Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

1.21.2013

La puñalada tributaria




Sé que ya muchos, yo incluida, hemos escrito sobre el paquetazo fiscal que aprobó una mayoría calificada del Congreso, de urgencia nacional, a principios del año pasado. El contexto dentro del cual pasó la exigencia del Presidente del Ejecutivo, Otto Pérez Molina, también es conocido por una gran cantidad de ciudadanos. Por supuesto, como estos procedimientos ordinarios de la política guatemalteca se llevan a cabo por debajo de la mesa, es casi imposible que tan siquiera uno de los corruptos que vendieron su voto pueda ser llevado a juicio. ¡Imaginen si a lo anterior sumamos el derecho a la impunidad que se han recetado los gobernantes, conocido como antejuicio!

En fin, lo que hoy quiero resaltar es la traición (¿una mancha más para el tigre?) del Partido Patriota, sus dirigentes y sus aliados, al pueblo de Guatemala. Y sí, yo que generalmente invito a la gente a reflexionar sobre las diferencias entre los abstractos y los concretos, y aclaro que los únicos que actúan, sienten y piensan son los individuos, no los colectivos, en esta ocasión considero correcto hacer mención a ese término abusado y corrompido por los oportunistas, porque el daño que hicieron los gobernantes en el largo plazo lo va a sufrir la mayoría de habitantes del país.

También sé que hasta el cansancio han tratado de justificar la puñalada tributaria como una medida justa ¿para quién?, que va a beneficiar a los más pobres ¿de los familiares y los amigos de los gobernantes? y que va a mejorar los servicios prestados por el Estado. Más promesas, no de campaña sino de gobierno, que tampoco van a cumplir. Aquellos que dicen creer en este tipo de discursos lo hacen porque tienen un interés creado (conseguir un puesto en la burocracia estatal o un contrato que les permita enriquecerse a costa de los tributarios) o son incapaces de aceptar la realidad y optan por falsearla y terminar viviendo existencias mediocres, la mayor parte del tiempo con la mano extendida esperando que les caiga alguna migaja de todo lo que les ofrecieron. ¡Ah! Y el tercer grupo que está compuesto por aquellos que esperan llegar al ejercicio del poder para pasar a mejor vida: la que es mantenida por quienes son extorsionados para que paguen impuestos.

¿Habrá quienes tengan la valentía y el dinero para poner los recursos legales en contra de este nuevo atropello? ¿Tendrán los magistrados de la Corte de Constitucionalidad la sabiduría para decidir por el bien de todos en el largo plazo? ¿Decidirán a favor de lo justo, de acuerdo a la Constitución, enfrentando las presiones de los gobernantes? ¿Serán conscientes del papel histórico que les corresponde en esta etapa de nuestra vida nacional?

"El avance de la maldad es el síntoma de vacío. Siempre que la maldad gana, es sólo por ausencia de oposición: por el fracaso moral de aquellos que evaden el hecho de que no puede haber compromiso en principios básicos”, Ayn Rand en “Capitalismo: El ideal desconocido”.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 21 de enero de 2013.

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