Total señores, la prevención se supone que es la más
importante de sus tareas, según lo que ustedes mismos han oficializado como su visión: “Constituir el centro de
convergencia de la aptitud nacional para la prevención, vigilancia y respuesta
a los fenómenos naturales y sociales que pongan en riesgo a las comunidades en
sus bienes más valiosos: la vida, integridad física y propiedades, que
constituyen fundamento de la paz íntima y cotidiana de las agrupaciones humanas”.
Más aún, la que eligieron como la primera fase de sus funciones es,
precisamente, la de prevención y
mitigación. Entonces, ¿cómo es posible que, ustedes que se supone van a
enseñar a otros a prever, sean INCAPACES de hacerlo en su caso, sin un estado
de excepción? Esa es una verdadera calamidad.
Es una contradicción, o una mentira descarada, que no puedan
prever con tiempo suficiente, cumpliendo con los requisitos de la Ley de
Compras y Contrataciones, para las distintas etapas climatológicas por las que
pasamos, TODOS LOS AÑOS, en nuestro país. El propio Secretario de Conred, Sergio
Cabañas, reconoció la semana pasada que tiene ¡33 años de experiencia en la mal
llamada institución! ¿De qué le ha
servido si ni siquiera sabe cuándo hay que cambiar la flota de vehículos
necesarios para enfrentar las crisis que se puedan dar en la temporada de
lluvias en Guatemala?
Con más de tres décadas trabajando en Conred, ¡tantos años
de Marqués y aún no sabe mover el abanico!, en lugar de estar lamentando que
tuvieron que dar marcha atrás con el intento de restringir varios de nuestros
derechos constitucionales, debería ocuparse en hacer lo que debieron desde
principio del año: prever. O sea, en base al conocimiento acumulado a la fecha,
iniciar los procesos dentro de la ley para comprar lo que iban a necesitar en
el transcurso del año. Como lo hacemos todos los que nos hemos atrevido a
ejercer el más riesgoso de los oficios: emprender. Por supuesto, la diferencia
trascendental es que nosotros tomamos decisiones sobre NUESTROS recursos (si
nos equivocamos, nosotros pagamos las consecuencias), mientras que los
funcionarios estatales trabajan con el dinero de otros que, al final, somos nosotros.
Dice Cabañas que por primera vez actuaban de buena fe. ¡Ups!
¿Qué nos dice eso del pasado? Pienso que después de esa declaración, vale la
pena investigar cómo han manejado el dinero de los tributarios quienes han
estado a cargo de Conred. Por cierto, para el actual Secretario del ente
mencionado tengo a la mano otro sabio refrán: “De buenas intenciones está
empedrado el camino al infierno”. Los estados de excepción, ayer, hoy y mañana y
en casi todos los casos, sólo han servido para facilitar la corrupción pues,
como correctamente lo señaló Lord Acton, el poder tiende a corromper y el poder
absoluto corrompe absolutamente. Y, al fin, para qué tanto lloriquear si al
final se salieron con la suya. El estado de calamidad aprobado solo servirá
para que unos acumulen fortunas a costa nuestra.
Artículo publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 26 de septiembre de 2016.Etiquetas: Conred, Constitución de Guatemala, corrupción, derechos individuales, Estado de calamidad, Jafeth Cabrera, Sergio Cabañas, violación
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