Si le parece demasiado fuerte llamar parásitos a quienes
viven del esfuerzo mental y físico de otros, los puede llamar gorrones, porque al final la conclusión
es la misma: son buscadores de rentas que pretenden vivir a costa del trabajo
de los demás. Es irrelevante el discurso que utilicen para alcanzar sus
objetivos: ¿ayudar? a los pobres (con el dinero de otros), el argumento
resentido en contra de la riqueza o la falaz explicación a la supuesta
injusticia en la desigualdad de rentas y patrimonios.
La proliferación de estos parásitos, a los que les
encanta vivir cómodamente a expensas de los tributarios, no es sólo un fenómeno
de índole nacional. Es un fenómeno mundial. Los encontramos por todos lados, ya
sea en la burocracia estatal nacional o en la burocracia de los organismos
internacionales y supranacionales. Tanto los funcionarios nacionales como los
miembros de entes como la ONU, el FMI, el BM, la CEPAL… se dedican
primordialmente a promover más impuestos, sin importarles el daño que le hacen
en el largo plazo a todos los demás, en especial a los más pobres.
Debemos identificar las intenciones REALES de estos
personajes. Repito: ellos también viven de los impuestos que nosotros pagamos.
Todos los funcionarios de estas instituciones
internacionales son mantenidos por
los gobiernos de los países que forman parte de dicha organización. Lógicamente,
el sentido común de esta gente se
enfoca en ver cómo logran los gobernantes de tales países exprimir más a los
tributarios. Son en general, con contadas excepciones, gente que no tiene la
menor idea de lo que implica crear riqueza. El colmo de la ironía es que esta
gente que despotrica en contra de los paraísos
fiscales y en contra de aquellos que quieren proteger su dinero
legítimamente ganado de sus garras, NO
PAGAN IMPUESTOS.
¿Cómo llegaron a acumular tanto poder los parásitos
de las burocracias estatales, nacionales y supranacionales? Poder que les
permite perseguir y condenar a los creadores de riqueza con el objetivo de
apoderarse de lo que otros se han ganado para vivir ellos como reyes sin nunca
haber sido gente productiva ni generadores de empleo productivo. ¿Por qué la
mayoría se queda callada mientras una minoría celebra tal violación a los
derechos individuales de quienes han hecho el esfuerzo mental y físico por
mejorar su calidad de vida y la de sus seres queridos, siendo exitosos en las
tareas que han elegido? Que, además, en el proceso de alcanzar sus objetivos
han ayudado a otros a conseguir los propios creando, repito, trabajos
productivos.
Como señala Ricardo Rojas, debemos denunciar y
combatir a la ineptocracia que
predomina en el ámbito estatal: “Una forma de gobierno en el que los menos
aptos para liderar son elegidos por los menos capaces de producir, y en el que
aquellos miembros de la sociedad menos capaces de sustentarse a sí mismos o de
triunfar son recompensados con bienes y servicios procedentes de la riqueza que
le ha sido confiscada a un número cada vez menor de productores”.
Artículo
publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 18 de abril de 2016.Etiquetas: Banco Mundial, CEPAL, explotación, FMI, gobierno, impuestos, ineptocracia, Organizacion de Naciones Unidas, Ricardo Rojas
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home