no cambiemos el
sistema político vigente (intervencionista, estatista, socialista light de Estado
Benefactor/Mercantilista) por un sistema radicalmente opuesto (basado en el
respeto a los derechos individuales de todos) al igual que la forma de gobierno
actual, primordialmente democrática, por una verdadera república seguirá siendo
abierto a la corrupción. Seguirá siendo el botín a repartir entre los
politiqueros, los grupos de presión y los privilegiados.
Artículo publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 6 de junio de 2016.Etiquetas: corrupción, gobierno, grupos de presión, impuestos, Jimmy Morales, Presupuesto Estado
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home