Voté porque como mandante que soy
es mi derecho elegir a los mandatarios de mi país. Un derecho por el cual
pagaron un precio alto nuestros antepasados. Un reconocimiento republicano
propio de los Estados modernos.
Elegí votar porque es un derecho y NO una
obligación, que si así fuera, sería una violación a la libertad de cada uno de
decidir ejercer su derecho a votar o no. Votar y cómo o por quién votar ES una
decisión individual. Nadie debe presionar a otro a que vote, y menos cómo votar
o por quién votar. Nadie debe aceptar tal presión cuando se da.
Voté porque quiero vivir en
Guatemala, aunque en condiciones diferentes. Quiero vivir en una sociedad en la
que prevalezca el respeto a la vida, la libertad y la propiedad de todos. Una
sociedad en la que podamos convivir en paz. Aquí decidí construir mi hogar,
trabajar y crear la riqueza que me permite satisfacer mis necesidades y ayudar
a mis seres queridos. Voté porque aquí se encuentran mis valores específicos más
preciados: mi familia y mis amigos.
Voté porque necesitamos cambiar
el sistema de incentivos perversos en el cual vivimos. Cambio que depende del
Congreso. Voté para diputados del distrito central por los propuestos por
Encuentro por Guatemala, porque la lista la encabeza Luis Pedro Álvarez Morales,
a quien conozco personalmente: sé que es una persona digna y honesta y, en
general, tiene las ideas claras. En el caso del listado nacional también voté
por los propuestos por Encuentro por Guatemala, principalmente por la confianza
que tengo en Álvarez Morales.
Voté nulo para presidente, nulo
para alcalde y nulo para el Parlacen. Yo no voto por corruptos. Tampoco voy a
apoyar con mi voto a personas con las cuales no coincido en su forma de ver el
mundo, como lo hicieron quienes falsearon la realidad y racionalizaron su voto apoyando a alguien con el que no
coinciden en valores, que va a violentar sus derechos individuales y que va a
impulsar más de lo mismo: un sistema
fracasado, estatista, colectivista e intervencionista que, además, es injusto e
inmoral. Un sistema parasitario que se basa en el robo legalizado. Todos los
candidatos proponían continuar con el Estado Benefactor/Mercantilista. ¿Por qué
los iba a favorecer con mi voto? Es actuar en contra de mis intereses y los de
mis seres queridos en el largo plazo.
En la legislación guatemalteca NO existe el “voto en contra de x”. Sólo existe el voto a favor de individuos
específicos, con propuestas específicas, que compiten por un cargo de elección
popular. Quien quiera que quede como próximo presidente del Ejecutivo entre los
que van a competir en la segunda vuelta electoral ocupará tal cargo por el voto
de quienes lo favorezcan. Por eso es importante que NO tenga poder en el
Legislativo. Es la única forma de proteger nuestros derechos individuales. Por eso es importante que el despertar del
mandante en Guatemala no sea pura llamarada de tusa. Nosotros seremos los
más importantes fiscalizadores del uso del poder de ahora en adelante.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el
lunes 7 de septiembre de 2015.
Etiquetas: 2015, Congreso, corrupción, elecciones, Guatemala, República
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