Todos los años por estas fechas, se legaliza el mayor robo
que hay en nuestro país. Y hasta hoy, a excepción de unas pocas columnas de
opinión como esta que usted lee, los medios de comunicación tradicionales no
sólo NO lo denuncian públicamente, en la mayoría de los casos se vuelven
comparsas del robo al convertirse en caja de resonancia del establishment que aboga para que cada período
los gobernantes malgasten y despilfarren más de nuestro dinero.
Sí, el dinero de los tributarios, el cual nos es expoliado
bajo la amenaza de ir a la cárcel: una extorsión trágicamente legal. Por
supuesto que aducen para justificar
ese robo que se va a utilizar para lo que la mayoría considera fines deseables:
educación, salud, vivienda, cultura, deporte… Agregue a la lista todo aquello
que se le antoje: dentro de la reglas del Estado Benefactor/Mercantilista que
impera, todo deseo (sea un derecho, una necesidad o un capricho) es bienvenido
por los pícaros que quieren ejercer el poder y están dispuestos a ofrecer el
cielo y la tierra a quienes voten por ellos, que suelen ser los peores
representantes de nuestra sociedad ya que es a quienes atrae el sistema de
incentivos perversos que prevalece.
Ese multimillonario robo, que pretenden que para 2017 sea de
alrededor de Q.80 millardos, lo legalizan por medio del decreto legislativo que
da vida al mal llamado Presupuesto del Estado que, si utilizaran correctamente
los términos, deberían llamar Presupuesto
de malgasto de las pandillas politiqueras en el ejercicio del poder. El tal
Presupuesto lo que refleja es la negociación entre los gobernantes y los grupos
de presión que se piensan repartir el botín.
No se deje engañar por el uso mal intencionado del lenguaje.
Los gobernantes, en nombre de esa ficción llamada Estado, NO invierten en nada.
Los gobernantes lo único que hacen es gastar lo que otros han creado. ¿Cómo lo
gastan? Es esta una de las preguntas más importantes que debemos responder
aquellos que somos obligados a financiar tal gasto, que al final solo sirve
para que otros, que no se lo han ganado, acumulen fortunas a costa nuestra.
No me canso de repetir, y lo seguiré haciendo hasta que la
mayoría de los tributarios lo hayan entendido e internalizado, que el robo de
nuestros impuestos se da en la ejecución del Presupuesto de malgasto de los politiqueros en el ejercicio del poder.
El botín son los impuestos que pagamos todos los meses. Somos obligados a
entregar una parte sustancial de la riqueza que hemos generado a base de
nuestro esfuerzo mental y físico.
¿Y para qué tributamos? Para mantener la buena vida de los
gobernantes, de los líderes de los grupos de presión, de los burócratas
internacionales de organizaciones supranacionales, de la parasitaria e
innecesaria burocracia estatal nacional y de todos aquellos que se benefician
del estatismo y el intervencionismo, impulsado en muchos casos por gente que se
ve afectada pero no es capaz de superar la programación de siervo promovida por
la educación estatizada.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo
Veintiuno”, el lunes 28 de noviembre de 2016.
Etiquetas: benefactor, corrupción, Estado, gobierno, grupos de presión, impuestos, mercantilismo, poder, presupuesto, robo
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