Sé que ya muchos,
yo incluida, hemos escrito sobre el paquetazo
fiscal que aprobó una mayoría calificada
del Congreso, de urgencia nacional, a
principios del año pasado. El contexto dentro del cual pasó la exigencia del
Presidente del Ejecutivo, Otto Pérez Molina, también es conocido por una gran
cantidad de ciudadanos. Por supuesto, como estos procedimientos ordinarios de la política guatemalteca se llevan a
cabo por debajo de la mesa, es casi
imposible que tan siquiera uno de los corruptos que vendieron su voto pueda ser
llevado a juicio. ¡Imaginen si a lo anterior sumamos el derecho a la impunidad
que se han recetado los gobernantes, conocido como antejuicio!
En fin, lo que
hoy quiero resaltar es la traición (¿una mancha más para el tigre?) del Partido
Patriota, sus dirigentes y sus aliados, al pueblo de Guatemala. Y sí, yo que
generalmente invito a la gente a reflexionar sobre las diferencias entre los
abstractos y los concretos, y aclaro que los únicos que actúan, sienten y
piensan son los individuos, no los colectivos, en esta ocasión considero
correcto hacer mención a ese término abusado y corrompido por los oportunistas,
porque el daño que hicieron los gobernantes en el largo plazo lo va a sufrir la
mayoría de habitantes del país.
También sé que
hasta el cansancio han tratado de justificar la puñalada tributaria como una medida justa ¿para quién?, que va a beneficiar
a los más pobres ¿de los familiares y
los amigos de los gobernantes? y que
va a mejorar los servicios prestados
por el Estado. Más promesas, no de campaña sino de gobierno, que tampoco van a
cumplir. Aquellos que dicen creer en este tipo de discursos lo hacen porque
tienen un interés creado (conseguir un puesto en la burocracia estatal o un contrato que les permita enriquecerse a
costa de los tributarios) o son incapaces de aceptar la realidad y optan por
falsearla y terminar viviendo existencias mediocres, la mayor parte del tiempo
con la mano extendida esperando que les caiga alguna migaja de todo lo que les
ofrecieron. ¡Ah! Y el tercer grupo que está compuesto por aquellos que esperan
llegar al ejercicio del poder para pasar
a mejor vida: la que es mantenida por quienes son extorsionados para que
paguen impuestos.
¿Habrá quienes
tengan la valentía y el dinero para poner los recursos legales en contra de
este nuevo atropello? ¿Tendrán los magistrados de la Corte de
Constitucionalidad la sabiduría para decidir por el bien de todos en el largo
plazo? ¿Decidirán a favor de lo justo, de acuerdo a la Constitución,
enfrentando las presiones de los gobernantes? ¿Serán conscientes del papel
histórico que les corresponde en esta etapa de nuestra vida nacional?
"El avance
de la maldad es el síntoma de vacío. Siempre que la maldad gana, es sólo por
ausencia de oposición: por el fracaso moral de aquellos que evaden el hecho de
que no puede haber compromiso en principios básicos”, Ayn Rand en “Capitalismo:
El ideal desconocido”.
Artículo publicado en el
diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 21 de enero de 2013.Etiquetas: Ayn Rand, CACIF, Capitalismo el ideal desconocido, Congreso, corrupción, Corte de Constitucionalidad, Guatemala, impuestos, Otto Pérez Molina, Partido Patriota
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home